Empiezo a escribir sin haber determinado el título del artículo. Sé lo que quiero expresar pero condensarlo ahora en una o dos palabras me es imposible.
Nadie, nadie puede vivir en soledad. No sé muy bien Que creo y me atrevo mucho menos a suponer que es lo que cree quien me lee. Pero.., a estas alturas y marchitadas casí todas mis ilusiones, he dejado de lado parte de mi soberbia y, en lugar de guiarme por mi cientificismo anterior, me abandono al "ojo clínico" que todo lo vivido ha creado en mí .
Y mi "ojo clínico" percibe con una fuerza extraordinaria que he nacido como parte de un Todo. No tengo la menor idea de porque ní que es lo que se quiere de mí, pero anhelo compartir mi vida con otros {Ahora mismo acabo de saber como titular estas palabras}. No es una entelequia; no pretendo dispersarme sino paladear cada uno de los instantes de convivencia con otras personas que me regala la existencia. Pequeños pasos, pequeños detalles, pequeños placeres...
¿ Sino qué creéis que hago aquí ?. Abrirme ante vosotros, disfrutaros...
Pero surgen problemas.. Convivir no deja de ser un conflicto. Pensemos en el caso más claro.., en la pareja. Por un lado ponen en juego el sentimiento que les une y sus "bondades" personales; por el otro sus egoismos, sus manías, sus complejos...
Permitidme que reduzca lo positivo al sentimiento, al afecto o al amor -sí lo hay-, y que aglutine todo lo negativo en una sola realidad : Nuestro(s) miedo(s).
Como con la salud, sólo reparamos en lo que no va bien, en nuestros problemas, en nuestra melancolía.. Sí maridáis estos dos últimos párrafos, pocos reparan en el Amor.. No da problemas. Pero nuestros miedos lo pueden triturar...
Vivir es pues, convivir y convivir es vivir enamorado. Lo único que se nos exige es no tener miedo, vencerlo, expulsarlo de la vida....
¡Valentía!. Sólo quien sabiendo de su miedo, sintiendo que cala hasta los tuétanos, se entrega y se arriesga e intenta superarlo, vivirá. Lo de menos es el resultado. Sólo importa luchar y entregarse.. Que cada uno encuentre porque y a quien.
Nadie, nadie puede vivir en soledad. No sé muy bien Que creo y me atrevo mucho menos a suponer que es lo que cree quien me lee. Pero.., a estas alturas y marchitadas casí todas mis ilusiones, he dejado de lado parte de mi soberbia y, en lugar de guiarme por mi cientificismo anterior, me abandono al "ojo clínico" que todo lo vivido ha creado en mí .
Y mi "ojo clínico" percibe con una fuerza extraordinaria que he nacido como parte de un Todo. No tengo la menor idea de porque ní que es lo que se quiere de mí, pero anhelo compartir mi vida con otros {Ahora mismo acabo de saber como titular estas palabras}. No es una entelequia; no pretendo dispersarme sino paladear cada uno de los instantes de convivencia con otras personas que me regala la existencia. Pequeños pasos, pequeños detalles, pequeños placeres...
¿ Sino qué creéis que hago aquí ?. Abrirme ante vosotros, disfrutaros...
Pero surgen problemas.. Convivir no deja de ser un conflicto. Pensemos en el caso más claro.., en la pareja. Por un lado ponen en juego el sentimiento que les une y sus "bondades" personales; por el otro sus egoismos, sus manías, sus complejos...
Permitidme que reduzca lo positivo al sentimiento, al afecto o al amor -sí lo hay-, y que aglutine todo lo negativo en una sola realidad : Nuestro(s) miedo(s).
Como con la salud, sólo reparamos en lo que no va bien, en nuestros problemas, en nuestra melancolía.. Sí maridáis estos dos últimos párrafos, pocos reparan en el Amor.. No da problemas. Pero nuestros miedos lo pueden triturar...
Vivir es pues, convivir y convivir es vivir enamorado. Lo único que se nos exige es no tener miedo, vencerlo, expulsarlo de la vida....
¡Valentía!. Sólo quien sabiendo de su miedo, sintiendo que cala hasta los tuétanos, se entrega y se arriesga e intenta superarlo, vivirá. Lo de menos es el resultado. Sólo importa luchar y entregarse.. Que cada uno encuentre porque y a quien.
2 comentarios:
Luís, pensaba responderte aquí brévemente pero el asunto merece algo de publicidad. Permíteme que escriba un artículo...
A mi me da que primero nos debemos entregar a nosotros mismos ¿cómo saber luchar por alguien si por nosotros no sabemos?. Me planteo también si de verdad hemos amado... ná, es el momento...
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