Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

domingo, 15 de enero de 2006

Pensar, sentir, creer..

"La suerte y el devenir de los pueblos, como también de las instituciones, está siempre ligada a la visión de futuro de sus gobernantes y a la habilidad de estos para ponerse al lado de lo contingente triunfante y nunca del pasado. El pasado siempre es una losa, el futuro es una incógnita que abre esperanzas, a pesar de que rápidamente se convierte en pasado, y vuelve a ser de nuevo una losa todavía más pesada que la anterior.
Los protagonistas de la Historia actúan siempre sobre un presente que no dominan, y nunca son conscientes de que el futuro, que pretenden condicionar, es abierto y desconocido, y siempre está por escribir".

"La formación de Cataluña y su inserción en la Edad Media española"
Salvador Claramunt

No quiero perderme en disquisiciones, por lo que comienzo con una cita del profesor Claramunt de la Universidad de Barcelona, del que discrepo en alguna de las conclusiones de la obra citada, pero con el que me reconcilio gracias a su final -que os he transcrito-.

Y como quiero empezar el artículo pensando, me permito añadir algo a lo dicho. La suerte y el devenir de los pueblos están ligados a la visión y a la habilidad de sus gobernantes, si. Es indudable. Pero visión y habilidad son inútiles, e incluso perniciosas, sí el gobernate carece de moral, rebosa de soberbia y desconoce la Historia.

Nada es útil a la Humanidad sí no es bueno en el sentido filosófico de la palabra. Ní las personas ní la Sociedad pueden vertebrarse con maldad, so pena de pretender su destrucción, ya que -por definición- irían contra su naturaleza o destino.
Y hay que recordar, pues vivimos tiempos de ignorancia, que los únicos sujetos activos son siempre individuales; sujeto pasivo de una acción puede serlo -aunque no siempre- un colectivo, soportando las consecuencias de aquella o de una omisión, pero la génesis de estas se hallará siempre en la mente del Hombre, única en sí misma.
En consecuencia, es imprecindible que el gobernante obre moralmente. Y esto implica, entre otras cosas, que debe ajustar su conducta a "lo que debe ser" y no a "lo que es", renunciando a su beneficio, a su gusto y a su comodidad.
Es cierto que lo expuesto es una utopía, pero también que, cuanto más se separe el gobernante de lo dicho, más riesgos tiene la sociedad a la que rige de ser destruida.

Y para ajustar su conducta a la moral no debe primar la soberbía en su carácter. Difícilmente se ajustará a lo debido quien se considera "padre" del deber de los demás.
Sí es preocupante el nulo amor a la responsabilidad de los españoles -cuyo actual lema nobiliario podría ser: ¡¡Yo no he sido, yo no he sido!!-, sus gobernantes demuestran día a día con su comportamiento que están dominados por la soberbia, pues en ningún caso reconocen las consecuencias dañinas de sus decisiones y se ofenden cuando los humildes les reclaman compensación por los daños sufridos.

Para finalizar la exposición de mi manera de pensar, nadie es tan naturalmente sabio que pueda dejarse guiar por su intuición o por sus ideas. Lo vivido durante generaciones proporciona un inagotable caudal de sabiduría. Pero lo vivido, la Historia, no la Ucronía.
Repasando la Historia Militar -y en general toda ella- se percibe con nitidez que las situaciones conflictivas y las decisiones de quienes las vivieron se repiten a lo largo de los siglos. Y que quienes habían estudiado y analizado lo experimentado por otros con anterioridad, decidían y obraban de un modo más acertado.
Y que quienes quisieron creer en una historia inexistente, y experimentaron con postulados ucrónicos, obligaron a sus semejantes a vivir tragedias inconcebibles.

Mi sentir.. Mis deseos.. Una cosa es lo que dicta la razón, consecuencia de la lógica del intelecto alimentada por el conocimiento y el estudio, y otra lo que dicta el corazón.. Ya decía Pascal que "el corazón tiene razones que la razón no entiende"..

Buena parte de aquello en lo que me educaron, casi todos mis ideales, mí manera de "ver y entender" la vida ha desaparecido; o más bien.., oigo y leo a cada instante que todo ello es propio de hijos de puta, como ha escrito en el periódico "Avui" un tal Iu Forn, que recuerda a los militares que..: "La Ordenanza de Civismo de Barcelona prohibe la práctica de la prostitución en según que supuestos. Por tanto, mejor que vengan sin sus madres". Yo no iré con la mía; murió, y en estas páginas conté...
Ante ello, podemos hacer únicamente dos cosas. Callarnos, para que nuestros compatriotas (?) digan que hacemos lo que debemos -debe gustarles no ya que no hablemos sino más bien que no pensemos ní sintamos- y así puedan seguir su vida sanchopancesca, basada en confundir el interés personal con el general y en rechazar toda alteración de su ignorancia, o dar nuestra opinión, que será calificada inmediatamente como un acto fascista que busca asesinar la libertad de los españoles.
"Filósofos nutridos de sopa de convento / contemplan impasibles el amplio firmamento; / y sí les llega en sueños, como un rumor distante / clamor de mercaderes de un muelle de Levante, / no acudirán siquiera a preguntar: ¿qué pasa? / Y la guerra ha abierto las puertas de su casa/
Castilla miserable, / ayer dominadora, / envuelta en sus harapos desprecia cuanto ignora".
"A orillas del Duero"
"Campos de Castilla"
Antonio Machado

Siento que ardo en ganas de defender aquello que amo y aquello en lo que creo. Siento cada día más amargo sabor de boca. Pero.., me frena, me detiene, mi propio sentimiento..
Dije un día, ante el entonces Regimiento de mi Mando -formado al completo- y las familias de sus componentes, que tenían España ante sus ojos.., que no era una palabra hueca, pues España eran sus familias, sus amigos, sus casas, sus recuerdos, sus costumbres, sus manías comunes..
Y sienta lo que sienta, soy un pedacito minúsculo de España. Tan chico, que por seguro que esté de lo que pienso y por intenso que sea lo que siento, estoy convencido de que sólo es posible hacer algo en consonancia con el deseo, y en unión, de la mayoría de los españoles. Y sé que los españoles, como los de cualquier otro país, sólo establecen con claridad sus deseos cuando votan. En consecuencia, defiendo que sólo debe actuarse en función de lo que vote la mayoría.
Pero, eso si, dejadme opinar ¡por Dios!; dejad que me defienda. ¡Soy una persona, no una cosa!.

Permitidme un ejemplo. Mi patría más íntima es mi hogar y los compatriotas a los que adoro son mis hijos y mi mujer (y, permitidme, las otras dos mujeres que hicieron que soñase ser un hombre bueno...).
Mis hijos se han equivocado muchas veces mientras crecían y maduraban. Pude acudir raudo a solucionar sus problemas y caidas. No lo hice; me mantuve vigilante y presto, pero, en lo posible, busqué siempre que ellos resolviesen sus conflictos y enriqueciesen su experiencia. Entendí siempre que mi obligación era educarlos e instruirlos, proporcionándoles todo aquel bagaje necesario para vivir con independencia. Ellos son los únicos actores y protagonistas de su vida. Y procuré lo más difícil, ahuyentar sus miedos, que disfrutasen de la vida...
Lógicamente el resultado adolece en las metas alcanzadas. No hemos sabido ní podido llegar a más. Pero estoy razonablemente satisfecho.
Pues lo mismo que he hecho con mis hijos hago con vosotros y conmigo mismo. Creo que nos estamos equivocando y que vamos a padecer.. Pero de nada sirve que nos resuelvan el problema. Sólo hay un camino y es crecer y madurar somo sociedad; tenemos que soportar las consecuencias de nuestras decisiones, responsabilizarnos de lo vivido y confiar en que en el futuro obremos con mayor acierto.

Y sí, con todo, flaqueo en algún momento, recuerdo las siguientes palabras:
"¡Disciplina¡... Nunca bien definida y comprendida. ¡Disciplina¡..., que no encierra mérito cuando la condición del mando nos es grata y llevadera. ¡Disciplina¡...., que reviste su verdadero valor cuando el pensamiento aconseja lo contrario de lo que se nos manda, cuando el corazón pugna por levantarse en íntima rebeldía, o cuando la arbitrariedad o el error van unidos a la acción del mando. Esta es la disciplina que practicamos. Este es el ejemplo que os ofrecemos" (Discurso, en la Plaza de Armas de la Academia General Militar de Zaragoza el 14 de Julio de 1931, del General Franco -Director del centro-, pronunciado al conocer la orden de cierre de la Academia).

Y termino con lo que creo... No se puede vivir sin creer. Tenemos que apoyarnos en algo. Hay que disponer de algún punto de partida; y es preciso poder acogerse en un refugio cuando no podemos más.
Creo en muy poquitas cosas. Y sólo ellas merecen la pena. Llevo toda la vida intentando enamorarme de Dios.. ¡Qué difícil es vivir enamorado!. Y a nadie puedo culpar de mis cobardías y egoismos.
En cuanto "a lo de aquí", creo que todos tenemos mucho miedo, muchísimo. Y que nos puede la cobardía. Así, cuando tenemos que afrontar cualquier dificultad, procuramos encontrar antes una salida cómoda y fácil que una solución equitativa.
Y creo que nos cuesta convivir. Queremos imponer. Todo. Y convivir es ceder. Sí nadie regala nada nadie recibe nada. Necesitamos con urgencia ser generosos. Sí nadie reconoce el derecho de otro es imposible que reconozcan mi derecho.
Y hay premura para cambiar la valoración que damos a las cosas. No puede ser que los medios de comunicación -y la sociedad amorfa que los sigue- nos cuenten al milímetro la vida de álguien que corre en pantalón corto tras un balón, o que se dediquen a difundir con fruicción la vida y milagros de unos pedorros, mientras ignoran los méritos de cualquiera que no convierte su vida en un espectáculo o en un circo.
Y creo que lo que estamos viviendo en España, en el área pública, merece desprecio. Y ní una sola gota de sangre, pues aunque si hay causas por las que entregar la vida -Jesús lo demostró hasta el fin de los tiempos-, todas se nutren de regalar nuestra existencia a los demás.
En ese sentido entiendo el brocardo "Dulce et decorum est pro patria morit". Nunca por mí, ní para mí. Defender los deseos, las ideas y los derechos de otros. Nunca los míos.

11 comentarios:

Anónimo dijo...

Me alegro (... y no se lo voy a decir a nadie) que hayas completado el artículo. Comparto contigo la idea de que a la moral, la sepultan los valores económicos.
Cuando me refiero a moral, no lo hago como enseñanza,o dogma; pienso en "conciencia", que nos hace dignos de la felicidad.No me importa tanto la moral grande (la que maneja los temores) sino la pequeña, la que da sentido a la búsqueda de la felicidad.Tal vez sea egoista, porque con el tiempo la voy haciendo a mi medida... pero he observado que convivir se reduce a dejar que los demás sean junto a tí, lo mejor que tienes...y equilibrar en lo cotidiano aquello que quiero tener y aquello que quiero conservar.

En definitiva, la opinión de los demás y la voluntad de compartir es lo grandioso.
Un abrazo

Bo Peep dijo...

Mil gracias por tu visita y por tus piropos. Por cierto, tu presentación de la cabecera es sencillamente genial.

Luis Caboblanco dijo...
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Luis Caboblanco dijo...

Hola Turu. Solo quería expresarte mi alegría por el hecho de que hayas sido capaz de escoger un código, y encaminar tu existencia según sus reglas. Tiene cierto mérito; primero por ser voluntario ya que no tiene ningún mérito seguir las normas de una cárcel o una universidad en cuanto son de obligado cumplimiento. Sin embargo, obligarse “per se” tiene el valor añadido del ejercicio del libre albedrío, lo que dignifica aún más el asunto ya que ante nadie se es más responsable que ante uno mismo. Yo, también tengo mis convicciones pero, cuando me aburro, me invento otras menos azarosas… y así me va.

Celebro además que hayas elegido implicarte en la defensa de las convicciones y patrias de otros, no importa quienes, tan fuertemente o más que las tuyas propias. Nada es más gratificante que lo ajeno y nada obliga más que lo voluntario. Pero para llegar a este estado que yo definiría de “optimización moral” hace falta un largo camino, que exige sortear a ratos, la desesperanza, el hastío, y favorece a extraños compañero de viaje, el peor de los cuales es el escepticismo. Yo hace tiempo que me detuve con él, a mitad de camino, sin saber muy bien cuando estaría preparado para reanudar mi marcha.

Un abrazo.

Turulato dijo...

Luis, desde los años que te llevo... ¡Qué gran verdad, y qué dura, es la que contienen los dos últimos "puntos y aparte" de tu comentario!. Y te has olvidado de dos : Una enorme soledad y la incomprensión de quienes te rodean.

Anónimo dijo...

En mi país pasa lo mismo. Creo que habilidad y visión tienen, pero no tienen moral ni honestidad. A la vez creo que en el fondo, se enferman de poder y de soberbia. No sé hacia dónde vamos, pero bueno...quizás vivir en un país así, como la Argentina, tan impredecible e incierto, nos empuje a crecer y hacernos más fuertes.
En cuanto a la educación de los hijos, yo todavía estoy del otro lado :) Mi mamá siempre me empujó a equivocarme, no sé si es justa la expresión...nunca me quiso resolver todos mis conflictos y problemas, más allá de orientarme, aconsejarme, etc.. Mi papá fue siempre diferente, no quería que sufriéramos, me resolvía las cosas y salía corriendo a buscar lo que necesitaba. Mi mamá también, pero en menor medida.
Besos!!!
Gi

Anónimo dijo...

Asi está mi ánimo

Me gusta ver el cielo
con negros nubarrones
y oir los aquilones
horrísimos bramar;
me gusta ver la noche
sin luna y sin estrellas,
y solo las centellas
la tierra iluminar...
y asi acabará:

Una de supersticiones:
Sobre los zapatos:son , de las prendas de vestir los más supersticiosos.Si son nuevos, para que nos den buenas andaduras, debemos llevarlos puestos del revés al menos un rato durante auna noche de luna llena.Cuando los estrenes primero te pones el izquierdo. Para que nuestros pasos no nos dirijan a lugares nefastos, deberemos dar tres saltos con los zapatos nuevos sobre un lecho de sal el mismo día del estreno.
Los zapatos usados son una prueba del camino realizado. Para evitar que terceras personas puedan influir sobre lo que hemos vivido,antes de tirar los zapatos debemos limpiar su suela con sal en una noche de luna en cuarto menguante.
El nido vacío es desastroso. Veremos quien puede más.Besos nina

Ana María dijo...

Sr. Turulato, me parece muy bien que opine, que sienta y que crea, lo bueno de vivir en una sociedad que va madurando, a pesar de tener grandes problemas que no graves, es que puede hacerlo. Podemos discutir, podemos no convencernos pero seguro que usted y yo sí podemos entendernos.

-Nunca he sabido lo que es querer a la "patria", ni la unidad de la patria, ...yo sólo estoy orgullosa de ser quien soy.
Orgullosa de ser de Alquife si hablo con gente de la provincia de Granada, orgullosa de ser de Granada si hablo con andaluces, orgullosa de ser andaluza si hablo con otros españoles, orgullosa de ser española si hablo con extrajeros.

Un estatuto nuevo no va a cambiar nada de eso. España seguirá siendo un conjunto de pueblos, naciones, autonomias, es decir, un conjunto de personas y yo seguiré estando orgullosa de ser parte de ese conjunto de personas.

También es verdad que con mis hijos hago lo que puedo y lo que ellos me dejan, no soy reflejo para nadie. Sí tengo claro que todo lo que hagan no me va a gustar pero no tiene por qué ser malo, simplemente es distinto a lo que yo hubiera hecho o a lo que yo aprendí a hacer.

Sí que es verdad que algunos les cuesta convivir, les cuesta introducir en su vocabulario palabras como diversidad, empatía,...pero soy optimista y pienso que incluso éstos aprenderán :)).

Un abrazo.

Turulato dijo...

Muchas gracias a todos por exponer vuestra opinión y, lo que es más importante, vuestro sentir. Escuchémonos unos a otros y démonos cuenta de que la realidad es la síntesis de todo lo escrito..., y de lo que otros muchos podrían contarnos.
En cuanto a que los Estatutos no cambian nada... Creo que es una idea muy inocente. Cada Estatuto es una ley y contiene disposiciones que rigen nuestras vidas. Y en este momento los españoles son profundamente desiguales según cual sea la provincia donde viven..
"Para muestra un botón".. En Cantabria se han pagado 11.434,05 pesetas por el Impuesto de Sucesiones de una herencia, que en Aragón -régimen común- devengaba una cuota de 2.574.280 pesetas (lo pongo en la moneda anterior, que para muchos es más "expresiva"). ¿Es eso indiferente?; ¿es eso igualdad?. En Logroño, basta cruzar el rio Ebro hacia Oyón para disminuir un 2,5% el Impuesto de Sociedades. Antes aun era más..
No, no basta ser buena gente y convivir en paz con lo que tenemos.. Debemos exigir que se nos trate con equidad y, en lo igual, por igual. El resto es conformarse con la injusticia

Anónimo dijo...

Vivimos en unos momentos que cada vez se van volviendo más difíciles quizás porque nadie, o muy pocos quieren ver la realidad de lo que está pasando y no quieren ni pensar en lo que puede suceder. Se perdieron muchos valores y ahora se tiende a decir que nada tiene importancia, que lo importantes es vivir sin reglas y que ninguna ley tiene porque cortar la libertad que cada uno marca a su manera.
Muchos piensan que cambiar los estatutos no va a cambiar nada en nuestro país y no es así, al paso que se va, España dejará de ser un país y cada comunidad campará por sus respetos hasta llegar al punto de que cambiar de comunidad será casi como cambiar de país y todo esto lo vamos a pagar caro pues en lugar de luchar por crear un país fuerte, lo hacemos debil y ya se sabe, divide y vencerás.
Y en cuanto a los valores no hay más que ver a que tipos de personas se ensalza, a quienes conoce todo el mundo, a quienes quieren imitar los jovenes; es triste y deprimente y si a eso añadimos que el nivel cultural cada vez está mas a ras de suelo es para sentir una gran tristeza.
Lo siento, mi comentario es bastante descorazonador y puede que no sólo sea porque realmente lo pienso así, tal vez mi bajo estado de ánimo también influya.
Un saludo

Turulato dijo...

Leo tu comentario es real. Tu opinión es valiosa porque está madura, por vivida. Y por eso sabes también que vivir es ir comprendiendo las muchas imperfecciones que tenemos.
Y el mayor problema de un error no es su existencia, la equivocación, sino pretender ignorarlo.
Así que te doy doblemente las gracias; una por decir la verdad y otra porque me has dado la idea central de mi próximo artículo.
Un beso