Las verdades son inmutables. En sí mismas son inmutables. Pero nosotros, los de la estirpe humana, no somos en el sentido en el que el Ser es. El Ser es el que es. "Yo soy el que Es", dijo Yahavé; es decir, soy el único que tiene plena capacidad de ser. Y la tengo porque el Ser es inmutable, siempre es igual a sí mismo.
En este sentido el Ser, llamémosle Dios, es Uno. Pero ese Ser que es Uno, encierra también dentro de sí todo lo que es ser, todo el mundo, todo lo que existe, incluso todo lo que existe no solo como materia sino también como producto mental, como idea, como fantasía, como probabilidad. Es decir, el Uno es también y a la vez la Oposición, la Dualidad, lo que cambia constantemente, la Vida. Del resultado de la integración de ambos, surge el Espíritu.
En este sentido el Ser, llamémosle Dios, es Uno. Pero ese Ser que es Uno, encierra también dentro de sí todo lo que es ser, todo el mundo, todo lo que existe, incluso todo lo que existe no solo como materia sino también como producto mental, como idea, como fantasía, como probabilidad. Es decir, el Uno es también y a la vez la Oposición, la Dualidad, lo que cambia constantemente, la Vida. Del resultado de la integración de ambos, surge el Espíritu.
Kalia platónica
3 comentarios:
Platónica…¿o pitagórica? En cualquier caso; sus reflexiones profundizan en lo que algunos apenas intuímos como destello .
Kalía es que has cerrado el garito ??
No, pero está como suspendido. Ya le llegará el tiempo. Espero.
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