Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 13 de mayo de 2013

Planos, geometría (De lo figurativo a lo abstracto y II)

Me van a permitir comenzar por algo que no tiene mucho que ver con lo que quiero contarles.. O quizá si. Fíjense en esos ojos, en como miran... Con tristeza, pero sin odio; cansados, pero abiertos; comprendiendo la debilidad; directos a tus ojos... 


Ojos, mirada.. Hay quienes son capaces de transmitir a los demás mediante la palabra lo que les rebulle dentro; son pocos, pues casi todos mayormente farfullamos. El problema es que hay ocasiones en que algo nos llena el alma de tal modo que o sale al exterior o nos ahoga. Gracias a Dios que algunos son capaces de crear imágenes que de un solo golpe dicen tantas cosas... Lo que no es nada fácil es encontrar el camino que permite hacerlo. En mi artículo anterior procuraba explicar el paso de la Figuración a la Abstracción a lo largo del tiempo; es una teoría como otra cualquiera, que pretende más que nada ayudar a comprender de una manera general por que hay quien hace manchurrones pudiendo pintar como Dios manda.

Pero lo expuesto en dicho artículo es una gota en un océano; como es natural hay mucho más.. ¿Explicar, mostrar caminos?. ¿Cómo hacerlo, cómo ayudar a abrir el corazón a las ideas ajenas, a nuevos procesos.....?. Nunca dejaré de decir que el Arte es emoción, sentimiento; nunca reglas, ¡nunca!. Por lo que cualquier comentarista de Arte trabaja en el vacío y sin red. Pero lo mismo que a un artista le mueve aquello de camina o revienta, a mí me impulsa la necesidad de explicar. A ello..

Si abren ustedes, por ejemplo, el Fuero de Jaca, encontrarán este lenguaje: Muytos infanzons a(n) castiellos e villas en os quals terminos… Hoy, casi mil años después, el lenguaje ha cambiado y nos expresamos de otra manera, aunque quisiésemos decir lo mismo, pues el Arte no es más que otro lenguaje y necesita evolucionar constantemente, de manera que si hoy no hablamos como en el Siglo de Oro ¿por qué quiere mucha gente que se siga pintando igual?; si la parla no fuese capaz de decirnos algo, sería inútil y perecería. La Belleza, o habla o deja de ser. Se vogliamo che tutto rimanga come è, bisogna che tutto cambi.. Capacidad de adaptación para poder seguir expresándonos igual cuando cambian los tiempos.

Todo comenzó con Cézanne, el padre de las Vanguardias: Todo en la naturaleza se modela según la esfera, el cono, el cilindro. Hay que aprender a pintar sobre la base de estas figuras simples; después se podrá hacer todo lo que se quiera. (1904). Contémplenlo en Los Jugadores de Cartas. O reciban el impacto triangular de su Vista de Auvers..


Y le siguió un genio. Un grandísimo pintor es lo que estas dos palabras indican, pero un genio es eso y más: alguien capaz de innovar, de poner en marcha algo radicalmente nuevo que abre a los demás un nuevo camino expresivo. Pablo Picasso. Permítanme que copie lo que dije en otro artículo mío en el que hablaba un poco sobre el Románico: En el verano de 1906, durante la permanencia de Picasso en Gósol (Lérida), su trabajo entró en una nueva fase, marcada por la influencia del arte clásico, helénico, africano y primitivo, que se plasmará algo más tarde en una nueva concepción de la estructura pictórica: "el Cubismo". Picasso siente una fuerte atracción por las formas arcaicas del arte. El artista pretende pintar con mayor libertad, ser más natural y darle un papel más importante a la imaginación. Quiere volver a los orígenes del arte y recobrar sus fuentes primigenias. Le impresiona el arte románico que ve en el norte de Cataluña y lo asume como fuente de inspiración. Comienza a pintar sin artificio alguno, pues le llama la atención la esencia del ser y de la materia plástica. "Descubre" las estatuas iberas del Louvre y llega a la conclusión de que el arte necesita simplificación y reducción de las formas. Siente que progresivamente hay que ir hacia una nueva expresión del arte moderno; la innovación pasa por la vuelta hacia lo primitivo.

Es decir; Picasso siente intensamente aquel ahogo íntimo del que hablaba y a la vez ve con toda claridad que el lenguaje pictórico que se está usando no le permite expresar lo que tiene en su interior, pues necesita ir más allá. Como vimos en aquel artículo precedente sobre la Figuración y la Abstracción, el lenguaje de los pinceles había ido evolucionando, lo que implica la existencia de nuevas técnicas pero también la necesidad de simplificar, de depurar y fijar los puntos de apoyo del nuevo lenguaje.

Pantocrator
Maestro de Ruesta
siglo XI
Iglesia de San Juan de Maltray (Huesca)

Contemplemos con atención este Pantocrátor del Maestro de Ruesta. Por encima de las cejas, el cráneo no es más que una semicircunferencia; los ojos, elipses y sus iris, círculos; la oreja derecha, de nuevo una semicircunferencia; la nariz un cilindro terminado en un triángulo y sus aletas, triángulos esféricos; del cráneo a la barbilla la cara queda limitada por un tronco de cono invertido y desde este a la base del cuello se aprecia otro que se cierra con un arco de circunferencia; y los rasgos del rostro, ojeras o bolsas bajo los ojos y la barba, arcos de circunferencia. Pintura geométrica en estado puro.

El resultado en la obra de Picasso de aquella influencia del arte medieval podemos verla en su autorretrato de 1907 que se conserva en la Galería Narodni de Praga, y es una muestra clarísima de expresionismo pre-cubista. Picaso logra a través de la descomposición geométrica de su rostro describir su personalidad a la perfección. Vuelvo a copiar lo que dije en aquel artículo sobre el Románico: En el retrato la cara se aproxima a la expresión de la máscara primitiva. Compone mediante grandes manchas de pintura. Lo que parece esencial en este autorretrato es la firme voluntad de poner en tela de juicio los valores académicos del Renacimiento y más precisamente el tratamiento de las perspectivas. Todo el rostro está tratado en un plano frontal, excepto la frente, el oído y el pelo, pintados de perfil. Reproduce el estilo del arte románico catalán, que representa así la figura humana. 

Al comparar este autorretrato con el Pantocrátor de Ruesta, se aprecia la similitud, por no decir identidad, de los trazos que definen la nariz, los ojos y las cejas, del diseño del labio superior e, incluso, del lado de caída del cabello. Además, casi todo lo dicho sobre el color, la línea y el trazo del Pantocrátor puede aplicarse a este autorretrato.


¿Por qué extrañarse de que Juan Gris retrate así en 1912 al propio Picasso, usando figuras geométricas y combinando planos?. Extrañarnos no, pero lo que si debemos preguntarnos es que es lo que aporta el Cubismo a la pintura; ¿cual es su utilidad?. Para encontrar una respuesta recuerden que expuse el problema que plantea trasladar lo que tiene tres dimensiones -alto, ancho, largo o fondo- a una pintura que solo tiene las dos primeras. Y no les quiero decir nada si además quieren hacerlo con una cuarta, el tiempo. 


Antes de seguir quiero apuntar algo importante: el valor del Arte y en consecuencia, la importancia social del artista. Dije que hasta el Renacimiento, es decir hasta que Lorenzo Ghiberti realizó la Puerta del Paraíso del Baptisterio de la Catedral de Florencia, quienes realizaban pinturas, tallas, .., eran considerados y se consideraban artesanos; es decir, gente sin gran importancia social, que en muchísimos casos ni firmaban sus obras. Pero poco a poco y sobre todo desde que se fortalece el Mecenazgo, determinados poderosos acumulan en unas salas de sus palacios, que denominan Gabientes y son los antecesores de nuestros actuales museos, obras de Arte por el mero placer de disfrutarlas y tenerlas, y eso proyecta al artesano a la condición de artista.

Pero eso no modifica una condición básica: quien paga, manda. El comitente elige el tema y muchas veces condiciona la realización de la obra -recordemos la relación entre Julio II y Miguel Ángel-, lo que explica el apabullante número de obras cuyo tema es religioso. Resumiendo: el artista hace lo que otro quiere y en buena medida, como este quiere. Pero volvamos la vista hacia el final del XIX.. El artista va a ir adquiriendo de forma acelerada una gran relevancia social y esto va a tener una consecuencia importantísima: la élite del Arte va a independizarse del criterio ajeno y va a pasar a trabajar como siente y quiere. Y eso abre la puerta a la invención técnica expresiva, a pintar como uno quiere y lo que quiere....

Volvamos a lo nuestro. ¿Por donde íbamos?. Ya.. Por como trasladar un volumen a un plano.. Giorgione (solo su nombre me hace estremecer) resolvió el asunto pintando un espejo en el que representaba aquello que no estaba de cara al espectador, de modo que podía apreciarse la figura de frente, directamente, y de espaldas, en el espejo. Pero no deja de ser un recurso simple.. Un cuadro se contempla de frente, escorado a babor o a estribor, y poco más. Pero si lo que estamos tratando es de profundizar en la resolución de desafíos pictóricos e intentamos trasladar uno o varios volúmenes -tres dimensiones- a un lienzo -plano, dos dimensiones- tendremos que tener en cuenta la Teoría de los Puntos de Vista. ¡Vaya, vaya..!. ¿Cómo resolver esto?.

Creo que lo resuelve el Cubismo. ¿Cómo?. Pues imaginémonos que somos pintores geniales.. Nos situamos frente al modelo y lo pintamos; luego dejamos el cuadro a un lado.. A continuación nos situamos más o menos a babor del modelo y lo volvemos a pintar; y de nuevo dejamos el cuadro por ahí.. Y ahora a estribor.. Y más tarde al Sursureste, cayendo al este.. Y más tarde al Nortenordeste.. Al cabo tendremos unas cuantas imágenes del mismo modelo, que no se ha movido, desde diferentes puntos de vista situados alrededor del mismo. ¡Bien!. Cogemos peazo tijera y nos ponemos a recortar las diferentes pinturas, de modo que queden unos cuantos retazos de ellas; luego las pegamos sobre el lienzo en el lugar que físicamente les corresponde y el resultado... ¡el cuadro de Juan Gris que vimos antes!. La pintura cubista no es más que pintar diferentes puntos de vista de una misma figura, amontonándolos a la vez sobre el lienzo.

Pero es posible hacer más. ¿Por qué no recurrir a la técnica cubista para trasladar el movimiento en el espacio a un solo plano?. Lo logró Marcel Duchamp, un dadaista. ¿Cómo?; visiten Comprendiendo a Duchamp y cliquen sobre 1912. Contemplen el cuadro Desnudo descendiendo una escalera nº 2 y procuran obtener su sentido..; luego cliquen en NEXT y verán una figura en movimiento mediante la superposición de planos sucesivos de la misma imagen obtenidos durante el mismo movimiento. Comprenderán...


Demos otro paso adelante. Vamos llegando a una meta cualquiera. Contemplen esta Composición Suprematista de Malevich.. ¿Qué nos dice?; ¡y qué más da!, ¡y yo qué sé!. Lo que cada espectador quiera; es indiferente. No se trata de encontrar un significado, sino de mero placer visual; imagínense que les pido que pinten varios rectángulos de diferente tamaño y color sobre un fondo blanco... ¿Obtendrían equilibrio compositivo y cromático; sería agradable mirar su pintura; tendría fuerza?. Y que conste que el autor pintaba figurativo de un modo delicioso..

Como ya expuse, no se trata en las Vanguardias de crear algo inteligible, sino de bucear en la expresión plástica. Quien quiera buscar sentido más allá del visual sigue un camino que no lleva a ninguna parte. Se trata de sentir, no de entender, pero eso es algo dificilísimo para la mentalidad de la masa occidental del Primer Mundo. Porque, digamne, ¿el Arte cuando nace?; cuando se concibe en la mente o cuando se materializa... ¿Pero cómo es posible materializar algo sin que exista previamente en nuestro interior?. ¿O es que un avión se desarrolla por inspiración del Espíritu Santo?. Y si prima el espíritu, ¿hasta donde tiene importancia la identificación con la materia?.

No, no me pidan respuestas. Vivir es responderse. Cada uno.

miércoles, 8 de mayo de 2013

De lo figurativo a lo abstracto (I)

¡En la que me voy a meter!. Una amiga, que dicho sea de paso tiene una mirada que absorbe el Arte, me propuso no hace mucho que explicase como se ha llegado a la Abstracción. ¡Ahí es nada!; es tanto como exponer la Historia del Arte, desde su protohistoria al siglo XX. Es imposible y más en un artículo; pero sin proponérselo ha dado en el blanco. No soy academicista en absoluto y me he volcado en las Vanguardias, por lo que he topado una y otra vez con la incomprensión de las gentes ante todo aquello que no ven al primer golpe de vista y les exige pensar, y sentir.

Recuerdo mis veinte años... Madrid. Aprovechaba para recorrer con dos compañeros, y sin embargo amigos, galerías de arte. Uno era turolense y de familia inglesa; dinamismo vivo, cuerpo robusto, cara pecosa tras sólido bigote. El otro valenciano; rubio, serio, tan delgado como pensativo, y también alto. Aquel había cursado Bellas Artes en Madrid y este en Barcelona. Yo, un poco más joven, iba de alumno. Me hacían contemplar, no solo ver, mucho más que mirar. Y me dieron un criterio magistral: Cada vez que sienta (me trataban de usted) que está ante una estampita, ¡despréciela!.

Pocos años después conocí a un gaditano. Realmente eso sería suficiente para describirlo, pero en su honor me extenderé algo más. Buen hombre, nacido con tiempo suficiente para combatir en nuestra Guerra y recibir un tiro en la boca, esteta y sin un duro. Calvo, de pelo blanco y con bigote. Su padre había sido discípulo de Sorolla. Y su mujer, que fue cuerpo de Andalucía, era serrana como ella sola; una tarde recriminó a su marido en público que no le hubiese presentado a Ortega y a Gasset. Había oído campanas y dedujo que era gente nueva en el grupo....

Aquellos me llevaron a disfrutar con el color, con el equilibrio de la composición, con la fuerza de la imagen, con el ritmo, con la búsqueda de nuevos lenguajes, con el retorno a la esencia, ..... Y don Rafael, el gaditano, me embrujó con la explicación que voy a intentar darles a ustedes. Es decir; aquellos fijaron la meta y este el camino.


Puede que así comenzase todo. Con un sentido del misterio, el Hombre atrapaba en la roca mediante forma y color aquello que le inquietaba; como hoy y siempre, su esencia le impulsaba inexorablemente a fundirse con su Mundo, en un proceso que es a la vez creador y destructor. Y en un principio, tenía el cuerpo.....¡Fíjense que maravilla!. Las primeras representaciones sobre un soporte que crea el Hombre son figurativas, pero si posamos la mirada en pueblos que se mantienen en civilizaciones primitivas nos encontramos con lo abstracto, lo simbólico, lo geométrico..; podemos atisbar como el Hombre transcurre entre lo figurativo y lo abstracto, pues ambos están en su interior y recurre a uno u otro, en mayor o menor medida, según los necesita para que su espíritu se expanda.

Pensemos que la representación abstracta no es extraña a lo humano, sino el resultado natural de combinar trazos, formas y colores siguiendo el sentido de la emoción; cualquier mujer, cuando se arregla para salir a la calle, no deja de poner en práctica una abstracción estética. Así es, siempre será así.. Pero no busco comentar lo innato, sino el procedimiento que nos permite expresar lo mejor posible aquello que nunca podrá ser bien descrito con palabras, a la vez que nos estalla en el alma.


Demos un salto en el tiempo desde Altamira. La técnica humana se ha desarrollado en muchas áreas y entre ellas en lo que hoy calificamos como Arte, aunque este concepto no se desarrolle en puridad hasta los Gabinetes del Renacimiento. Contemplemos como se pintaba en Egipto en el siglo XV a.C.; reparemos en que todas las figuras están representadas con igual intensidad de trazo y tonalidad, sin grandes diferencias de tamaño, al igual que los objetos. No hay profundidad de campo, que aunque sea un concepto aplicable en Óptica y Fotografía va a permitirme explicar en que se basaba don Rafael el Gaditano para describir el camino hacia el Arte Abstracto.

¿Quién está delante o detrás, y a qué distancia?. Parece que la flautista está en primer plano, pues sus rodillas tapan un trocito de la pierna de la bailarina que tiene más cerca..; pero podría ser solo esa pierna la que quedó más allá en un paso de baile y ambas bailarinas están ... Y lo mismo sucede entre estas y el ánfora. ¿Qué ocurre?. Pues que el pintor ha fijado su mirada exclusiva y sucesivamente en una figura u objeto, y luego los ha ido trasladando a la superficie pictórica de uno en uno y con igual exactitud, sin tener en cuenta al resto, salvo en si están a la izquierda o a la derecha unos de otros.

El resultado es una imagen plana, sin volumen, carente de espacio. Problema que no se dio en escultura, dado que la talla siempre es, por definición, tridimensional, como podemos apreciar en la Cabeza Verde del siglo IV a.C. del antiguo Egipto o en las impresionantes obras del Reino nigeriano de Ifé, contemporáneas de nuestra Edad Media. Costó siglos superar esta carencia y para ello hubo que resolver los problemas que planteaba la Perspectiva. Esquemáticamente, vemos lo más cercano con mayor nitidez y lo lejano más difuminado; por tanto distinguimos mejor los colores y las formas  de una figura cuanto más próxima esté y nos costará más hacerlo cuanto más lejos se encuentre, pudiendo llegar a no percibir lo que esté más allá de cierta distancia.

Pero no nos desviemos.. Esta situación va a permanecer durante siglos con pequeñas variaciones. La pintura va resolviendo los problemas que genera trasladar el espacio a un plano, el cuadro, pero sigue posando la mirada en todos los objetos y figuras por igual. Sobrevolemos el tiempo y contemplemos desde una escena de la Villa de Livia, en la romana Prima Porta...


.... hasta el resultado de lo dicho en la obra Adoración de los Magos, del Tríptico del altar de Santa Columba, de un artista tan minucioso y detallista como Rogier du Pasture


Comprobemos ahora lo que sucede, tras un gran paso pictórico adelante, en La rendición de Breda, de Velázquez. Tiene espacio en profundidad, volumen, se han resuelto los problemas de perspectiva; pero hay más.. Fijémonos en lo minucioso y confrontemos la obra con la anterior; ¿cuantos personajes aparecen representados con detalle?. No más de media docena y en el cuadro hay muchos más; el resto se difumina poco a poco...

La mirada se centra en unos personajes, no en todos, distinguiéndolos entre si en la medida que el artista quiere expresar una idea concreta que le subyuga, destacando determinado personaje o aspecto que atrae su atención, pues siente que eso le permite explicar con sus pinceles aquello que altera sus emociones. El pintor elige y su mirada se dirige en un solo sentido, desde sus ojos hacia un acontecimiento exterior, y este le hace reaccionar, pues le obliga a decirnos algo.


El avance es enorme. Hasta entonces el pintor miraba un conjunto, sin decantarse por algo, pero ahora el artista mira muchas cosas, contemplando solo una que le altera de tal modo que necesita compartirla, pues si no sus sentimientos le ahogarían. Me atrevo a decir que solo nace una obra de arte si sucede esto. Veamos tres ejemplos: uno de pintura japonesa sobre papel...


..., otro la expresión de Inocencio X, según Velázquez....


... y por fin algo más actual, lo que nos dice Robert Hupka sobre la Piedad de Miguel Ángel....


Gran avance, que permanece hasta hoy y me atrevo a asegurar que existirá siempre. Ver y luego mirar, para terminar contemplando ¡y yo qué sé! que nos obliga a comunicarlo a los demás, so pena de enloquecer. Siento que esto es el Arte: no saber como hablarlo y estallar para mostrarlo. Sea en cualquiera de las Artes Plásticas, en Música o ... Pero hay que seguir adelante, avanzando, que lo exige el estar vivo; demos otro salto en el tiempo...

En cierto momento un artista entrecerró los ojos... No es ya que quedase muy lejos aquella mirada que se detenía sucesivamente y por igual en todo, o aquella que luego se fijaba en algo concreto, dejando borroso lo demás, sino que ahora comenzaba a soñar... La primera enfocaba todo con precisión, la segunda solo algo, pero la que nace entorna los ojos, duele tanto lo que contempla que deja que la realidad impresione alma, corazón y vida y el resultado...


Le permitirán a este ignorante defender que el gran cambio en el enfoque de la mirada pictórica nació de la mano de don Francisco de Goya y Lucientes. Como todo lo recién nacido, ver como será cuando llegue a adulto exige imaginación, pero acérquense a su pincelada y comprenderán.  Comprenderán la evolución que muestra la obra de Turner y el pensamiento de Constable: «La forma de un objeto es indiferente; la luz, la sombra y la perspectiva siempre lo harán hermoso»


Hasta que otros visionarios sintieron que la pintura tenía que volver la mirada a lo natural y que para ser fiel a lo que vemos es esencial recoger la primera impresión que nos produce aquello que se encuentra ante nuestros ojos. Querían captar el instante, por lo que pintaban con gran rapidez, directamente del natural, al aire libre y solo con cuatro colores básicos; solo así sería posible reproducir la esencia de la realidad. Quedaba muy atrás aquella mirada enfocada exactamente sobre todas las figuras y objetos, y también la que se centraba en algo concreto dejando el resto más o menos desenfocado; desde ese momento la mirada pictórica podríamos explicarla como la desenfocada de un miope.


Pero lo que me pedía mi amiga es que explicase como se había llegado a la Abstracción. Todo consiste en como se mira. Con tanto detalle, como si lo hiciésemos con lupa; a lo normal; con los ojos entrecerrados como si nos acabásemos de despertar; o simplemente cerrándolos y dejando que todo aquel maremagnum que inunda nuestro interior se muestre a través de unos pinceles. ¿Han cerrado los ojos alguna vez y apretados los párpados con fuerza?; ¿qué ven?.. ¡Un universo de manchas y colores en movimiento!. La pintura abstracta no es más que pintar lo de dentro. Como decía don Rafael.....

 Fenetrês