Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

martes, 21 de febrero de 2006

Era de noche..

No me gustan las celebraciones a fecha fija, ní los "días, o los años, de ..". Mala cosa cuando hay que dedicar un día al amor o un año a la lucha contra el hambre. Algún efecto tendrá, pero me disgusta el sistema.
Pero algo es cierto; ejercen cierta presión sobre nuestra memoria. Que después seamos capaces de actuar en consecuencia es otra cuestión.
Viene esto a cuento del motivo de este artículo. Desde que viví aquellos días he guardado silencio; sólo mencioné algo hace unos años en una mesa redonda emitida por radio. Me escucharon en silencio y nadie comentó cosa alguna. Quizá es lo peor que puede suceder..

El 20 de febrero de 1882 se creó la primera Academia General Militar, sucesora del desaparecido "Colegio General de todas las Armas", donde se forman los oficiales del Ejército. En 1981, los que habíamos sido cadetes en la "General" y estábamos destinados en una pequeña ciudad española, no pudimos celebrar el mismo día 20 su aniversario por cuestiones de trabajo, así que decidimos reunirnos a comer el 23. Participamos todos los antiguos alumnos, presididos por el General Gobernador. Alrededor de las 16,30 nos fuimos a nuestras residencias.
No recuerdo la hora exacta, pero si que mi mujer me llamó para que escuchase la radio, pues estaba ocurriendo algo muy extraño. Al oir lo que iban relatando los locutores, me quedé...; no acierto a describir mi estado. ¿Estupefacto?..
En un primer momento ní siquiera reaccioné. Algo más tarde llamé a la Base; el Capitán de Día me dijo que estaba como yo y que no había orden alguna. Me resultó muy extraño, pues parece lógico que ante una situación como aquella la primera medida a tomar fuese el control de la Fuerza.
Presumí que me llamarían antes o después, así que me quedé en casa. Pensaba.. ¿En qué?. No sé sí habéis vivido situaciones de extrema tensión, en las que se sufre riesgo físico con intensidad; la mente procesa la información disponible a una velocidad de vértigo y propone reacciones a la situación, pero cuando no hay información... El pensamiento va y viene; recuerdos, ideas, deseos.. Un poco de todo y nada en concreto.
Sólo una memoria recurrente. Frases de mi padre.. "Ante todo mantener unida la Institución. Sí os dividís puede haber un baño de sangre". "Sublevarse, ¿para qué?. Cuando te quieres dar cuenta, han cubierto de mierda las ideas y mandan los de siempre. Ellos nunca se arriesgan. Y triunfan".

Poco antes del ocaso me llamaron. Me puse mi uniforme y bajé al portal a esperar al vehículo que habían mandado a recogerme. Casi había anochecido.. Estaba muy tranquilo; cuanto más tensa se va haciendo una situación, me sereno en la misma proporción.
Vivía en un edificio con dos portales, rodeado por un jardincillo. Le ví -aún le recuerdo-.. Uno de mis vecinos se acercaba; era un hombre amable, de unos cuarenta y tantos años, calvo, empleado en alguna oficina..
Su seriedad era total, absoluta; su paso firme y rápido. Su mirada, concentrada. Se acercó con rapidez a donde yo estaba... Comprobaba febrilmente que todo estaba cerrado. ¿A 50 centímetros?, quizá menos.
No advirtió mi presencia. Con absoluta seguridad. Aquel hombre estaba aterrorizado.
De golpe, me sentí vacío; muy triste. ¿Sabéis que es lo peor que he visto?... No, no es todo eso que imagináis, no. Aquella anochecida viví por primera vez la profunda humillación de una persona, que se siente plenamente impotente ante el destino que le aguarda. No hay palabras.

*"Pasa Eduardo.
*¿Ha dicho algo el jefe?
*Nada. Está como nosotros, no tiene ní idea de lo que está sucediendo.
*Oye, ¿y el Cuartel General?; el Centro de Transmisiones depende de tí..
*No contesta nadie Eduardo. Creo que están intentando adivinar quien va a ganar... En estos momentos, hay mucha gente que se está jugando el pescuezo.
*¿Qué hacemos?. Hemos municionado y la Unidad está dispuesta... ¿Sabes?; esto es una locura. ¡No entiendo!. En Valencia están destinados... ¡Por Dios!; hemos salido juntos, nuestras mujeres son íntimas... ¡Y dentro de un rato podemos estar bombardeándoles..!, o ellos a nosotros.
*.................................................................................. Eduardo. No sé como hacerlo, porque va a ser "sobre la marcha". No sé sí lo vamos a conseguir. En principio vamos a cumplir lo que se nos ordene; todo lo que sea preparar y hacer "cosas" aquí, adelante, porque no podemos comenzar por dividir algo tan pequeño como esta Unidad. Debemos evitar que cada uno de nosotros tome un camino diferente; sólo así podemos lograr que la Unidad responda como tal.
Pero no más. Y para empezar, fuera del despacho; vamos a recorrer las dependencias y a hablar..".

Pocas horas más tarde Su Majestad el Rey ordenó lo que la mayoría de ustedes saben. ¿Una orden ilícita?; el Rey es Jefe Supremo de las Fuerzas Armadas (art. 62, h de la Constitución Española), pero sus actos sólo son válidos cuando son consecuencia del refrendo del Gobierno (art. 56,3 de la misma Norma). Y no había Gobierno.
Algunos dicen que la orden fue validada "a posteriori". ¡Y una leche!. Y sí el Gobierno no hubiese estado luego de acuerdo, ¿qué hacen, le procesan, "rebobinan", ..?.
Para el Derecho es básica la existencia de la Seguridad Jurídica. Todos tenemos que saber a que atenernos. El Rey está sujeto a las Leyes, como todos (aunque cada día dudo más de que lo estén nuestros políticos) y por lo tanto tiene que actuar conforme a Derecho y amparado por él.
El artículo 8,1 de la Constitución establece que las Fuerzas Armadas tienen como misión "garantizar el ordenamiento constitucional". Este artículo está en el Título Preliminar, que informa y orienta el contenido y la interpretación del resto de la Constitución, pues sus valores son esenciales, axiológicos.
El Derecho no exige imposibles y tiene "horror vacui" (al vacío). Imposibilitado el Gobierno de ejercer sus competencias, y en consecuencia de refrendar el acto de Su Majestad, prima la "ratio iuris" (la razón de ser de la Constitución, garantía última del Derecho), que en primera instancia no puede ser otra que su propia salvaguardia.
Don Juan Carlos se sujeta al único Derecho posible y en aplicación de aquel artículo 8,1 manifiesta públicamente que "He ordenado (actúa como jefe, pues) a las Fuerzas Armadas..".
Comprenderán ahora ustedes el revuelo del discurso del general Mena. Con independencia de lo que expuse contra sus palabras, la aplicación del artículo 8,1 de nuestra Norma Fundamental -sin refrendo del Gobierno- si es posible en circunstancias excepcionales y extraordinarias ("extra ordinem", más allá del ámbito legal tipificado). Lo contrario sería tanto como decir que Su Majestad no actuó legalmente el 23 de Febrero de 1981.

Durante aquellas horas pudieron ocurrir varías cosas.. Que las Fuerzas Armadas en su conjunto, o en su mayor parte, hubiesen secundado al general Miláns; no tengan ninguna duda de que al día siguiente no hubiese habido manifestación alguna en apoyo de la democracia y que quien lo hubiese intentado descansaría inmediatamente bajo tierra.
Que una parte de las Fuerzas Armadas hubiese seguido a Miláns y otra parte hubiese permanecido fiel al Gobierno. No tengan ninguna duda de que sabrían ustedes "de primera mano" lo que es una Guerra Civil.

Lo que pasó es muy simple. Ante la indecisión de la mayor parte de los mandos "de despacho", en las unidades hubo muchos militares que, aun no estando conformes con la situación de España, decidieron jugársela durante aquellas horas para que aquello no triunfara.
Alguno recibió una monumental paliza y lo llevaron "de paseo" en varias ocasiones. Pero hubo paz. Y ustedes siguen siendo, sí es que verdaderamente lo desean, dueños de su destino.

Los demócratas, las manifestaciones, no pararon nada. El "golpe" se paró dentro y, justo es reconocerlo, cierto Capitán General calló muchas voces preguntando: "Muy bien. A por todas. ¿Pero a quién nombramos mañana Ministro de Hacienda o embajador ante la ONU?".

¡¡Por Dios, qué ningún político, ní nadie, sienta que su voluntad y sus ideas son las únicas soberanas!!. Todos y cada uno de sus actos pueden generar consecuencias gravísimas.

20 comentarios:

Anónimo dijo...

Mal comienzo de mañana me has dado, han vuelto a temblarme las piernas como entonces.
Me uno a tus deseos... Que nunca más se oiga el sonar de los sables.

Silvia dijo...

Pues déle las gracias de mi parte a esos militares que se la jugaron para que no triunfara y a ese Capitán General tan sensato.
Un abrazo

Turulato dijo...

"Destellos" no hay guerras justas, ní buenas, ní honrosas, ní.. Pero no tengas ninguna duda de que, en ocasiones, la única manera de preservar la Libertad es "el ruido de sables".
"Eloryn" todo tiene su razón de ser. Quienes reciben de sus compatriotas el encargo de protegerles se "alimentan" de la propia sociedad a la que pertenecen; a mayor calidad de esta, mayor calidad de sus militares, de sus políticos, de sus jueces, de sus periodistas,... Quizá, en aquel momento, sin que ella lo supiese, merecía la pena arriesgarse por la promesa de futuro que era una niña de cinco años.
"Dianora" si sirve. Sí te quedas sola, serás arrollada, pero sí álguien te coje de la mano y sigue tu camino.. Y sí aparece otra mano, y otra, .... ¿Me concede, pues, el honor de coger su mano?.

Ana María dijo...

Yo tenía 21 años, estudiando 2º de Magisterio y haciendo las prácticas en el pueblo por un capricho mío, vivía en el cuartel de la Guardia Civil. Todos los días salía, me iba a un pub, sobre todo a fumar. Ese día mi padre no me dejó salir, me dijo: nena el cuartel se ha cerrado, nadie sale y nadie entra pero tu tranquila mañana se volverá a abrir. Lo dijo con tanto convencimiento y con tanta serenidad que lo creí. Al día siguiente se volvieron a abrir las puertas y yo me fumé todo lo del día anterior.

Había mucha gente que a pesar de no estar conforme con la política de entonces, sí tenía muy claro que había otros caminos para solucionar los problemas. Y que tenían claro que los tiempos pasados no habían sido mejores.

Un abrazo Sr. Turulato.

Anónimo dijo...

eL 23F no puedo decir más, que si fue muy duro para los civiles ¿como lo estarían pasando los militares?, ocurriera lo que ocurriera tenían que cumplir órdenes y por sus mentes como por las nuestras pasarian dos palabras fatídicas Guerra civil.Yo estaba con mi madre en el comedor, una mujer con dos guerras mundiales a sus espaldasy una civil a punta de pistola en la sien para darles a los rojos la ninguna morfina de la farmacia, no dijo nada cerró los ojos y rezó. un abrazo nina

Manolo dijo...

Aquel día recuerdo salir al patio del colegio y ver a los hermanos con la radio y cara de preocupación.

Me parece una actitud pragmática ejemplar la que citas de "a quién nombramos ministro de Hacienda", creo que nuestros políticos deberían adoptarla también.

Estaba pensando que debe ser muy difícil convencer a un ejército de que se rebele cuando todos los días tienen algo que comer en la mesa.

Saludos disgregados

Turulato dijo...

"Nina"; rezar.. Hay muchas ocasiones que merece la pena. Desde mi pobreza moral y desde mi falta de fe, lo hago todos los días. Entonces, también lo hice.
Y no quiero "leer el Albayzín" sino pasearlo de tu brazo y oir suspirar tus miradas, cuando descubran el recuerdo y vivan la memoria. Quiero oler el aroma de Graná, el perfume de tu piel; sentir como la brisa baila tu cabello y susurra tu nombre, mujer.
Quiero sentir suave tu mano, templar mi hielo con tu caricia.
Quiero, "ela", que seas feliz

Turulato dijo...

"Manolo"..,el golpe no triunfó
porque Tejero se "lanzó" cuando no debía;
porque los militares aún habían estado más férreamente sujetos al que mandaba que los civiles y no sabían poner en práctica algo propio.. (Curioso);
porque no existió un eficiente cerebro coordinador;
porque los Capitanes Generales habían vivido la Guerra Civil;
Porque, quizá, álguien se echó atrás..

Turulato dijo...

"Maru", en contra de lo que cree la gente que desconoce "el mundo de quienes están sujetos a jerarquía" y prefieren "pontificar" antes que saber, tras un uniforme o una sotana no hay una máquina.
Y en muchas ocasiones, las personas "uniformadas" tiene una experiencia vital amplísima. Sobre todo aquellas que más que grandes cargos han mamado su oficio paso a paso.
"Las ven venir". Y saben que mañana será necesario volver a abrir la puerta. Tu padre pensaba lo mismo que "el de Barcelona"

Anónimo dijo...

Te felicito por este artículo ya que nos da una visión del momento que para los que no tenemos contacto con el mundo militar, nos era desconocida.
Recuerdo ese día perfectamente, estaba en un concierto, actuaba un quinteto israelí y de pronto entre el público empezó un rumor que se fue elevando hasta el punto en que los músicos dejaron de tocar y miraban con estupor a la gente que ya se estaba levantando y abandonando la sala y al fin escuché la noticia. Me dirigí a casa preocupada temiendo lo que podría pasar y pensando que si fueron militares los que daban el golpe, sólo los militares podrían pararlo o acabaríamos en otra guerra cilvil que aunque no la viví, no la quisiera conocer. Por eso me alegra lo que hoy nos cuentas y como lo cuentas.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Yo venía de clase aquel día y me abordó en la calle un hombre mayor. "Nena, arrea pa casa que aquí se va a armar una muy gorda".
Desde luego que de no ser por un sector del ejército y por la falta de organización, se hubiera dado marcha atrás, repitiendo el mismo error sanguinario de una guerra civil.
Ese hondo sentimiento de tristeza, ilustra mejor que nada lo que sí queremos los españoles, que no se vuelva a repetir.
Un abrazo

Anónimo dijo...

Recuerdo claramente donde estaba, que hacia, que pense y senti, yo y muchas personas mas, practicamente todas las cercanas: familia, amigos, compañeros..., pero nunca lo habia oido contada de primara mano, desde de "dentro" dentro. Muchas gracias por compartirla con todos nosotros.

Turulato dijo...

"Leo", "Marian", "Consumidor".. Nunca más; ese es el sentimiento unánime. Pero evitarlo no es algo privativo de una parte de la sociedad. Es una exigencia que todos deben asumir.
¡O todos y cada uno de los españoles ponen "toda la carne en el asador" para que nuestra sociedad funcione con un mínimo de dignidad o mereceremos volver a vivir el peligro que nos acecha!.
Por eso son esenciales determinaciones como la de "Dianora". Quiere paz, pero sudará por ella.
(Disculpadme que utilice esta respuesta, pero atisbo el fin de los comentarios de este artículo).

Anónimo dijo...

A pesar de que atisbes el fin de los comentarios a este artículo, me gustaría aclarar que aunque es cierto que todos debemos de poner "toda la carne en el asador" para que esta sociedad funcione, en el caso que nos ocupa, sólo una parte de la sociedad podía parar el golpe de estado y esa parte eran los propios militares, pues si ellos hubieran decidido apoyarlo, de nada hubiera servido lo que pensara el resto de la sociedad.
Un saludo

Turulato dijo...

"Leo" cuando escribo "poner.." estoy pensando en el futuro. No en el pasado. Del pasado se aprende, pero quiero aplicar mis intenciones en el futuro.
En cuanto "a los militares", a cualquiera de ellos, no son distintos a tí. Ese es un gran error de percepción de la sociedad española. Son personas que viven junto a tí, a los que les preocupan asuntos parecidos (la hipoteca, los niños, los amigos,...), gente normal y corriente...
Y esas personas, aunque no se quiera reconocer en algunos casos, se alimentan emocionalmente de la estima de su sociedad.
El aprecio social hacia las Fuerzas Armadas, derivado tanto de su labor como de la imagen que se "quiera" ofrecer de ellas, está en relación directa a su eficacia.
El Sha Palhevi tenía un ejército formidable, que se derrumbó como una hoja otoñal ante la presión de su sociedad.
Así pues, si que el esfuerzo social disipa las tensiones y evita los conflictos. Bastan dos acciones:
*Integrar de tal modo Las Fuerzas Armadas en la Sociedad, que la Sociedad misma asuma y exija su Defensa
*Y, especialmente, que todos los ciudadanos sintamos que se gobierna en nuestro nombre y no por el poder, pues al último que lo intentó lo expulsamos con tal energía que aún están temblando..

Anónimo dijo...

Me da la impresión de que o no me expliqué bien o tú no me entendiste. No tengo nada en contra del ejército o de los militares que creo que son necesarios en un país, y ya se que son personas como las demás, con los mismos sentimientos y preocupaciones que pueda tener yo, sencillamente en el golpe del 23 F tenían todo el protagonismo y de no haber respondido como lo hicieron, el golpe no se hubiera quedado en lo que quedó, por eso dije que en ese momento eran los únicos que podían frenarlo de forma rápida, porque aunque el esfuerzo social disipe las tensiones y con ello evite los conflictos, cuando estos se hacen presentes de golpe y por sorpresa, el esfuerzo social tarda en hacer efecto y para entonces ya puede haber muchos muertos.
Espero que ahora haya quedado explicado con más claridad.

Turulato dijo...

Te explicaste "Leo"; yo no te entendí. Ya sabes que me apasiono..
Estoy de acuerdo

Luis Caboblanco dijo...

Hola Turu. Interesante siempre, hoy quizás lo haya sido más. El próximo fracaso siempre nace de la incapacidad de recordar el pasado...

Anónimo dijo...

Interesante y abierta visión la tuya, de un hecho que nos apretó el corazón durante horas y que nunca acabaré de entender en toda su extensión, pues aunque dicen que el tiempo todo lo aclara, aún no ha pasado el suficiente.
Pese a todo, demos gracias a que aquello no triunfó, por las razones que fueran, y confíemos en que nustra mirada al pasado nos impida repetirlo.
Bicos.

Turulato dijo...

"Cabo" la Historia, esa desconocida..
Carmiña nunca acaban de entenderse los días pasados, por eso es tan importante la sensibilidad ante la vida, como la tuya