Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 14 de julio de 2018



¡Qué afán de centrar el esfuerzo en el pasado, dejando de lado el futuro!.

"Siendo Otto von Bismark primer ministro prusiano (1863), con ocasión de recibir a un embajador español, le dijo al funcionario llegado de Madrid: 
España es una gran nación. Yo la admiro profundamente, conozco la historia de la creación de su imperio y creo que resulta indestructible. 
¿Por qué herr Canciller?, preguntó el poncio. 
Porque ni siquiera ustedes los españoles son capaces de destruir su nación."

Me repiten una y otra vez, según he ido haciéndome mayor, que lo que importa es lo que me espera  al día siguiente y que no tengo que centrarme en lo que quedó atrás. En España eso es pecado mortal, pues los hechos muestran que todo se centra en remover la mierda que los de estos pagos fueron dejando por el camino, de modo que a cada instante se reavivan dolores y rencores. ¿Para qué dedicarnos a crear mañanas si podemos inflar a otro a patadas en los bajos?.

Unos grupos, fieles a sus orígenes, se dedican a poner en marcha todo lo que desean quienes les votan, a fin de tenerlos bien atados para lograr los sillones, aunque aquellos deseos de hoy sean dañinos mañana. Son cual esos padres amiguetes que en lugar de apoyar con su madurez la formación de sus hijos facilitan cuanto despropósito nace del deseo.

Otros grupos, tan amantes del sillón como aquellos -no olvidemos que la política en España es la agencia de colocación más grande-, trabajan sobre intereses, que no son siempre límpios, dejando de lado que quien dirige debe generar ilusiones y sueños de un futuro mejor.

Que cada uno se pregunte si construye sobre los cimientos o toda su labor es modificar lo que se hizo el día anterior.
 

domingo, 8 de julio de 2018

Justicia y amor

La vida al revés. Tanto más joven, tanto más ignorante. Al cabo voy alcanzando a entender como soy, aunque no sé aún quien soy. Por eso la vida está al revés, pues cuando decides no sabes y cuando algo sabes, ya está todo decidido. Me voy marchando, que dije hace no mucho a una mujer y sé que no me entendió. ... ¡Pero que cosas digo, que no me entienden los que leen!. Discúlpenme.

Era joven cuando descubrí lo que sentía. Se planteó un juego en el pequeño grupo de amigos del que formaba parte. Jesús expuso un cuento corto con muy pocos personajes y nos pidió que eligiésemos con cual de ellos nos sentíamos identificados. A mi lado estaba la mujer que amaba; elegimos... Después, Jesús nos explicó el significado. Yo había elegido a quien representaba con más claridad la justicia; ella se había decantado por el amor.

Desde entonces he recordado muchas veces en silencio aquellos momentos. He asimilado que en mi caso no se trató de elegir una idea. Opté con claridad por lo que sentía. Sigo sintiéndolo. No puedo ser de otra manera, so pena de no ser. 

Necesito que me convenza cada palabra, cada gesto, cada comportamiento, cada idea. En caso contrario elijo la soledad antes que la compañía. Aborrezco a quien sigue a un grupo, a un líder, a quien se guarda con otros. Se es solo; no hay otra manera. Se alcanza la vida por contacto, inmediatmente, nunca por no se sabe que fin lejano, que nos disculpa por no aceptar la realidad ni nos obliga a comportarnos a tenor de la verdad que nos incomoda.

Sé que ni ha existido ni existe ni existirá Justicia. Exigiría que el Hombre fuese Dios. Como tampoco el Hombre es capaz de otorgar el Perdón, que exige regalarlo sin motivo, con olvido absoluto de lo sucedido. El Hombre llega a lo más a disculpar, si recibe a cambio de la ofensa una razón; pero no olvida lo sucedido, digase lo que se diga. Por eso es solo Hombre.

Sé que si Dios existe Es Amor. O no es. Así que el Amor está infinitamente por encima de la Justicia, como el Perdón está más allá de toda disculpa. Entiendo que mi elección, que ha guiado mi vida, no fue la mejor. Solo muestra mi pobre condición, mis carencias.

Pero sigo sintiendo igual. De ahí mi soledad. Porque el amor nunca queda en segundo lugar.