El artilugio

"Doña Maru" escribía "verdades como puños" en uno de sus pasados artículos -"Más sexo"-. Analizó el asunto como lo hace habituálmente, sin molestar a nadie y diciendo la verdad.
Procuro imitar su estilo; no lo consigo, ní lo conseguiré nunca, pues ella tiene esa savia por nacimiento y yo por aprendizaje.
En cuestiones de sexo creo que debemos admitir -de entrada- que estamos muy mal educados -y digo mucho, pués concedo así que existe algo de educación y no lo creo-; pensad como muestra en la nefasta influencia de la moral judeocristiana en nuestro ámbito educativo sobre todo lo referido a este asunto.
En ciertas áreas del Derecho, la sabiduría que proporciona la experiencia de muchos años de aplicación ha recogido los conceptos de "buenas prácticas, usos y costumbres", como calificativo del ejercicio idóneo de determinadas actividades. {Aprovecho para orientaros sobre las cualidades de un buen abogado; pensad sobre lo que he dicho, como lo he dicho, a que me refiero y lo poco que me he comprometido}.
Pués bien; pienso que nuestra práctica es escasa, y cuando repaso nuestros usos y costumbres me entran ganas de llorar..
Además soy de los que piensan que el sexo hay que practicarlo con cariño, o, sí me apuráis, enamorado. Aseguro que es el mejor sistema que conozco para que sea placentero y satisfactorio.
Pero creo que el sexo se practica con urgencia, y en muchas ocasiones confundiendo la ilusión y la pasión con el cariño. El resultado natural es la frustración.
Y también se olvida en demasía que el sexo sin pasión deviene en rutina. Cuantas parejas llaman amor o cariño a lo que es simple necesidad y apego.
Sí ahora recordamos la idea que tienen muchos hombres del placer femenino, creo que no me equivoco sí la resumo en un negro posesivo y dominante dotado de un pene hiperplásico, que mete dentro de la mujer para provocarle una emisión continuada de alaridos y de palabras soeces, hasta alcanzar un estado final de cuasi-adoración del macho. ¿Qué exagero?. ¿En cuantos ambientes sociales diferentes os movéis?.
Pasemos ahora a "los artilugios".. Me imagino que no necesito describiros un consolador femenino {que también hay masculinos, por cierto}. ¿Quién los diseñará?; imaginación no pone mucha.. Con independencia de calibres, texturas y colorines, imitan un pene; sin más. Y su uso es evidente... Hay que meterlo.
¿Pero que ocurriría sí una mujer, conocedora de su cuerpo y especialista en sexología, diseñase el mismo "cacharro"?..... Algo distinto, cláramente distinto. Abrid el enlace final...