Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

miércoles, 27 de abril de 2005

Mudéjar


"Muro Norte de la Parroquieta"
Catedral de San Salvador - La Seo de Zaragoza

Voy a dedicar este artículo al Arte Mudéjar. Permitidme que dé por sabido el contexto histórico medieval español y me limite a enlazar el término para quién desee saber algo más. Y sí queréis visitar el templo utilizad el enlace final.
Como siempre que escribo un artículo sobre arte -y sobre cualquier asunto-, no pretendo hacer un análisis exhaustivo sino sólo lo que hicieron conmigo: Poner ante mis ojos la belleza y excitar mi curiosidad. El resto confío en que llegue por si solo...
España fué invadida por los árabes -no más de ciento cincuenta, en principio- y por los bereberes. Gentes nacidas y vividas en territorios áridos, habituados a una gran luminosidad ambiental y con hábitos nómadas en gran parte de la población.
Sí unís a esto que su religión les prohibe representar la figura y que los materiales que estaban a su disposición para construir eran limitados, tendréis la fórmula del "cóctel" que pretendo invitaros a degustar.
Aquellas personas estaban habituadas a vivir en "jaimas" y en ambientes de escasa variedad cromática -el predominio de ocres, marrones..., apabulla-. ¿Como reaccionaron?. Pues actuando sobre lo que estaba a su alcance y con los materiales que tenían.
Con las pelambreras que obtenían del ganado y tintes naturales, tejían alfombras muy bellas; y con arcilla, barro, paja, ciertos minerales y el calor de sus hornos, elaboraban en sus alfares ladrillos y cerámicas...
El nómada cubría el suelo y las paredes de su "jaima" con alfombras. Su espacio residencial se llenaba así de colorido...
En las poblaciones sedentarias se recurría al ladrillo, el adobe y la cerámica. La finalidad era la misma, decorar un espacio austero y aumentar la gama cromática. Sí sólo se hubiese buscado el lado práctico de la habitabilidad hubiesen procedido de otro modo...
Demos un salto en el tiempo.... Entre los mudejares había alarifes que eran excelentes profesionales y tenían un gusto artístico exquisito. Los gobernantes cristianos, sabedores de ello, les encargaban la construcción de sus edificios...
Solían decorar los muros desde media altura. La estrechez de las callejuelas no permitía apreciar otras perspectivas que las que destacaban sobre el espacio circundante.
Y estos artesanos levantaban los muros de su memoria... Convertían lienzos de pared en alfombras colgantes.. Así, jugando con azulejos, ataifores y ladrillos, elaboraban Paños de Sebqa, desarrollaban arquitos mixtilíneos, aparecían canutillos, esquinillas y espiguillas, y lucían estrellas nacidas de los lazos mudéjares...
Y sí os fijáis, olvidaís las prisas y contempláis tranquílamente el resultado, dejando que el sol vaya discurriendo placentéramente, veréis como van cambiando reflejos, tonos y colores.. La naturaleza se alía con el arte y la luz baila con las sombras...
Por eso, el Mudéjar Aragonés es patrimonio de todos, Patrimonio declarado por la U.N.E.S.C.O. de toda la Humanidad.

2 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

Pues si. El mudejar aragonés es uno de los tesoros artísticos más relevantes de España y uno de los menos conocidos. Creo que, en general, Aragón es una de las comunidades autónomas más desconocidas por el resto de los españoles, por mucho que medio pais esquíe en sus montañas. Algo habra que hacer ¿no?

Turulato dijo...

Si, pero, como en casi todos los casos, quien debe resolver el problema es aquel que lo origina... ¡Peliagudo!.