Enlazo aquí esta noticia de "El Mundo". Creo que si apoyamos ideas de este tipo, colaborando activamente, podemos hacer mucho bien. Y como hay que ser previsor, enlazo la página principal de Kiva y, para remachar, la que recoge el listado de emprendedores. No sea que alguna de ellas se pierda en el trasiego internetero.
La Humanidad necesita gente con ganas de crear soluciones materiales e imaginación y redaños para ponerlas en práctica. Estos días podemos aprender mucho; dejemos de lado a quienes quieren tener cada día más sin entregar valor añadido a la Sociedad.
Y dejemos de una vez de acallar nuestra conciencia con la limosna, que es eso, limosna. Habrá ocasiones en que ciertas personas necesiten, antes que nada, ayuda para no sucumbir. Ayudemos, sin duda. Pero superada esa situación, procuremos volcar nuestro esfuerzo hacia actividades que permitan a las personas lograr su sustento y vida con dignidad, huyendo del simple sistema limosnero, pues este lo que en realidad consigue es esclavizar al que pide.
Aunque hay que analizar con gran finura cada situación, pensemos que lo que en muchas ocasiones ha conseguido la ayuda internacional es destruir la economía del territorio. Si mando toneladas de arroz a una región devastada por un tsunami, puede que consiga dar de comer durante un tiempo a la población, pero lo que es seguro es que nadie comprará arroz a los campesinos locales, que necesitan cobrar un precio por él. ¿Para que comprar si los de la O.N.G. X lo regalan?. Así que, arruinados en muy breve tiempo -sus escuálidas economías aguantan poco-, abandonan sus cultivos.
Unas semanas después ..., la tragedía deja de interesar a nuestros medios de comunicación vampirescos; no rinde ya suficiente morbo ni dinero y sus noticias desaparecen. Pero aquellas gentes siguen necesitando arroz, y .. Los envíos de ayuda internacional decaen hasta cesar o ser induficientes.
La única posibilidad es obtener recursos locales. No hay. ¿Para que trabajar cultivando, elaborando, ..., si se podía tener gratis?.
La Humanidad necesita gente con ganas de crear soluciones materiales e imaginación y redaños para ponerlas en práctica. Estos días podemos aprender mucho; dejemos de lado a quienes quieren tener cada día más sin entregar valor añadido a la Sociedad.
Y dejemos de una vez de acallar nuestra conciencia con la limosna, que es eso, limosna. Habrá ocasiones en que ciertas personas necesiten, antes que nada, ayuda para no sucumbir. Ayudemos, sin duda. Pero superada esa situación, procuremos volcar nuestro esfuerzo hacia actividades que permitan a las personas lograr su sustento y vida con dignidad, huyendo del simple sistema limosnero, pues este lo que en realidad consigue es esclavizar al que pide.
Aunque hay que analizar con gran finura cada situación, pensemos que lo que en muchas ocasiones ha conseguido la ayuda internacional es destruir la economía del territorio. Si mando toneladas de arroz a una región devastada por un tsunami, puede que consiga dar de comer durante un tiempo a la población, pero lo que es seguro es que nadie comprará arroz a los campesinos locales, que necesitan cobrar un precio por él. ¿Para que comprar si los de la O.N.G. X lo regalan?. Así que, arruinados en muy breve tiempo -sus escuálidas economías aguantan poco-, abandonan sus cultivos.
Unas semanas después ..., la tragedía deja de interesar a nuestros medios de comunicación vampirescos; no rinde ya suficiente morbo ni dinero y sus noticias desaparecen. Pero aquellas gentes siguen necesitando arroz, y .. Los envíos de ayuda internacional decaen hasta cesar o ser induficientes.
La única posibilidad es obtener recursos locales. No hay. ¿Para que trabajar cultivando, elaborando, ..., si se podía tener gratis?.
Hambruna. Tragedía. Dolor.
5 comentarios:
Muchas ONG cambiaron sus formas de actuar en los países necesitados por eso que tú relatas. Primero les llevaban vacas y ellos al día siguiente las vendían por lo que en su país era un fortunón. Pero el dinero se gastaba. Nadie les dijo que si las ordeñaban cada día sacarían a la larga más rendimiento. Después, visto el fracaso, empezaron a invertir en infraestructuras. Así, por ejemplo, les enseñan a hacer ladrillos o fuentes. Y son ellos los que acaban valorando su propio trabajo en la construcción o dedican el tiempo que invertían en ir a por agua a varios kilómetros de distancia en otras cosas más prácticas.
Hay varias ONG que ya actúan así.
Un abrazo.
Hay muchas ONG q tienen proyectos de acción social y trabajan precísamente así, ayudando a activar la economía local mediante programas de formación o la colaboración de voluntarios. Esta no la conocía, así q muchas gracias por acercarme la información, Tururú.
Creo q ya ha quedado claro q no vale simplemente con dar alimentos, q eso está bien como algo puntual o quizá como complemento, pero donde hay q dedicar esfuerzos es en lograr q esas personas se valgan por si mismas, hay q dotarles de medios, fondos y de la formación necesaria para poder poner en marcha sus proyectos. Y joder, q por 20 miserables euros nosotros no nos vamos a morir, y para ellos puede significar un futuro digno.
Un besazo, corasao!
Lo de las ayudas, aunque no sean sacos de arroz, también se da aquí y conozco muchas personas que a eso de trabajar le tienen alergia, mientras sigan trincando por no hacer nada. Y lo triste es que algunos alaban ese vivir de limosnas ("¡qué listo eres!"), pues es lo que son.
Hará cosa de un par de años, ví en televisión un reportaje sobre los microcréditos que se concedían en países subdesarrollados para emprendedores. En mi pensamiento tan acostumbrado al consumismo pensé "Microcrédito= 3000 euros". Cuando ví que en algunos casos, con treinta euros, menos de lo que me acababa de gastar yo ese fin de semana en cachondeo, se podía sacar adelante a una parte de una comunidad sentí algo de vergüenza.
La idea de los microcréditos parece excelente y, además, dicen que funciona. Me parece magnífico que las personas se sientan dueñas de su destino. No se puede comparar la sensación de sentir ilusión por un proyecto de negocio con la imagen de “pobrehombre” que alguien tiene de sí mismo cuando es objeto de caridad. Por otra parte, además del logro individual me parece que este tipo de iniciativas puede significar un gran paso en el desarrollo colectivo de los países pobres.
El hambre es la causa si no de todas las guerras, si del resentimiento que hace que duren más de quince minutos. Luego, evidentemente, éste se puede vestir con harapos religiosos, sociales, económicos o históricos, pero es exactamente lo mismo.
Regalar comida no es la solución, ni tampoco creo que lo sea mantener ONG´s que consumen más de la mitad de su presupuesto (de lo que recaudan de todos nosotros) en gastos generales de mantenimiento. Yo, que soy antibelicista pero no antimilitarista, creo sinceramente que a estas alturas la ONG más viable es el ejército, porque siempre llegará a donde no puede llegar nadie y porque su estructura y funcionamiento es la ideal para cumplir un objetivo de manera rápida. Otra cosa es que seamos capaces o tengamos los bemoles de utilizarlo convenientemente.
Lamentablemente, no tengo la menor idea de como resulver este entuerto.
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