Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 16 de julio de 2005

El miedo

Una lectora me recuerda la letra de una canción..: ".. Cuantas historias de amor me habré perdido por miedo a que me rompieran otra vez el corazón.....".
Yo he pasado muchísimo miedo en mi vida. Sí contabilizáramos el tiempo que me ha acompañado.., la partida correspondiente al "miedo físico" es mayor. Lo he sentido montando a caballo, en esquí de travesía y escalando en alta montaña, en ciertos vuelos en que la climatología era extrema...., en muchas ocasiones.
El físico atenaza el cuerpo; quieres hacer algo y adviertes que no reaccionas.. La tensión llegó a ser en ocasiones tan grande que, cuando todo había terminado, mi cuerpo desprendía vapor y mis manos eran incapaces de sostener un bolígrafo y escribir unas letras.
Estás sintiendo clarísimamente que puedes morir. Os aseguro que sé de que hablo. A mí me han disparado.
Pero este tipo de miedo tiene dos ventajas; una es que cuando desaparece la causa no sientes temor y la más importante -por lo menos para mí que debo ser algo masoquista- es que durante el tiempo en que el riesgo es máximo también es máxima la sensación de estar vivo.
Pero también hay otra partida que contabilizar... La del miedo emocional; me diréis que, sea el que sea, cualquiera de sus facetas es una emoción y es cierto, pero con dicha calificación quiero describir aquel que no pone en riesgo la salud física sino la de los sentimientos.
Este tipo de miedo es terrible. En cierto sentido, nunca desaparece; se siente en mayor o menor medida, pero nunca se ausenta.....
Permitidme algo de intimidad.. Yo no soy un gran creyente; en muchos momentos he sido agnóstico, aunque os confieso que mi alma está en constante turbulencia intentando saber, descubrir, sentir,... lo que nunca alcanzaré.
Me niego a aceptar, como ya dije en un artículo que escribí, que sólo soy el resultado de una suma de coincidencias bioquímicas y que toda mi existencia, como la de la humanidad, no tiene otro objetivo que comer, dormir y ... Eso es una pura estupidez que ofende a la inteligencia.
Pues bien; ya que me desnudo, "a por todas". Sí existe Algo metafísico que rija la Vida, sólo puede ser el Amor (aunque las iglesias no acaben de asumirlo) y sí hay una Fuerza contraria al Amor es el Miedo.
El miedo, la duda, la desconfianza, el odio... Todo es lo mismo, ausencia de amor. Siempre que he vivido ambientes violentísimos he sentido con claridad que la violencia era hija predilecta del miedo. Y este concepto general se muestra particulármente en todos y cada uno de los individuos.
Así que allí me tenéis.. Un día, hace muchos años, descubrí que lo que más me importaba y necesitaba en esta vida era amar y ser amado. Y como soy un simple comencé por querer a una mujer...
No son fáciles las cosas del querer, no... Un bruto como yo piensa que el asunto consiste en enamorarse.. ¡Demasiadas películas vistas, muchas novelas leidas!. Y un atardecer cualquiera te dicen que si.. Luego..; luego, más pronto que tarde, vas pidiendo recibir más que dando. Y cuando no recibes, sientes que no te comprenden; y dudas..
Y con una facilidad pasmosa, toda aquella suavidad y ternura, todos los detalles hacia el otro, todo lo prometido, todo.. se convierte en humo. ¿Por qué?. Pues porque nos entra miedo a perder, a recibir menos de lo que creemos dar o necesitar... Arrugamos el entrecejo y, jodidos miedosos, sentimos en lo más profundo del alma miserable que "no me quiere como merezco".
¡Miedo, puro y simple miedo!. Ní pensamos ní sentimos; sólo dejamos que nos atenace el miedo a no ser amados. Sí los amantes son de una catadura similar se "sacan los hígados" el uno al otro y "aquí paz y después gloria".
Pero hay veces en que uno ama de verdad.. ¿De verdad?. Os daré un símil; explica C.S. Lewis en una pequeña obra, titulada "El perdón", que perdona quien olvida absolútamente la ofensa sin razón alguna para hacerlo y estando toda la razón de su parte, y que disculpa quien admite las razones de quien le ofendió, no reaccionando en consecuencia contra él, pero sin olvidar lo ocurrido.
Pues bien, en el amor hay personas que aman de verdad. Hay ocasiones en que los amores se rompen por inmadurez y quizás eso sea bueno ya que permite asentar la experiencia y aprender a vivir, pero en otras se agostan y se rompen por egoismo -que es miedo en estado puro- o por desidia -que no deja de ser algo parecido-, o por... cualquier otra circunstancia miserable.
Y, entonces, quien ama de verdad, quien entrega, quien regala, quien es capaz como San Juan de la Cruz de necesitar que "... sí acallas mis palabras/clamarán mis miradas..", siente que le apalean el alma, que le empapa de soledad la vida toda...
Y se encoge por momentos, sobre si mismo, cual niño chiquito, y le vencen los suspiros, y se le acaban las lágrimas, y llora sin ruido, y ..
Y, luego, cansado de estar cansado, siente miedo de volver a enamorarse; no, no del amor sino de querer sin ser querido... Quien paladeó el amargor del desamor sabe lo duro que es.
Y se sigue viviendo. Pero, sí sabes mirar, se puede ver una sombra de tristeza en la luz de su mirada...
Pero la vida sigue. Y por algo ocurren las cosas, aunque yo no lo sepa. Sólo puedo aseguraros que todas y cada una de las dificultades, de los pesares vividos, me han enriquecido; me han ido haciendo más cálido y algo más tierno. Ahora sé mirar. Quizás gracias al sufrimiento soy capaz de contaros estas pequeñeces de mi vida.
Aunque reconozco que seguir es duro. Hay que volver a entregarse.. Hace falta mucho valor, pero recordemos a Santa Teresa de Jesús:

Nada te turbe,
nada te espante,
todo se pasa,
Dios no se muda,
la paciencia
todo lo alcanza.
Quien a Dios tiene
nada le falta.
¡ Sólo Dios basta !

Porque... si no volvéis a confiar y a enamoraros estáis dejando de vivir.

9 comentarios:

Julia dijo...

Lo has descrito muy bien, de eso exactamente es de lo que hablaba. Gracias.

Turulato dijo...

Julia sólo he contado lo vivido. Son 56 años "machacados", emborrachados con la vida. Y sí hay que dar gracias, yo por lo menos, debo dárselas a las mujeres que he conocido; poco o mucho es lo de menos.
Creo sincéramente que les debo lo que soy.

Turulato dijo...

Gisel es imposible racionalizar los sentimientos; intentar hacerlo o decirlo revela muchísima inexperiencia.
Y en cuanto al querer, como ya dije en un artículo anterior, es imprescindible que dejemos de preguntarnos cuanto nos quieren y preocuparnos de lo que queremos. Así irían mejor las cosas.
Tienes razón; el miedo a.., genera más miedo a.. sin motivo alguno.
Sobre esas memeces actuales de la "buena onda o talante", de "lo políticamente correcto" o del "buen rollo", afirmo que sólo puede creerlas un "babión" -que dirían en mi tierra-. (No es necesario tener gran imaginación para darse cuenta que hay gente babeante..).
Debe, y puede, exigirse a cada persona que sea "fiel a si mismo"; a lo que cree, a lo que concibe.. Sí nuestra mente no mantiene concepto vital estable alguno sólo quedará el instinto para guiarla. Eso es ser un animal.

Luis Caboblanco dijo...

Non intratur in veritatem, nisi per caritatem.. o no se entra en la verdad, más que por el amor.

Naturalmente no es mía, sino de San Agustín; yo no doy para tanto.

Estoy totalmente de acuerdo contigo Turulato, en que el amor lo puede todo, pero como hablamos hace muchos post, el verdadero amor exige una desnudez de sentimientos, un ofrecimiento tal, que asusta ¿verdad?

Turulato dijo...

Luís el amor exige y se alimenta de entrega y de confianza, de fé.... Sí, desnudez, ofrecimiento,...
¿Álguien puede encontrar algo que nos aterrorice más que la ciega confianza en...?. El miedo, otra vez el miedo..

Turulato dijo...

Es cierto Kaftrado. Tanto, que todos y cada uno de nosotros hemos escrito lo mismo con ligeras variaciones.

Ana María dijo...

Me estoy perdiendo una gran conversación:(.
Yo me hago una preguntas:
¿Alguien ama y no sufre?
¿Se puede dejar de amar por no sufrir?
Y otra cosa, ¿dónde dejáis la Pasión?, el amor también se alimenta de ella.

Luis Caboblanco dijo...

Yo no creo que se pueda amar sin sufrir al menos, un poquito. De hecho, la palabra "amargura" viene de "amar". En cuanto a lo de dejar de amar..si alguién puede dejar de amar voluntariamente, o ha hecho un master en autocontrol o no estaba realmente enamorado.

Por otro lado, no creo que el amor se alimente de la pasión, al menos, al principio. Más bien es la pasión la que enciende el amor, un primer fogonazo que lanza todo lo demás.

Turulato dijo...

Maruja, Luís, me váis a permitir que conteste vuestros últimos comentarios escribiendo un artículo.