Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 19 de abril de 2008

Agua y soluciones

Cada día me siento un bicho más extraño. Mi tendencia natural es analizar cualquier cosa que aparece ante mí y huir, ya casi por instinto, de asumir cualquier postura que no haya sometido antes a crítica. Será mi pasado economista, será.
Quiero escribir poco, que luego alguno se duerme si me extiendo. Por eso anticipo que lo que sigue no llega ni a un simple esbozo y que mi única pretensión es activar el pensamiento sobre una situación que se agrava día a día.
Como entremés, afirmo que cuando ante cualquier problema actuamos solo sobre alguna de sus partes, sin solventar el núcleo que lo origina, estamos aumentando su gravedad a medio y largo plazo, enmerdando.

Comenté hace poco un artículo de Silvia sobre el problema del agua y quiero desarrollar un poquito lo que expuse allí. Un problema no solo del levante y sur de España. Durante años solo tuve agua de 9 a 12 de la mañana en mi casa familiar de un pueblo de Santander. Y en Aragón, donde vivo ahora, hay muchos pueblos a los que es necesario abastecer de agua de boca con camiones, ya que están absolutamente secos.
Así que lo primero que hay que hacer es conocer con total exactitud el problema. Aunque reconozco que los españoles podemos seguir disfrutando dándonos por el culo unos a otros, como es costumbre. Ya nos cabe cualquier cosa.
Tras un estudio serio, que seguro que existe y es bien conocido desde hace mucho, habrá que utilizar todos los recursos existentes en España, para solucionar los problemas de toda España. Y a un ritmo parejo, que en Aragón aún no se han construido las obras hidráulicas aprobadas por ley durante el gobierno de Primo de Rivera, confirmadas durante la II República y mantenidas por el régimen de Franco. Y claro, esta gente anda algo mosca. ¿Brillante, eh?.

El agua es cada día que pasa un recurso más escaso. Un bien económico que exige ser administrado. Pero se puede administrar en doble sentido, ya que es posible hacerlo tanto sobre la oferta como sobre la demanda.

Así, para que nuestros hijos puedan tener más oportunidades, los padres nos esforzamos en nuestros trabajos, procurando ganar más para poder proporcionarles cosas que les permitan tener más calidad de vida. O eso creemos. Los padres actuamos sobre la oferta; la incrementamos. Pero hay ocasiones en que no nos parece adecuado lo que piden nuestros hijos y se lo negamos. Estamos actuando sobre la demanda.

Bien. ¿Por qué los gobiernos suelen responder actuando siempre sobre la oferta?. La respuesta, en principio, es clara: Negar algo a los ciudadanos es invitarles a que dejen de votarte.. Pero una buena administración debe conjugar ambos aspectos, oferta y demanda en beneficio de todos.

Agua.. No hay duda de que la Administración Pública debe ofertar la necesaria para que los ciudadanos satisfagan sus necesidades básicas (beber, lavarse, cocinar, ..). ¿Pero debe proceder igual cuando se trata de regar campos de golf?. ¿Y para aumentar cada vez más el riego en territorios que mantienen una industria agrícola muy importante?. Que ciertamente generan riqueza y puestos de trabajo...
¿Y si ese suministro obliga a detraer recursos que podrían satisfacer otras necesidades?; ¿y si estas necesidades a satisfacer corresponden a territorios distintos al que demanda agua?. ¿Y a quien atender, al más rico o al más pobre?. ¿Y quien es más rico o más pobre, en función de que criterios?.
Un simple, de esos que nunca aportan soluciones, diría que se haga lo más justo. Vale einstein, mañana eres el ministro responsable de solucionarlo y disfrutaré con tu deslumbrante explicación de lo más justo.. Y luego admirando el problemón que has creado durante generaciones.
¡Cuanto asesino social en potencia genera la falta de preparación!. (Hay pueblos del Cuarto Mundo entrando en hambruna gracias al dulce encanto ecologista que me permite usar biocombustible mientras me rasco la panza conduciendo el fin de semana).

No. Lo que tenemos es un conflicto de intereses. Y eso se ha solucionado -mal, pero en parte por lo menos- a lo largo de la Historia por tres vías:
  1. La Fuerza. Soy quien más puedo y me llevo los recursos.
  2. El Derecho. Si existe un ámbito jurídico que admita mi reclamación, que resuelva en equidad y que sea capaz -esencial, pues sin esto es pura agua de borrajas- de imponer el cumplimiento de lo que decida a quien no lo cumpla. Con lo que el Derecho nos lleva a la Fuerza, pues, como se establece en cualquier manual básico de estudios jurídicos, una de las características esenciales del Derecho y que lo diferencian de otras Normas, es su coercibilidad.
  3. La Riqueza. Soy quien genera más puestos de trabajo, quien más produce, quien tiene más futuro, quien tiene más población, quien te da más votos, quien...; luego apóyame, decide a favor de mis intereses.
El resultado será siempre un incremento de oferta para unos, respondiendo a su demanda, y una insatisfacción de la demanda de otros. Pura Economía. Que cada uno se decante por lo que le interese. Porque serán los intereses más potentes los que ganen, como siempre. Triste.

Se preguntarán: Y tú, defensor de putas pobres, ¿por que te decantas?. He partido de que hay que actuar sobre la oferta, pero dentro de lo razonable. Satisfacer necesidades y generar riqueza. Evidente. Pero me decanto por actuar sobre la demanda. Con claridad. Y por tres razones:
  • El agua cada día va a ser un bien más escaso, que por ello necesitará ser muy bien administrado. No podemos, desde ya mismo, generar una mentalidad de que el gobierno es capaz de abastecer a alguien con la cantidad que sea "ad eternum".
  • Los agricultores deben comprender que en el futuro tendrán que centrar sus miradas no en el agua que necesiten sus cultivos sino en como sacar el máximo partido de la que dispongan, siempre en menor volumen esta que aquella y que, en consecuencia, les será muy difícil aumentar, e incluso mantener, la superficie cultivada. La única respuesta a sus problemas vendrá de soluciones I+D y de una tecnificación exhaustiva de todo su proceso productivo. Y lo mismo todos y cada uno de nosotros en cuanto al uso doméstico.
  • Porque dirige la economía territorial hacia la agricultura y el turismo, obviando otras posibilidades de desarrollo. Así, aquí en Aragón parece que todos deseasen para sus hijos un futuro dedicado al cultivo de la zanahoria. Y desecharon el proyecto de Carlo Rubbia, que hubiese colocado a Aragón y a España en un primer nivel tecnológico mundial. Aunque reconozco que la actual estructura política de poder, basada en los controladores pueblerinos del desarrollo de la acelga se hubiese ido a tomar p'ol saco. Y no lo consintieron. Quien manda, se aferra.
¿Cómo se actúa sobre la demanda?. De varias maneras; por ejemplo:
  • Precios: Algo escaso no puede ser barato. Y es una locura subvencionarlo. Como proteger la agricultura. Algún día los estados del Primer Mundo se van a ahogar en lo que les cuesta producir, cuando sería más barato comprar al Tercer Mundo -y puede que la emigración se autorregulase- y dedicarnos a otros sectores.
  • Regulaciones: Sobre mantenimiento de redes y criterios de abastecimiento. Imponiendo sistemas de uso (prohibir riego por "agua rodada", reciclaje y depuración, reaprovechamientos, ..)
  • Compensaciones interterritoriales: Te doy lo mío porque somos de la familia, pero tú me das, también, algo a cambio. ¡Qué chuli!.
¡Vamos, échenle imaginación!. Que pedir, sin más, es cosa de pobres. Sobre todo de espíritu.

6 comentarios:

Cobre dijo...

Joder, al lado de este tuyo, el post q yo le dediqué al tema parece una pataleta!, aunq me parece q viene a decir lo mismo pero de otro modo, ya sabes... sq tu eres un artista de la palabra y yo una histérica sin más!.

No digo q no haya q dar algua a quienes la necesitan, pero depende de para q y de como la vayan a gestionar después.
Un ejemplo. Me hierve la sangre cuando veo anuncios de los cabonazos de Polaris World. Para regar campos de golf, llenar piscinas y q unos cuantos horteras disfruten en su ideal resooort se están cargando los pantanos de la cuenca del Tajo y si protestas te dicen q eres un mierda pq el agua es de todos. Sí señor!, pues a derrochar, q como es de todos...
Que alguien me explique a q cazurro se le ocurrió crear semejante barbaridad en Murcia cuando allí no llueve ni de coña!.

Podría hablar también de los listos q por aquellas tierras plantan cultivos de regadío, o del agua q se roba en los trasvases, pero de todo esto ya he hablado y además se me pone muy mala ostia!.

No existe una cultura del agua, no nos queremos dar cuenta de q esto es algo muy serio, q no es pasajero, q poco a poco tendremos menos agua y q o nos adaptamos o nos van a dar por culo.
Quizá cuando lo veamos y seamos conscientes de ello sea demasiado tarde, y entonces a ver q nareices hacemos

Perdone q lo lleve a mi tierra, pero ya sabe usde q tira.

Besazos, Tururú!

Silvia dijo...

Educación (eso es importante en todo): los ciudadanos aprenderán la importancia de ese bien y no se derrochará tanto.

Investigación: en el sector agricola, podría buscarse injertos que precisaran menos agua o nuevas técnicas de riego. O podría, por ejemplo, reforestarse con especies autóctonas y el empleo de recolectores de rocío. Las copas de los árboles, además de proteger a otros cultivos, de un calor excesivo y mejorar su rendimiento, tienen la capacidad de captar parte de la humedad atmosférica y transformarla en rocío. Unos científicos israelíes inventaron unos colectores que eran capaces de transformar ese rocío en agua potable (algo que a mi me enseñaron los "Jóvenes castores" cuando era pequeña). Sería una medida a media plazo, pero eficaz además para luchar contra los efectos de la contaminación atmosférica.
Y si seguimos innovando en I+D, se generarán nuevas industrias.

Por lo que a mi me toca, no es malo que se dirija la economía territorial al turismo, pero si al turismo de masas, que es en el que se están centrando, lo que me parece un gravísimo error. Y ese agota recursos y deja pocos beneficios a cambio.

Una duda, ¿el proyecto de Carlo Rubbia no era una especie de transformador de residuos nucleares?

Un abrazo

alelo dijo...

Un ingeniero israelí, responsable del programa del riego por goteo en su país, de visita por España dijo solemnemente en una entrevista: Sólo con el agua del Tajo pondría verde todo el país, lo convertiría en el Paraíso.

Ahora digo yo, que no soy ni ingeniero ni israelí: Si uno solo de nuestros ríos basta para eso ¿dónde está el problema?

Hay dos tipos de agua: La de primera necesidad y la otra (aquí entrarían los campos de golf, el riego de cítricos por inundación, etcétera)

A la primera todos, absolutamente todos, tenemos derecho y debe tener un precio asequible (aunque sólo sea para que la valore el que la recibe). La segunda, como bien escaso y superfluo en muchas ocasiones, habría que pagarla en consonancia con el uso para que fuera destinada.

¿No se puede hacer un plan Nacional donde se interconecten los principales ríos y afluentes del país entre sí como se conectan las carreteras? Si consigo establecer una red de aguas a nivel nacional (como la Red eléctrica) … podría enviar a cada momento agua al lugar donde se necesitara. Si esa red nacional tiene excedentes, que estoy seguro que los tiene por la cantidad de ella que vierte al mar (la mayoría según tengo entendido), la vendo a quien la necesite. Así, por ejemplo, cuando el gobierno de Valencia esté hasta las narices de pagar un canon elevado por el agua, convencerá a sus agricultores para que los cítricos se rieguen por goteo (creo que muchos ya lo hacen). O se requerirá al empresario que pretende hacer un campo de golf en el desierto de Almería para que desista de su idea porque ni es lo más acertado, ni va a recibir subvención alguna y pagará el agua a precio de oro.

Me he alargado, pero más o menos era lo que quería decir.

Un abrazo.

Unknown dijo...

Voy a atreverme a opinar sobre asuntos de los que sé bien poco. Tan poco sé como la inmensa mayoría de los españoles que se manifiestan completamente convencidos a favor o en contra de trasvases o de “tuberías”. Creo que es una cuestión técnica que debería de ser resulta por técnicos y no una cuestión política.

El agua, al menos el agua de beber, es un bien básico. Y seguramente es también un bien imprescindible para cualquier actividad agrícola, industrial o de servicios. Al parecer hace muchísimo tiempo se llegó a la conclusión de que si estuviese bien gestionados los recursos hídricos y con unas infraestructuras adecuadas, en España no tendríamos ningún problema con el agua. Pero los sucesivos gobiernos que han intentado hacer una política general del agua han ido dejando sus propósitos abandonados en cajones y casi todos los proyectos han quedado en “agua de borrajas”. ¿Por qué? ¿Es porque priman intereses particulares sobre los generales? ¿No sirve el Estado precisamente para organizar los recursos de la colectividad, para poner orden y equilibrar los desajustes naturales?

Creo que no debe de ser tan difícil llevar agua excedentaria allí donde haga falta sin privar de ella a aquellos que ya la tienen. Por eso estoy de acuerdo con el comentario de Alelo que me precede. Pienso que en la economía de mercado en la que vivimos, todo se puede comprar y vender, todo se puede negociar para recibir a cambio otras compensaciones. Pero quizá para eso habría que olvidarse de utilizaciones partidistas de problemas que vaya usted a saber por qué atávicas razones llegan al corazón de muchos, que ven en el agua algo así como un especie de símbolo de identidad regional o incluso nacional. Y son temas de muy alto valor emotivo que pueden hacer ganar o perder unas elecciones.

Me pongo del lado de la eficacia.

Anónimo dijo...

¿Escasez? Habría que revisar los conceptos y empezar a tutelar ese recurso natural considerando el agua como necesidad humana y no como derecho del hombre. Lo que sucede, es que siempre nos empantanamos, si no es en las cuestiones semánticas, es en la falta de voluntades políticas y la pereza que nos da cambiar nuestra percepción individual y colectiva sobre el VALOR del agua y el PRECIO del agua.
Si en la actualidad existe escasez de agua, esta escasez no es principalmente de carácter físico - la capacidad de almacenar agua es mayor que el agua que se embalsa - sino que está socialmente condicionada, por un conjunto de factores que van desde una concepción obsoleta del agua, que ignora la noción de ciclo ( Los expertos dicen que en un futuro contaremos con el mismo agua que tenemos hoy, y que el agua de hoy es la misma que había en los tiempos de los dinosaurios. Así que seguimos sin apreciar que la tecnología más eficiente para producir agua de calidad es la Naturaleza y además trabaja gratis) hasta el mal estado de las infraestructuras de almacenamiento y distribución agrícola y urbana, pasando por la existencia de un marco institucional anticuado para las Comunidades de Regantes y de una administración pública de Ayuntamientos, Comunidades Autónomas etc, que hace dejadez de sus competencias y que se inhibe de sus responsabilidades con el fin de no enfrentarse a determinados conflictos y grupos de interés.
Algo que resulta inaudito en un país donde no sobra el agua, pero que tiene una lógica y está relacionada con la configuración del agua como un elemento fundamental de poder y con la consolidación de "élites" o "expertos" que han legitimado durante muchos años la opción centrada en "más embalses y trasvases", es decir, en que no había problemas para seguir construyendo nuevas infraestructuras ya que esa era la opción adecuada ante una situación de "escasez física". En otras palabras no existe demasiado interés en que se cuente con un sistema de información detallado que nos diga qué pasa con el agua.
Yo pago religiosamente el recibo del agua; ahora bien, eso no garantiza que haga un buen uso de ella. Por eso me preocupa, aún reconociendo la necesidad de flexibilizar el marco de las transacciones, que la insistencia en los mercados de agua suponga, al final, que descanse sobre monopolios privados de agua, cuyo único objetivo consista en entrar en el enorme negocio del agua.

currinche dijo...

Cómo ya está todo dicho sobre el tema,yo sólo diré,que he nacido aquí pero a veces pienso que Aragón ha cambiado mucho desde los Sitios y parece que ahora la abulia nos invade, la gente que nos representa está como aletargada y francamente no me siento en absoluto identificada con esta sociedad tan aborregada.
Hay que hacer algo ,no vale sólo con envidiar a los vecinos.