Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

jueves, 27 de octubre de 2005

Carmencita


"Carmencita"
1966
Antonio López García

Dicen que un viejo es lo que queda de un niño.. Dicen. No sé. Lo he recordado contemplando a "Carmencita". Viéndola, mi mente se ha quedado "en blanco". Me ha ocurrido lo que cuenta Antonio López que le sucedía cuando pintaba..
"Me cuesta muchísimo pintar. Lo hago con gran lentitud. ¡Percibo tantas sensaciones diferentes!. Y lo que veo es tan extraordinario, me impresiona de tal modo, que no sé muy bien como puedo trasladarlo al lienzo. Me conformaría con ser capaz de mostraros una parte de lo que ven mis ojos."
"El camino que sigo es investigar la realidad. Y retocar una y otra vez; nunca tengo la sensación de que la obra está acabada. Por eso, a veces, tardo años en pintar un cuadro...".
"Procuro tratar el color como una sustancia real y no como un concepto; me esfuerzo en desarrollar un sentido preciso del dibujo. Y, sobre todo, pretendo alcanzar un lenguaje de formas capaz de integrar dibujo y color".
"¡Pero lograrlo es tan difícil!. Notaréis en mi obra cierta dosis de melancolía, de tristeza, por no ser capaz de testimoniar todo lo que siento..."
Contemplad a "Carmencita".. Es una niña... Está en total plenitud..; aún no ha sido desollada por la vida. Su piel es tersa, fina, transparente; su cutis parece que sea piel de melocotón.. Sus ojos miran de frente, francos, con fijeza; su mirada no oculta nada todavía..
Está pendiente de lo que sucede; le resulta atractivo vivir. No llegaron los días del desengaño..
¡Hagamos pues lo mismo!. Olvidemos relumbrones y oropeles. "Carmencita" se basta por si misma. Ya que ella centra su mirada, centremos nosotros su figura y olvidemos los adornos, que sólo sirven para distraer la atención y ocultar las verdades.
Está plantada delante de.., ¿una tapia?. ¿Y qué es una tapia sino un conjunto de manchas de colores?. ¿Lo dudáis?; perderos por el barrio cualquier día de verano y buscar aquella tapia medianera que en vuestro pueblo separaba los frutales de vuestras manos ansiosas.
Cuando la dé el sol, plantaos frente a ella, entrecerrad los ojos y mirad.. Entre vuestras pestañas bailarán pinceladas ocres, amarillas, azul cielo, verdes, lilas,... Suaves, cortas -"cézannianas"-, nada empastadas.
A "Carmencita" le han vestido como vestíamos la mayoría en aquella época. Sin marcas, con ropa de colores sufridos -así las manchas no resaltan- y tejidos consistentes -capaces de aguantar los juegos y el paso del tiempo -, que la familia no tenía dineros..
Son fáciles de trasladar al cuadro; basta algún toque más claro de bermellón, unos blanquecinos, otros negruzcos y jugar con las sombras.
El abrigo carmesí, de grandes botones, y un jersey rojizo que asoma apenas..; basta y sobra para jugar en la calle y no pasar frío, pues tele sólo hay desde el atardecer en ca'Felisa.
¿Qué mirará?. No sé. Me pierdo; hay vida que no necesita palabras y sobran las palabras cuando estalla la vida. ¿Sonríe?; puede. ¿Duda?; quizás. Esperanza, en suma...
Parece que el sol sea su novio.. Resalta su expresión, la engrandece; el gesto es formidable, construido a base de luz -intensa y suave a la vez- y de esos ojos negros... ¡Dios mío, quién pudiera ser deslumbrado por esa mirada!. Y el negro fortalece..; mirad el trazo de sus cejas, la profundidad de su boca -casi un positivado de negro sobre un suave carmín-...
¿Sabéis?, creo que está viendo que llegan los "caballitos".. ¡Si!, los tiovivos, las ferias.. La plaza se llenará de colores, de olores, de música... Por eso tiene la "mente en blanco"; está viva, la calle alegre.. "Carmencita", llena de vida, disfruta....
Cuando en el patio se oyeron los primeros ruidos, su madre no pudo retenerla en casa; apenas pudo hacerle la raya en el pelo, un poco de agua -el "lavao del gato"- y salió a la calle como un "cuhete" -que dice la abuela.
¡Pero cuando vió el caballito gris, de crin y cola blanca..!. ¡El suyo!, al que le gusta subirse, del que nunca se cae, el que acaricia, al que le habla bajito....
Se quedó quieta, casi sin respirar, delante de la tapia, soñando, despierta...

(Dedicado a todas las mujeres que recuerdan su niñez de vez en cuando)

16 comentarios:

Leodegundia dijo...

Para mi la expresión de Carmencita es la de la mayoría de los niños que miran sin perder detalle, pero no con asombro, sólo con interés intentado absorber todo lo que ven, incluso tiene la boca un poco abierta por si sus ojos no pudieran dejar entrar tanta información, contempla, absorbe y almacena mientras permanece estática, una vez tomados los datos comenzará el movimiento, la agitación y el usar toda la información. Pasados los años, seguirá teniendo aquella imagen grabada tan viva como el primer día.
Me gusta este cuadro por la fuerza que transmite la figura sobre un fondo que no dice lo que es, dejándole a la imaginación del que contempla el cuadro, que en realidad sólo tiene ojos para la niña.
Buenos días

Leodegundia dijo...

Por cierto, ¿a dónde se fueron los barcos?, ¿se pasa de la luz a la oscuridad?.
Un saludo mañanero

Turulato dijo...

Si Leo; la imaginación. No se trata tanto de "dejar las cosas claras" como de permitir a los demás que imaginen..
Y sobre el fondo, ¿cual te gusta más?; una vista marina, como la del "Artemisa" ciñendo o esta tomada en vuelo nocturno sobre los Andes.
Que tengas una buena tarde

Leodegundia dijo...

Ya que lo preguntas, puede que esta tenga más valor, pero la otra era más alegre.
¿Eres de los que te quedaste sin puente largo?, si es así, resignación y si no disfrútalo todo lo que puedas.
Buenas noches

Turulato dijo...

Estéticamente me gusta más esta. Sentimentálmente, la otra.
No, no me he quedado sin puente. En mi situación, puedo ir y venir cuando quiera, por lo que hacer las cosas cuando las hace todo el mundo me resulta incómodo.

Turulato dijo...

Gracias "Dianora".
Aunque de los calificativos que aplicas a los niños, quitaría el de "nobles" y lo sustituiría por "directos"..

Turulato dijo...

Otra vez gracias "Dianora"; ahora por charlar conmigo. Es agradabilísimo intercambiar pareceres.
Y en relación a tu comentario he de aceptar lo que dices; me ha convencido tu aclaración, especiálmente cuando matizas el significado de la maldad infantil.
Añadiría que un niño es un ser que carece de defensa, por lo que es, en consecuencia, muy vulnerable. En cierto sentido, muy parecido a un anciano.
Quizás, las sociedades más humanas sean aquellas que más se preocupan de sus niños y de sus ancianos..

Luis Caboblanco dijo...

¡Hola Turulato! hermoso cuadro y hermosa explicación. Se trata de una de la más bellas representaciones de la infancia y de la inocencia que haya visto nunca. También me gustó la definición de la vejez..esa especie de infancia tardía. Alguna presentadora de TV los denominaba como "aquellos locos bajitos..." ¡Quién volviera a pillar aquellos años...!

Turulato dijo...

Luís sí tú añoras aquellos años, imagínate un "abuelete" como yo...
Lo de los "locos bajitos" se lo oí a Serrat -otro "abuelete"-... Sigamos el método Caboblanco..: ¿Álguien sabe quién es el autor de la expresión?.

Turulato dijo...

Gracias "Dianora". Algún día hablaremos de Arturo Pérez Reverte; pero no del de ahora sino del joven que conocí..
Carmiña, ¡claro qué me quejo!. Antes tenía a quien chillar y ahora, en casa, estoy mudito. Es más dicen que soy como un armario, que ocupo sitio y...
Muchas gracias a las dos por ser tan gentiles

Grial dijo...

Yo también veo en los ojos de Carmencita una ilusión esperada...
Precioso cuadro y bonito texto.
Un placer leerte, un beso :)

Turulato dijo...

"Grial" el placer es mío. Recibo más con vuestras visitas que lo que os ofrezco en mis artículos. Sin duda.

Ana María dijo...

Sr. Turulato, creo que es la tercera vez que lo leo, es un VERDADERO PLACER HACERLO.
¡Le pone poesía a un cuadro!. Con alguien como usted hubiera estudiado Arte.

Turulato dijo...

"Seora" doña Maru. Con álguien como usted hubiera aprendido a escribir.

Turulato dijo...

Espero tu opinión sobre el cuadro. Seguro que me enriquece..

Mar dijo...

Desde luego Carmencita está viendo algo que la ha sorprendido, qué pronto perdemos esa expresión. Sí, podrían ser perfectamente los caballitos