Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 13 de junio de 2005

El poder y la gloria...., efímeros

Quizás hayáis sentido cierta irritación leyendo alguna noticia sobre el afán de cualquier personaje público por mantenerse en el cargo que le hace poderoso. "Amor a la poltrona" es una expresión coloquial que explica muy bien hacia donde se dirigen las preocupaciones de estos individuos.
No les tengo ninguna simpatía. Del poder sólo me atrae la posibilidad de vivir acontecimientos que nuestros descendientes leerán en los libros de historia. Pero sé quien soy, que soy y nunca olvidaré mis limitaciones, por mucho oropel que me rodee.
Ahora bien; conozco la fuerza del poder, la he vivido... La mayoría de nosotros nos consideramos honrados y honestos por la simple razón, los primeros, de que nunca tuvimos más de dos monedas juntas a nuestro alcance y los segundos porqué lo más cerca que estuvimos de una real hembra, o un Tarzán, fué cuando les vimos en la pantalla del televisor.
(Aprovechando. En español, la honradez trata del dinero y la honestidad del holgar sexual. Sí queréis empobrecer vuestro vocabulario seguid utilizando el "spanglish"; de cada palabra dejaréis de pronunciar unas cuantas sílabas y, además, con un solo vocablo diréis "tropecientas" cosas diferentes. Es como creer que calentando en el microondas un plato precocinado le ofrecéis a vuestra invitada una cena de ensueño..).
¡Pero cuando se "toca" el dinero.., el sexo.. profundo..., o el poder...!. Calladitos estaréis más guapos; no os atreváis a decir "de este agua no beberé..", pues mayores fuerzas que las vuestras han sido tentadas y rendidas....
Y como no hay mejor prédica que el ejemplo, os contaré uno de mis sucedidos....
Los miércoles eran días de presentación de Cartas Credenciales por los embajadores acreditados ante el Reino de España. La ceremonia se lleva a cabo en el Palacio Real de Madrid -el Palacio de Oriente-.
El protocolo era muy vistoso, pues a los embajadores se les traía en carrozas a Palacio, escoltados por Lanceros del Escuadrón del Regimiento de la Guardia. Llegados a la Plaza de la Armería eran recibidos por diplomáticos de nuestro Ministerio de Asuntos Exteriores y acompañados por el Introductor de Embajadores.
Un pequeñísimo grupo de oficiales de la Guardia hacíamos antesala, por sí fuese requerida nuestra presencia ante cualquier eventualidad, más que nada para atender a los miembros de la legación extranjera.
Aquel día, recuerdo que presentaba sus Cartas el embajador del Reino Unido... No recuerdo mucho más, pues lo que se ha quedado "grabado a fuego" en mi memoria es lo que relato a continuación...
Yo tenía prisa por volver a mi casa y, aprovechando un momento de tranquilidad, le dije al responsable de la "caravana": "Manolo, ¿puedo volver con vosotros?". Me autorizó y me dijo que fuese en el coche de "respeto"... (La caravana es esa columna de vehículos en que se traslada un Jefe de Estado y el vehículo de respeto es el que se mantiene en reserva por sí el automóvil en el que va aquel sufriese alguna incidencia).
Así que al concluir la presentación subí, vestido con mi uniforme de Gran Gala, a un espléndido Rolls-Royce "Phantom IV" que llevaba por matrícula la bandera de España......
La caravana se puso en marcha, atravesando los jardines del palacio -El Campo del Moro- para salir por una de sus puertas...
Al poco tiempo de circular por la calle noté algo extraño... No sabía que pasaba, pero.....
Fué como una iluminación... ¡Lo comprendí al pronto!.
¡¡¡EL PUEBLO ME ACLAMABA!!!. En un instante supe lo que ocurría.... De Gran Gala, una figura semiborrosa, el Rolls,....
Antes de poder pensar..., mi mano -enfundada en un guante de cabritilla casi blanco- se agitó suávemente en el aire... Saludé magnánimo a mis "nuevos súbditos"....................... Y así seguí, elegante y displicente, mientras nos deslizábamos hacia la autopista de La Coruña...
En ningún momento llegué a pensar... No podía.... Había estallado en mi interior un intensísimo orgasmo mental....... YO. YO. EL PODER..........
Y lo del orgasmo... Por poco no deja de ser una figura retórica....
Unas horas más tarde, vestido de paisano, tomaba café en una terraza. Como espero que sepáis, después de un buen orgasmo se queda uno "para el arrastre", agotado, y a mí, particulármente, me da por filosofar......
Elucubraba yo... ¡La vida es sueño, qué ya lo escribió otro soldado -don Pedro Calderón de la Barca-!. Hace poco te aclamaban; ahora ní te miran... Sigues siendo el mismo. El poder no deja de ser una ilusión..................
Recordarlo....................
Post Scriptum.- ¡Je, je; "que me quiten lo bailao"!.

2 comentarios:

Luis Caboblanco dijo...

A ver si va a ser verdad aquello de que "todo el mundo goza alguna vez en su vida de cinco minutos de gloria"...

Turulato dijo...

Depende. Cada uno situamos "el listón" de la gloria a una altura distinta y entendemos, también, lo que es de forma diferente.
La gloria pública, de la que trata el artículo, no llega a todos. Tampoco merece esfuerzo alguno. A mi modo de ver..