Cuando estamos ante una pretendida obra de arte nos sentimos confusos... -"¡Coño, que es esto!. ¡Vaya mamarracho!. ¿Y ahora que digo?. ¿Cuanto tiempo tengo que estar mirando?. ¡Como me duelen los pies!. ¡Vaya pinta que lleva ese!.....".
El arte es una de las maneras que tenemos para expresarnos, para comunicarnos con los demás y, ¡desde luego!, para "remover" la mente de otras personas.
Marcel Duchamp, reconocido como el artista más influyente del siglo XX, expuso en el año 1917 un urinario de pared -un "readymade"- denominado "Fountain". Según confesó más tarde, estaba harto del "arte oficial", academicista, figurativo, anquilosado, y pretendía transmitir una idea muy simple: Ninguna obra humana es perfecta y el hombre evoluciona constántemente, por lo que la auto complacencia estética de aquella sociedad estaba empobreciendo el Arte y limitando el progreso artístico.
Fué un escándalo. Y el hecho "corrió de boca en boca". Se hizo famoso. Lo lamentaba tiempo después : "Les arrojé a la cara el urinario y me lo devolvieron convertido en arte..".
Así podemos comprender que el artista no pretende lograr algo bello únicamente. En muchas ocasiones busca decirnos "cosas", impresionarnos para lograr que nos desplacemos de donde nos hemos "acoflado", activar nuestra vitalidad...
Por lo tanto, no se trata de que cada vez que nos hallemos ante una obra caigamos en éxtasis, no. Se trata de que nos preguntemos: ¿Qué siento?. ¿Qué me provoca?.
Puede haber multitud de respuestas.. Y, desde luego, es perféctamente admisible esta : NADA.
El arte es una de las maneras que tenemos para expresarnos, para comunicarnos con los demás y, ¡desde luego!, para "remover" la mente de otras personas.
Marcel Duchamp, reconocido como el artista más influyente del siglo XX, expuso en el año 1917 un urinario de pared -un "readymade"- denominado "Fountain". Según confesó más tarde, estaba harto del "arte oficial", academicista, figurativo, anquilosado, y pretendía transmitir una idea muy simple: Ninguna obra humana es perfecta y el hombre evoluciona constántemente, por lo que la auto complacencia estética de aquella sociedad estaba empobreciendo el Arte y limitando el progreso artístico.
Fué un escándalo. Y el hecho "corrió de boca en boca". Se hizo famoso. Lo lamentaba tiempo después : "Les arrojé a la cara el urinario y me lo devolvieron convertido en arte..".
Así podemos comprender que el artista no pretende lograr algo bello únicamente. En muchas ocasiones busca decirnos "cosas", impresionarnos para lograr que nos desplacemos de donde nos hemos "acoflado", activar nuestra vitalidad...
Por lo tanto, no se trata de que cada vez que nos hallemos ante una obra caigamos en éxtasis, no. Se trata de que nos preguntemos: ¿Qué siento?. ¿Qué me provoca?.
Puede haber multitud de respuestas.. Y, desde luego, es perféctamente admisible esta : NADA.
1 comentario:
Absolutamente de acuerdo por eso no a todos nos tiene que provocar lo mismo, me encanta poder decir del arte (como de cualquier otra cosa) me gusta, me disgusta, me emociona, me entristece, "no me dice nada"...
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