Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 9 de julio de 2005

Sucedáneos

Varios artículos y algún comentario que he leido últimamente, me han hecho mirarme al espejo. ¡Pero que feo soy!... Luego de constatar algo tan evidente, de lo que se deduce que me sobra tiempo y puedo perderlo en naderías, he concluido con una sonrisa.
El asunto es que leí un artículo de una mujer de fina sensibilidad -que percibo que es joven y atractiva-, en el que explicaba que cuando estaba con "álguien" como yo -hombre de cierta edad, saber, condición y gobierno- no sentía que se encontraba frente a un hombre sino, más bien, tenía la sensación de tratar con un "sucedáneo" de su padre.
Y tiene toda la razón. Llevo ya unos años en los que las jovencitas, y las no tan jovencitas, se me acercan sin ninguna prevención; me miran tranquilas, seguras de encontrarse ante álguien inofensivo, incapaz de comportarse como un "hombre" cualquiera, "del montón".
La prueba es el comentario de "Andrea" al artículo que precede a este. Me dice que lee habituálmente a otro prejubilado, pero que se le ha ido de vacaciones y, ¡gracias a Dios!, se ha acordado de mi -o he aparecido inopinádamente en su pantalla, como resultado de un simple "click"- y me va a leer hasta que retorne el "titular".
(Dicho sea de paso, ahora comprendo a Figo, a Owen y a otros jugadores del Real Madrid. Esto de "calentar banquillo" es desesperante).
¡Pues mira qué bien!. Los abueletes somos un valor seguro; la realidad es que con un poquito de caso nos encontramos a gusto; y, además, al haberse prolongado la esperanza de vida de algunos -sólo de los que comen, que para el resto..-, somos rentables: Quién quiera hacer un buen negocio, con perspectivas de futuro halagüeño, que ponga una residencia de ancianos....
A estas alturas estaréis pensando: ¡Vaya "mosqueo" que se ha pillado "Turulato"!. Pues os equivocáis. La primera de las opiniones que he expuesto es real como la vida misma y el primero que pensó así fuí yo.., hace años. En cuanto al comentario de Andrea lo he utilizado como disculpa para escribir. Estoy seguro, y así lo siento, que ha querido ser amable y que ha sido mi habitual mal carácter el que no ha sabido "leer".
Sigo, pues. Cuando me encontraba con una mujer la consideraba como tal en función del "desarrollo" de su cuerpo y del grado de atracción que sentía hacia ella; sí trataba con un hombre aceptaba todo comportamiento divertido y que exigiese actividad.
Lógicamente, los años eran "conditio sine qua non", pues mi poca edad y madurez se revelaba por lo que acabo de decir y la juventud se ajustaba "como un guante" a mis modelos; sí no pasaban "el examen" los situaba, automáticamente, dentro del grupo "de los invisibles".
Málamente me enfado, pues, por algo que ya viví, que se corresponde con la manera de ser de los pocos años y que corrige la experiencia.
Desde hace tiempo no busco sucedáneos. Ahora vivo de realidades. Alcancé a comprender que era lo que le pedía a la vida y supe que no soportaba a una persona que no pensase. Me enloquece la vida, la actividad, divertirme, ... Me encandila el cuerpo de una mujer... ¡Si!.
Pero necesito mucho más. Siento que me atraen las cualidades intelectuales, morales y de carácter de la persona, que hacen que la sienta graciosa, simpática, atrayente... Todo eso "baña" de tal modo su físico que la transforma...
Luego me aclaré sobre que tipo de vida quería, como vivirla, con quién... Establecí mis realidades. Costó "sangre, sudor y lágrimas", amén de muchísimos errores.
Como expliqué en un artículo, no hace muchos días, me he quedado muy corto.., pero sé que el camino por el que transita mi vida, ahora, es el que quiero.
En él no caben sucedáneos. Y en cuanto a hombres y mujeres, menos. Tienen que ser reales... ¡y no sólo de pan vive el hombre!.

5 comentarios:

Ana María dijo...

Uno de los peores recuerdos que tengo es cuando entré a un comercio y un muchacho me dijo. ¿Que quiere usted señora?. ¡Que "joio"!Se te queda el cuerpo con una mala leche impresionante, pero ahí te das cuenta que no es que seas invisible sino que te ven vieja, y eso es muy duro de llevar :(.

¡Para no vivir de realidades!

Pero sí tienes razón, cuánta más edad se tiene se es más exigente. A mí, por ejemplo, se me gana con el humor :))).

Turulato dijo...

Maruja no presumas de lo que no tienes. ¡De vieja, nada!.
Excepto en la del "balneario", lo que si te veo en las fotos es seria, muy seria..
Y, si,la mejor manera de tratar a una mujer es hacerla reir; cualquier hombre que no se dé cuenta de esto...

Julia dijo...

Supongo que es algo natural que nos adaptemos a nuestra edad y nos fijemos más en los semejantes.

Es como cuando te compras un coche determinado y a partir de ese momento no paras de ver coches iguales en todas partes.

Asi te descubres mirando a señores de tu quinta y observando como te miran (ellos y los mayores que ellos siempre...) pero los más jóvenes se comportan como si estuvieran frente a un fantasma, lo digo en el sentido de transparente, más o menos.

Mientras nos vayan quedando los cercanos no pasa ná, cuando lleguemos a los 85 será momento de empezar a preocuparnos :-))) porque ya no nos mirará nadie :-((

Turulato dijo...

Julia, me juego muy poco sí afirmo que Maruja y tú seguiréis siendo atractivas a los 85. Lo dice un profesional.

Turulato dijo...

Gisel es natural tu opinión y tan explicable que tú no te percates de mí como que yo me encandile ante tu ternura y simpatía.