"La gota que colma el vaso" es una expresión española que describe el momento en que algo que en si mismo no tiene mayor importancia incide en una situación y como consecuencia de esa minucia el "statu quo" existente desaparece.
Los políticos españoles parecen estar empeñados en verter aquella gota. Viven en un mundo muy simple. El ambiente político no es sólo heredero del existente en el régimen de Franco sino que ha llegado a ser un destilado exquisito de aquel.
Franco pensaba que España era un cuartel y que él era su jefe. El problema no está en que se haga lo conveniente y bueno sino en porque se hace. Quien dirige la sociedad no debe dirigirla por los resultados que ofrece sino porque los miembros de esa sociedad acuerdan que lo haga. Lógicamente hay que esperar que el elegido resulte ético y eficiente en su labor y que los electores valoren sus méritos, pero el axioma es "nos diriges porque así lo decidimos".
Pues bien, los políticos españoles no han conseguido desprenderse de la herencia del régimen precedente. Es cierto que son elegidos por acuerdo social, aunque habría mucho que hablar del imperfectísimo sistema electoral...
Pero una vez en la "poltrona" su objetivo es mantenerse en el poder de modo que toda su actividad se subordina a la consecución de dicha meta. El espacio vital de los políticos es exclusívamente el que ocupan ellos, sus problemas, sus necesidades, sus interrelaciones, su futuro...
Como resultado, viven en un mundo del que han hecho desaparecer a sus electores y en el que, en consecuencia, no es preciso gestionar los problemas "de la calle". El abandono de la sociedad por sus dirigentes es manifiesto. El resultado es que los políticos hablan a los ciudadanos de un "mundo" irreal.
Entonces..., ¿ los electores ?. Los electores, los ciudadanos, tienen el mismo problema; están educados en un ambiente de obediencia y carecen de la necesidad de exigir responsabilidades. Actúan por simpatías, odios y afinidades, cuando no por el más descarado clientelismo.
Y el "vaso social" se llena... ¿Estará cerca la "gota que colma el vaso"?.
Los políticos españoles parecen estar empeñados en verter aquella gota. Viven en un mundo muy simple. El ambiente político no es sólo heredero del existente en el régimen de Franco sino que ha llegado a ser un destilado exquisito de aquel.
Franco pensaba que España era un cuartel y que él era su jefe. El problema no está en que se haga lo conveniente y bueno sino en porque se hace. Quien dirige la sociedad no debe dirigirla por los resultados que ofrece sino porque los miembros de esa sociedad acuerdan que lo haga. Lógicamente hay que esperar que el elegido resulte ético y eficiente en su labor y que los electores valoren sus méritos, pero el axioma es "nos diriges porque así lo decidimos".
Pues bien, los políticos españoles no han conseguido desprenderse de la herencia del régimen precedente. Es cierto que son elegidos por acuerdo social, aunque habría mucho que hablar del imperfectísimo sistema electoral...
Pero una vez en la "poltrona" su objetivo es mantenerse en el poder de modo que toda su actividad se subordina a la consecución de dicha meta. El espacio vital de los políticos es exclusívamente el que ocupan ellos, sus problemas, sus necesidades, sus interrelaciones, su futuro...
Como resultado, viven en un mundo del que han hecho desaparecer a sus electores y en el que, en consecuencia, no es preciso gestionar los problemas "de la calle". El abandono de la sociedad por sus dirigentes es manifiesto. El resultado es que los políticos hablan a los ciudadanos de un "mundo" irreal.
Entonces..., ¿ los electores ?. Los electores, los ciudadanos, tienen el mismo problema; están educados en un ambiente de obediencia y carecen de la necesidad de exigir responsabilidades. Actúan por simpatías, odios y afinidades, cuando no por el más descarado clientelismo.
Y el "vaso social" se llena... ¿Estará cerca la "gota que colma el vaso"?.
2 comentarios:
Estoy de acuerdo con lo que dices. La gota que colme el vaso puede suceder en las próximas elecciones, quizas sea el voto en blanco (850.000, en el pasado referendum, ciudadanos activos que creen que debe existir una forma de hacer politica, en la que los intereses partidistas se anulen y primen los del pueblo).
Apostillo tu comentario "gyoni". A los políticos sólo les importa el tipo de votos que les lleva al poder o se lo quita; el resto lo ignoran.
Dudo de que exista una solución electoral.
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