Una persona cuya inteligencia y sensibilidad tengo en muy alta estima me comentaba hace poco: "...resumen de cual es mi gran problema: es querer algo que sé que es imposible, es desear lo que no debo y lo peor de todo es saberlo. ¿Qué hay otras muchas cosas que me llenan?, pues sí, las hay. Pero que sigo deseando lo indeseable también; ¿que se me pasará?. Seguro que sí, pero mientras....sigo deseándolo".
No se puede decir más con menos palabras. Espero que me disculpe por utilizar esta cita, tan suya, pero explica tan bien mi sentido vital que no he podido evitar comenzar este artículo con ellas.
Releo sus palabras una y otra vez... Y me pregunto: ¿Es malo ser así?. No lo sé, de verdad. De lo que sí estoy seguro es de que que al ser de esta manera lo paso muy mal.
Día a día confronto mi realidad con aquello de lo que soy capaz; si, ya sé que todas las personas lo hacen en mayor o menor medida, pero admitidme un matiz.
Creo que lo que la mayoría de la gente hace es comparar sus sueños con su realidad, pero sabiendo que aquellos son inalcanzables -so pena de que se produzca un giro espectacular de la fortuna- y que su acontecer diario se corresponde razonáblemente con las facultades conque les dotó la naturaleza.
Yo no. Sé que puedo hacer más, mucho más. Sueño, como cualquiera, y comparo lo soñado con lo que vivo, pero no me quedo ahí. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que mis facultades me permitirían vivir.. ¿de otra manera?, ¿alcanzar metas más lejanas?,... y de que no estoy aprovechando todo mi "potencial vital". Es decir, siento con claridad que estoy desaprovechando parte de mi vida.
Con todo, lo de menos es que ocurra así. Lo terrible es darse cuenta. Saberlo y percibirlo con absoluta claridad.
¡Pues pon remedio!. No es tan fácil. Tardé tiempo en darme cuenta y más aún en entender lo que ocurría. Mientras, fué pasando la vida, transcurriendo los días, y creándose en torno a mí una tupida red vital, que me imbricaba con personas e instituciones, con sentimientos y con intereses...
Cuando quise reaccionar... Romper con lo material, con los intereses creados, es posible; romper afectos y apegos hacia otros, doloroso pero necesario. Pero hay algo de lo que no soy capaz: Crear mi felicidad a costa del sufrimiento ajeno.
Y no hablo únicamente de amores (que también) sino de trabajos, de sitios donde vivir, de actividades por realizar,...., ¡de tantas y tantas cosas!.
Pero me niego a centrar mi "mirada en mi ombligo"... ¡Sé que no soy, ni debo ser, el "centro del mundo" para nadie!. Decidí hace mucho que yo también debo renunciar a parte de mi vida para que otros tengan oportunidad de vivir la suya en la mayor plenitud posible.
Sin pretender comparar, pero sí ilustrar, se da una situación similar a la de la conflictiva paradoja entre la Vida y la Justicia, resuelta magistrálmente por el P. Suárez S.J. -teólogo y filósofo renacentista- ...
Pero ahora que lo pienso.. Con la paradoja, Alejandro Magno y el "Tanto Monta..", puedo escribir otro artículo.
No se puede decir más con menos palabras. Espero que me disculpe por utilizar esta cita, tan suya, pero explica tan bien mi sentido vital que no he podido evitar comenzar este artículo con ellas.
Releo sus palabras una y otra vez... Y me pregunto: ¿Es malo ser así?. No lo sé, de verdad. De lo que sí estoy seguro es de que que al ser de esta manera lo paso muy mal.
Día a día confronto mi realidad con aquello de lo que soy capaz; si, ya sé que todas las personas lo hacen en mayor o menor medida, pero admitidme un matiz.
Creo que lo que la mayoría de la gente hace es comparar sus sueños con su realidad, pero sabiendo que aquellos son inalcanzables -so pena de que se produzca un giro espectacular de la fortuna- y que su acontecer diario se corresponde razonáblemente con las facultades conque les dotó la naturaleza.
Yo no. Sé que puedo hacer más, mucho más. Sueño, como cualquiera, y comparo lo soñado con lo que vivo, pero no me quedo ahí. Al mismo tiempo, me doy cuenta de que mis facultades me permitirían vivir.. ¿de otra manera?, ¿alcanzar metas más lejanas?,... y de que no estoy aprovechando todo mi "potencial vital". Es decir, siento con claridad que estoy desaprovechando parte de mi vida.
Con todo, lo de menos es que ocurra así. Lo terrible es darse cuenta. Saberlo y percibirlo con absoluta claridad.
¡Pues pon remedio!. No es tan fácil. Tardé tiempo en darme cuenta y más aún en entender lo que ocurría. Mientras, fué pasando la vida, transcurriendo los días, y creándose en torno a mí una tupida red vital, que me imbricaba con personas e instituciones, con sentimientos y con intereses...
Cuando quise reaccionar... Romper con lo material, con los intereses creados, es posible; romper afectos y apegos hacia otros, doloroso pero necesario. Pero hay algo de lo que no soy capaz: Crear mi felicidad a costa del sufrimiento ajeno.
Y no hablo únicamente de amores (que también) sino de trabajos, de sitios donde vivir, de actividades por realizar,...., ¡de tantas y tantas cosas!.
Pero me niego a centrar mi "mirada en mi ombligo"... ¡Sé que no soy, ni debo ser, el "centro del mundo" para nadie!. Decidí hace mucho que yo también debo renunciar a parte de mi vida para que otros tengan oportunidad de vivir la suya en la mayor plenitud posible.
Sin pretender comparar, pero sí ilustrar, se da una situación similar a la de la conflictiva paradoja entre la Vida y la Justicia, resuelta magistrálmente por el P. Suárez S.J. -teólogo y filósofo renacentista- ...
Pero ahora que lo pienso.. Con la paradoja, Alejandro Magno y el "Tanto Monta..", puedo escribir otro artículo.
3 comentarios:
No puedo evitarlo, me leo en tí, tanto, tanto que me asusta.
¿Seremos gemelos criado separados? :))
No Maruja, no somos gemelos. Somos dos personas que sienten de la misma forma el pálpito de la vida. Nos basta mirarnos -leer lo que escribimos, en nuestro caso- para entender lo que sentimos..
Gracias. En el tuyo muestras un buen sentido artístico y un equilibrado diseño. ¿Te gusta el "Op Art?.
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