Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

domingo, 28 de noviembre de 2010

Ser funcionario en España

Hace cuarenta y cinco años que entré al Servicio de la Administración Pública. Y aunque no me siento funcionario, nuestro Ordenamiento me consideró parte de aquella administración, por lo que he sufrido cuanta vicisitud ha soportado esta. Desde el primer instante tuve que aguantar la mentalidad de la sociedad española, que puede resumirse en una frase: ¡Qué yo no soy funcionario!. Como si quien la pronuncia fuese todo un dechado de virtudes y careciese de defectos laborales, ya que estos son patrimonio exclusivo de quienes trabajan para el Servicio Público.

Dan la impresión de que en el sector privado no hay absentismo laboral, nadie regatea tiempo o esfuerzo en pro del bien de la empresa, cada trabajador hace su labor con un cuidado exquisito y domina la técnica que emplea, entregándose al cliente con atención y amabilidad en todo momento; además le encanta su trabajo y todos son tratados según sus méritos, ... ¡Ah, y no existen sobornos, chanchullos e inmoralidades varias!. ¡Vamos, que hasta Dios va a reorganizar el cielo a imagen y semejanza de una empresa española!.

Para muestra un botón. Suelen decir esos fenómenos privados que ellos no son funcionarios, que no tienen un horario regular, que se deben a su trabajo.. O sea, como las putas; carecen de derechos laborales. ¿Y eso les enorgullece?. ¡Qué tristeza!. Y si lo que quieren decir es que trabajan más que nadie, lo que estaría por ver, cualquier buey de tiro aún más. Así que menos orgullo.

Recuerdo que uno de mis últimos jefes estaba encantado con un administrativo -excelente persona, por cierto-, ya que llegaba alrededor de una hora antes de comenzar la jornada; le ponía constantemente de ejemplo. Hasta que un día su secretario le aclaró la situación: No se engañe; M. viene a esa hora porque es alcohólico y aquí es el único lugar donde puede beber a escondidas.

Por otro lado, ¿han pensado que el rendimiento de todo trabajador es fiel reflejo de quienes dirigen su labor y de la estructura en la que desarrolla sus funciones?. Pues sigan pensando.. Porque quienes dirigen la Administración Pública, quienes marcan lo que si y lo que no, quienes establecen la estructura interna de las oficinas públicas, son aquellos que todos elegimos, una y otra vez, los mismos de siempre,.. ¡Los políticos!. Esas lumbreras, esos seres perfectos y absolutamente preparados -como nuestro Pepiño Blanco, que logró ser bedel y no más-, que están donde están no por sus méritos sino por su habilidad para el chalaneo dentro de esas dictaduras denominadas partidos. Así que si el Servicio Público es como es y no les satisface, no sean de ralea miserable y no carguen contra los más débiles, los funcionarios, sino que demuestren carácter y ataquen al auténtico responsable: el político designado a dedo, sin preparación y hambriento de medro material.

Para ir acabando, relacionaré algunos asquerosos funcionarios. Comprendo que los desprecien, ya que cualquier Sociedad podría vivir sin ellos..
  • Bomberos
  • Maestros
  • Desactivadores de explosivos y y Cuerpos de Seguridad en general
  • Médicos, enfermeros y demás personal sanitario de urgencias
  • Guardia Civil de tráfico
  • Soldados en misión internacional (de paz dentro de una guerra)
No sigo.. ¿Para qué?. Si lo único que ocurre es que el funcionario es ese ser ante el que tiene que presentarse para una gestión administrativa y usted, ¡si usted!, está irritado, ya que normalmente le van a exigir algo y en muchas ocasiones carece de la preparación y de los conocimientos precisos para rebatir lo que le plantean; eso le atemoriza, en el nivel que sea, y antes que reconocer razonablemente sus carencias, actúa como cualquier animal: Muerde.

Por cierto, que quede claro. Funcionario es, y solo él lo es, quien se ha sentado en una silla durante años 12 horas al día, incluida cuanta fiesta pueda imaginar, para estar en condiciones no de aprobar sino de competir con otros como él para ocupar una de las pocas plazas ofertadas.

Nadie, nadie se preocupa en España de la Administración Pública. Unos, los políticos, que la dirigen y ocupan en ella muchísimos cargos de responsabilidad, todos debidos al dedazo del líder de turno -a quien lamen las posaderas y nunca contradicen-, solo la usan para lograr lo que interesa a su partido y la han convertido en la mayor agencia de colocación de amiguetes del país; otros, los ciudadanos, protestan solo cuando alguna gestión personal les exige comparecer o presentar tal o cual documentación, y nunca se acuerdan de ella si a ellos y a la Sociedad les van bien las cosas.

Pero políticos y ciudadanos hacen causa común contra los funcionarios en todo momento. Y digo yo, ¿en lugar de criticar y babear odio a la española, no sería mejor reformar la Administración Pública hasta lograr que fuese eficiente?. Ya, ya caigo..; eso impediría ordeñar a la burra pública y aprovecharse de ella mediante chanchullos. ¿Donde colocaríamos entonces al primo l'angracia?.

Y dicho todo esto. Si. ¡Ójala nos invadan los suizos, nos sometan a su proceder y desaparezca la desastrosa administración pública que tenemos!. Que lo que estoy intentando hacer no es confundir churras con merinas, para defender lo indefendible, sino plantear algo que considero evidente: Que quien menos culpa tiene de que la administración no sea eficiente es el funcionario. Dejémosle tranquilo y carguemos con fiereza contra los verdaderos responsables.

Y quién esté libre de pecado que tire la primera piedra

Heraldo de Aragón, sábado 27 de noviembre de 2010

3 comentarios:

Silvia dijo...

Vamos a ver, entiendo tu cabreo, pero tampoco la pagues ahora con el trabajador común de la empresa privada, que todas las generalizaciones son malas, por un lado y por otro. Si me hubieran dado un euro por cada vez que he oído que los autónomos somos unos estafadores y defraudadores de Hacienda...
La mayoría de las personas son conscientes de que funcionarios son también los profesionales que mencionas, pero cuando demonizamos a los funcionarios, pensamos en los que menciona el artículo: a los que han entrado por enchufe, a los lameculos, a los vagos...
No tengo yo mucha fe en que se vaya a ir a por los políticos cuando a más de uno y de dos, le gustaría dedicarse a la política, que es sinónimo de trinque y de pelotazo

Mar dijo...

Chapeau!!

Anónimo dijo...

Totalmente de acuerdo con Sivia !!
Hay mucho complejo oculto de culpa ,por ahí suelto ...Y mucha envidia !!