Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

viernes, 19 de diciembre de 2008

Se acerca..



Lo que veis se aproxima a la imagen que tengo a estas alturas de lo que sería vivir en paz. Faltan las botellas de armagnac y ron castaño. Y mi música, pero os dejo que oigáis con el corazón la que os apetezca. Os deseo que ... No, por Dios, lo de siempre no.

Deseo que seáis capaces de regalaros un tiempo de silencio, para vosotros solos; durante su transcurso usad la imaginación .... Deseo que os alcance la Esperanza, que la sintáis en lo más íntimo.

Que os abandone la ambición, en cuanto solo sirva para haceros poderosos. Que seáis capaces de defender al débil y de mantener la verdad. Que no prostituyáis aquello en lo que creéis. Que los temores no dirijan vuestra conducta, de modo que mostréis alzado el rostro, como los valientes, que sintiendo tanto miedo como cualquiera se sobreponen a las consecuencias con que este amenaza.

Que os llegue a poder la curiosidad, por todo y sobre todo. Que la Vida sea para vosotros un descubrimiento paso a paso. Que disfrutéis aprendiendo. Que os sintáis humildes ante los demás.

Y deseo que Améis, aunque solo sea un poquito más a cada momento. Que disfrutéis regalando, más que recibiendo. Que prefiráis un abrazo, una sonrisa y una mirada que os embriaguen la Vida de ternura.

Desde un sillón, contemplando el fuego, borracho de "agua de vida", deseo para mí y para todos un comportamiento moral, noble y bueno.

Y olvidaros del éxito. Es una memez.

sábado, 13 de diciembre de 2008

Quise, no pude

Ayer quise escribir algo; quise, pero no pude. 12 de diciembre, se casaron mis padres. Acuden los recuerdos. No, tranquilos, no os preocupéis; en alguno de vuestros comentarios a aquellos artículos en los que dejo que mi intimidad aflore y con ella parte de mis tristezas y miserias, noto que os preguntáis por el estado de mi ánimo y concluis que está de capa caída. No hay tal; a mis años dedico algún que otro rato a repasar lo vivido, de manera que asumo lo que toca. Eso si, sin aderezo, digiriendo la vida como fue, desnuda de polvo y paja.

El salón es grande y ella que fue fuerte y solida, pequeñita ahora. Está sentada en un sillón orejero junto al ventanal cerrado del balcón, para que pueda distraerse con el paso de luces y gentes, pero no mira. Sus ojos ven, pero no contemplan; se pierden suavemente en la lejanía, retornando la mirada dentro del alma, a ese armario donde almacenamos los recuerdos.

Está sola. Alguien plancha en el cuarto del fondo; murmullo en el silencio. La contemplo largo rato; me sonrió cuando entré, luego siguió viviendo, a lo suyo. Se nota que somos iguales. Nos perdemos en los sueños, viajamos por la vida, solos y recreando la existencia. La vida nos exigió fortaleza y, si, con fuerza te comportas, pero hay que tener algún refugio, un regazo que te acoja. Y algunos solo pueden arrebujarse en sus sueños.

Sola.. Sigue mi miranda fija en ella.. En la mujer que parió un 14 de julio y que encarcelaron en septiembre con su hijo de tres años y su niña recién nacida; ella no hizo nada, solo que su marido siguió aquello que creía y ella se quedó en casa. Y a la que antes de enero dieron "el paseo" a Jesús del Monte; en el borde del precipicio, le dieron primero un tiro en la nuca al seminarista y luego la pusieron a ella, con la niña en brazos, allí ... Se hizo pis, así lo contaba, y quizá con sus nervios lloró la niña. Les dio pena. Salvó su vida y colaboraron a que yo, más joven, escriba hoy.

Silencio. Miradas, fijas, densas; la mía en ella, la de ella, en si. Al cabo.., me levanto. "Mamá...". Vuelve despacio la cabeza.. Me ve, me mira, me contempla ... Veo totalmente abiertos sus ojos, limpios y claros ... Me ve, me mira, me contempla ...

Su cara es solo piel fina y transparente. Y luz. La ilumina la sonrisa más suave y dulce que puede imaginarse. Y paz. "Mamá..; tengo que irme...". Me ve, me mira, me contempla ... Cojo su mano, ayer fuerte, hoy nudosa; beso suavemente su mejilla. Me ve, me mira, me contempla ... Y me perdona, sin razón y sin pedirlo. Por Amor. Y me siento desnudo.

Se llamaba Lucía. Mi madre. Hoy era su santo. Quise, pero no pude; hoy os cuento..

lunes, 8 de diciembre de 2008

Una tarde

Una tarde cualquiera, un balcón y una ventana de castaño. Alma de niño, cuerpo grande. Descorre un poco el visillo, mira la plaza. Siente lo que no sabe. Comenzó con una risa, siguió su pelo al viento. Lo bañó la música.

Mira, no ve; porque solo su corazón puede ver. Los ojos, solo sombras y colores. Pierde la mirada, atardece, tejados bajos, oro viejo, verdes prados. En la terraza, en el otro extremo de la plaza, guateque. Sueña. Su mano desciende, el visillo apaga la mirada, viejas maderas acunan la sien. Silencio.

La plaza tiene marco de plataneros y un kiosco en el centro. Juegan los niños, recuerdan los viejos. Un compañero le acompaña, una amiga la guarda. Y sin entender porque hoy y no mañana, siente por primera vez que hay aguamarina en su mirada. Él hace de poste, ella ..; él no lo sabe, que nada importa más allá de su sonrisa.

Pasaron años.. No se si corrió la vida; vivió unos pocos días, duró la mayoría. De niño, poco; de grande, el cuerpo. De aprendiz, el alma. Su mente, preguntas. Sus manos, caricias. Su boca, un te quiero.

Y aquí estoy. Jodido y viejo. Una tarde cualquiera. Saboreando desde chico colores de aguasmarinas.

miércoles, 26 de noviembre de 2008

Así creo

Voy a escribir hoy sobre un cuadro de un pintor post-impresionista. Como deseo realizar mi exposición de la manera más clara posible, de modo que mis escasos conocimientos puedan ser recogidos con facilidad por quien me lea, antes de tratar sobre aquella obra quiero situar a su autor en el tiempo, para facilitar su engarce con el arte pictórico de finales del siglo XIX.

El Post-Impresionismo como movimiento no existió nunca. El término fue inventado por Roger Fry en 1910 aprovechando una exposición en Londres de pintores franceses denominada “De Manet al Post Impresionismo” y para referirse al grupo "Les Nabis". Las obras de Cézanne, Van Gogh, Seurat, Gauguin o la de los Simbolistas, todos ellos con características muy acusadas, responden a este término, pero la palabra no llega a definir un tipo de pintura unitaria.

El término designa, más bien, un espacio cronológico que va desde 1880 a 1906 (año de la muerte de Cézanne) y engloba las diversas respuestas que se dieron ante la superación de la realidad de la naturaleza y del Impresionismo. A partir de entonces encontramos el origen de las nuevas propuestas plásticas en que se basará el arte del siglo XX, el arte de las Vanguardias.

El Post-Impresionismo era tanto una extensión del Impresionismo como un rechazo a sus limitaciones. Los post-impresionistas continuaron utilizando colores vivos, una aplicación compacta de la pintura, pinceladas distinguibles y temas de la vida real, pero intentaron llevar más emoción y expresión a su pintura; sus formas, más exageradas, el uso del color, estructura y líneas prepararon el terreno para los estilos que seguirían en el siglo XX, como el Fauvismo o el Cubismo. Aunque a menudo exponían juntos, no se trataba de un movimiento cohesionado y trabajaban en áreas geográficas distantes entre sí -Van Gogh en Arlés, Cézanne en Aix-en-Provence, por ejemplo-.

(Todas las imágenes se amplían pinchando sobre ellas)


Principales pintores impresionistas


Organigrama postimpresionista

Kalia en su artículo "La primera pregunta" pone en relación Arte y Filosofía. Leyéndola he aprendido, lo que no es ninguna novedad, me he dado cuenta de por que nos llevamos tan bien y he decidido que en lugar de comentar aquel artículo podría colaborar modestamente con ella analizando el cuadro de Gauguin con el que ilustra sus palabras desde el punto de vista pictórico.


Autorretrato
Gauguin
1902-03. Óleo sobre lienzo. 42 x 25 cm.
Öffentliche Kunstsammlung Basel. Kunstmuseum. Suiza.

La obra que cita doña Kali es la que culmina el trabajo artístico de Gauguin, aunque no la última. Suponiendo que desapareciese lo que quiso decirnos a través de su pintura, seguiría latiendo lo planteado en ella. Contaba que no le puso un título hasta que la finalizó y fue entonces cuando se le ocurrió el que ha llegado hasta nosotros, largo e inquietante, aunque a través del análisis de cómo desarrolla la obra es difícil aceptar que no tuviera in mente desde el comienzo las cuestiones que originan el nombre.

Si nos atenemos al título de la obra y lo relacionamos con lo que vemos podríamos pensar que en el primero encontramos preguntas y en el lienzo respuestas. ¿O quizá no?. ¿Y si el título es lo de menos, poco más que una concesión para comenzar a guiar a los espectadores, y la obra es solo un planteamiento visual inquietante, que no ofrece respuestas ni soluciones y que obliga a quien la contempla a pensar, a pensar …?.

La importancia del cuadro reside también en su contexto. Meses antes de pintarla las cosas se torcieron de tal manera que todo hacía presagiar un trágico final, que sin embargo tardaría un lustro en llegar; su situación económica se vuelve prácticamente insostenible -lo que no le impediría rechazar una asignación del gobierno francés por considerarla una "limosna"- y la sífilis y el alcoholismo convierten su estado físico en una tortura. La pintura aparece con claridad como una especie de testamento del artista, en el que Gauguin parece señalar lo primitivo, lo inocente, como único camino a seguir.

Gauguin, antes de pintar el cuadro, comentó en aquellos días de 1897 que se había intentado suicidar con arsénico dado su precario estado de salud, aunque el golpe más duro le llegó literalmente por correo: en la primavera de aquel año una carta le informaba de la muerte, con apenas 21 años, de su hija Aline, lo que supuso no sólo la ruptura del artista con su esposa, a la que acusó irracionalmente de la pérdida de su hija, sino con la Fe que aún podía conservar. Por eso, había renegado de Dios -en una devastadora carta fechada ese mismo año, Gauguin afirma: “Mi hija ha muerto. Ya no quiero a Dios.”- y se cuestiona las preguntas fundamentales que dan título a la obra.

En este estado mental Gauguin emprende la titánica tarea de pintar dicho testamento artístico, la obra que reúna en si misma todas las demás: "¿Quienes somos?, ¿de donde venimos?, ¿a dónde vamos?", que no es solo la obra más colosal que Gauguin pintó en vida (139 por 375 cms.) sino que desarrolla por completo la doctrina filosófica y pictórica del artista.

D'ou venons nous? Que sommes-nous? Ou allons-nous?
1897. Óleo sobre lienzo. 139,1 x 374,6 cms.
Museo de Bellas Artes de Boston. Massachussetts. USA.

Se trata de un enorme friso con el que el pintor desea formar parte de los más reputados "decoradores de murallas" como él mismo decía. En una carta dirigida a su amigo Monfreid, Gauguin cuenta el proceso de elaboración del lienzo: "He de confesarte que mi decisión estaba ya tomada para el mes de diciembre. Pero entonces quería, antes de morir, pintar un gran cuadro que llevaba en la mente y, durante todo el mes, he trabajado día y noche con un ardor inaudito (...). El aspecto es terriblemente zafio (...). Se diría que está sin terminar. Aunque sea cierto que nadie es buen juez de sí mismo, me parece que este lienzo supera no sólo a los anteriores sino también a los que pueda hacer en el futuro. He puesto en él, antes de morir, toda mi energía y tanta pasión dolorida en circunstancias terribles y una visión tan límpida, sin correcciones, que desaparece la prematurez y surge la vida (...). Las dos esquinas superiores son de un amarillo metálico con la inscripción a la izquierda y mi firma a la derecha, como un fresco con los bordes estropeados puesto sobre una pared. (...). Creo que está bien".

La descripción que hace del lienzo es la siguiente: "Sobre una tela de saco llena de nudos y rugosidades; de ahí que su aspecto sea tremendamente zafio (...). En la parte inferior derecha, un bebé dormido y tres mujeres en cuclillas. Dos figuras vestidas se comunican sus pensamientos; una figura enorme intencionadamente y a pesar de la perspectiva, también en cuclillas, levanta el brazo y mira extrañada, a loa dos personajes que osan pensar en su destino. Una figura central coge una fruta. Un par de gatos junto a un niño. Una cabra blanca. El ídolo, con ambos brazos alzados misteriosa y rítmicamente parece indicar el más allá. Otra figura reclinada parece escuchar al ídolo; finalmente una vieja, próxima a la muerte, parece aceptar y resignarse a lo que piensa; a sus pies, un extraño pájaro blanco, sujetando con su pata a un lagarto, representa la inutilidad de las palabras vanas. Todo transcurre junto a un riachuelo, a la sombra de los árboles. A pesar de los cambios de tonalidad, el paisaje es constantemente azul y verde Veronés. Sobre él, todas las figuras desnudas destacan por su intenso color naranja".

La regla pictórica de la primacía compositiva establece que el motivo principal ocupa el centro del lienzo, con toda lógica desde el punto de vista de quien fija la mirada y atención en él; lo que vemos a la derecha del cuadro -nuestra izquierda- tiene más importancia que lo situado a la izquierda -a la derecha del observador- y lo más próximo prima sobre lo lejano. Lo anterior no obedece a capricho alguno sino que corresponde tanto al orden que sigue la mirada humana cuando observa algo, primero lo cercano y luego lo lejano, como al convencionalismo histórico de que lo situado a la derecha del lugar principal es más importante que lo que se haya a la izquierda de este. Un ejemplo de este tipo de composición se encuentra en "El Expolio de Cristo".

Con un formato llamativamente horizontal, el lienzo sigue una evolución cronológica. Si atendemos a la regla de la primacía compositiva, deberíamos contemplarlo desde nuestra izquierda, pero si prestamos atención al título que le da el artista el orden debería ser el contrario. En mi opinión debe hacerse en ambos sentidos; creo que la obra es en si misma una especie de Ouróboros, que no tiene principio ni fin. Y creo que Gauguin lo pensó así, pues lo mostró con claridad; solo hay que mirar...

Organiza la composición en tres a modo de escenarios: uno grande y oval en el centro y dos circulares a los lados. A la derecha del cuadro –según miramos, a nuestra izquierda-, nos muestra hacia donde vamos ….. Pinta una mujer joven, sin ajar, en contraposición a una anciana de cabellos blancos, que, al igual que en el conjunto central del niño y del joven, bien pudieran ser la misma persona en dos tiempos distintos, mostrándonos con claridad el transcurso inexorable de la vida de todos nosotros. La más mayor tapa con una mano su mirada y con la otra su oído, como si no quisiese admitir lo que la aguarda, la Muerte, el fin de la vida. O el principio de la Existencia.

Junto a ellas, un ave de plumaje blanco que sujeta bajo sus patas un animal que parece un lagarto, al que describió como una especie de frailecillo y que algunos dicen que representa el Más Allá, aunque ya expuse que el autor manifestó que simbolizaba la futilidad de las palabras vanas; o lo que es lo mismo, la inutilidad de todas las mentiras con las que nos engañamos en relación a las verdades de la Vida, intentando acomodarla a nuestra conveniencia y manías. Buena iconografía, que muestra que por muy tortuoso, rastrero y serpenteante que sea aquello que nos engaña, la Verdad lo atrapará con firmeza e inmovilizará sin que pueda librarse de la presa.

En el centro, medita sobre quienes somos.. Pasean dos mujeres -quizá, pues bien pudieran ser un joven y un anciano-, dialogando concentradas sobre algo muy importante, símbolo de la necesidad humana de inquirir respuestas, de profundizar en las razones de la existencia … Parecen más un sueño, nacido de la mente del hombretón dubitativo que se rasca la cabeza, que una presencia real. Fijaros en como refuerza con sus vestidos, que parecen túnicas griegas, la idea que quiere trasladar, en el fondo cromático que las soporta, que siguiendo la técnica del "bocadillo" semeja nube de pensamiento, y en la postura que adoptan -la mano de una de las figuras se apoya en el hombro de la otra, como acompañando y reforzando su expresión-.

Un hombre, robusto y grande, parece perplejo y se rasca inquieto la cabeza, observando a ambas mujeres o, quizá, pensando en algo que no comprende, sin encontrar una respuesta, sin saber como solucionar la situación que le inquieta, como si la vida le diese la espalda o, en realidad, mostrando lo poco que es capaz de comprender el Hombre, aunque eso no haga decrecer su soberbia….
Reparad en su anatomía; en su fortaleza física.. Ahora volved a contemplar el autorretrato de Gauguín que muestro al comienzo del artículo; su cuello, su cabeza... ¡Fuerza!. ¿No os parece que ambos cuerpos, el del hombre que nos da la espalda y el que el artista representa de si mismo, se asemejan?. Como comenta Marían, el ánimo del artista cuando pinta el cuadro está cercano al de un ser que nada entiende...

Un joven en la flor de la vida recoge el fruto de un árbol, formando pareja con un niño que la come y que bien pudiera ser él mismo unos años antes. No parece una referencia al Paraíso sino más bien a la inocencia de la vida en si misma, simbolizada en la desnudez, y al ansía de vivir, simbolizada, a su vez, mediante la tendencia a disfrutar del placer de comer una fruta fresca, que nos lleva a experimentar con lo que existe en nuestro entorno, lo que nos hace aprender y desarrollarnos. Junto al niño, una cabra y unos gatos, recordándonos que el Hombre no es el único ser vivo y que existen otros junto a nosotros.

El ídolo, un tanto alejado en el espacio pictórico, situado algo más allá de los hombres y mujeres que aparecen en la escena de la vida, simboliza la espiritualidad del Hombre, la imperiosa necesidad de tener presente a nuestro Creador y de vivir en su busca, a su encuentro, y la necesidad de dar respuesta a los enigmas de la existencia que no alcanzamos a comprender.

Próxima a él, también situada a cierta profundidad en el ambiente de la obra, aparece la figura de una mujer que se aleja del ídolo dándole la espalda mientras mantiene la mano derecha sobre su pecho; se aleja de la fe que ya no siente, no por capricho sino por que está convencida de su pérdida. En verdad lo cree así, como muestra la posición de su mano sobre el corazón, órgano que simboliza el sentimiento y que sea la diestra, que se emplea en los juramentos más formales. A sus pies y cerca, dos aves, posiblemente un ánade, ave arisca y desconfiada –el más cercano al espectador- y una gallinácea.

A la derecha del ídolo y algo más al fondo, bajo la rama de un árbol, al pie de un matojo y en zona de sombra, pintado con la misma tonalidad que la de la piel de los personajes que no están iluminados directamente por el sol, aparece nítidamente lo que podríamos ver tanto como una especie de caracola como parte de un ofidio anillado de buen tamaño enroscado en espiral, con la boca abierta y que está devorándose a si mismo, mordiéndose la cola.
No he podido encontrar en las diversas fuentes consultadas una explicación iconográfica. Pocos citan su presencia y quienes lo hacen no van más allá de calificarla como extraña y describirla físicamente como lo he hecho antes. ¿Recordáis lo escrito sobre el "Ouróboros" y su significado?; ¿no parece encuadrar muy bien en el ciclo vital que describe el pintor, y que no tiene principio ni fin, en el Eterno Retorno del que ya trató Kalia en este artículo y también en este otro?.

A la izquierda del cuadro –la derecha del espectador- se plantea de donde venimos … La mujer, la madre, útero vital, está representada por tres mujeres jóvenes -según Gauguín, aunque parece más bien que la figura que sitúa más próxima al observador sea un hombre joven, tanto por su torso como por el corte de su cabello y taparrabos, lo que concuerda mejor con el habitual origen familiar de la existencia humana- y el comienzo de la vida por un niño pequeño recostado y dormido en el suelo, mientras un perro reposa vigilante, símbolo de fidelidad y lealtad, que el autor, posiblemente, asocia a si mismo y mediante el cual nos quiere asegurar su firme creencia en lo que manifiesta en la obra. No dejéis de reparar en la actitud huidiza y de cierto rechazo de la mujer que nos da la espalda...

Al fondo del cuadro, un río próximo ya a su desembocadura –otra alegoría sobre la Existencia-, en la que formará con las mareas una barra –espacio final a superar antes de ser admitido en la Inmensidad-; una montaña –muestra de las dificultades que obstruyen el camino- cierra la escena y al fondo, un mar azul sobre el que se desarrollan nubes que ocultan lo que pudiera existir en el horizonte y que señalan nuestro desconocimiento del Más Allá, del que solo podemos intuir su existencia.

Ambienta la escena en Tahiti, paraíso tropical, pleno de luz y color, espacio y tiempo de libertad, por el que Gauguin lo abandonó todo y que enriquecerá aún más su paleta de colores puros y cálidos, planos, creando obras de belleza excepcional, que llevaban el sello del clasicismo más puro pero sin las coacciones esterilizadoras del academicismo.

Kalia, cuya actividad intelectual es constante, después de leer este artículo me ha hecho varias preguntas. Alguna me ha hecho reflexionar; por ejemplo, me ha hecho destacar que una de las figuras del trío de "de donde venimos" es un hombre joven y el ropaje talar de las dos pensadoras de "quienes somos".
Pero me ha planteado una cuestión a la que en principio no le di mayor importancia, pero que según la analizo me va intrigando cada vez más. Y es que estoy cayendo en la cuenta de que el cuadro no es tan sencillo de contemplar...

La luz.. ¿Donde está el foco lumínico de la escena?. Vais a necesitar una regla estrecha -o un lápiz largo- y ampliar la imagen del cuadro pinchando en ella... ¿Ya?. ¿Veis que el brazo izquierdo del hombre que se rasca la cabeza, perteneciente al grupo "quienes somos", está en sombra?; la sombra la produce el cuerpo del hombre joven que coge la fruta... Bien. Situad la regla de modo que enrase y enfile la sombra del brazo.. ¿Hacia donde se levanta apuntando la regla?. Hacia la pieza de fruta..

Ahora fijaros en que la cara de la mujer desnuda que está de espaldas en el trío "de donde venimos" está en escorzo y ligeramente iluminada, mientras que su espalda, el resto del cuerpo, está claramente en sombra, pues el foco está frente a ella. Colocad la regla de modo que pase su borde por el centro del hombro de esa mujer, dejando a vuestra derecha su cara iluminada y a vuestra izquierda la cara plena de luz de la mujer que ocupa el centro del trío, llegando desde la cabeza del niño dormido en el suelo.. ¿Hacia donde se levanta apuntando la regla?. Hacia la pieza de fruta..

De manera que el foco que ilumina la escena está, más o menos, en un claro situado sobre la pieza de fruta, entre las ramas del bosquecillo de mangalares donde el pintor ubica el conjunto y que permite que pasen sin dificultad los rayos del sol. La luz desciende casi en vertical, creando un como lumínico que deja dentro de él un conjunto brillantemente iluminado y el resto en sombra; clara sombra del trópico, pero sombra. Llega algo de luz a la mujer joven de la pareja de "hacia adonde vamos" y a la túnica del chaval, en el área de sus rodillas, que come la fruta mientras está sentado, pero nada comparable con las tonalidades de quienes están incluidos en aquel cono.

¿Cabría pensar que Gauguin, que tan bien conoce la luz y el cromatismo, haya pintado así sin otra intención que el cuadro le quedase bonito, cuando sabemos, por la propia declaración del artista, que la obra está llena de intención?. No es admisible. Además recordad lo que escribía: todas las figuras desnudas destacan por su intenso color naranja.

No; el resultado es que ... ¿como explicarlo?, hay dos cuadros. Uno, el evidente, el que describe en su carta y que, aun así, altera al pintar alguno de los personajes, como ya hemos visto. Y este ignorante Turulato cree que hay otro, que exige atención a los detalles y analizar su simbología. Ambos tratan de lo mismo: La Existencia Humana. En su significado más profundo; aquel que solo alcanza a ver el hombre a través del sufrimiento.

Volvamos a nuestro cono de luz.. Dentro de él quedan cinco figuras: El joven que está de pie en primer plano recogiendo la fruta, el hombre que se rasca la cabeza, el niño recostado y las dos figuras que nos dan frente del trío "de donde venimos" y que bien pudiéramos considerar como sus padres. Y Gauguín resaltó a través de la luz a todos ellos; los hace protagonizar la obra, de manera que no pudo dudar de que un buen observador, después de contemplar el cuadro completo y que él había explicado por carta, alcanzaría a "ver" este otro cuadro más chico.

Sigamos esta posibilidad.. Podemos deducir que tenemos unos padres jóvenes y a su hijo pequeño dormido, a un hombre fornido de no mucha inteligencia y que duda hasta de si mismo, y a un hombre joven que está cogiendo una pieza de fruta.


Ya he explicado la posible simbología de cada personaje, así que pensemos.. Placer de vivir e inocencia...; incomprensión y duda ...; familia ... y cierto rechazo o desprecio hacia ella. Todo resaltado, dentro de un hermosísimo triángulo rectángulo que definen las líneas entre los pies del joven que está de pie, la pieza de fruta que recoge del árbol y la esquina inferior del cuadro, a nuestra derecha. Y en semipenumbra, ocupando el triángulo rectángulo que con el anterior forma el cuadrado de la imagen y que comparte hipotenusa con el primero, la pareja de mujeres que discurren y la mujer que nos da la espalda, a nosotros y al grupo familiar ..., aunque sin dejar de mirarlo con cierta envidia..

Creo que el título del cuadro sigue siendo el mismo, pero otra su lectura.. Se nace en familia, aunque no todos disfrutan de ella, para vivir algo que nadie comprende, posiblemente porque por mucho que pensemos nunca seremos capaces de entender la vida, aunque hay algo en lo que debemos basar la existencia: la alegría y el placer de vivir, de aprender, de desarrollarnos, que, digan lo que digan, no es algo malo y es lo que más nos aproxima al origen de la vida, al Edén; aunque se corra el riesgo de equivocarse y coger algún fruto que nos expulse de la felicidad...

(Me estoy perdiendo... Gauguin está roto, rabioso. Reniega de Dios, charla con Él, le agrede con sus preguntas, le dice que no quiere saber nada del Padre. Así, como Tú me hieres, lo hago yo. ¡¡Cómo duele sentirse abandonado!!. ¿No me oyes?. ¡Dime algo!, dime algo ...

Porque se que Eres, aunque lo niegue. ¡No creo en Ti!. ¡Entérate!. Si, claro, ya digo que no Existes, pero ... Te vas a enterar. ¡No quiero saber nada contigo!. No existes, no existes, no puedes existir, no me puede doler tanto... ¡Dios mío!. ¡Vete a paseo!.

Soy grande y he vivido, pero soy a tu lado como un niño. Protégeme, por favor.... Duele, me duele.. ¡Por favor!; por piedad....

Silencio

Turulato va desintegrándose. Observa al joven tahitiano, en pie. No hay fuerza en él. Solo alza las manos hacia ... Arriba está la Luz. ¿Qué es Luz?. ¿Toma algo o implora?. La fruta.., ¿qué simboliza?; quizá Todo, puede que nada. Tentación. Dios ayuda.

Nada se, nada comprendo. En mi mente galopan desbocados los sueños, imágenes en estampida. Estoy agotado. Como Mishima. Japón, Tahíti, el Pacífico.... Comparad sus cuerpos.)


Hasta aquí el comentario pictórico.. Ahora, permitid que se abra Turulato y que aproveche lo expuesto por Kalia para sincerarse un poquito... Este domingo volvió de visita.. Si, ella, la que no queremos contemplar a pesar de que a todos nos visitará. La Muerte. Una habitación de una clínica cualquiera, como la de Patachunga. Una cama, un sofá, un sillón, todos de cualquier parte; o de ninguna, quien sabe.

Un cuerpo cansado; respira. Hace un ruido gutural. Ha muerto. Turu ha visto suficientes muertos; son claros como el agua. No tengáis duda. Morir es un suspiro, un ruido y un silencio. Si miráis la Vida, la sentiréis, aunque estéis ciegos; si ha venido la Muerte, aún más. La cara, aquella que besastéis, la boca que os hablaba, adelgaza, se afina en un instante. La mano, aquella que sudaba a veces, pergamino seco. El color, que enrojecía de amor, pasión y rabia, cera de convento.

Piensas. Miras. Callas. Miras. Piensas. Vacío, vacío... ¿Es real o sueño?. ¿Existe muerto o existo yo?. Esa pared, esa cama, ¿las veo o las imagino?. Las doce..; silencio, duermen. ¿He querido?. Las dos..; silencio, cruje algo. ¿Quién soy?. Las cuatro..; estoy pegajoso, silencio, el muerto está quieto. ¿Por qué estoy vivo?. Las seis..; la ropa, pica. ¿Estarás en algún lado?. Las ...; ruidos, vienen, ¿qué tal la noche?, ya es de día. ¡¡¡ Quiero saber!!!. Necesito saber algo..., por favor, estoy agotado, cansado de estar cansado.... Coger mi mano, no puedo más. No se si existo.

Vivir es saber que servimos para que se cumpla algo que siempre ignoraremos. Quizá aceptarlo es la única manera de ser dichosos. Pero también, cuanto más vivos estemos, más, más, más y más nos preguntaremos en silencio.. ¿Por qué, por qué, por qué ...?. Esa es mi vida, este es Turulato.


(“El Arte Negro y su influencia en la pintura postimpresionista: Gauguin 1848- 1903” de Edorta Kortadi): Ya desde 1888, Gauguin había comenzado a inspirarse en la cerámica antropomórfica de asas separadas, a menudo en forma de estribo, que se encuentra al norte del Perú y en especial en el valle del Chanca. René Huyghe escribió: “Tenemos y conocemos datos de que en su casa había una colección de estas vasijas y estatuillas, y de que trató con el viejo Maury que poseía una admirable colección de piezas arcaicas”. Gauguin había estudiado atentamente diversas obras precolombinas, sobre todo mexicanas, aprovechando la Exposición Universal, realizando numerosos dibujos e iniciándose así en un estilo descriptivo en que el Arte Maya le proporcionó numerosos ejemplos de utilización de segmentos perpendiculares para lograr grecas mediante trazos desorganizados. Así mismo, aprendió ciertos esquematismos de los tratamientos simplificados del rostro humano, familiares en particular al Arte Zapoteca, como los ojos y la boca en forma almendrada rasgada por un trazo horizontal.

Desde su infancia se había familiarizado con ellas y ahora surgían desde su silencio interior, donde habían estado siempre presentes. Esta influencia de los objetos hará que considere siempre a los objetos personas como elementos temáticos y los utilice con fines iconográficos, y en función de los temas plásticos que persigue, integrándolos sin finalidad pictórica. Según Jean Laude, ya desde sus primeras esculturas y cerámicas realizadas en Bretaña, estilizaba las figuras presentándolas siempre como “objetos vueltos hacia el espectador”.

Su arte consiste en simplificar las formas cerradas, restringir el uso de los modelos, independizar los objetos del medio atmosférico, construyendo las figuras con cierto hieratismo. Busca eliminar lo individual y fugaz en pro de lo que es más general y estable, esforzándose en integrar la forma en un ambiente luminoso sin recurrir al claroscuro. Concluye Gauguin.. “El Arte Primitivo proviene del espíritu y emplea a la naturaleza, mientras que el arte seudorrefinado procede de la sensualidad y sirve a la naturaleza”.

sábado, 22 de noviembre de 2008

Sobremesa

La cocina era grande, de pueblo, cuadrada. A un lado la ventana, al otro la puerta. Entre estas, los fogones de carbón con mandos de latón dorado, el fregadero y los mármoles; enfrente, en la pared, el reloj de madera lacada de los años de Napoleón III y bajo él la gran mesa redonda, cubierta con un hule de cuadros blanquiazules. Pocos muebles, guardianes de chismes encantados. Y allá arriba, colgando de un cordón trenzado una bombilla que daba una suave luz amarillenta y de un clavo una cinta enrosacada, que parecía bañada en miel, donde paraban moscas aburridas de la vida.

Anochecía. Se esperaba "el parte", que daba puntualmente la radio y mientras se oía en ella la voz, cálida y cortada a la vez, de Erostarbe, crónica fiel de las traineras. Ruidos, ya pocos; algún carro que se retiraba desde el muelle viejo, retazos de conversaciones tramadas por voces broncas de la mar, pasos ...

El aire, ambiente espeso de hogar. Preñado de merluza y borboteante de marmite, aroma intenso de jibiones fritos con cebolla. Mi abuela, mi madre y mis tías, trajinaban; el Santón pensaba en lo vivido. El niño, sentado en una banqueta baja de madera gastada, contemplaba a su abuelo..

Le apodaba así; hablaba nada, miraba muy lejos. Su pelo, rayos de luna; su piel, cuero curtido color tabaco. Manos anchas de viejo arriero, nudosas, por dedos chicotes marineros. Su vestido, camisa blanca cerrada y pantalón negro. Su pensamiento, quien lo sabe.

Acabada la cena, el abuelo se pone de pie y recoge del mueble donde guardan los cacharros, la pitillera, el cenicero, el mechero de cuerda y los cigarros. El niño le sigue con la vista; vuelve a tomar asiento. Despacio, que la reuma manda.

Y con la prisa de los años, gozándose en las pocas veces que le quedan, se prepara un cigarro. Solo uno, un placer y nunca un vicio. El abuelo se convierte en rito, sus movimientos pura parsimonia. Cuando todo está listo, fuego. Y luego, humo. El niño observa y aprende lo que es la vida en silencio.
La cara, antes mar rizada, pasa a calma. Placer, hondura íntima de vida; gozar, razón alegre del vivir. El abuelo sonríe quedo, le mira entregándole el azul del mar de sus ojos y el niño va comprendiendo que gozos y placeres solo alcanzan a quien entrega antes esfuerzo, corazón y vida.

Todo acaba; pura voluta azulada que se aleja en el recuerdo. Somos tanto como riqueza haya en la memoria y por patrimonio, en verdad, tenemos los recuerdos. Así que el niño recuerda, hoy, el sosiego y la calma de una mano fuerte que acaricia tierna su cabeza, cuando todo acabó en humo y aquellos viejos útiles se guardaron para no encenderse más.

Un beso

Agua clara


Madoff - Efecto Ponzi


Primera parte


Segunda parte

domingo, 2 de noviembre de 2008

La tragicomedia de "Patachunga"

Érase una vez que se era una tarde cualquiera. Patachunga, malandrín de poca monta, aguardaba en la habitación de la clínica a que fuesen a buscarle para bajarlo al quirófano. Se puso el camisón verde -modelo Jack Nicholson, o sea con el culo al aire- y un gorrito de gasa. Luego se sacó la foto.. Deprimente.

Poco después vino un celador, vestido también de verde, que es un trabajador que vale tanto para un roto como para un descosido y que más que celar suele ir de culo. Patachunga se acostó, sonrió a su mujer y se dejó llevar... Recordó sus años mozos, cuando se dedicaba apasionadamente al automovilismo; en tensión, dispuesto a ganar aun sabiendo que podía perder, recostado en un lugar estrecho, sintiendo pasar las luces cual meteoros, trazando las curvas al límite, rebotando de vez en cuando contra una esquina..

Las luces se deslizaban sobre él, hipnóticas, como hipnotizadas eran las miradas que le dirigían las gentes que pululaban por los pasillos, mostrándole el mismo interés que los del tendido del siete hacia el morlaco cuando sale de toriles. ¿Qué juego dará?, ¿rehuirá el castigo?, ¿se crecerá cuando le piquen?, ¿sabrá palmar con estilo?. Y así..

Cuando aquella carrera se detuvo al fin en el quirófano, aparecieron más seres verdosos; no podía sentirlos como personas, pues todos iban uniformados de aquel color y con todo el cuerpo oculto a excepción de los ojos. Ausente toda sonrisa, cualquier gesto cómplice, solo eran mirada inexpresiva.
Entonces, uno de ellos le quitó el gorrito y el camisón, como si eso dejase bien claro que solo él, el distinto, un puro despelote, era un enfermo; ellos sabían como curar aquel cuerpo desnudo y se aplicaban diligentemente a la tarea. La dificultad es que el mono desnudo es algo más que un cuerpo...

Utilizaron anestesia radicular durante la operación, esa que la gente suele llamar epidural, así que nuestro Patachunga no se perdió ripio. Identificó claramente el momento en que descoyuntaron la articulación de la cadera. No dudó; sonó igual que cuando él lo hacia con los pollos que guisaba.
Luego oyó la puesta en marcha de la sierra -que dedujo sería circular, ya que tenía tiempo para pensar en eso y en to-, que le recordó el placer que sentía cuando la dulce Mary se le acercaba torno en mano ... TSCHIIIIIIIIIII
Y rebotó de contento, y su cerebro 1/4 de fase retrasado, cada vez que uno de los seres verdosos se batía el cobre con el que imaginaba descomunal martillo, pues bien clarito le oyó cuando lo pidió: "El martillo..; no, ese no, el grande. Que tiene el hueso muy gordo".
Al cabo, percibió el ruido de la grapadora.. "Un pistolero", pensó; le está dando gusto al dedo.. Y es que, como dice no se quien, con todo se puede hacer música. Chuinxq, chuinxq, chuinxq,.. Y es que notaba que el tío se ponía cachondo por momentos y aceleraba el disparo.
Le volvieron boca arriba. Otro ser verdoso le separó impúdicamente las piernas, cogiole el miembro viril -que a estas alturas de la película andaba no ya en retirada sino, mismamente, en desbandada- y se la metió toda, de una embestida. ¡Qué sonda, qué pedazo de sonda, qué parecía una anaconda del Amazonas!.

Llegó a la U.C.I. Era su primera vez, como doncella candorosa que se entrega al tálamo. Un cubo pintado de gris; todo, paredes, suelo, techo ... Silencioso. Sin referencia temporal o espacial alguna, cual catacumba martirial, situado en alguno de los anillos circulares profundos del inframundo hospitalario.
Curiosamente, aquí los seres iban de blanco. "Será que estamos próximos al gran tránsito", pensó. Pureza y eso. Y recordó lo sucedido hace muchos años, cuando era un joven piloto para emergencias en un curso de buceadores de combate.
El joven médico que formaba equipo de rescate con la tripulación de vuelo le contó que acababan de inaugurar la U.V.I. del hospital. "Mucha idea no tienen, la verdad; la han puesto a cargo del dentista". "Y resulta", prosiguió, "que el páter -buen mocé donde los haya- se enteró de que habían reunido a todos los enfermos desahuciados en una misma sala. De manera que en cumplimiento de su sagrado ministerio y para auxiliar como es debido a quienes se hallaban en semejante trance, se revistió de pontifical, o como se diga, y dispuso a dos monagos -vestidos de grana y oro (blanco manchao)- para que le acompañasen; uno con la cruz alzada y otro con aquellas campanillas en montaje cuádruple que sonaban como la sinfónica de Filadelfia. Precedido por ellos, penetró sin avisar en la U.V.I., sosteniendo bien alto el Santo Viático ..... ". El médico cabeceaba.. "En el primer minuto, según vieron el desfile, cascaron cinco de un infarto".

A lo que iba, que en seguida me voy por los Cerros de Úbeda.. Me dejaron encamado en el centro del cubículo e inmediatamente se pusieron a enchufarme a maquinitas. Lo hicieron primero con una que parece ser que mide la tensión cada cinco minutos, pero que en realidad consigue mantenerte despierto por agotado que estés, pues cuando menos lo esperas suena algo así como PUTCHUUUSS y te preta el brazo con desesperación. Al primer intento se descojonó, pues Patachunga, suyo que lo es, tenía antes de este tratamiento un perímetro de bíceps de 51 cms. y pura y simplemente el manguito reventó al hincharse. Pero encontraron la medida..
Y allí se quedó solo Patachunga... Sin rostro humano que mirar, sin voz que oír, sin reloj que consultar, sin saber como, cuando ni donde... Solo, desesperadamente aislado, cual mono desnudo, cuyos ojos siguen diciéndonos que no solo necesita cuidado y comida, pues VIVE DEL CALOR HUMANO.

No es de extrañar que Patachunga, dándose cuenta de que en la punta de su dedo índice portaba una luz roja -cual entrada de putiferio- que controlaba su pulso, extendiese el brazo y se dedicase a dibujar en rojo el vacío del aire, mientras decía bajito cosas incomprensibles.. "Mi caaaassssaaaaaa".
Seguía la soledad invadiendo la vida, avanzando como la Nada en contra de Bastian... Gélida, implacable. En la frontera del Hombre, que sabe que carece de ayuda y debe de enfrentarse a sus miedos y soledades.
Patachunga llegó al punto en que dudaba que fuese real; aquello era un sueño. Y para salir de dudas, King Kong. Así que cerró los puños y, como no sabía que coño dice King Kong en semejante situación, se dedicó a golpearse los pechos cual gorila de montaña, mientras clamaba algo así como UHHHHUAHHHH. Le tranquilizó. Sobre todo porque como estar mucho rato haciendo el gorila, aburre, comenzó a modular el UHHHHUAHHHH, de manera que más que un gorililla comenzó a sentirse como Baloo, el oso del Libro de las Tierras Vírgenes. ¡Y es que la música...!.
Con todo, la Nada iba ganando terreno poco a poco... Recordó sus primeros años, sus ilusiones, la juventud,.... y púsose a cantar... NADIE EN EL TERCIO SABÍAAAA.... Se dio cuenta de que ya no entraban en su box las enfermeras y solo aparecía de vez en cuando un mocetón, que, eso si, le dijo muy amablemente que eran las cuatro de la madrugada. ¡Y Patachunga que creía llevar en aquel antro solitario tres años y un día!.

Al fin le sacaron de allí. Por razones médicas no creo, pues estaba más o menos como entró. Posiblemente para perderlo de vista. Un alunado. Y lo llevaron a hacerle una foto, que en los hospitales se conocen como placas. Cosas.
Por el camino encontró una mirada y una sonrisa. Y se sintió mejor. Además los pasillos estaban más fresquitos, ¡qué es horroroso el calor que hace en un hospital, por Dios!. Gracias que él siempre va en pelota, que es propenso a la caló y al sofoco -más desde que está pitopáusico perdío- y le basta, y le sobra, cubrirse con una sábana, para que no sufran pudores ajenos.
Ya en la sala de rayos, le colocaron entre varios celadores sobre la especie de cama metálica que permite hacer las radiografías, pero en la operación se separó de la sábana que protegía sus frágiles carnecillas.
Uno de los celadores se quedó pensando... "Hay que taparlo, que se ha quedado desnudo". Patachunga le contestó que no se preocupase, que ni tenía frío ni pudor. Era ya solo un mono desnudo. Pero el celador sonrió ... "No, si no es por usted; es que alguno se va a alterar demasiado si le ve..".

Por fin le dejaron reposar en su habitación. Reposar si, que comer en absoluto. El buenazo de Patachunga, grandón y todo eso, es en realidad algo inocentón. Y viene a resultar que al ingresar declaró que era hipertenso -típico; las mujeres le han hecho siempre poco caso y no está desfogao-. Así que algún gracioso discurrió que había que darle comida hipocalórica, hipograsa, hiposódica, hipomierda.... Que los purés de verdura eran, tal cual, diarrea de mamoncillo.
¡Otra vez...!. Que no compañero, que la vida no es solo sufrimiento ni pastillas ni cables, ni medidas de no se que. La vida es una caricia, y también una mirada, y siempre una sonrisa, y no sobra una palabra suave, y vivir es sentir que una mano coge la tuya. Y no dudes, campeón, que vivir son también dos huevos fritos con chorizo. ¡Ayyyyyy...!.

Estoy seguro que dentro de unos siglos, si antes no hemos quebrado todo, cuando la gente del mañana lea algún trabajo histórico sobre nuestra medicina pensará: "¡Qué atrasados estaban; qué primitivos!". Y es que la ciencia, aunque no sepa admitirlo, siempre fue, es y será primitiva. De ahí la pasión por saber e investigar del Hombre.

Pero hay algo intemporal. La ternura.

lunes, 20 de octubre de 2008

Sangre y élite

El pasado jueves me hicieron la última extracción de sangre. Parece que se pierde mucha durante la operación y la medida más sensata es tener dispuesto de antemano un perolillo con la del propio paciente.

He aprendido mucho durante los días que he estado en el Banco de Sangre y Tejidos. Sencillez, cariño, profesionalidad, humildad, ...; cosas así. En estos sitios se reconcilia uno con el mundo; tanto dándose cuenta del constante goteo de personas que donan su sangre como sintiendo el oficio de quienes allí trabajan. Oficio..., si; pues el trato y atención que dispensan no se estudian sino que se maman día a día. Es el único camino para saber dar afecto.

Durante la entrevista con el hematólogo solicité que si no se utilizaba mi sangre en este suyo que lo es, sirviese para cualquier otra transfusión. Que tengo hierro para dar y tomar, y tela de cacharricos pequeñajos de esos coloraos que pudieran ser necesarios. ¡Vamos, que si con sangre de cerdo se hacen morcillas, que no se desaproveche la mía!.

Sonrió y me dijo que no era posible; que para mí o para nadie. Me miró... "¿Difícil de entender, verdad?", comentó. Hice un gesto, tanto de afirmación como de extrañeza, al que respondió serio con unas palabras muy hermosas...
"Recordará que hace años se pagaba dinero a quien permitía que le sacásemos sangre. Es más, en la base americana hubo un tiempo que se obtenía de la yugular y por cada litro daban 1.000 pesetas de las de entonces; ¡una fortuna!. Eso dio lugar a que se transmitiesen enfermedades muy graves. La sangre transporta lo que necesitamos para vivir y, también, es un vehículo fantástico para todo lo que puede viajar por el organismo.
Se corrigió la situación estableciendo un control analítico rigurosísimo y además se comprendió algo evidente: donar sangre tenía que ser necesariamente altruista. Pero dimos un paso más... Lo importante no era la sangre en si sino la decisión del donante, el hecho de que la regalase, soportando incomodidades a cambio de nada, exclusivamente por el deseo gratuito de donar.
Así la donación muestra su esencia y adquiere su valor. Es, solo eso, un regalo de vida. Por eso usted no ha donado, pues lo que le trae aquí es, en principio, su propia necesidad; aceptar un uso alternativo para su sangre sería tanto como pasar por alto que la vida no se compra ni se vende; solo se regala, se entrega".

En estos días lo he entendido; y lo he disfrutado viendo la actitud de cuanto donante ha coincidido conmigo. ¡Y no hablemos de los de plasma y plaquetas, que se tiran una hora en el trono!. Y nadie se vanagloria de nada, en ningún momento.

Por eso sentí un regusto amargo viendo el anuncio en la tele de un programa que iban a ofrecer por la noche. Se trataba de un reportaje sobre el Samur, los bomberos, la policía y otros servicios de auxilio ciudadano.
Carreras, gritos, luces de colores, estrellato, .... En fin, farándula y vanidad, que parece ser cuanto puede explicar hoy un periodista. "Personas de élite", clamaba una engolada voz en off. Y eché muchísimo de menos a los donantes y a las personas del Banco de Sangre, seres anónimos que regalan vida sin alharacas.
Entendí a la perfección el valor ético que me explicaba el médico. Y concluí, una vez más, que ante la Verdad no hay héroes anónimos. Y que mal favor hacen todos aquellos que quieren prestigiar la excelencia a base de élites y publicidad.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Kiva, excelente sistema

Enlazo aquí esta noticia de "El Mundo". Creo que si apoyamos ideas de este tipo, colaborando activamente, podemos hacer mucho bien. Y como hay que ser previsor, enlazo la página principal de Kiva y, para remachar, la que recoge el listado de emprendedores. No sea que alguna de ellas se pierda en el trasiego internetero.

La Humanidad necesita gente con ganas de crear soluciones materiales e imaginación y redaños para ponerlas en práctica. Estos días podemos aprender mucho; dejemos de lado a quienes quieren tener cada día más sin entregar valor añadido a la Sociedad.

Y dejemos de una vez de acallar nuestra conciencia con la limosna, que es eso, limosna. Habrá ocasiones en que ciertas personas necesiten, antes que nada, ayuda para no sucumbir. Ayudemos, sin duda. Pero superada esa situación, procuremos volcar nuestro esfuerzo hacia actividades que permitan a las personas lograr su sustento y vida con dignidad, huyendo del simple sistema limosnero, pues este lo que en realidad consigue es esclavizar al que pide.

Aunque hay que analizar con gran finura cada situación, pensemos que lo que en muchas ocasiones ha conseguido la ayuda internacional es destruir la economía del territorio. Si mando toneladas de arroz a una región devastada por un tsunami, puede que consiga dar de comer durante un tiempo a la población, pero lo que es seguro es que nadie comprará arroz a los campesinos locales, que necesitan cobrar un precio por él. ¿Para que comprar si los de la O.N.G. X lo regalan?. Así que, arruinados en muy breve tiempo -sus escuálidas economías aguantan poco-, abandonan sus cultivos.
Unas semanas después ..., la tragedía deja de interesar a nuestros medios de comunicación vampirescos; no rinde ya suficiente morbo ni dinero y sus noticias desaparecen. Pero aquellas gentes siguen necesitando arroz, y .. Los envíos de ayuda internacional decaen hasta cesar o ser induficientes.
La única posibilidad es obtener recursos locales. No hay. ¿Para que trabajar cultivando, elaborando, ..., si se podía tener gratis?.
Hambruna. Tragedía. Dolor.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Eres valiente?

El artículo anterior decía la verdad; pero expresada en broma. ¿Quieres enterarte de lo mismo, pero sin risas?. Ahora te pregunto, ¿eres valiente?. ¿Pero valiente, valiente?. ¿Tipo legionario?. ¿Tienes estómago?. ¿Eres de los que nunca lloran?. Cuando te operan, ¿exiges que sea sin anestesia?. Si es así, lee ....

domingo, 5 de octubre de 2008

Claro como el agua



Fuente: Antonio Toca en "El Blog Salmón" (enlace en la columna lateral)

martes, 30 de septiembre de 2008

El baile

Leí cuando se publicó este artículo de Silvia. No hay palabra alguna que pueda utilizar para calificarlo; sería una necedad por mi parte. Un despropósito. Únicamente se me ocurre relatar otros instantes vividos. No se fijen en mis palabras; no merece la pena. Procuren solo trasladarse en el tiempo y en el espacio, e imaginar ....

Aquellos días celebrábamos la Inmaculada, la Patrona de la Infantería Española. En aquel pueblo del Pirineo hacía frío, mucho y aunque aún no había comenzado el invierno, ya había caído la primera nevada.
La noche del 6 de diciembre dábamos, como todos los años, un baile en la Residencia de Oficiales. No éramos muchos y nuestra importancia institucional era pequeña, así que pudimos organizarlo con cierta intimidad. Después de cenar y en el mismo salón, comenzó la música, normalita; el ambiente alegre, como corresponde a unos años y a un lugar en que no había muchas fiestas.

Yo estaba sin pareja, así que decidí tomarme una copa y disfrutar contemplando. Una sonrisa aquí, una palabra amable allá y con un poco de habilidad consigues aislarte lo suficiente para no terminar la noche con la cabeza caliente y los pies fríos.

Los ví ... Él, un oficial con ciertos años de servicio, aunque no mayor; era gallego y su trato mostraba en todo momento un gran estilo y una cuidada educación. Era muy alto; ella, pequeñita y menuda, había venido esos días para estar junto a su marido, ya que mantenían su hogar en la ciudad como consecuencia de obligaciones familiares. Estaba suavemente bella con su vestido negro.

Acababan de salir a la pista. Despacio, cogidos de la mano, mirándose ocasionalmente la sonrisa. Él se giró hacia ella y con suavidad la cogió por la cintura, rodeando su talle completamente. Y sin detenerse un momento la atrajo, la apretó contra él. Algo la dijo, porque ella levantó su mirada y mantuvo con firmeza la del hombre.
Quedaron mirándose. Él, desde su altura; ella, desde sus brazos. Y casi sin que me diera cuenta, comenzaron su danza ... Aislados, solos, entre la fiesta que los rodeaba. Era un vaivén suave, vibrante, unidos los cuerpos, enlazadas las manos en el aire. Viviendo mecidos en el silencio magnífico de su música.

Y me dí cuenta de que el amor es una danza silenciosa. Dejarse llevar por la música de la vida en brazos de la esperanza. Entregar el futuro, como un regalo que no espera más que la presencia de aquel que inunda tus sueños. Anhelar al otro, hasta perder la respiración. Aunque duela.

Pasaron aquellas Navidades. Aquel hombre elegante, mi jefe, retornó junto a su familia. Y siguió la vida llevándonos por donde ella sabe y nosotros recelamos. Yo seguí conservando, hasta hoy, la sensación profunda de haber contemplado el amor.

Un día cualquiera, no mucho después, hablaba con otro oficial de los que estábamos destinados en aquel pueblecito pirenáico. ¿Recuerdas ..?. "Si hombre, el ...... Mala suerte. Su mujer; un cáncer. Se le ha muerto en unos meses. La enterró la semana pasada".

Hoy, vive en una calle cercana a la mía. Alto, elegante. Silencioso. Está vivo, pasea por la avenida, firme y recto. Mira lejos. ¡Y yo que se!. Posiblemente siga viéndola, inundando sus sueños. Quizá sigue teniendo esperanza de volver a enlazar su talle, con recia finura, y deslizarse por los tiempos con la mujer que ama entre sus brazos.

lunes, 29 de septiembre de 2008

Para entender como hacer mejor las cosas

Si. Los americanos van a hacerlas a su modo. Venden la imagen de ser un país en el que impera la libertad y la igualdad. De lo primero, habría mucho que tratar; y en contra de ellos. Sobre lo segundo, ¡naranjas de la china!.
Ya dicen en La Rioja que "el que más chifla, capador". O sea, que a quien más puede, más se atiende. Para algo su actual presidente es algo así como un representante de las compañías petrolíferas.

Aconsejo leer este artículo, sobre como reaccionó Suecia en las mismas circunstancias. De manera diametralmente opuesta. Comparen y piensen. Es bueno.

Para entender algo de la situación iraquí

Para entender algo de la situación iraquí de hoy en día y de los errores que han cometido los U.S.A., aconsejo la lectura de este texto de Florentino Portero, publicado en "El Semanal" este último domingo.
Aunque comprendo que para los españoles es complicadísimo, difícil y casi impensable dejar de mirarse el ombligo y olvidarse de la importancia mundial que tiene el número de sacos de abono que recibimos cada uno del partido para cultivar la zanahoria.
Nos daríamos cuenta de los pocos que somos y de lo pequeñaja que es nuestra patria. Y saberse y sentirse débil y pequeño, no suele ser mala cosa. Lo que es desastroso es comportarse como el "chulo la cagona", a lo macho, pero sin tener media galleta.
Eso es enorgullecerse de la propia ignorancia, lo que nos llevará, antes o después, a sentir miedo. Más o menos, como alguna americana, que cuando te pregunta de donde eres y le respondes que de España, contesta: ¡Iiiimmpooosibol; eso está en África!.

sábado, 20 de septiembre de 2008

Chicas y chicos

Escribí hace poco a una amiga sobre los chicos. Tras leer la carta me anima a publicarla. Me da cierto reparo, pues si hay un tema vidrioso en el que al cabo no nos ponemos de acuerdo es este, pero Silvia ha escrito algo, sobre lo que nadie termina tampoco coincidiendo, que tiene bastante relación con lo que subyacía en mi pensamiento cuando redacté aquella carta. Así que transcribo lo que escribí.... (Por cierto; notaréis que he cambiado los nombres de las personas..)

A lo nuestro... Te dije que te escribiría sobre los chicos, esos especímenes que vosotras decís que os cuenta entender. Y para no filosofar y poner las cosas fáciles, volcaré cuanta experiencia propia recuerde o las ajenas que he tenido ante mis ojos. No, no voy a resumir hechos, sino que voy a desarrollar lo que pienso y siento sobre una sucesión de momentos concretos.

En lo que alcanza mi memoria, no me sentí distinto a una niña hasta, más o menos, los 9 años. Tampoco era difícil, pues en mi entorno no había algún ser que pudiera sentir como tal, aunque en propiedad reconozco que Ervigia, la vecina de Sisebuto, pertenece al sexo femenino.
A los 9 años y en Camelot comencé a sentir un raro calorcillo ante Gundisalva, la hija de una amiga de mi tía doña Mayor -la hermana pequeña y soltera de mi madre-. El hecho no tendría mayor importancia si no fuese por el contenido material del calorcillo.. Admiración y seguridad. Eso.
Gundisalva tenía 10 años. Su madre era viuda y chula (mi familia materna tendió siempre a lo timorato), y su hermano era sordomudo, lo que me llevaba a mal traer, pues se dirigía a mí en plena calle mediante grandes gestos y gruñidos.. Acojonaba, oyes..
Me imagino que sus circunstancias familiares habrían influido en su personalidad, pues yo la contemplaba embobado, sin decir o hacer oste ni moste, mientras ella preguntaba lo que fuese a su madre o hablaba con absoluta normalidad con mi tía. Evidentemente, yo era invisible.
A mí, aquel comportamiento relajado en quien consideraba sin duda alguna como mi igual, un niño, me tenía asombradísimo. Hasta entonces mi vida se había limitado a leer cuanto libro caía en mis manos, a protagonizar varias anécdotas relacionadas con Gargantúa y a jugar. Pero ante un mayor, silencio y gesto bravo. Sin embargo, aquella niña parecía tratarles como si fuesen sus iguales...
Quizás, en aquellos momentos comenzó a fraguarse en mí una sensación que nunca me ha abandonado: Una chica es un ser que esconde algo .. Si.

Debía andar por los 12 ó 13 años. Estaba sentado tranquilamente en el cuarto de estar; en batín. Me acababan de servir la merienda (eso de que yo fuese en batín y me sirviesen -también me vestían- tenía soliviantados a algunos de mis amigos del colegio). Como siempre, disfrutaba beatíficamente de la serenidad del momento cuando apareció por la puerta del cuarto Beremunda, jugando con alguno de mis sobrinos. Bere -en confianza- tiene un año más que yo y en aquel momento se inclinó.., de manera que, además de un año más, comprobé que tenía un par de tetas de no te menees. Debí poner tal cara de yo que se que se dio cuenta de los orígenes de mi asombro. Se enderezó y se fue por el pasillo.
Me quedé inmóvil. Vacío de todo pensamiento. Todo yo, turulato perdido, estaba ocupado por dos volúmenes bamboleantes de puritita carne sonrosada y natural. Y lo terrible es que no sabía que me pasaba ni por que..
Pero aquello me reafirmó en aquel sentimiento que guardaba celosamente en la más profunda intimidad. Una chica esconde algo.. Sin ninguna duda, los bultos esos y algo más bajo la falda, pues solo hay que ver como la sujetan cuando hace viento. Pero hay más; lo anterior no es tan importante. Mientras que yo me trabucaba y me ponía colorado cuando algún mayor me dirigía la palabra, una chica solía tener un comportamiento más natural (aunque bien es verdad que mi atención estaba puesta en las que eran algo más mayores que yo).
El resultado es que las chicas eran algo misterioso y que según iban creciendo, más. Tan pronto te sonreían al pasar y te decían hola, como desdeñaban absolutamente tu presencia. Con frecuencia nos reuníamos en el patio del colegio a charlar en un rincón.. A pesar de nuestra poca edad -todos lo reconocemos hoy- salíamos pensando que ninguno de nosotros sabía de que hablaba y que no entendíamos de la misa la media.

Acabábamos el colegio, comenzaba la universidad o la preparatoria de ingreso en las legiones.. Suintila y yo vivíamos en la misma casa y éramos aspirantes a pretendientes a opositores a ... Íbamos por el cardus maximus a clase.... "¡Fíjate, fíjate que tía! - ¿Está buena, eh?". La conversación no solía dar para más...; la mirada se mantenía hipnóticamente fija en el caminar de la muchacha y el cuerpo se tensaba sin que nos diésemos cuenta.
En la parte alta del paseo estaban los hotelitos que componían las instalaciones de la preparatoria. Allí, en un régimen cuasi carcelario a veces -dirigido por viejos legionarios faltos de dinero- vivían y estudiaban sin salir los aspirantes a ... E inevitablemente el cuidado de los locales estaba a cargo de un grupo de limpiadoras, que algún descerebrado había elegido jóvenes... Unamos en un solo recinto a unos 300 chicos de más o menos 20 años, alejados de sus familias e internos, con algo más de media docena de mujeres ligerísimamente más mayores...
Aquel día entramos mientras limpiaban la entrada, subidas en unas escaleras que ocupaban todo el espacio disponible..; pasamos bajo las escaleras, aprovechando la apertura de estas y bajo las piernas de las "kelys" -que limpian-.
Pasar, en realidad, no pasaba mucho, que yo sepa. Pero el calentón era constante. Y lo que es peor, el desconocimiento mútuo, absoluto. Y creo que las razones son sencillas: Por un lado, la desinformación religiosa de nuestra educación -ya se sabe; al cabo, los druidas terminan jodiéndote- y la presión social de la época sobre el comportamiento, y por otro que, sin educación que la oriente, toda la energía de los chicos estaba dirigida con ferocidad a meter mano.... Y no son las mejores herramientas para entenderse.

A todo esto, desde unos años antes, según ibas terminando el colegio, en los chicos nacía y crecía una necesidad vital.. Si, mis padres, mi familia me quieren y dicen que soy guapo, pero ¿que hay de verdad; puedo ganarme a alguien. Me querrá una extraña, por mi mismo?.
Y a esa edad, en ese momento, todo son inseguridades. Suele coincidir, además, con la separación del individuo de su entorno habitual, lo que acrecienta sus dudas. Sería conveniente una suficiente preparación que le permitiese relacionarse con tanta novedad sin descuajeringarse.
Por otro lado, y por lo que sea, la sexualidad del chico está impulsada intensamente en sus años jóvenes hacia la parte física de la relación sexual. Y digo bien, pues el acto sexual tiene su física y su química; y sus emociones y sus sentimientos. ¡Qué tristeza siento por quien no haya experimentado la integración de todo en una sola vivencia!. Desconocimiento, misterio, desinformación, presión social, inmadurez, salidismo, ... Un desastre.

No, entonces no -que también-. Un desastre para luego, porque bebido el cóctel que acabamos de describir la gran masa de la gente se pierde en el camino.
Unos porque no han conseguido follar decentemente una sola vez en su vida -¡¡si follar; no me soltéis la chorrada esa de hacer el amor!!. Puro galicismo. ¡¡Recordar y honrad al Arcipreste holgando con pasión bravía!!-. Y no hay cosa que origine más inseguridad en un hombre que sentirse incapaz de satisfacer físicamente a una mujer.

Y mujer u hombre mal follados son seres infelices de por vida
No gozados
Salvando a quienes se dediquen a la excelsa vida contemplativa...

Otros porque se pierden a media humanidad, ya que nunca consiguen establecer un contacto normal con las mujeres, a las que unas veces adoran -a la espera de lo que ocurra- y otras desprecian, a veces salvajemente -porque no creen en la esperanza-.
Los más porque, ante aquel misterio y desconocimiento del que tratábamos, no consiguen establecer una relación con la mujer lo bastante pareja como para aprovecharse y apoyarse mutuamente, desaprovechando la potencia que proporciona que hombre y mujer caminen hombro con hombro, de la mano, conjuntamente, y no van más allá de la preponderancia del hombre sobre la mujer o al revés, de modo que uno suele intentar dar más de lo que sabe y el otro no desarrolla aquello de lo que es capaz.
El resultado lo resumiría en que se sufre de soledad, en el grado que sea, pues las circunstancias personales son muy diversas. Y aparece la frustración.

Pasa el tiempo... Y con los años, algunos algo aprenden. Por el sistema de prueba y error, las personas suelen ir descubriendo y dándose cuenta de que quieren y que les gusta. No es una cuestión de inteligencia ni de aptitudes. Simplemente, al cabo del tiempo pasa por nuestra vida tanta gente y en circunstancias tan diversas que, con un mínimo de sensibilidad, podemos percibir lo que se ajusta a nosotros como un guante.
Y sucede con cierta rapidez; durante tanto tiempo vivimos prueba y error que nuestra base de datos es amplísima. Si nuestra personalidad es sensible y procesa bien, las conclusiones llegan pronto y con claridad.

Pero aún hay que aprender; nunca estás en la meta. La existencia, como he dicho, no deja de ser un acúmulo de vida, de experiencias, de conocimientos, de relaciones, ...
Y siempre hay una trampa que se nos tiende, en la que se cae con mucha facilidad: Desdeñar la carga de lo vivido. Aunque se intente, no se puede hacer borrón y cuenta nueva, pues es tanto como pretender que una gran parte de lo que somos admite goma de borrar. Y la vida no se borra, solo se asimila.

Hay quien comete el error, al descubrir ¡al fin! la vida que le llena, de creer primero y actuar luego como si pudiese prescindir de su pasado, ignorando que somos pasado tanto como posible futuro y que solo integrando ambos viviremos suficientemente en equilibrio.

Y aquí ya no me queda más que parafrasear a César González Ruano:
"El hombre vive recordando lo que hizo y soñando lo que hará"
y a Ildefonso Manuel Gil:
"Nacemos sin saber y cuando algo aprendemos, nos vamos; impertinente broma"

martes, 16 de septiembre de 2008

Demencia senil

Demencia senil. Si, eso de los abuelos; un día se olvidan donde dejaron las llaves, otro dejan el gas de la cocina abierto y, por fin, no recuerdo cuando, se quedan sentados en un sillón, con la mirada acuosa perdida en ninguna parte.
Por el medio quedaron disgustos, más de una mala cara y algún que otro berrido. Luego, cuando su familia percibe la enfermedad, termina apareciendo, antes o después, el agotamiento que produce el esfuerzo, día tras día, que requiere atender a un enfermo cuyo síndrome consiste en dirigirse hacia el vacío.

Ella tiene sus años. Hubo un tiempo en que se miraba al espejo y no se veía guapa; o más bien nunca se creyó guapa, aunque él se ponía frente a ella y la decía con firmeza: "¡Mírame, de hombre a hombre; aguántame los ojos !" .... Y luego, bajando un poquito la voz, la susurraba: "¡Guapa, que eres bella como el agua marina, limpia y clara como aire tras la lluvia!".

Pasó el tiempo. Ella es fuerte y luchadora, pero está cansada. Cuida, protege a su marido, a aquel con quien ha compartido tiempo y vida. Él es ahora silencio. Y ella añora las palabras. Siente nítida, constante su presencia, aunque en la mente del hombre, antes tan viva, no queda capital, perdida la memoria, y desapareció su patrimonio, los recuerdos de una vida.

Él la contempla a veces, cuando ella va de aquí para allá, trajinando. ¿Qué pensará el hombre vacío?; quien sabe... Por eso, ella se sobresalta un día, cuando él le dice con suave encanto cuando pasa junto a su sillón:

"Señorita, es usted muy guapa. Me gusta mucho. ¿Querría casarse conmigo?"

jueves, 4 de septiembre de 2008

Para ....

Para .... todas y cada una de las mujeres que han llenado de vida mis sueños

martes, 2 de septiembre de 2008

Charlando con las estrellas

Una noche, hace ya muchos años, me encontré solo; muy solo. Necesitaba desahogarme; y compartir mis pensamientos. Como cualquiera. El problema era que aquella madrugada hacía un frío calahuesos, estaba tirado en el suelo en mitad del campo y acurrucado junto a unas piedras.
Durante un buen rato busqué únicamente que el cierzo no encontrase resquicio alguno entre mi ropa. Inútil. Al cabo me resigné; y ciscándome en todo lo imaginable aguardé a que llegase quien debía. En plena tiritera, mis ojos descubrieron el cielo. Obscuro; y a la vez muy azul. Frío; y silencioso. Y como no tenía otra cosa que hacer mis ojos contemplaron las estrellas....

Sin darme cuenta, comencé poco a poco a sentir que algunas estrellas me indicaban el lugar donde estaba en aquel instante alguien a quien amaba. Y recordé. Y sonreí. Y me emocioné. Y me pregunté. Y ... Comencé a charlar con las estrellas. En silencio.

Han pasado los años. Nunca dejé de charlar con ellas. Hermosísimas noches. Crujientes noches blancas en la montaña, llenas de caricias plateadas y susurros en la mar, inmensas de la estepa. A lo largo del tiempo, quizá hayan sido las estrellas mis mejores amigos y sus noches, mis celdas cartujanas. Gracias a ellas he podido entenderme y sobrellevar mi inconsciencia.

Hace unos años, retirado de toda actividad que no generen putas, pobres y parientes, descubrí que había un tiempo de cita entre ellas y yo. Días de Lágrimas de san Lorenzo, noches pirenaicas, momento de recapitular lo vivido. Soledad buscada y necesaria.
Y desde entonces, agosto y el Pirineo han sido mi retiro.


miércoles, 9 de julio de 2008

Cliente a la española

Tengo un móvil. Apagado, eso si. Cuando saco el coche de paseo, lo llevo; apagado, solo por si tengo una emergencia. Y digo que saco el coche de paseo porque vivo en un sitio de la ciudad desde el que llego caminando en minutos a todos los lugares a los que la gente va a comprar o a divertirse. Miento muy poco. La Expo me queda algo a trasmano, pero no tengo afición a guardar cola o a sudar a 40º a la sombra.
Y el coche es poco más que un capricho. Me gustaban muchísimo en mis años mozos, cuando tenía poco dinero, así que ahora me he comprado un haiga. Y me doy una vuelta de vez en cuando, por aquello de mantener la máquina; pero fíjense lo que utilizo el auto que he llegado a salir un verano con los restos del depósito de gasolina del verano anterior. Gasolina, si; como Dios manda.

Después de haberles distraído un poquito volvamos al móvil.. Resulta que me enteré de que Simyo cobra 9 céntimos por minuto, sea el día y la hora que sea, cuando se llama a cualquier teléfono en España y 0 céntimos entre sus clientes. Y sin obligaciones de permanecer cierto tiempo o consumir un mínimo.
La explicación es sencilla. Siempre hay explicación; el problema es encontrarla. Simyo es la operadora virtual de la teléfonica holandesa KPN en España. Virtual significa que no tiene redes fijas instaladas, por lo que no se ha gastado nada en torres, repetidores y demás, lo que le permite un ahorro financiero considerable, pues no tiene que pagar intereses ni devolver dinero de crédito alguno, porque no necesitó financiarse ya que nada construyó. Ni ofrece cambiar de móvil a no se que precio cada no se cuanto; no pierde dinero financiando nuestro terminal.
Lo que hace es comprar a otros operadores, que si tienen una red desarrollada, tiempo de uso para sus clientes; si mi memoria no falla, lo hace con Orange.
Y claro, está empezando; comenzó en febrero. Y es chiquita. Y quien quiere crecer tiene que dar facilidades.. Así que cobra lo imprescindible; si mi memoria sigue fiendo fiel, aquellos 9 céntimos por minuto son lo que se cobran entre si las compañías telefónicas por interconexión.
¿Entonces que gana?. ¡Coño clientes!. Que en Economía bien entendida es lo que hay que ganar. Hay mucha gente que no lo entiende; quieren afanar desde el principio y no se dan cuenta de que no gana más quien aprovecha un euro de su único cliente, sino quien obtiene un céntimo de cada uno de sus mil clientes.
Así que los holandeses -buenos mercaderes donde los haya, desde tiempo inmemorial- lo hacen bien. Beneficio cero en lo básico, lo que atrae clientes, y ganancia en lo añadido, tráfico de datos y resto de llamadas múltiplicados por cuantos más abonados mejor. Y ya habrá tiempo para ir subiendo las cuotas ...

Yo era cliente de Movistar, que me suena que algunos conocen como "timofónica". Y tenía un número con muchos ceros repetidos, fácil de recordar, que no quería perder. Así que opté por la portabilidad de mi número; es decir, que el número de teléfono sigue al cliente que cambia de compañía y no se lo queda la telefónica originaria.
Para traspasar el número, la compañía de salida -Movistar- dispone de un plazo que no puede superar los 30 días. Durante este tiempo puede hacer alguna oferta al cliente que pierde, si lo considera oportuno, para que cambie su decisión y permanezca; si le convence, el cliente debe manifestar por escrito a dicha compañía que ya no desea cambiar, de manera que esta pueda demostrar a la compañía de destino -Simyo- que todo "queda en agua de borrajas".

En mi caso y el de las compañías citadas, pedí la portabilidad el 11 de Mayo. Y uno es paciente; porque no necesito el móvil para nada... (De ahí las disquisiciones del principio). Y la semana pasada tuve la increible suerte de "topar" con "la lista". Si, una operadora de atención al cliente de Simyo atenta, que sabe su trabajo y que explica las cosas como son. ¡Y pásmense!; no hay que volverse loco llamándo.. ¡Es ella la que te llama a ti para contarte como va el asunto y encima a la hora que le indicas que te viene bien!. Se llama María, es extremeña -la tierra de mi abuelo paterno- y ha conseguido quitarme el enfado y, ¡lo más importante!, que me haya hecho cliente de su compañía. Aún a costa de perder mi viejo número.

Resulta que los de la rama móvil de timofónica, ante las reclamaciones de Simyo cuando finalizó el plazo legal para completar la portabilidad -según expliqué-, respondieron que mi número no era de Movistar y cuando, ante mi reclamación a Simyo, se reiteró la solicitud, no tuvieron empacho en manifestar que si, que era de ellos, pero que yo no quería ya cambiar. ¡Toma del frasco Jeroma!. Inevitablemente, no existe escrito o manifestación alguna por mi parte que muestre mi deseo de seguir con ellos.

¿El resultado de una actuación empresarial así? (Pues empresarial es tanto lo que hace hacia el exterior el CEO como un empleado del nivel más bajo). Sencillo; he abandonado Movistar y me he pasado con armas y bagajes a Simyo. Donde, por cierto, se puede elegir el nuevo número -en su página web y dentro de ciertos límites lógicos-.
Alguno me dirá que lo comprende, pero que no he tratado del coste que tiene perder el número del teléfono móvil a través del que mucha gente se comunica con nosotros. Creo que eso no deja de ser una disculpa fácil. Informar de nuestro nuevo número a quien nos interesa es una operación sencilla y rapidísima si se dominan las posibilidades del medio; además limpia nuestra agenda, cosa muy conveniente ya que muchos de nuestros enlaces carecen de interés pasado cierto tiempo.
Es cierto que podía haber iniciado un procedimiento de reclamación ante Movistar, pero, hoy por hoy, al cliente le es más costosa -en tiempo, disgustos y dinero- la reclamación ante un pequeño conflicto que el beneficio que obtiene logrando una solución rápida en otra compañía de la competencia.

Reclamemos y exijamos nuestro dereho, ¡sin duda!, cuantas veces sea preciso. Pero no olvidemos que, como en política, tenemos una fuerza formidable: ¡¡ Cambiar de opción !!. Que se ganan a pulso el quedarse más solos que la una.

martes, 1 de julio de 2008

Carnet de bloguero

Interesantísimo artículo. Les recomiendo su lectura. Y la de este.

domingo, 29 de junio de 2008

Valle de Tena

Pues verán ustedes.. Aprovechando que en Zaragoza hace un calor de mil demonios, que se concentra en una Expo plena de hormigón, henchida de colas, huérfana de sombras y en la que no hay manera fácil de que el viajero sediento aplaque su sed..
Considerando que tengo unos amigos .., eso amigos, que me han regalado unos días en un spa del Pirineo aragonés, concretamente en la estación de esquí de Formigal...
A la vista de que me gusta viajar, o sea, recorrer poco en mucho tiempo y hablando más con las gentes del lugar....
Discurriendo que estarán ustedes hasta el moño de los muchos discursos que suelto aquí...
He pensado que podría mostrarles algunas fotos y escribir poco. Así que ....

Desde mi ventana. Al fondo, aún nieve en Tendeñera

Sallent de Gállego y al fondo el pico de "Tunia"

Sallent de Gállego y el pantano de Lanuza

Tramacastilla de Tena. Vista hacia Peña Telera

Casa Patro. Tramacastilla de Tena. Migas y asados

Ventana. Tramacastilla de Tena

lunes, 23 de junio de 2008

El negro y los demás

Una vez más. Vuelvo a la costa mediterránea española. Quizá ahora ... Es difícil, lo se. Ella y yo hemos fracasado hasta hoy en todos y cada uno de nuestros encuentros. Ella huele a pino y yo quiero olerla a basa, como huelen las marismas cantábricas de mi bahía; ella es templada y yo la busco fría y cortante; ella, si no se enfurece, solo me acaricia suavemente y yo busco que me abatan sus olas y me cubra su espuma; ella es amante del sol y yo de la bruma y de la lluvia ....

Así que esta vez he elegido un gran hotel costero, con centro de belleza, gimnasio, wifi y todo eso. Hasta tenía reservada en la playa cada día una tumbona debajo de un toldo; todo del hotel, atendido por un amable marroquí durante la mañana, pues por la tarde lo sustituía un español de amargada catadura, terriblemente molesto por tener que atender a quienes por todo mérito tenían el de dar a cambio un dinero del que salía su sueldo.
Pero queridos míos.. El hotel es grande; y como me confesaba el maître del restaurante -digno oficio en el que suelo buscar amigos-, para rentabilizarlo hay que procurar que esté lleno. Al precio que sea... Temed lo peor.

Las comidas se sirven mediante buffet. Y estos no son lugares donde comer, no se crean. No. En ellos salen a relucir los más fieros y primitivos instintos. Allí se comporta con la misma ferocidad una dulce y encantadora abuelita que un niño de primaria, y en ellos se demuestra la avaricia del Hombre, capaz de acumular para si mucho más de lo que necesita.

El parapléjico mantiene una mirada torva; su mujer, que camina tras su silla con motor eléctrico, la muestra cansada, sin brillo. Se dirige a la primera mesa disponible y espera, sin pestañear, que le abran paso. La mujer le pregunta que le apetece y él ordena cual general con mando en plaza. Sentada, le corta en pedazos la comida, de modo que él pueda llevárselos a la boca, y le da de beber, pues él no tiene suficiente destreza para ello.
De vez en cuando, protesta. Ella le discute, le corta la aspereza, no se amilana; voy viendo que hace mucho que entendió que tiene que convivir con la amargura del hombre que, posible y extrañamente, aún ama, pero, también, que nadie puede argüir una tragedia para pasar por encima de los demás en cualquier situación. Eso sería tanto como suicidarse.
Pero siempre se pagan precios en esta nuestra vida. Y me pierdo en sus ojos, que no en su mirada. No luce en ellos esperanza alguna; solo determinación. Comprendo que ella será su esposa y compañera, que aguantará. Y en esas me hago, una vez más, la misma pregunta íntima... ¿Cual sería la respuesta si ella fuese la parapléjica?.

Veo como el hombre, que presumo que ya cumplió hace años los 70, sostiene entre sus manos con gran cuidado un plato hondo. Se dirige hacia la mesa que está a mi espalda; despacito, que su edad y lo colmado del plato no admiten riesgos ...
¡Jesús, María y José!, oigo exclamar detrás de mí a quien creo su mujer. ¿Pero qué has cogido infeliz?. Y es que el abuelo mira con ilusión el platazo de fabada con ... uno, dos, tres, cuatro trozos de morcilla, que con seguridad no ha catado desde hace años. ¡Es que me gusta tanto!, responde con cara de inocencia ....

Tiene unos treinta y tantos años. Le observo despacio ..; su aspecto corresponde al del promedio masculino del comedor. Calza unas sandalias, mezcla de goma y loneta, que conservan sus pies sudorosos y enrojecidos, combinación perfecta con varias durezas y bastante mierda callejera que han acumulando mientras camina. Las féminas, más delicadas, suelen calzar algún tipo de chancleta, que cuando está bien pringada hace resbalar de vez en cuando la planta del pie, provocando una especie de "vete y ven que m'escoño," que realza su cadencioso caminar de princesas y destaca su grácil figura.
Pero sigo, que me distraigo ... Aquellos pies sustentan unas piernas sin volúmenes, temerosas durante años de todo deporte y amantes del fútbol televisivo; o expertas en Formula 1 -eso si, solo durante el tiempo en que Fernando (Alonso para los ignorantes) lograba algún triunfo que otro-.
Compruebo que, como muchos otros ejemplares del comedor, el individuo es algo patizambo -que mea entre paréntesis, si ustedes quieren una descripción más gráfica-, producto, posiblemente, de esas prisas que les entran a muchas mamás para lograr que sus retoños sean los primeros en decir algo, pedir pis y caca, o caminar.
El cuerpo de nuestro protagonista es peludo; más o menos como la media, sin abusar. Pelo lacio, sucio en apariencia, que se descuelga por los bordes del elegante conjunto de camiseta de tirantes y pantaloneta gris semicaída, dado totalmente de si. El resultado es, cuando menos, asqueroso.
Le observo mientras recorre la línea de fuentes de comida ... Transporta en cada mano un plato, en los que va depositando sucesivamente y según toca, una ensalada de arroz y plátano con salsa rosa, espaguetis con chistorra, jamón asado, sepia a la plancha, bolas de patata rebozadas y fritas, salsa dulce de mango, y albóndigas. ¡Si puede con eso, me pongo a dieta!, pienso abrumado.

A mi izquierda está la máquina de helados. Están de "pedrada", o sea que son una mezcla barata de colorante, polvos y algo más. Pero eso si, su fórmula es absolutamente eficaz; comas lo que devores, tomarlos elimina toda sensación de pesadez.
El niño tendrá unos 10 ó 12 años. Se acerca despacio, con prudencia, hacia los grifos dispensadores de helado.. Entre sus manos, una sopera individual de las que hay en la vajilla para servir el gazpacho y las cremas. Se da cuenta de que le miro ..., pero sigue maniobrando mientras me contempla a hurtadillas...
Sitúa la sopera bajo el grifo nata-fresa y baja la palanca con cuidado, observando como un churro de helado se autoenrrolla según cae.. Me mira ... Se desliza ingrávido hacia el de vainilla-chocolate y le da ... En la sopera va apareciendo una especie de monte Fuji que se retuerce sobre si mismo a consecuencia de aquella erupción de colores. Sigue sin perderme de vista ..., como yo a él. Sube la palanca y cesa el churretón de helado.
Y sin dejar de contemplarnos, se acerca, serio y circunspecto, a los botes situados junto a la máquina y que contienen los dulces confetis de colores ... ¡A cucharón, los echa a cucharón!. Me mira por última vez, sin temor -sabe que no me chivaré-, y se pierde entre las mesas ...

Mi gran momento es el del atardecer. Tiempo para mecer y acariciar recuerdos. La noche llega mientras los veladores de la terraza, en cuyo centro se sitúan la orquesta y la pista de baile, van siendo ocupados ...
Me siento al fondo, desde donde contemplo bien la pista y una amplia zona de la terraza. Y comienzo ... "Manhattan, por favor". El servicio, eso si, impecable. Y como iba diciendo .., comienzo a disfrutar del espectáculo...

Al rato atraen mi atención dos parejas. Creo que hace tiempo que cumplieron los cincuenta y está claro que no han dejado de trabajar de sol a sol durante toda su vida. Lo de trabajar al sol es evidente; su moreno cuarteado y profundo no lo han logrado en la playa.
Pero destacan porque parecen haberse escapado de un futbolín. El más alto puesto de pie es más bajo que yo sentado. Siento respeto, y mucho, por ellos. Hacen falta muchas generaciones desayunando un vaso de cazalla y sin probar carne, para que las personas se desarrollen tan poco. Y horas y horas de azada, para tener tal fortaleza en las manos.
Y con todo en contra, aquí están. Disfrutando de lo que tienen bien ganado. Si algún día tengo que pelear por algo, me gustaría tener gente así a mi lado.
Recuérdenme que algún día escriba sobre esto, solo datos de una tesis doctoral, para que atisben la miseria de la España de la última mitad del XIX y primer cuarto del XX.

"Dry Martini", que la noche es larga... Y es que he decidido recorrer la carta ... A mi derecha están los que inmediatamente llamamos "los vascos". Simplemente porque por su acento desmedido, el volumen de su voz y su declaración de ser vascongados, no permiten otra cosa.
Sobre su cuerpo, todo un surtido de joyería. Por lo que dicen, empresario triunfador él; ella, amargada -de sabor amargo- juzgadora de todo. Hacia los sesenta, ambos. Delgados, morenísimos, vestidos tan clásicos que más es imposible.
Él, de estirado pelo negrísimo azabache, fuma un puro, que sabe encender. Ella, de lacia melena canosa, es un quita y pon constante de unas pequeñas gafas de lectura, que, excepto para ser mordisqueadas, no se que chorra pintan en la noche bailable. Él muestra en la muñeca un peluco -su grosor, brillo y número de botoncitos, excitan mi vena barriobajera- que tampoco se muy bien que utilidad puede tener para un fulano de ciudad y oficina. Ella es solo tensión sobre dos patas, recubierta de pedrería. Cuando ha fumado el puro, se van. ¡Qué alivio!.

"Daiquiri" .... Y mi mirada es atraída hacia la pista de baile; bueno, la mía y la de la mayoría. ¡Qué espectáculo!. Francesa -lo supe luego-, casi tan alta como yo -con tacones-, corpiño sin mangas de lamé, falda tubo negra algo por encima de la rodilla, con poderío, pelo garçon, mirada firme y directa, y unos zapatos de altísimo tacón que eran poco más que una plantilla donde apoyar unos pies bien escoscaos, sujetos a sus piernas por un larguísimo cordón, que se enrrollaba hacia arriba ...
Y se empieza a mover ... Poco, muy poco más, que un balanceo de caderas y un dibujar círculos en el aire con las nalgas .. Sus piernas -espectaculares, largas, fuertes, formadas- deslizan el cuerpo, mientras los brazos bailan al compás del vaivén de sus pechos .. Los ojos cerrados, sintiendo ... La cabeza, puro equilibrio mágico.. Sola .. Una espléndida mujer, plena de sabor, con esa belleza demoledora que ellas solo alcanzan tras cumplir los cuarenta .... ¡Madredelamorhermoso!.

"Piña colada".. Pasa a mi lado. Me mira. ... "Gin Fizz", que hay que refrescar el ambiente y, además, voy a terminar con un pedete lúcido, que decía el aspirante frustrado a notario. Y no hay mejores acompañantes de la pasión que la elegancia, la inteligencia y el amor.

Él es negro; delgado, de unos 50 años, cerca de metro noventa. En su sencillez, pura elegancia; sus calcetines y zapatos negros de cordones, limpísimos, como el suéter gris ceniza de manga larga y sus "jeans", recién planchados.
Ella, algo más joven. De rostro típicamente bretón. Un cuerpazo. Sandalias de cordones, pies limpísimos, falda oscura y una blusa clara, sin mangas. Entre sus manos, guarda una rosa de tallo largo.
Hablan en inglés. Él, un "british" exquisito; ella con un claro acento francés. Lo de hablan tengo que matizarlo.. Están tranquilos, serenos; se escuchan el uno al otro, sin interrumpirse, charlando sin prisas, manteniéndose a veces en silencio, contemplándose, viviendo el entorno...
Él no pretende demostrarle nada a ella. Paladea a la mujer, la considera importante, haciéndola sentirse inteligente. La acompaña; busca estar junto a ella, caminar a la par, las manos entrelazadas. No hay conquista; se saben parejos, iguales y se gustan así. Compañeros, cómplices, amantes ....
"Coke" para él, cerveza a presión para ella. Están enamorados. Creo que les siento. Amar requiere cierto tiempo, comprender. Nosotros, los llamados hombres por ejemplo, tenemos que intentar no ser importantes. Más bien se trata de ser, solo, uno mismo, para conseguir vivir algo importante, el amor.
Debo estar ya borracho.. Me retiro a mis aposentos. Tengan ustedes, mis amigos, una noche enamorada.