Un misterio..., si. Este artículo va a tratar sobre algo que desconocemos, aunque más que nuestra ignorancia lo que pretendía era .... ¿ocultar un mensaje?; quizás estaba ansioso de que todos lo supiesen, pero no podía decirlo en público... O, quizás, no era lo que todos podían ver y no quiso que la verdad quedase oculta para siempre... Quien sabe.
Jan van Eyck (Maastricht, c. 1390 - Brujas, 1441) trabajó en Brujas junto con Robert Campin. Fue fundador del Ars nova, estilo pictórico del gótico tardío del siglo XV, que anuncia el renacimiento nórdico en Europa. En tal sentido van Eyck es el más célebre de los pintores conocidos como Primitivos Flamencos.
Van Eyck es influido por los hermanos Limbourg —extraordinarios miniaturistas—, por el escultor Klaus Sluter —la forma de representar los pliegues de las telas que Sluter talla en piedra es prácticamente la misma con que van Eyck los pinta—, y por el poco conocido pero valioso pintor Broedeldam.
Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas de representación del espacio tridimensional.
En lo atinente a la búsqueda de los efectos tridimensionales, van Eyck no recurre tanto a la perspectiva mediante un punto de fuga, sino que logra dar cierta impresión de tridimensionalidad empleando la técnica de las «veladuras» o ténues capas de óleo aplicadas unas sobre otras y todas sobre un soporte, que suele ser una tabla de madera (generalmente de haya) pulida y pintada de blanco, con lo que se logra la reflexión de la luz, con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de profundidad. Van Eyck se atrevió con estos métodos a intentar lo que luego se llamaría "Trompe l'œil" o Trampantojo.
Muchas veces se ha atribuido a van Eyck la invención de la pintura al óleo, sí bien esta técnica ya era bastante conocida en Flandes desde el siglo XIV, como lo documenta el llamado Manuscrito de Estrasburgo. La invención que realiza van Eyck es la de la fórmula del óleo con secado rápido, técnica que permite, entre otras cosas, la feliz composición mediante veladuras ya mencionada.
Van Eyck hace gala de un extremado realismo, que causó furor entre su clientela: Sus retratados eran fielmente ellos mismos, sin artificiosas elegancias ni idealizaciones.
Como en los folletines de misterio hay que ir poquito a poco; ¿os gusta el chucho?. Fijaros en sus ojillos.. Os está mirando.. ¿Qué pensará?; desde luego está convencido, pues su mirada es firme. Para mí que no espera mucho de vosotros; buenas intenciones al principio, muecas y aspavientos luego.. Pero, creo que se da cuenta de que hacemos mucho ruido, pero que tenemos pocas nueces. Promesas humanas, pequeños humos que diluye el viento.... Trampas.
Jan van Eyck (Maastricht, c. 1390 - Brujas, 1441) trabajó en Brujas junto con Robert Campin. Fue fundador del Ars nova, estilo pictórico del gótico tardío del siglo XV, que anuncia el renacimiento nórdico en Europa. En tal sentido van Eyck es el más célebre de los pintores conocidos como Primitivos Flamencos.
Van Eyck es influido por los hermanos Limbourg —extraordinarios miniaturistas—, por el escultor Klaus Sluter —la forma de representar los pliegues de las telas que Sluter talla en piedra es prácticamente la misma con que van Eyck los pinta—, y por el poco conocido pero valioso pintor Broedeldam.
Este periodo del arte flamenco se caracteriza por el naturalismo de vívidos colores al óleo, la meticulosidad de los detalles, la precisión de las texturas y la búsqueda de nuevos sistemas de representación del espacio tridimensional.
En lo atinente a la búsqueda de los efectos tridimensionales, van Eyck no recurre tanto a la perspectiva mediante un punto de fuga, sino que logra dar cierta impresión de tridimensionalidad empleando la técnica de las «veladuras» o ténues capas de óleo aplicadas unas sobre otras y todas sobre un soporte, que suele ser una tabla de madera (generalmente de haya) pulida y pintada de blanco, con lo que se logra la reflexión de la luz, con el consecuente brillo de la pintura y una sugestión de profundidad. Van Eyck se atrevió con estos métodos a intentar lo que luego se llamaría "Trompe l'œil" o Trampantojo.
Muchas veces se ha atribuido a van Eyck la invención de la pintura al óleo, sí bien esta técnica ya era bastante conocida en Flandes desde el siglo XIV, como lo documenta el llamado Manuscrito de Estrasburgo. La invención que realiza van Eyck es la de la fórmula del óleo con secado rápido, técnica que permite, entre otras cosas, la feliz composición mediante veladuras ya mencionada.
Van Eyck hace gala de un extremado realismo, que causó furor entre su clientela: Sus retratados eran fielmente ellos mismos, sin artificiosas elegancias ni idealizaciones.
Como en los folletines de misterio hay que ir poquito a poco; ¿os gusta el chucho?. Fijaros en sus ojillos.. Os está mirando.. ¿Qué pensará?; desde luego está convencido, pues su mirada es firme. Para mí que no espera mucho de vosotros; buenas intenciones al principio, muecas y aspavientos luego.. Pero, creo que se da cuenta de que hacemos mucho ruido, pero que tenemos pocas nueces. Promesas humanas, pequeños humos que diluye el viento.... Trampas.
Iconográfica y simbológicamente no es tan compleja como "La Tempestad" de Giorggione, el joven maestro de Vecellio di Gregorio Tiziano, pero cada uno de sus elementos compositivos nos traslada una idea, una creencia, una certificación..
Es una pintura misteriosa. Rememora uno de los momentos más intensos de la existencia humana, aquel en que un hombre y una mujer se entregan mutuamente; como la obra de Rembrandt “La novia judía”, nos revela el significado inherente del matrimonio. A pesar de que la escena representada ocupa un pequeño espacio, el pintor ha compuesto la obra de manera que está repleta de símbolos…. El perro pequeño, en primer plano, es un emblema de la fidelidad y del amor.
A la izquierda, las naranjas, colocadas sobre la banqueta y en el alféizar de la ventana, nos recuerdan la inocencia original, perdida a la salida del Paraíso, aunque hay quien se inclina a pensar que son manzanas y, entonces, representarían la tentación a pecar a través del conocimiento.
La cama, lista para la noche de bodas, con sus cortinas rojas brillantes, evoca la parte física del amor, su consumación, que, según la doctrina cristiana, es una parte esencial de la unión perfecta del hombre y la mujer. El calzado casero de ambos, señal de la intimidad de la escena, está a la vista; en primer plano, claramente visible y destacado, el de él y casi oculto, recatado, bajo la colcha de la cama, el de ella. Símbolo clarísimo sobre el papel social de uno y otro.
"El matrimonio Arnolfini" es el nombre por el que se conoce al retrato de una pareja, pintado por Jan van Eyck y del que se desconoce el título. Se conserva en la National Gallery de Londres.
Giovanni Arnolfini, un próspero banquero italiano establecido en Brujas, y su esposa Giovanna Cenami, aparecen juntos en su cámara, frente al espectador y dándose la mano.
El marido está situado a la derecha de la pareja, en lugar preeminente y en actitud de bendecir, o quizás de realzar mediante el gesto la importancia del compromiso ante el testigo. En cualquier caso, habla por ambos.
Sobre sus cabezas, la única vela que arde, a plena luz del día, en uno de los brazos de la lámpara de cobre labrado, puede interpretarse como la llama nupcial, símbolo del matrimonio, que nunca se apaga pese a las dificultades de la vida, o como la presencia constante de Dios, que recibe en el Libro de la Vida la existencia humana -que empleará el Día del Juicio-.
Aunque todos estos elementos tienen mucho significado, su importancia es secundaria comparada con la del espejo, el punto focal de toda la composición. En él se reflejan dos figuras, que están de pie en la puerta de entrada de la estancia. Posiblemenente, el pintor y un testigo, que, siguiendo la costumbre de aquel tiempo en el país, daría fe de la consumación física del matrimonio.
Pero lo esencial es que la convexidad del espejo nos permite contemplar a la vez la totalidad de los elementos de la escena, incluso con mayor amplitud que el propio cuadro, como sucede con el cielo y el jardín, en el exterior. El espejo actúa así como una ventana espacial, que aspira a ser un escenario donde se represente la totalidad de la vida real.
Todo el espacio es un estudio en perspectiva de la realidad, cuando la perspectiva que conocemos hoy como renacentista estaba por llegar. Van Eyck utiliza su capacidad heurística, sin ser consciente de las leyes de la perspectiva. Así, su técnica utiliza el espejo para sobrepasar los límites espaciales que limitan la representación de la escena.
En la pared, sobre el espejo, figura la inscripción “Johannes de Eyck fuit hic” y debajo la fecha, 1434… El problema es que el matrimonio, según los datos encontrados en los archivos, se celebró 10 años más tarde….
“El Matrimonio Arnolfini” es un cuadro lleno de enigmas, tanto como de belleza. Tradicionalmente aparece en los catálogos como el matrimonio de uno de los miembros de la poderosa familia de comerciantes luqueses Arnolfini.
La colonia luquesa era muy importante en Flandes, como otras italianas. Los Arnolfini que pudieran haber contraído matrimonio en aquella época eran dos hermanos, Giovanni y Michele. Se cree que en este caso el marido es Giovanni, que se casó con Giovanna Cenami.
Sin embargo, el gesto del marido al tomar la mano de su esposa contradice la teoría, pues ese gesto implica superioridad social ante una mujer que, de ser Giovanna, era de clase superior a la de su esposo. Por esa razón, algunos investigadores creen que se trata de Michele, que desposó a una tal Elizabeth, de familia desconocida, por lo que su gesto sería una muestra de protección y el primer paso para introducirla en un nivel social superior al de su cuna, por lo que podríamos estar no ante una noche de bodas sino ante el reconocimiento "notarial" como señora de la casa de Elizabeth.
Otro enigma nos lo proporciona la inscripción de van Eyck en el muro del fondo, en bellísimos caracteres góticos entrelazados. La inscripción no dice que van Eyck pintara el cuadro, sino que "Jan van Eyck estuvo aquí".
Es una extraña declaración, que se explica sí pensamos que van Eyck era amigo de los Arnolfini y que probablemente actuara de padrino o testigo de la boda. A esta solución apunta también el espejo del muro, que refleja a dos asistentes al enlace, uno de los cuales parece un pintor (el que está vestido de azul) y el otro sería el testigo, el propio van Eyck... Pero entonces.., ¿quién es el pintor?.
La minuciosidad de van Eyck permite identificar no sólo las figuras reflejadas, sino también los adornos del espejo: Son diez escenas con la Pasión y Muerte de Jesucristo. Otros elementos simbólicos que han llenado de conjeturas el cuadro aparecen en la estancia como simples objetos dispersos por la habitación, como la esculturita de Santa Margarita en el pomo de la cama, el manojo colgado de la misma cama que simboliza la fertilidad, y así un largo etcétera.
Casi todos los elementos que aparecen tienen algo que ver simbólicamente con la escena, pero van Eyck los pinta como accesorios ¿casuales? esparcidos por la habitación.
Respecto a la esposa, señalaremos la curiosa moda femenina que las damas llevaban: Se rapaban la frente y se adornaban con una toca en forma de cuernos (tal y como vemos en el "Retrato de Margarita van Eyck"). El vestido de moda provocaba una deformación en la anatomía de la mujer que hizo pensar que la desposada estaba embarazada.
Sólo tenemos que comparar a esta muchacha vestida con la Eva del Políptico de Gante para comprobar que se trata de una deformación estética deliberada, pues mediante un corpiño muy ajustado se estrechaba el pecho de la mujer, elevándolo y creando un abombamiento de vientre y caderas. Casi todas las damas retratadas por van Eyck visten de esta manera, como sus vírgenes o como su propia esposa.
Nunca sabremos la verdad.. ¿O pensamos que lo que percibimos como real es lo que ocurrió o lo que existe..?
A la izquierda, las naranjas, colocadas sobre la banqueta y en el alféizar de la ventana, nos recuerdan la inocencia original, perdida a la salida del Paraíso, aunque hay quien se inclina a pensar que son manzanas y, entonces, representarían la tentación a pecar a través del conocimiento.
La cama, lista para la noche de bodas, con sus cortinas rojas brillantes, evoca la parte física del amor, su consumación, que, según la doctrina cristiana, es una parte esencial de la unión perfecta del hombre y la mujer. El calzado casero de ambos, señal de la intimidad de la escena, está a la vista; en primer plano, claramente visible y destacado, el de él y casi oculto, recatado, bajo la colcha de la cama, el de ella. Símbolo clarísimo sobre el papel social de uno y otro.
"El matrimonio Arnolfini" es el nombre por el que se conoce al retrato de una pareja, pintado por Jan van Eyck y del que se desconoce el título. Se conserva en la National Gallery de Londres.
Giovanni Arnolfini, un próspero banquero italiano establecido en Brujas, y su esposa Giovanna Cenami, aparecen juntos en su cámara, frente al espectador y dándose la mano.
El marido está situado a la derecha de la pareja, en lugar preeminente y en actitud de bendecir, o quizás de realzar mediante el gesto la importancia del compromiso ante el testigo. En cualquier caso, habla por ambos.
Sobre sus cabezas, la única vela que arde, a plena luz del día, en uno de los brazos de la lámpara de cobre labrado, puede interpretarse como la llama nupcial, símbolo del matrimonio, que nunca se apaga pese a las dificultades de la vida, o como la presencia constante de Dios, que recibe en el Libro de la Vida la existencia humana -que empleará el Día del Juicio-.
Aunque todos estos elementos tienen mucho significado, su importancia es secundaria comparada con la del espejo, el punto focal de toda la composición. En él se reflejan dos figuras, que están de pie en la puerta de entrada de la estancia. Posiblemenente, el pintor y un testigo, que, siguiendo la costumbre de aquel tiempo en el país, daría fe de la consumación física del matrimonio.
Pero lo esencial es que la convexidad del espejo nos permite contemplar a la vez la totalidad de los elementos de la escena, incluso con mayor amplitud que el propio cuadro, como sucede con el cielo y el jardín, en el exterior. El espejo actúa así como una ventana espacial, que aspira a ser un escenario donde se represente la totalidad de la vida real.
Todo el espacio es un estudio en perspectiva de la realidad, cuando la perspectiva que conocemos hoy como renacentista estaba por llegar. Van Eyck utiliza su capacidad heurística, sin ser consciente de las leyes de la perspectiva. Así, su técnica utiliza el espejo para sobrepasar los límites espaciales que limitan la representación de la escena.
En la pared, sobre el espejo, figura la inscripción “Johannes de Eyck fuit hic” y debajo la fecha, 1434… El problema es que el matrimonio, según los datos encontrados en los archivos, se celebró 10 años más tarde….
“El Matrimonio Arnolfini” es un cuadro lleno de enigmas, tanto como de belleza. Tradicionalmente aparece en los catálogos como el matrimonio de uno de los miembros de la poderosa familia de comerciantes luqueses Arnolfini.
La colonia luquesa era muy importante en Flandes, como otras italianas. Los Arnolfini que pudieran haber contraído matrimonio en aquella época eran dos hermanos, Giovanni y Michele. Se cree que en este caso el marido es Giovanni, que se casó con Giovanna Cenami.
Sin embargo, el gesto del marido al tomar la mano de su esposa contradice la teoría, pues ese gesto implica superioridad social ante una mujer que, de ser Giovanna, era de clase superior a la de su esposo. Por esa razón, algunos investigadores creen que se trata de Michele, que desposó a una tal Elizabeth, de familia desconocida, por lo que su gesto sería una muestra de protección y el primer paso para introducirla en un nivel social superior al de su cuna, por lo que podríamos estar no ante una noche de bodas sino ante el reconocimiento "notarial" como señora de la casa de Elizabeth.
Otro enigma nos lo proporciona la inscripción de van Eyck en el muro del fondo, en bellísimos caracteres góticos entrelazados. La inscripción no dice que van Eyck pintara el cuadro, sino que "Jan van Eyck estuvo aquí".
Es una extraña declaración, que se explica sí pensamos que van Eyck era amigo de los Arnolfini y que probablemente actuara de padrino o testigo de la boda. A esta solución apunta también el espejo del muro, que refleja a dos asistentes al enlace, uno de los cuales parece un pintor (el que está vestido de azul) y el otro sería el testigo, el propio van Eyck... Pero entonces.., ¿quién es el pintor?.
La minuciosidad de van Eyck permite identificar no sólo las figuras reflejadas, sino también los adornos del espejo: Son diez escenas con la Pasión y Muerte de Jesucristo. Otros elementos simbólicos que han llenado de conjeturas el cuadro aparecen en la estancia como simples objetos dispersos por la habitación, como la esculturita de Santa Margarita en el pomo de la cama, el manojo colgado de la misma cama que simboliza la fertilidad, y así un largo etcétera.
Casi todos los elementos que aparecen tienen algo que ver simbólicamente con la escena, pero van Eyck los pinta como accesorios ¿casuales? esparcidos por la habitación.
Respecto a la esposa, señalaremos la curiosa moda femenina que las damas llevaban: Se rapaban la frente y se adornaban con una toca en forma de cuernos (tal y como vemos en el "Retrato de Margarita van Eyck"). El vestido de moda provocaba una deformación en la anatomía de la mujer que hizo pensar que la desposada estaba embarazada.
Sólo tenemos que comparar a esta muchacha vestida con la Eva del Políptico de Gante para comprobar que se trata de una deformación estética deliberada, pues mediante un corpiño muy ajustado se estrechaba el pecho de la mujer, elevándolo y creando un abombamiento de vientre y caderas. Casi todas las damas retratadas por van Eyck visten de esta manera, como sus vírgenes o como su propia esposa.
Nunca sabremos la verdad.. ¿O pensamos que lo que percibimos como real es lo que ocurrió o lo que existe..?
11 comentarios:
Pues yo no hago otra cosa que mirar y devanarme los sesos, sin resultado alguno. Aunque, he de reconocer que la mirada del perro me resulta inquietante...
Creo que el perro tiene asumido que le van a dejar un poco de lado, pero aún así, permanece fiel a los pies de su amos. Sabe que dentro de poco, cuando llegue el nuevo miembro a la familia, el dejará de ser el juguete y centro de los mimos de su señora hasta el momento.
Y la fruta...se nota que hay poderío económico.
Un besito
Espero que nos desveles el misterio de este cuadro, o al menos parte de él..
Que intrigante mirada y q intrigante post... a ver como se va resolviendo esto.
Buenas noches tenga usted.
Vaya... llegué a todo resuelto, creo. La mirada del perro es un tanto humana, tiene que ser muy dificil plasmar esos ¿sentimientos? que emanan de los animales que nos acompañan. Yo estoy agradecida a mi perra que me quiera de la manera que lo hace, pero me gustan más los modos de los gatos, que pese a su fidelidad particular, llevan su vida hagas lo que hagas.
Me encantan los zapatos al pie de la cama...
Querido Turulato... le he dejado un trío pásese por mi casa y se informa ;)
Leche... Cuando se dice que un cuadro esconde secretos no sabía que sería hasta este punto. Ahora si recuerdo la obra; y la originalidad de la inlusión del espejo, que supongo es por lo que lo recuerda la mayoría. Lo de la dedicatoria tampoco lo conocía... como siempre.
Necesito un curso de arte avanzado... Lo que sí creo es que la obra es rompedora de moldes, estéticos y puede que sociales...
Ufff... sensacional. ¿No das clases particulares? me apunto.
No se en dónde oí o leí sobre si él era el padre y ella la hija embarazada, pero después de tanta explicación a tanto misterio (esto es mejor que el código da Vinci), me creo lo que me dices.
Qué bonito es el mundo...
Besos Sr. Profesor.
Genial genial genial Turu!, me encanta!, todo, el cuadro, lo q he aprendido de él, como hablas de él... genial!.
Andaba yo dando vueltas por el 2004 y casi me pierdo este remate!
Un besazo Tururú
¡¡¡hombrepordios quita la palabreja de verificación q nunca me acuerdo de su existencia y me toca repetir!!!
voto porque quites lo de la verificación, por faaaaaaa....
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