Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

martes, 8 de diciembre de 2009

La voz que mece...

He vuelto a escuchar a Billie Holiday. ¡Qué placer!. Y si algo exige ser compartido es el gozo. ¡Silvia, como DJ eres única!.





Un rato después, no puedo evitar volver a copiar la elección de Silvia. Sería imperdonable, habiéndola oído, no compartirla. Es cultura, es Arte, es vida, es sufrimiento.




Los árboles del sur tienen un fruto extraño / Sangre en las hojas y sangre en la raíz / Cuerpos negros balanceándose en la brisa del sur/ Extraño fruto que cuelga de los álamos.

Escena pastoral del galante sur / Los ojos abultados, la boca torcida / El aroma de las magnolias, dulce y fresco / Y de pronto el olor de la carne quemada.

Aquí está el fruto que arrancarán los cuervos / Para que reciba la lluvia, para que lo chupe el viento / Para que el sol la madure, para que los árboles la suelten / Aquí está una extraña y amarga cosecha.

3 comentarios:

Silvia dijo...

Como dices, sería imperdonable no compartirla Y así siento cuando comparto cada una de las canciones que me gustan.
La primera es más intimista, pero la segunda, creo que debería ser de audición obligatoria en los colegios. Para que no volvamos a repetir los mismos errores, aunque con otros colores.

Unknown dijo...

Decía que ambas canciones me gustan muchísimo

Y que veo que poco a poco la música va haciendo de las suyas. Y ya obliga a los que quieren parecer reticentes aturullados a reconocer en voz alta, sin ocultamientos, que stán seducidos por la música, por su música. Saben de su poder para penetrar por cada uno de los poros de nuestra superficie corporal y desde ahí fluir con suavidad a nuestro ser interior para luego arremolinarse en algún lugar donde se deposita el sentimiento.

Reconozcámoslo: no hay nada superior para hacernos vibrar, para hacernos llorar, para obligarnos a recordar hasta el olor de una piel. Y para inundarnos con un sentimiento. Incluso creo que es capaz de inducirnos un estado de enamoramiento. ¿O quién no recuerda aquella melodía que oía o bailaba la primera vez que su corazón se sintió embargado por lo que luego entendió que era amor? ¿Como podemos expresar mejor nuestro sentimiento y nuestra pasión que con una canción como estas?

No creo que pueda volver a hacernos sentir exactamente lo que sentimos en su momento, pero comprobamos como es posible la transformación de un sentimiento en arte


Dos magníficos ejemplos, dos pathos diferentes. Ambos tristes, ambos cantan la pérdida: el primero de lo que nunca pude ser más que trágica locura, enajenación enamorada; el segundo, la locura colectiva de una sociedad depravada.

Anónimo dijo...

Y la música puede ser un punto de encuentro entre personas de diferentes ideologías, culturas...

Gracias por compartir tanta belleza.