Decía don Miguel de Cervantes, al que nadie hace puñetero caso y por eso le dedican una conmemoración de vez en cuando, que no puede haber buen gobierno de las tropas sin mejor gobierno de las tripas.
Aunque no tiene nada que ver con lo que os voy a contar, no está de más recordar que el susodicho Cervantes sentó plaza de soldado y se quedó manco en Lepanto, en tiempos en que las cosas estaban más claras que ahora, pues los ejércitos no eran O.N.G.s y todo el mundo sabía "a que jugaba".
No como ahora, que primero les "planchas" a bombazos y luego te acercas a curarles y darles caramelos. Claro, luego llegan los de M.S.F. -que aquí entre nosotros le echan "un par"- y como los lugareños no saben sí toca caramelo, cura o bomba, les reciben "tal que así" y más de uno dejó la pelleja intentando ayudar al prójimo. Y se quejan de la confusión.
Pobres diablos. Ayudando a los desheredados sin tener un ministro cualquiera que se saque una foto con ellos o un heróico periodista que, arriesgando más que nadie, cuente tanta miseria...
(De pequeñarro me enseñaron que ante Dios no hay héroes anónimos...)
¡Divago!. Serán los años...
Pues no. Los años, mayórmente, me han traido la "pitopausia" -dicho sea con todo respeto-, por lo que ahora practico (soñar es otra cuestión) otros placeres, como el buen yantar, con los que no hago mal a nadie y además consigo llevar la contraria a todo lo políticamente correcto actual .
¡Sí seré puñetero que, yo que nunca fumé y me mareo con el sabor del tabaco, cuando estoy con alguien enciendo una pipa y humeo cual locomotora a vapor!. Con tal de joder.., ¡lo que sea! (No sé sí se aprecia el sutil juego de palabras..).
Bueno, a lo que iba desde el principio. Me he dicho: "Te tienes que homenajear, chaval, que quedan cuatro días". Y me he organizado una cena en el pueblo..
"P'abrir boca" unas rabas; en Santander llamamos así a los trozos de calamar pasados por una fina capa de la mejor harina y fritos en aceite humeante.
"Endispués", unas pochas magníficas -¡y no estamos en temporada!- guisadas con sus buenos trozos de rape y langostinos.., grandes, gordos,..
"Aluego" un abacanto -bogavante, por otras señas- abierto por mitad y a la parrilla (hay que cuidar la línea y, ya se sabe, de grandes cenas están las sepulturas llenas...; aunque yo siempre creí que estaban más llenas de muertos de hambre...).
Y de dulce, un arroz con leche.
Y para que no se me secase el gaznate, un excelente Albariño.
Las raciones.., como yo, de mi tamaño. O sea, tipo animal.
Así que ya véis. Estoy contento......................
Aunque no tiene nada que ver con lo que os voy a contar, no está de más recordar que el susodicho Cervantes sentó plaza de soldado y se quedó manco en Lepanto, en tiempos en que las cosas estaban más claras que ahora, pues los ejércitos no eran O.N.G.s y todo el mundo sabía "a que jugaba".
No como ahora, que primero les "planchas" a bombazos y luego te acercas a curarles y darles caramelos. Claro, luego llegan los de M.S.F. -que aquí entre nosotros le echan "un par"- y como los lugareños no saben sí toca caramelo, cura o bomba, les reciben "tal que así" y más de uno dejó la pelleja intentando ayudar al prójimo. Y se quejan de la confusión.
Pobres diablos. Ayudando a los desheredados sin tener un ministro cualquiera que se saque una foto con ellos o un heróico periodista que, arriesgando más que nadie, cuente tanta miseria...
(De pequeñarro me enseñaron que ante Dios no hay héroes anónimos...)
¡Divago!. Serán los años...
Pues no. Los años, mayórmente, me han traido la "pitopausia" -dicho sea con todo respeto-, por lo que ahora practico (soñar es otra cuestión) otros placeres, como el buen yantar, con los que no hago mal a nadie y además consigo llevar la contraria a todo lo políticamente correcto actual .
¡Sí seré puñetero que, yo que nunca fumé y me mareo con el sabor del tabaco, cuando estoy con alguien enciendo una pipa y humeo cual locomotora a vapor!. Con tal de joder.., ¡lo que sea! (No sé sí se aprecia el sutil juego de palabras..).
Bueno, a lo que iba desde el principio. Me he dicho: "Te tienes que homenajear, chaval, que quedan cuatro días". Y me he organizado una cena en el pueblo..
"P'abrir boca" unas rabas; en Santander llamamos así a los trozos de calamar pasados por una fina capa de la mejor harina y fritos en aceite humeante.
"Endispués", unas pochas magníficas -¡y no estamos en temporada!- guisadas con sus buenos trozos de rape y langostinos.., grandes, gordos,..
"Aluego" un abacanto -bogavante, por otras señas- abierto por mitad y a la parrilla (hay que cuidar la línea y, ya se sabe, de grandes cenas están las sepulturas llenas...; aunque yo siempre creí que estaban más llenas de muertos de hambre...).
Y de dulce, un arroz con leche.
Y para que no se me secase el gaznate, un excelente Albariño.
Las raciones.., como yo, de mi tamaño. O sea, tipo animal.
Así que ya véis. Estoy contento......................
5 comentarios:
¡Madre mia! ¿Qué celebrabas?
El reencuentro conmigo mismo...
Disfrutarás Gisela, disfrutarás. Es como una revelación; de pronto, comprendes que eres independiente...
He llegado un poco tarde a la cena,porque si me llego a enterar del menú me pongo en un pis pas en Santander, es que el marisco es mi debilidad,la próxima invita, por favor :))
Sin duda, Maruja, pero sí paso por Granada.. ¿probaré una tortilla sacromonte?.
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