Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 7 de enero de 2008

Pariendo Arte

La plenitude ressenti en ce momment de calme total, après deux jours de navigation sur une pinasse (petit bateaux comme celui de la photo) sur le fleuve Niger, .... "Serenite" - Javier Sanchis .

¿Os gusta esta imagen?. Fijaros bien.. Una línea de horizonte muy baja -menos de un tercio de la altura total- divide el conjunto en dos ámbitos simples; en el superior, amplio, dominante, el azul del cielo tamizado por la calima y unos borreguitos desvaídos, que quieren ser cúmulos. La inmensidad .... Y bajo ella, hombres, motas en algún lugar. Acuarela beige de tierra. Línea vital de la Humanidad, agua de vida. Unos vienen, otro va; ¿o es al revés?. Negro futuro.
O ... Suavidad. Armonía. Tibieza. Sosiego... Parece que el río soporte el cielo, liviano. Y la soledad del mundo se llena, sin más, con dos trazos negros y tres sombras -que producen una enorme sensación de profundidad y son pura perspectiva-. ¡Qué sencilla es la realidad!. Y enorme, como la Vida.

Divago, divago. Disculpadme. ¿Os gusta esta obra?. ¿Qué es?. Luz y sombra. Fauve. ¿Donde está el foco que ilumina la escena?. Fijaros en la intensidad de la luz, que ha hecho que aparezca, tras ella, el gran complementario de todos, el negro. ¡Qué paleta tan bien dispuesta!.
Porque luz tiene, pero dibujo ... Muy realista no es. Insinúa.., da que pensar.. No es como esas fotografías que recogen con exactitud todos y cada uno de los detalles de la escena, dejando poco a la imaginación y que no nos obligan a discurrir.
Porque la imagen es color.. ¿O es dibujo?. ¿O quizá concepto?; ¡ay, ay!. Esto me lleva a pensar cuando nace el Arte; ¿cuando se concibe?, ¿cuando se ejecuta?. Pero .., si ejecutar es poner por obra algo que ya existe .., el Arte es anterior, pues la obra ya ha sido creada en la mente del artista y existe antes de que este la realice, la manifieste; ¡luego el Arte reside en la concepción de la obra!. Así que el Arte es Pensamiento en estado puro...
Ya me he perdido. Soy un desastre. En lugar de controlar mis ideas para escribir algo pasable, me emborracho con lo que pienso.. ¡Ay!. Y sigo sin descifrar la imagen. Es una foto que es pintura.., o una pintura realizada mediante una foto. ¿Qué pensáis?.

A mi esto de pensar me da calentura, así que prefiero pasar a la acción. Tú, lector, y yo somos dos "peazos" de artistas; y, además, aventureros, como el tal Indiana Jones.. Y ya que estamos en tierras regadas por el río Níger, quedémonos en Malí ..
¿Te gusta Shanga?. País Dogón... Misterio. La estrella Sirio. Caldeos y Sumerios... Pero no estamos ahora para eso. Hoy es día de mercado en Sanga, que también la encontrarás escrita así. ¡Fíjate, abre bien los ojos!. ¡Qué colorido!. ¡Marea!. ¡Qué luz!.
Manos a la obra ... Caballete.., paleta... ¡Listos!. Y ahora.. ¿qué pintamos?. No, no es nada fácil; ¿verdad?. De esta baraúnda que nos rodea, de todo lo que captan tus ojos, ¿qué necesita recoger tu corazón?. Y cuando sientas con claridad lo que es, ¿cómo reflejarlo en una superficie tan pequeña?. ¡Hay que eliminar tanto y quedarse con tan poco...!.
Y, además, lo que vemos es puro movimiento. Me estoy desanimando.. ¿Cómo colocarlo en este rectangulito de papel?; ¿qué situar a un lado y otro?; ¿con que tamaños?; ¿cómo dispongo luces y sombras?.. ¡Ay Dios mío, que todo eso tengo que concebirlo en mi cabeza!. Y luego, mis manos tendrán que ser capaces de plasmarlo en colores.... Tengo la impresión de que o aquí hay un artista de verdad o ....

Marche de Shanga, la Jupe verte
Miquel Barceló
Técnica mixta sobre papel - 58 x 77 cm

Se poquísimo de Arte. Y creo que muchos de los que se dedican a él saben lo mismo que yo. Además, creo que el mercantilismo lo desvirtúa, aunque ayude a su difusión y conservación; que facilite su creación, me es difícil de creer.
Tengo dos amigos que presentan posturas opuestas. Uno es espectador asiduo de salas de conciertos; el otro se admira ante galerías de pintura que exhiben obras de artistas famosos, siempre que sean de suficiente formato y representen lo que sea con calidad fotográfica.
El primero comenzó a oír música porque le gustaba, aunque no tenía ni repajolera idea; hoy confiesa que sigue sabiendo poquísimo, pero que le emociona lo que oye. No es un hombre con estudios, pero si de espíritu refinado. No se fija demasiado en fama ni en nombre. Solo siente, disfruta.
El otro golosea ante el precio y la revalorización de la pintura. Contempla en el cuadro una estampita, con dos vacas, una casa bucólica con su chimenea humeante y un riachuelo, y engorda de satisfacción.
¡Si por lo menos actuase así ante un gran artista!. Pero no; estos quedan muy lejos de sus posibilidades, de modo que se dedica a enaltecer a quienes le corresponden, a medianos pintores locales que, al cabo de los años, cansados, deciden dedicarse a vender y no a realizar sus sueños.
Tú, lector, y yo descubrimos en Sanga que nos somos artistas dignos de tal nombre. Pero ..., ¿qué te parece si procuramos al menos disfrutar con lo que vemos?.
No hay reglas. No puedo orientarte. Solo te pido tres cosas: Ten paciencia, que la vida se entrega poco a poco; si no te gusta, no te gusta y se acabó, por mucha fama que tenga; y, ¡por favor, por favor!, deja que sienta tu corazón.. ¡Abre de par en par la puerta a los sentidos!.
¿Qué así te sientes débil?. ¡Claro!. Tú, yo y todos. Y meterás socialmente la pata más de una vez. Y harás el ridículo en ocasiones. Y .. también estarás vivo, vivo. Tú eliges.

Todo lo que has leído y visto hasta aquí, es, claro, una introducción. Vamos a contemplar juntos una obra de un artista vivo, lo que significa que sigue sorprendiendo, pues sigue creando y desarrollando su arte, de manera que, aunque hay mucho escrito y dicho sobre él, nadie se ha atrevido a fijar las características últimas de su estilo. Así que tú y yo podemos arriesgarnos .. ¿a descubrir la cuadratura del círculo?.

In Mali
Miquel Barceló

1989 - Pigmento, latex sobre papel - 150 x 100 cm.
Colección MACBA - Antigua Colección Salvador Riera - Barcelona, España

Podrías acompañarme a Malí.. Barceló viajó allí en 1988 por primera vez, cuando tenía 31 años. Pero creo que no hará falta.. África va estando a nuestro alrededor. Es muy posible que debamos viajar menos, con la premura que lo hacemos, y escuchar más..
¿A cuantos negros africanos has visto pidiendo en nuestras calles?. Piensa.. ¿Y cuantos actos violentos recuerdas que haya cometido aquí un negro africano?. No digo que no existan; solo que no tanto como otros.. Piensa.
A nadie le gusta dejar su tierra. A nadie. Pero hay veces que es la única salida. Eso o morir. ¿Has contemplado despacio las caras de los que llegan en las pateras?. Han sobrepasado el dolor; reina la ausencia, el vacío, en la mayoría de las miradas. Y el miedo; un miedo muy profundo, que soporta todo..., menos la muerte. El miedo huele, huele.. Lo he olido.
Esta noche, tú y yo, solos, vamos a intentar aproximarnos un poquito, una minucia, a esa tierra y sus gentes. Y vamos a utilizar un cuadro, el que has visto inmediatamente antes de estas palabras.

Silvia deja que los cuadros le susurren cuentos. Y como una niña atenta, e inquieta, siente cuando los escucha que en su mente nacen las preguntas... Junto a ella, cogidos de la mano, he contemplado el cuadro...
Hemos entrecerrado los ojos.. Es un juego; una manera de acercarse a la realidad sin que su dureza anule su encanto. Un día cuando era niño entrecerré los ojos por primera vez.. Estaba en un trigal de un campo castellano; poco antes de San Juan. Calor del mediodía, transportado por la brisa. Y ..
.. Apareció un mar amarillo, ondulante, en mitad del cual me hallaba. Su superficie estaba recorrida por olas doradas, y era cálida. Y siseaba..., en silencio. Y me tocaba, a veces, como de puntillas, secamente, con minúsculos pinchazos..
Eso es lo que hemos visto Silvia y yo, cuando hemos dirigido la mirada, con los ojos mudados en rendijas.. Habían desaparecido las piedras, los escasos matorrales, .. Sólo contemplábamos atónitos el beso inmenso del sol a la tierra que, como por arte de magia, la preñaba de oro, dejando a la vista la inmensidad de su desnudez.
Fijaros. Haced la prueba. Lo conseguiréis. Contemplaréis la esencia de la tierra, su verdad, cuando sin nada que ofrecer ya, pues nada tiene sino el hambre de sus gentes, se entrega a la luz. ¡La luz!. Es sólida. Tan intensa que se palpa.
Y en mitad de la nada, un espejo, que parecía achicarse por momentos.. Recordé cuando de niño jugaba con el vaho del aliento en los cristales de mi casa santanderina, mientras caía la lluvía.. Sobre el cristal empañado dibujaba un corazón, regalaba un beso.. Me gustaba ver como suavemente se deshacía.. Saudade..
Aquí no. El agua de la charca no se deshace. No da tiempo. La besa el aire y su pasión la devora. Empequeñece por momentos; tanto que deja atrás algún charco, hijo abandonado por una madre exhausta.
Madres agotadas.. Hombres enjutos. Poco más que piel y huesos. Amparan la esencia de su vida y se esfuerzan por ella; la tratan como lo que es, un tesoro. Auténtico tesoro, pues sin ella no hay vida. Llegan caminando desde muy lejos; uno tras otro, procesión de sombras.. Tan escasos de fuerza, que ni derecho mantienen el camino.
Por eso la charca a la que se dirigen las sombras que llamamos hombres ocupa el centro de la composición. El artista ha querido así darle el máximo realce. Porque sabe que en África, plena de maternidad, el ombligo es el centro del Hombre. A través del ombligo nos alimenta la Madre; a través del ombligo nos unimos a la vida. El ombligo, origen de un cordón invisible, nos une a nuestro clan, a nuestros ancestros, a nuestra especie, a la Historia..
Y en el África subsahariana, desaparecerá la Historia cuando desaparezca el agua de la última charca y el último anciano que atesoraba en su memoria la cultura de su pueblo no pueda contar a nadie la biblioteca de sus sueños.
Allá a lo lejos está el Níger. Allá arriba. Cuesta llegar hasta él. ¿Y luego qué?... Aun poderoso y largo, el río es solo una vena de la tierra. No vale mucho que allí haya agua, y hasta parece que olas por los reflejos del azul, si está sin repartir. El agua es vida, y riqueza, y no sirve de nada que en algún lugar haya suficiente si en otros no hay nada. La razón es tan elemental que sorprende que no caigamos en la cuenta: Cuando la vida desaparece, los supervivientes se quedan solos. Y la soledad es posiblemente el mayor de los castigos.
Abruma la grandiosidad de esta tierra; y la resistencia de sus gentes. Espacio sin fin, derroche de luz, pura desnudez. Quizá por eso la persona se refugia en si misma, envuelta en el pobre muro de sus murallas de tela obscura.
Quizá también por eso el cielo ocupa un espacio pequeñito, allá arriba del todo, donde no se si el cuadro -o el cuento- empieza o termina. Tres espacios: Uno inmenso, tierra dorada y agua clara en su ombligo -como si señalase el centro del universo-; el segundo el río, que cruza en la lejanía de un lado a otro, sin detenerse, por encima de la tierra, pero sin decidirse a derramarse sobre ella y fecundarla, perdiendo así importancia y desplazándose a un extremo del cuadro; y, por fin, lejano, el cielo, que ni nubes tiene y que si, rodea a la tierra, pues se ve la curva de nuestra querida bolita, pero no parece prestarle mucha atención..., como tampoco el artista se la da.

Nos quedamos un momento en silencio. Silvia murmuró que el cuadro le contaba un cuento, el de los tres .. Pero se calló sin terminar. Intuí que se estaba preguntando ....
Pero lo que bulle en vuestra mente ya no es objeto de mis palabras alunadas sino de vuestros comentarios. Buenas noches y gracias por haber perdido algo de tiempo escuchándome...

7 comentarios:

Mar dijo...

¡Dios! qué bonito... y si el arte antes se piensa, si luego te emociona... ¿no será que el que piensa primero también debe emocionarse? ¿voy equivocada al pensar que el arte emociona? ¿pensamiento en estado puro, corazón al descubierto, las dos juntas?
No me hagas pensar hoy, querido Turu, y es que me gusta más sentir :)

Luis Caboblanco dijo...

Hola a todos.

Mi concepción del arte es sumamente parcial y desconectada. Si no aparecen reyes, lanzas, cardenales o botellas de vino al lado de una sandía, la pintura no me parece lo suficientemente magnífica... no me llena. En cambio, otras formas y colores me emocionan aunque no se muy bien porqué aunque ¿acaso el desconocimiento no forma parte de la emoción misma?

Saludos

Silvia dijo...

A mí me contó este cuento el primero de los cuadros.

Hoy es día de mercado. Tendría que estar en la escuela, pero había que ayudar a la familia a vender los frutos que cultivan en su huerto.
Durante varios kilómetros, ha caminado cargada con pesados fardos para una niña de su edad. El sol comenzaba a elevarse en el cielo cuando llegaron al mercado. Tienes los pies y las sandalias de cuero cubiertas de polvo del camino y la frente del color del chocolate perlada por gruesas gotas de sudor.
Pero a pesar del cansancio y de echar de menos las clases con las que tanto disfruta, está contenta.
Su hermano mayor, el que vive en ese sitio que llaman Europa, le ha enviado dinero para que se comprara una falda nueva para su cumpleaños. Y ahí está, luciendo orgullosa su nueva falda verde.
Sus ojos brillan mientras pasea entre los distintos puestos. El olor de las especias, la carne asada de cerdo o de cordero y la cacofonía de voces en distintos dialectos, la embriaga mientras camina presumiendo de su juventud y de su falda nueva.
Una de las ancianas de su aldea, se cruza en su camino. Cubierta con un enorme sombrero de hojas trenzadas, que la proteja del sol en el camino de regreso, camina apresurada para llevar sus provisiones al hogar. No se da cuenta, que ha pisado un charco.
En un acto reflejo, la niña coge uno de los extremos de su falda verde, para que el barro no la mancille y ahoga un reniego contra la anciana. Sonríe feliz al comprobar que no se ha manchado.
En silencio, un anciano dogon observa la escena con una sonrisa en los labios. ¡Esta juventud...!

Oshidori dijo...

El paso silencioso del tiempo envuelve la escena y la pintura apresa el intervalo de la mirada, la pausa que, en el visto y no visto, nos hace fijarnos en lo casi invisible de la cotidiana visibilidad. El hallazgo inesperado que desencadena los sentidos.

Anónimo dijo...

Me gusta pensar que algunos de tus artículos sobre Arte son ejercicios, sí, pensados para “desmorir” y no tanto para mantener en forma la mirada… Los ojos, a veces, son trampa y paisaje al mismo tiempo. El artículo de hoy, la gloria de lo nimio que mana de las imágenes y ese ritmo de resistencia al vacío me parecen un capricho, un bello momento… preñado de espíritu africano, esa mezcla de pasión e ingenuidad, la pura síntesis entre el ser y la imagen… la ética del vivir y el morir.
Así, en mitad de la nada, la emoción de sentir esos signos del comienzo, esos estímulos reconocidos… estoy en África, alguna vez, todos estuvimos en África.
Los tres cuadros son poesía para ser respirada borrando así cada línea… pintura mitigada de temor porque la soledad del hombre que busca sentido al paso del tiempo, la vida y la muerte sabe de su acromatismo. La sequía es tan vieja, que ha agrietado los nombres en el desasosiego infinito de luchar.
En el primer cuadro, el tiempo parece que no existe y sin embargo la densidad pétrea de la piragua y las figuras, su oscuridad son un roce perpetuo que desliza la sosegada tristeza de tantas historias que contar que se pierden siguiendo el curso detenido del padre río poderoso.
El segundo… la vida, el quedarnos aquí mientras duren las lluvias, la hospitalidad que florece en el color y los gestos. La jerarquía del agua, de la vida en esas tres figuras de mujer: El agua con la que amasar el pan, la necesaria. El agua para cuidar el aspecto y la dignidad del ser y por último el agua para lavar a los muertos. Sobre el blanco, el color empleado en cada imagen son una síntesis pura de lo que fuga con vitalidad hasta que la sed es nostalgia, hambre de agua.
Respecto al tercer cuadro, la agonía de lo exhausto, el paisaje desnutrido, lo humano como una sombra que se acerca a los charcos, la cita con el espejismo… sigue lloviendo sal gorda.

Turulato dijo...

Cabo, creo que a ti también te cuentan historias las pinturas; es más de lo que pueden afirmar muchos.
Amar lo que se desconoce es sublime y, en consecuencia, emoción pura.
Por eso es tan extremadamente difícil creer..
Es el mayor acto de Amor puro.

Unknown dijo...

Sí, creo que la belleza se puede encontrar en lo cotidiano. Lo importante es saber verla, incluso aunque no se la conozca. De algún modo su fuerza es tan grande que puede hacer que la re-conozcomos. El artista no solamente es quien sabe “ver” la belleza sino el que tiene la capacidad de interpretarla, por lo que nos la devuelve re-creada. Por eso cuando algo del arte o de la naturaleza nos impresiona por su esplendor lo llamamos bello. ¡Y bellas pueden ser tantas cosas! ¡Hasta las acciones pueden serlo! La gesta heroica de un escalador que se enfrenta a la Naturaleza con toda su humana capacidad es sin duda bella.
El arte no pertenece a la razón, es expresión pura. Por eso un artista, heredero de los chamanes y sanadores de almas, sabe, conoce. Conoce lo bueno y lo bello, conoce la verdad. Barceló tiene el poder del arte, tiene la capacidad de hablarnos a través de unas manchas que salen directamente de su alma y que se derraman en colores como tintas, como sombras chinescas que se mueven y nos hablan de un paisaje, de tres mujeres entre la que destaca, elegante, la del la falda verde, que camina con gracia sinuosa y mira de frente, como saludando, en una composición de vivas tonalidades, planas, sencillas, con toda la fuerza de la simplicidad. O de una procesión infinita de siluetas humanas que recorren como hormigas del desierto los caminos blancos en búsqueda del centro, ahora de agua, como un huevo invertido hacia el que peregrinan espermatozoides sin rostro, sin sombra. Omphalos necesario de la vida. Barceló tiene el poder del arte porque nos acerca con su mirada de hombre libre a las cosas que está contemplando. Y nos trae a la memoria las pinturas primitivas de los habitantes de las cuevas de Levante. No hay dibujo, sino manchas de colores, aparentemente casuales, pero extraordinariamente precisas. Y nos gusta, nos parece bello, porque es simple, porque es elegante: máxima simplicidad para la máxima expresividad. No sobra ni falta nada.