Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

domingo, 3 de julio de 2005

Regimiento y pensiones

Ayer leí un artículo titulado "Diarrea legislativa"; trataba de lo que ha sido tradicionálmente uno de los principales defectos del gobierno de España, que no es otro que publicar normas en el Boletín Oficial en cantidad desmesurada, creyendo posíblemente que así se arreglan los problemas.
De entrada, tal comportamiento confunde idea y puesta en práctica. El diagnóstico más acertado de una enfermedad es inútil sí, en consecuencia, no se le aplica al enfermo el tratamiento que aquella exige; es más, diagnosticar y no tratar constituye un cruel ejercicio.
Y en Derecho una cosa es la norma y otra la garantía de su ejercicio. No vale decirle al ciudadano, de los corrientitos, de los de "a pie": "Ahí tienes las leyes que te solucionarán el problema".
Eso es una aberración. Y es una mentalidad propia de los siglos XVII y XVIII, cuando las personas eran súbditos y disponer de cualquier norma que regulase al poderoso -que se regía por su santísima voluntad- sí era una avance importantísimo.
Pero hoy, ante una auténtica, y enmarañada, "selva" legislativa -en la que topan con dificultades hasta los profesionales del derecho-, pretender que el ciudadano corriente inicie el camino procesal y sortee con bien todas las instancias, constituye un ejercicio de demagogía y de auténtica mala fé. Amén de que tiene que ser "rico de por casa".
Por ejemplo. ¿Os imagináis litigando contra un gran banco?; ¿y contra la Administración Pública?. ¿Cuantos años pasarán antes de que la sentencia sea firme?; ¿cuales habrán sido, mientras tanto, las consecuencias y presiones que habréis tenido que superar?. ¿Cuanto dinero os habrá costado "tener derecho"?.......
Por eso creo que la obligación esencial de un gobierno es el regimiento del país, garantizando que lo que esté dispuesto se cumpla, sin que nadie tenga que preocuparse en demasía por exigir su derecho, especiálmente cuando el exacto ejercicio de la función pública pueda evitar el litigio.
Y cuando no hay regimiento, me indigno. Y para saber sí lo hay o no, sólo tenemos que fijarnos en una cuestión: ¿Nos piden esfuerzo o nos dicen que las cosas van bien?.
Recordemos a sir Winston Churchill: "..Sangre, sudor y lágrimas.."; y ganaron una guerra...
Por contra, ¿cuantas veces nos han dicho que no nos preocupemos, que las cosas mejoran y, al fin, los ciudadanos han visto como desaparecía su futuro?.
Y es así porque vivir es ir superando dificultades. Y sí le ocurre a cada individuo no quiero deciros las que debe afrontar un país. Y para vivir me fío de quien me critica y me resguardo de quien me adula.
Una vez aclarada mi manera de ver las cosas, vayamos al caso concreto. Las pensiones.
Una de las cosas más difíciles para cualquiera es ser capaz de captar el momento que le toca vivir. Sí os fijáis, casi todo lo que decimos que nos gusta, aquello de lo que hablamos, lo que usamos,.... pertenece al pasado, ya lo conocemos y por eso somos capaces de utilizarlo. Poquísimas personas son reálmente capaces de innovar, pues perciben con claridad la realidad del momento exacto en el que viven.
Para casi todo necesitamos establecer préviamente un modelo y disponer de aquellos datos que nos permitan "alimentarlo".
Así, nuestra organización e ideario sobre la Estructura del Estado corresponde al siglo XIX, lo que está generando un sinnúmero de problemas en todos los paises.
En cuanto al modelo que sirvió para poner en marcha la Seguridad Social, se utilizaron los datos macroeconómicos que se conocían en aquel momento y que permanecían sin gran variación desde principios del siglo XX.
Con arreglo a dicho planteamiento, un trabajador solía comenzar a cotizar ya a los 15 años, no como hoy que el promedio está situado en los 25.
Y se trabajaba, y cotizaba, durante unos 40 años; hoy, con optimismo, la media es de 30 años.
Al jubilarse, se disfrutaba de la pensión únicamente durante 5 ó 10 años, pues la esperanza de vida no daba para más, mientras que hoy un jubilado puede vivir hasta 20 ó 30 años en esa situación.
En cuanto a los emigrantes... Entonces nosotros éramos los emigrantes. Hoy somos un país de inmigración y quienes vienen a trabajar aquí, sí son legales, cotizan por una base inferior en un 35% a la media, pero todos tienen garantizada la asistencia educativa y sanitaria.
Con este "panorama", y no olvidemos que estamos hablando de dinero, ¡"qué Dios nos coja confesaos"!. Mal panorama se presenta cuando se gasta cada día más y se ingresa cada vez menos.
Nuestros gobernantes, que deberían estar "a las duras", prefieren vivir al día y dejar a los españoles que se pudran.... cuando sean viejos. Para entonces, exigir vuestros derechos, exigirlos....
Los políticos os contestarán que habían cumplido, que ya hicieron leyes que establecían el derecho a una vivienda digna, a un trabajo, a buena educación, a una pensión suficiente....
¿Será que los ciudadanos somos muy torpes?. Puede.

4 comentarios:

Ana María dijo...

Sí que es un tema preocupante. Pero la reforma de la seguridad social no le dará votos a ningún partido, me imagino que la llevarán a cabo cuando ya no haya remedio. Recuerdo a algún ministro hace algunos años aconsejando planes de jubilación, por algo será.

Luis Caboblanco dijo...

Efectivamente Turulato..la cosa es así de simple. Teniendo en cuenta los derroteros por los que va la pirámide de población de la piel de toro, cada vez habrá menos mantenedores y más mantenidos con lo que, en buena lógica, si no se quiere la quiebra de la famosa "caja" de la Seguridad Social, habrá que reducir prestaciones y mantener/aumentar las cuotas.

Mi humilde opinión es la siguiente. El Estado Español tiene una conquista social maravillosa llamada PRINCIPIO DE ASISTENCIA UNIVERSAL que, en resumidas cuentas, significa que si alguien necesita que le curen, va a un hospital, y le curan. Esto que parece una perogrullada es algo impensable en algunos paises, muchos de ellos considerados "más avanzados que nosotros". Si no queremos renunciar a eso, y yo no quiero, hay que conseguir que la gente que venga a España y sea susceptible de utilizar los servicios que pagamos entre todos, aporte como uno más; y si para ello hay que regularizarlo, pues se le regulariza y punto. Así le quedara bien claro que, a partir de ese momento, es sujeto de derechos y obligaciones, empezando por pagar su parte proporcional de los gastos que genera el famoso Estado del bienestar de Keynes, que son muchos...y al que no lo entienda o no lo quiera entender, se le aplica la ley y punto, que para eso está.

La otra parte de la ecuación es el empresario. El otro día un fulano se vanagloriaba en la radio de tener a más de 25 ilegales en una fabrica de molduras de Toledo, a cambio de 20 euros diarios. Naturalmente, contaba que los beneficios de su empresa se habían disparado, facilitando que sus tres hijos estudiarian carreras universitarias en tres prestigiosos centro de pago estadounidenses ¡Con un par! Esto me convence de que los empleadores nunca han estado más contentos que ahora que pueden acceder a mano de obra barata y en cantidad, y con una conflictividad laboral de cero pues los pobres no pueden ni abrir la boca.

En fin..

Turulato dijo...

Maruja hace no mucho nos contabas lo que aprendías sobre "los romanos" acompañando el estudio de tus hijos. No lo hacías porque tus hijos se fuesen a volver agradecidos hacía tí exclamando: "¡Madre dilecta, seremos hombres de provecho!.
Lo hacías, lo haces y lo harás, porque, aunque ellos piensen que eres una "plasta", sabes que es tu deber y que así les ayudas a tener futuro. Además los quieres, que es la razón fundamental, aunque nadie parezca darse cuenta de tu cariño..
No pretendo que un político me quiera.. ¡Vade retro, que horror!. Pero si que cumpla con su deber, QUE NO ES MANTENERSE EN EL PODER SINO EXPRIMIRSE POR LA COMUNIDAD.
Y hacer las cosas cuando no hay remedio es un camino seguro para hacerlas mal.
En cuanto a que la pensión sea privada o publica..., merece un artículo.

Turulato dijo...

Luís la "cosa" es muy simple, efectívamente. El dinero no es un chicle que podamos inflar.. Sí se ingresa "tanto", ese es nuestro límite de gasto. El resto es endeudarse. Y sí el Estado se endeuda se comete una enorme injusticia, pues se endeudan -porque gastan más de lo que tienen- las generaciones actuales y pagan lo debido las generaciones futuras -que nada disfrutaron-. Eso se llama, lisa y llánamente, chulear.
Y ¡ojo al lenguaje!. Hay una escuela de Filosofía Jurídica en toda Escandinavia que preconiza que el Derecho es la Palabra; es decir, que la Justicia será una cosa u otra según cual sea lo que cada uno entienda por Justicia. Bastará definir el término de manera distinta para poder afirmar, sin ningún género de duda, que ya es justo lo que antes era tiránico. Por cierto, observa el esfuerzo que se "pone" ahora en que el "populacho" hable pésimamente; están fabricando esclavos...
En consecuencia, no hay que reducir prestaciones. Lo que hay que hacer es abandonar la demagogía y sí la pensión de jubilación es aquel ingreso que percibe hasta su fallecimiento quién dejó de trabajar por cumplir una edad determinada -a partir de la cual la sociedad acuerda que ya no se está en condiciones de producir-, los conceptos "trabajo", "años" y "pensión" están absolútamente relacionados, de forma que deben integrarse directa y proporcionalmente los años trabajados con la pensión futura. No puede ser que sólo se compute cierto periodo laboral sino que la pensión debe calcularse sobre la totalidad del tiempo trabajado. Lo contrario ya no tiene relación con lo justo sino con la caridad de quien concede y el carácter pedigüeño de quien recibe.
Y el resultado debe de ser digno. ¡Pero digno porque yo trabajador lo he ganado "a pulso"!. Y tengo derecho a que las generaciones que me siguen me mantengan -ahora que yo no puedo hacerlo- porque yo las mantuve cuando ellas estaban creciendo.
A continuación toca calcular... Y prorratear el debido impuesto.
En cuanto a los Planes de Pensiones... ¿Quien garantiza su poder adquisitivo a 30 años vista?. Ninguna institución financiera privada; "ergo" sí la pensión, como derecho básico social que es, debe estar garantizada y sólo el estado puede hacerlo.. "Para ese viaje no se necesitan alforjas". Los Planes son un buen negocio para las gestoras y un pésimo asunto para la Sociedad.
No olvidemos, y yo así lo creo y defiendo, que la primera obligación del empresario es ganar dinero -y rentabilizar al máximo la ganancia-. Esto choca frontálmente con la finalidad social de la pensión. Son incompatibles.
Quizás algún día escriba algo más...