Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 20 de octubre de 2008

Sangre y élite

El pasado jueves me hicieron la última extracción de sangre. Parece que se pierde mucha durante la operación y la medida más sensata es tener dispuesto de antemano un perolillo con la del propio paciente.

He aprendido mucho durante los días que he estado en el Banco de Sangre y Tejidos. Sencillez, cariño, profesionalidad, humildad, ...; cosas así. En estos sitios se reconcilia uno con el mundo; tanto dándose cuenta del constante goteo de personas que donan su sangre como sintiendo el oficio de quienes allí trabajan. Oficio..., si; pues el trato y atención que dispensan no se estudian sino que se maman día a día. Es el único camino para saber dar afecto.

Durante la entrevista con el hematólogo solicité que si no se utilizaba mi sangre en este suyo que lo es, sirviese para cualquier otra transfusión. Que tengo hierro para dar y tomar, y tela de cacharricos pequeñajos de esos coloraos que pudieran ser necesarios. ¡Vamos, que si con sangre de cerdo se hacen morcillas, que no se desaproveche la mía!.

Sonrió y me dijo que no era posible; que para mí o para nadie. Me miró... "¿Difícil de entender, verdad?", comentó. Hice un gesto, tanto de afirmación como de extrañeza, al que respondió serio con unas palabras muy hermosas...
"Recordará que hace años se pagaba dinero a quien permitía que le sacásemos sangre. Es más, en la base americana hubo un tiempo que se obtenía de la yugular y por cada litro daban 1.000 pesetas de las de entonces; ¡una fortuna!. Eso dio lugar a que se transmitiesen enfermedades muy graves. La sangre transporta lo que necesitamos para vivir y, también, es un vehículo fantástico para todo lo que puede viajar por el organismo.
Se corrigió la situación estableciendo un control analítico rigurosísimo y además se comprendió algo evidente: donar sangre tenía que ser necesariamente altruista. Pero dimos un paso más... Lo importante no era la sangre en si sino la decisión del donante, el hecho de que la regalase, soportando incomodidades a cambio de nada, exclusivamente por el deseo gratuito de donar.
Así la donación muestra su esencia y adquiere su valor. Es, solo eso, un regalo de vida. Por eso usted no ha donado, pues lo que le trae aquí es, en principio, su propia necesidad; aceptar un uso alternativo para su sangre sería tanto como pasar por alto que la vida no se compra ni se vende; solo se regala, se entrega".

En estos días lo he entendido; y lo he disfrutado viendo la actitud de cuanto donante ha coincidido conmigo. ¡Y no hablemos de los de plasma y plaquetas, que se tiran una hora en el trono!. Y nadie se vanagloria de nada, en ningún momento.

Por eso sentí un regusto amargo viendo el anuncio en la tele de un programa que iban a ofrecer por la noche. Se trataba de un reportaje sobre el Samur, los bomberos, la policía y otros servicios de auxilio ciudadano.
Carreras, gritos, luces de colores, estrellato, .... En fin, farándula y vanidad, que parece ser cuanto puede explicar hoy un periodista. "Personas de élite", clamaba una engolada voz en off. Y eché muchísimo de menos a los donantes y a las personas del Banco de Sangre, seres anónimos que regalan vida sin alharacas.
Entendí a la perfección el valor ético que me explicaba el médico. Y concluí, una vez más, que ante la Verdad no hay héroes anónimos. Y que mal favor hacen todos aquellos que quieren prestigiar la excelencia a base de élites y publicidad.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Kiva, excelente sistema

Enlazo aquí esta noticia de "El Mundo". Creo que si apoyamos ideas de este tipo, colaborando activamente, podemos hacer mucho bien. Y como hay que ser previsor, enlazo la página principal de Kiva y, para remachar, la que recoge el listado de emprendedores. No sea que alguna de ellas se pierda en el trasiego internetero.

La Humanidad necesita gente con ganas de crear soluciones materiales e imaginación y redaños para ponerlas en práctica. Estos días podemos aprender mucho; dejemos de lado a quienes quieren tener cada día más sin entregar valor añadido a la Sociedad.

Y dejemos de una vez de acallar nuestra conciencia con la limosna, que es eso, limosna. Habrá ocasiones en que ciertas personas necesiten, antes que nada, ayuda para no sucumbir. Ayudemos, sin duda. Pero superada esa situación, procuremos volcar nuestro esfuerzo hacia actividades que permitan a las personas lograr su sustento y vida con dignidad, huyendo del simple sistema limosnero, pues este lo que en realidad consigue es esclavizar al que pide.

Aunque hay que analizar con gran finura cada situación, pensemos que lo que en muchas ocasiones ha conseguido la ayuda internacional es destruir la economía del territorio. Si mando toneladas de arroz a una región devastada por un tsunami, puede que consiga dar de comer durante un tiempo a la población, pero lo que es seguro es que nadie comprará arroz a los campesinos locales, que necesitan cobrar un precio por él. ¿Para que comprar si los de la O.N.G. X lo regalan?. Así que, arruinados en muy breve tiempo -sus escuálidas economías aguantan poco-, abandonan sus cultivos.
Unas semanas después ..., la tragedía deja de interesar a nuestros medios de comunicación vampirescos; no rinde ya suficiente morbo ni dinero y sus noticias desaparecen. Pero aquellas gentes siguen necesitando arroz, y .. Los envíos de ayuda internacional decaen hasta cesar o ser induficientes.
La única posibilidad es obtener recursos locales. No hay. ¿Para que trabajar cultivando, elaborando, ..., si se podía tener gratis?.
Hambruna. Tragedía. Dolor.

jueves, 9 de octubre de 2008

¿Eres valiente?

El artículo anterior decía la verdad; pero expresada en broma. ¿Quieres enterarte de lo mismo, pero sin risas?. Ahora te pregunto, ¿eres valiente?. ¿Pero valiente, valiente?. ¿Tipo legionario?. ¿Tienes estómago?. ¿Eres de los que nunca lloran?. Cuando te operan, ¿exiges que sea sin anestesia?. Si es así, lee ....

domingo, 5 de octubre de 2008

Claro como el agua



Fuente: Antonio Toca en "El Blog Salmón" (enlace en la columna lateral)