Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 22 de julio de 2013

No es fácil juzgar, en contra de lo que dicen los que informan

Se nota que a APR le han calentado los cascos con más de 200.000 razones.. Plantea algo muy complejo sin finura. Y es muy difícil trasladar a quien no ha juzgado nunca en el sentido legal del término la tensión derivada de ciertas situaciones. De antemano dejo claro que llegó a ser insoportable y que abandoné esa labor. Pasé a enseñar, que fue peor. 

El poder coercitivo del Estado es gigantesco. Los filósofos del Derecho y los estudiosos del mismo llevan siglos batallando por algo muy sencillo de exponer y dificilísimo de practicar: que cualquier individuo confrontado a un tribunal (que no olvidemos que es un órgano del Estado), con independencia de su fuerza, tenga garantía absoluta de no ser condenado si no se prueba ante dicho tribunal (no antes ni después, ni en lugar distinto) que realizó u omitió una conducta que estaba públicamente prohibida y sancionada con anterioridad. Y tras esto, que el acusado puede defenderse eficientemente de todo lo que se le acusa. Y aún más..: que pueda alzar la resolución, si no está conforme, a otro tribunal para que la reconsidere en la mayoría de los casos (la legislación dispone que en asuntos menores no suceda esto, pues el recurso resultaría más gravoso para todos que asumir lo resuelto) 

El juez (mediten sobre esto si deben ejercer como miembros de un jurado popular), que vive en cualquier calle, entre todos nosotros, que lee la prensa y ve la tele, opina y siente ante ciertas situaciones como la mayoría de sus conciudadanos. Sus sentimientos, sus ideas, sus propias necesidades como ciudadano, le presionan para interpretar la legislación y aplicarla luego, de modo que de solución, en todo o en parte, a algo que no nos gusta. Les aseguro que en ciertos asuntos la tentación es enorme... Pero su formación le dice (me gritó) que por ese camino quizá hiciese hoy justicia; puede que mañana, pero antes que tarde, convertidos su opinión y sentimientos en la ley misma, terminaría por hacer barbaridades y ser parcial e injusto. ¿Acaso alguien puede asegurar que su manera de enfocar lo que sea es la más correcta y la misma que la de los demás ciudadanos?. ¿Por qué, en qué se funda su certeza?. No olvidemos nunca que el Derecho no es Justo en si mismo, sino solo materializa el acuerdo social sobre algo concreto a través de un procedimiento previamente establecido. 

Solo queda un camino.. Tener en cuenta exclusivamente lo que plantean en la Sala ante el juez quienes acusan y defienden (aun pensando que se dejan cosas en el tintero o no son buenos profesionales), para aplicar lo previsto en la legislación a eso y solo a eso, y nada más que a eso. Y aunque, claro, el juez lo hará mediatizado por su personalidad, lo que nunca debe suceder es que se convierta en las Cortes Españolas e invente sobre la marcha una ley a su medida y la aplique a su gusto. Hacer otra cosa, si lo piensan, es hurtar al acusado el conocimiento de, por lo menos, parte de lo que se le acusa, impidiéndole defenderse. Y eso es asesinar la Justicia y el Derecho. Termino. ¿Se han fijado en que en este tipo de noticias el lector solo tiene a su disposición el artículo de alguien y nunca jamas el texto integro de la resolución judicial?. Curioso....

martes, 16 de julio de 2013

Hace 50 años prometimos..

Ella y él estaban sentados solos en el primer banco del lado del Evangelio. Los hijos, algunos a su altura en el lado de la Epístola, otros más atrás, a ambos lados. Los dos nietos jugaban sin ruido en el banco que estaba tras del de sus abuelos y la nieta chica, Gabriela, contemplaba todo con seriedad arrebujada en la falda de su madre. Las lecturas las hicieron los hijos y las oraciones los dos nietos; aquello empezó a caldearse.. El niño mayor, que habla español con acento brasileño y un deje alemán, fue el primero y le siguió con seriedad -incomprensible en quien es movido como nadie- el menor; rogaron por muchas cosas y también por sus abuelos, que tanto se habían esforzado durante su vida.

Y el coñocura -que así llamo al páter que trata sobre lo que necesitan las gentes y lo hace para ayudar a vivir según lo que dijo Jesús, pues el sábado se hizo para el Hombre y no el hombre para el Sábado- se puso a hablar; a lo pequeño, que la capilla no era grande y no requería ni altavoz. Y pajodela, habló con sentido y sentimiento, con carnalidad, que es tanto como reconocer que el hombre vive cayendo y levántandose, de modo que su calidad se mide por su esfuerzo y no tanto por su éxito.

Les dio la enhorabuena, las gracias y les felicitó. Enhorabuena por llegar, recordando que muchos no lo logran, bien por desvanecerse en la niebla bien porque aquel amor no fue suficientemente fuerte para imponerse a los días; recordó a quienes estaban aquella mañana de hace 50 años y se habían alejado para siempre, pero todo sin retórica, a lo íntimo.. Les dio las gracias en nombre de todos, pero especialmente por si mismo, pues aclaró que día tras día intentaba explicar lo que era el matrimonio, quizá sin lograrlo, y tener a una mujer y a un hombre que renovaban sus bodas, no porque todo les hubiese salido bien y su amor hubiese sido idílico, sino porque habían vivido juntos paso a paso, superando desencuentros, frustraciones, desilusiones y realidades gracias a creer en el otro, a entregarse y a vivir con esperanza, mostraba mejor que cualquier sermón el camino del amor.

Terminó felicitándoles de todo corazón por estar allí, porque sus hijos estaban a su lado, por aquella docena de amigos íntimos que les arropaban, por haber generado futuro para otros y haberles regalado cariño ... Acabó la misa y volvieron los hijos a subir a la tarima. El cura quedó en silencio, contemplando... Y uno tras otro los hijos agradecieron a sus padres, con pocas palabras, la vida y el esfuerzo, el amor y la presencia. Aquello finalizaba...

Y se levantó Ella; habló.. Estoy muy nerviosa y no sé que voy a decir, a pesar de que lo tengo escrito y que lo voy a leer. Se trabucó, agradeció nuestra compañía y no sé que más dijo, pues luego Él hizo lo propio. Leyó... Siempre me emociono... He dedicado mi vida a mi familia y a trabajar; he hecho siempre todo lo que he podido y lo mejor que he sabido, tanto en familia, entregando mi vida a mi mujer y a mis hijos, como en mi trabajo a los enfermos. Levantó la mirada, contempló a los suyos y dijo: ¡Os quiero tanto!. Y se echó a llorar..

Y se quedó allí quieto, de pie, llorando, en mitad del silencio de todos. Al cabo, que no sé a cuanto, aplaudimos y me enorgullezco de que mis palmadas fueron las últimas que se oyeron. Me volví un poco. Su nuera lloraba en silencio. Junto al último pilar entre naves de aquella catedral que abrió el Camino, los del bautizo que venía a continuación y unos cuantos turistas estaban inmóviles, contemplándole, atendiendo a la vida...

Post Scriptum.- Cuando nos invitaron, nos dijeron que no querían regalo alguno. Solo nos dieron la cuenta de Cáritas...

lunes, 15 de julio de 2013

La deliciosa España federal

Miguel Ángel Hidalgo publica en el Heraldo de Aragón del 14 de julio un artículo titulado ¡Viva Cartagena! que debería sonrojarnos, pues ¿cuanto se ha expuesto y por cuantos, ignorando y pasando por alto los datos de lo sucedido en ocasiones similares?. Termina con la gran verdad, con la que nadie dice, pues les afecta de lleno: El problema español no es ni de ideas ni de estructura; simplemente, los que nos han dirigido y dirigen carecen de la mínima categoría. Leánlo, merece la pena..


domingo, 7 de julio de 2013

Sueños que nacen venenosos

Creo que este artículo aclara muchas cosas. Meditar lo que expone y ponerlo luego en práctica para corregir hábitos que nos hacen mucho daño puede traer mucho beneficio personal y social. Y como hay que predicar con el ejemplo les contaré lo que ha pasado por mi cabeza. Comenzaré hace muchos años cuando me molestó profundamente el comportamiento de uno de mis amigos, a consecuencia de lo cual sentí que no era tan íntimo como creía hasta entonces y tuve plena conciencia de ello...

En aquellos tiempos juveniles y aunque pudieran darse discrepancias puntuales entre nosotros, los amigos sentíamos instintivamente que existía entre nosotros una identidad de pensamiento general que nos hacía compartir criterios ante cualquier ambiente, situación o ser que cruzaba nuestra existencia. Sucedía lo contrario respecto a nuestros mayores, empeñados en que nos comportásemos no sé como, que comprendiésemos no sé que, que nos esforzásemos para llegar a no sé donde y demás.

Aquel día caí en la cuenta de que nuestro idílico ambiente de amistad se basaba en que ninguno de nosotros exigía nada a los demás; teníamos clarísimo que éramos aspirantes a pretendientes de sueños y que excepto palabras y compañía poco podíamos regalar, pocas peticiones de ayuda éramos capaces de satisfacer. Paseos, pipas y charlas en cualquier lugar.

Poco a poco fuimos materializando nuestros particulares futuros. Algunos se mantuvieron, más o menos, donde estaban, incapaces de confrontarse con las frustraciones derivadas de optar por una posibilidad cualquiera que les planteaba la existencia y siguieron reduciendo la vida a un parloteo incesante. Y así fuimos teniendo responsabilidades...; así otros dependieron de nosotros...; así comenzamos a administrar lo ajeno, en la medida que fuese..

En mi caso -así tocó- desde muy joven me asignaron la responsabilidad de disponer el comportamiento de otros y administrar dinero público. Como otros muchos, como todos, sea en lo privado sea en lo público, tuve que decidir no entre lo que me gustaba y lo que me desagradaba, sino entre una serie de posibilidades incompletas e imperfectas; y tuve que elegir como emplear unos fondos escasos que no llegaban a satisfacer las necesidades de las áreas de las que era responsable. En mi caso fue solo administrar, pero en el de otros que trabajaban en el sector privado antes tuvieron que generar capital, para luego invertirlo, negociarlo, administrarlo y producir. Y como cualquier estudiante de primero de Economía sabe, todo eso es porque los bienes son escasos, no llegan, no tenemos posibilidad de satisfacer perfectamente nuestras necesidades; así que hay que elegir... Y elegir es siempre desechar algo de lo que necesitamos, de lo que nos gusta, de lo que querríamos ver realizado; es decir, elegir es siempre renunciar a parte de nuestros sueños.

Y hay momentos en que la situación es tan dura que hay que renunciar a cosas que consideramos esenciales.. en nuestra época, que no siempre se considera tal o cual cosa como primordial ni la distribución de los recursos para satisfacer necesidades se hace siguiendo el mismo orden de prioridades. Así que cuando tocan años de vacas gordas la categoría de las gentes es tanto mayor cuanto más se dedican a adelantar lo verdaderamente necesario, alejándose de florituras, y en los años de vacas flacas la calidad de las personas se demuestra reconociendo realidades, sabiendo renunciar a lo que no es posible, marcándose objetivos que permitan sacar todo el jugo a los recursos y dedicándose a aprovechar al máximo lo que se nos ha entregado para salir adelante.

No se trata tanto de exponer problemas sino de plantear soluciones; no se trata tanto de pedir recursos sino de justificar el empleo de aquellos que se detraen de otra aplicación concreta. Y de que quien pide algo exponga con claridad y se haga responsable de donde quita lo que no hay. El papel lo soporta todo y quien carece de responsabilidad tiene gratis gritar contra todo y contra todos. Decía nuestro viejo Código de Comercio que comerciante es todo aquel que soporta el riesgo del negocio y eso le otorga todo el derecho a hablar con crudeza de lo que padece y criticar al sursuncorda. Y nuestro Código Civil establece que hay que administrar como lo haría un buen padre de familia. Quien no se ajuste a esto y proceda como aquel amigo mío, pidiendo que se le conceda algo pero sin exigírsele responsabilidad alguna ni corriendo por ello riesgo, no obra como un buen padre de familia..., a quien casi siempre le duelen sus decisiones.