Soy un negado para la música. Todo lo que supere el "chichispum" de la verbena de la plaza del pueblo me resulta complicadísimo. Y si me piden cantar algo, o que entone -que dicho sea de paso, no tengo ni idea de lo que es-, el resultado es atroz. Plano, frío, sin ritmo.
Pero ya dice el refrán que “si no quieres taza, ¡taza y media!”. Y viene a resultar -como dicen en Aragón- que una amiga me hizo en estos días pasados la siguiente pregunta: ¿Cuál sería el tipo de música que tú elegirías para expresar el sentimiento del amor?. ¿O no has pensado nunca mucho en eso?.
¡Qué pregunta!. Soy enamoradizo y claro que he pensado. Mucho, muchísimo. En relación inversa a mis nulos éxitos. Soy un seductor, solo en sueños, pero lo soy. Y mis continuos fracasos nunca me han hecho perder la ilusión.
Amar siempre es hermoso. Aunque sea solo un sueño.
Sobre eso no se piensa, se sueña. Se sueña mucho. Tanto, que me gustaría saber tocar la guitarra.
No se de música ni de tipos, así que te contestaré a mi manera.. Nada grandilocuente. Buscaría un sonido íntimo. De un solo instrumento, nada de orquestas. Cuerda..; el viento me resulta triste.
La voz.. A capella. Casi en voz baja.
Desde hace pocos años, estoy dejando de ser tan infantil como era. Y se es infantil cuando quieres impresionar, cuando lo necesitas para llegar a alguien. Ahora -y soy feliz sintiéndome así- ni busco ni deseo impresionar; quiero acercarme y, si es posible, lograr que quien me interesa llegue a verme y sentirme tal cual soy.
Es un gran riesgo; aparecer desnudo puede resultar muy desagradable para los demás, pues no deja de recordarles su propia desnudez. Y genera rechazo.
Pero a mi me tranquiliza. Siento que no engaño. No tengo que hacer esfuerzo alguno si solo quiero ser yo.
Y siento y se que quienes me aceptan, se están enraizando en mi y yo en ellos. Ocurre siempre que se usa la verdad. ¡Fascinante!.
Viene esto a cuento porque hace años te hubiese respondido que para expresar mi sentimiento amoroso necesitaría ser un gran hombre, alguien famoso, como por ejemplo un gran director de orquesta o un intérprete genial.
Y ante una sala enorme, con el público a rebosar, hubiese interpretado una sinfonía arrebatadora, perfecta, única, de las que pasan a la historia, en una sesión de cuyo éxito se seguiría hablando décadas después.
Como ves, no era capaz de amar. Ese sentimiento es el de quererse a si mismo, pues solo expresa una infantilidad tremenda, una duda absoluta sobre la propia valía.
Hoy no. He aprendido la música del silencio. Y el Amor... Que es único, se empeñe quien se empeñe, aunque sea el Papa, aunque sea cáritas, o concupiscente, o lo que puñetas sea; el Amor, digo, seguirá siendo nuestro origen y aquello a lo que tiende nuestra alma.
Y para que el alma se serene necesita el amor.
Y el amor no es solo sentimiento. ¡Quiá!. Si existe obliga a obrar. Si se queda en íntima idea, en sentimiento, no es amor. El amor es fuerza. Exige mostrarse a través de realidades.
Así, ¿cómo puede decir que ama al prójimo quien no le socorre?; ¿quien que ama a una mujer si no la funde en su mirada?; ¿quien al amigo si no le apoya?. Y materializar esas realidades es algo que nadie puede hacer por nosotros. Es un obrar íntimo.
De modo que la música que exprese ese quehacer amoroso tiene que ajustarse a él. Tiene que ser íntima. Y tiene que ser, ¡más que nunca!, lenguaje, comunicación entre personas. Y digo esto porque si de amor se trata, no caben más lenguajes; no es válido trasladar irritaciones sociales o esfuerzos justicieros. Amor, ¿entiendes?. Centrémonos en lo esencial.
Pero ya dice el refrán que “si no quieres taza, ¡taza y media!”. Y viene a resultar -como dicen en Aragón- que una amiga me hizo en estos días pasados la siguiente pregunta: ¿Cuál sería el tipo de música que tú elegirías para expresar el sentimiento del amor?. ¿O no has pensado nunca mucho en eso?.
¡Qué pregunta!. Soy enamoradizo y claro que he pensado. Mucho, muchísimo. En relación inversa a mis nulos éxitos. Soy un seductor, solo en sueños, pero lo soy. Y mis continuos fracasos nunca me han hecho perder la ilusión.
Amar siempre es hermoso. Aunque sea solo un sueño.
Sobre eso no se piensa, se sueña. Se sueña mucho. Tanto, que me gustaría saber tocar la guitarra.
No se de música ni de tipos, así que te contestaré a mi manera.. Nada grandilocuente. Buscaría un sonido íntimo. De un solo instrumento, nada de orquestas. Cuerda..; el viento me resulta triste.
La voz.. A capella. Casi en voz baja.
Desde hace pocos años, estoy dejando de ser tan infantil como era. Y se es infantil cuando quieres impresionar, cuando lo necesitas para llegar a alguien. Ahora -y soy feliz sintiéndome así- ni busco ni deseo impresionar; quiero acercarme y, si es posible, lograr que quien me interesa llegue a verme y sentirme tal cual soy.
Es un gran riesgo; aparecer desnudo puede resultar muy desagradable para los demás, pues no deja de recordarles su propia desnudez. Y genera rechazo.
Pero a mi me tranquiliza. Siento que no engaño. No tengo que hacer esfuerzo alguno si solo quiero ser yo.
Y siento y se que quienes me aceptan, se están enraizando en mi y yo en ellos. Ocurre siempre que se usa la verdad. ¡Fascinante!.
Viene esto a cuento porque hace años te hubiese respondido que para expresar mi sentimiento amoroso necesitaría ser un gran hombre, alguien famoso, como por ejemplo un gran director de orquesta o un intérprete genial.
Y ante una sala enorme, con el público a rebosar, hubiese interpretado una sinfonía arrebatadora, perfecta, única, de las que pasan a la historia, en una sesión de cuyo éxito se seguiría hablando décadas después.
Como ves, no era capaz de amar. Ese sentimiento es el de quererse a si mismo, pues solo expresa una infantilidad tremenda, una duda absoluta sobre la propia valía.
Hoy no. He aprendido la música del silencio. Y el Amor... Que es único, se empeñe quien se empeñe, aunque sea el Papa, aunque sea cáritas, o concupiscente, o lo que puñetas sea; el Amor, digo, seguirá siendo nuestro origen y aquello a lo que tiende nuestra alma.
Y para que el alma se serene necesita el amor.
Y el amor no es solo sentimiento. ¡Quiá!. Si existe obliga a obrar. Si se queda en íntima idea, en sentimiento, no es amor. El amor es fuerza. Exige mostrarse a través de realidades.
Así, ¿cómo puede decir que ama al prójimo quien no le socorre?; ¿quien que ama a una mujer si no la funde en su mirada?; ¿quien al amigo si no le apoya?. Y materializar esas realidades es algo que nadie puede hacer por nosotros. Es un obrar íntimo.
De modo que la música que exprese ese quehacer amoroso tiene que ajustarse a él. Tiene que ser íntima. Y tiene que ser, ¡más que nunca!, lenguaje, comunicación entre personas. Y digo esto porque si de amor se trata, no caben más lenguajes; no es válido trasladar irritaciones sociales o esfuerzos justicieros. Amor, ¿entiendes?. Centrémonos en lo esencial.
Íntima, compuesta e interpretada por mí... ¡Ay, nunca sabré responderte!.
7 comentarios:
Ahí me has dao...
Pues ya diste a dos...
Seguro que tu canción es de las que se susurran al oído.
Pero q precioso eres, Tururú mío, q preciosísimo!.
Un besazo de los grandes
Escucho... y me gusta mucho más esta versión tan seductora que la que conocía de Louis Armsgtron.
El resto, caligrafía del alma... para leer al tacto.
Un besín
Sí... ahí has dado... en pleno corazón.
¿Y no habla de amor el tarareo?
Un beso.
Es una secuencia preciosa.
En realidad más que de "amor", me ha parecido una canción "lovely" :) .
Caballero, para mi el amor es desgarro, es pasión, es contradicción...por eso lo invito a escuchar "mi canción":
http://es.youtube.com/watch?v=fPf4xNn9NmA
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