Intentaré explicarle a Cobre alguna de las cuestiones que plantea en su comentario a mi artículo anterior -"Llegó" del 11 de Enero de 2008-. Creo que son muy importantes.
"... estos paisajes me hacen sentir miedo.... la gente q es capaz ... de luchar contra la naturaleza y llegar tan lejos, ....". He sacado algunas palabras de su contexto para que me den el pie en lo que quiero aclarar.
Aceptando la clasificación que me enseñaron cuando comencé a formarme como montañero, la baja montaña está comprendida entre los 800 y 1500 metros sobre el nivel del mar; la media montaña, entre los 1500 y los 3000, y el área de alta montaña comienza por encima de esos 3000 metros de altura. No es una clasificación exacta, pues en la misma influyen otros aspectos, como la latitud del lugar; no tiene la misma dureza una cota de 3000 metros en los Pirineos que en la Antártida..
Aunque hay población que vive en áreas de alta montaña, como en el entorno andino o centro-asiático, no lo hace en las cimas sino que busca los lugares más protegidos, que suelen ser los valles o medias laderas a resguardo. Y su densidad es pequeña.
La montaña es distinta a los lugares donde vivimos. Así que cuando nos adentramos en ella nuestros sentidos .., no, más, todo nuestro cuerpo necesita cierto tiempo para habituarse a su ambiente.
Suelo caminar como un viejo, para intentar llegar como un joven.. Así que normalmente voy mirando al suelo. Pero hay un momento.., quizá cuando te detienes para intentar que tus pulmones aspiren un aire que no existe, en que miras hacia arriba y adelante .. Lo que te rodea es gigantesco. Te das cuenta del tamaño y de la fuerza de la Naturaleza. Y te sientes tan débil ... Y tan pequeño ... Estás allí, perdido, sin referencias ...
Y eso es bueno, muy bueno. Este ser, llamado humano, que desde su soberbia ciudadana se siente "dueño" de derechos y sistemas, que se cabrea y cisca en todo y en todos cuando algo no funciona en su mundo tecnificado de servicios, comprende hasta lo más íntimo que no es "dueño" de nada y que en cualquier momento puede pasarle de todo. Y que la palma en un "plis plas".
Y te aterra. Sientes tu pequeñez..; bueno, pequeño es mucho.. Sientes que eres insignificante dentro de la variedad y riqueza de la Vida. Y te deslumbra un hecho clarísimo: ¡Vivir, sin más, es un fabuloso milagro!. Y asientes con la cabeza, como hago ahora, .. quizá porque ya ni el cuello la sostiene.
Y así, situado en la realidad de la existencia, comprendes lo poco que puedes. Aquí de nada sirve la apariencia. Solo lo que realmente eres. Así que esta sería la primera razón que justifica el adentrarse en la alta montaña: Ver y sentir con claridad quien soy. En el más profundo sentido de la palabra. Sin matices.
No puedes más.. Estás agotado .. Te apoyas, doblado, sobre el piolet.. El "balcón" a tu costado.., 3 quilómetros de "vuelo" si te "vas" .. ¿Qué hago yo aquí?; ¡cago'n mis tripas!... ¡¡Venga, venga, levanta el pie, un paso solo..!!. ...........
Allí nadie puede, en principio, resolver tus problemas; bastante tiene cada uno con los suyos. Las fuerzas son tan escasas que crees que son menos que las que precisas. Y sabes que lo que le pidas a otro puede ser aquello que él necesita para volver...
Así que en la alta montaña te enfrentas a ti mismo. Con todas las consecuencias. Descubres de que eres capaz, hasta donde llegas, ... "Ves" lo que vales. Sin engaños. Ese, exactamente, soy yo.
Esas son, compa Cu, dos razones esenciales para intentar conquistar la alta montaña. Saber de una vez por todas quien soy y que valgo. En realidad y sin paliativos. Con toda crudeza.
Y ahora un secreto... ¿Sabéis que deseaba ardientemente en aquellos momentos?..... ¿No os lo imagináis...?. Es que cada uno es cada cual y no como otros...
Y unas horas más tarde, he pensado mostraros dos imágenes de mis comienzos. Una es una foto nocturna de los refugios de la Compañía de Esquiadores Escaladores en Candanchú. Está hecha en una noche de luna llena con aire limpio y puro. Eso véis: nieve virgen recién caida, luz de luna y silencio....
Y la otra.. (sonrisa). En la nieve se duerme en muchos sitios, algunas veces por extrema necesidad como alguno de mis compañeros de "Al Filo ..", pero uno de los lugares más confortables es un buen iglú.. Quien lo dude, que lo compruebe...
"... estos paisajes me hacen sentir miedo.... la gente q es capaz ... de luchar contra la naturaleza y llegar tan lejos, ....". He sacado algunas palabras de su contexto para que me den el pie en lo que quiero aclarar.
Aceptando la clasificación que me enseñaron cuando comencé a formarme como montañero, la baja montaña está comprendida entre los 800 y 1500 metros sobre el nivel del mar; la media montaña, entre los 1500 y los 3000, y el área de alta montaña comienza por encima de esos 3000 metros de altura. No es una clasificación exacta, pues en la misma influyen otros aspectos, como la latitud del lugar; no tiene la misma dureza una cota de 3000 metros en los Pirineos que en la Antártida..
Aunque hay población que vive en áreas de alta montaña, como en el entorno andino o centro-asiático, no lo hace en las cimas sino que busca los lugares más protegidos, que suelen ser los valles o medias laderas a resguardo. Y su densidad es pequeña.
La montaña es distinta a los lugares donde vivimos. Así que cuando nos adentramos en ella nuestros sentidos .., no, más, todo nuestro cuerpo necesita cierto tiempo para habituarse a su ambiente.
Suelo caminar como un viejo, para intentar llegar como un joven.. Así que normalmente voy mirando al suelo. Pero hay un momento.., quizá cuando te detienes para intentar que tus pulmones aspiren un aire que no existe, en que miras hacia arriba y adelante .. Lo que te rodea es gigantesco. Te das cuenta del tamaño y de la fuerza de la Naturaleza. Y te sientes tan débil ... Y tan pequeño ... Estás allí, perdido, sin referencias ...
Y eso es bueno, muy bueno. Este ser, llamado humano, que desde su soberbia ciudadana se siente "dueño" de derechos y sistemas, que se cabrea y cisca en todo y en todos cuando algo no funciona en su mundo tecnificado de servicios, comprende hasta lo más íntimo que no es "dueño" de nada y que en cualquier momento puede pasarle de todo. Y que la palma en un "plis plas".
Y te aterra. Sientes tu pequeñez..; bueno, pequeño es mucho.. Sientes que eres insignificante dentro de la variedad y riqueza de la Vida. Y te deslumbra un hecho clarísimo: ¡Vivir, sin más, es un fabuloso milagro!. Y asientes con la cabeza, como hago ahora, .. quizá porque ya ni el cuello la sostiene.
Y así, situado en la realidad de la existencia, comprendes lo poco que puedes. Aquí de nada sirve la apariencia. Solo lo que realmente eres. Así que esta sería la primera razón que justifica el adentrarse en la alta montaña: Ver y sentir con claridad quien soy. En el más profundo sentido de la palabra. Sin matices.
No puedes más.. Estás agotado .. Te apoyas, doblado, sobre el piolet.. El "balcón" a tu costado.., 3 quilómetros de "vuelo" si te "vas" .. ¿Qué hago yo aquí?; ¡cago'n mis tripas!... ¡¡Venga, venga, levanta el pie, un paso solo..!!. ...........
Allí nadie puede, en principio, resolver tus problemas; bastante tiene cada uno con los suyos. Las fuerzas son tan escasas que crees que son menos que las que precisas. Y sabes que lo que le pidas a otro puede ser aquello que él necesita para volver...
Así que en la alta montaña te enfrentas a ti mismo. Con todas las consecuencias. Descubres de que eres capaz, hasta donde llegas, ... "Ves" lo que vales. Sin engaños. Ese, exactamente, soy yo.
Esas son, compa Cu, dos razones esenciales para intentar conquistar la alta montaña. Saber de una vez por todas quien soy y que valgo. En realidad y sin paliativos. Con toda crudeza.
Y ahora un secreto... ¿Sabéis que deseaba ardientemente en aquellos momentos?..... ¿No os lo imagináis...?. Es que cada uno es cada cual y no como otros...
Estar tumbado en la arena de la playa entre los brazos de .... ¡Uuuuuuuummmm!.
Y unas horas más tarde, he pensado mostraros dos imágenes de mis comienzos. Una es una foto nocturna de los refugios de la Compañía de Esquiadores Escaladores en Candanchú. Está hecha en una noche de luna llena con aire limpio y puro. Eso véis: nieve virgen recién caida, luz de luna y silencio....
Y la otra.. (sonrisa). En la nieve se duerme en muchos sitios, algunas veces por extrema necesidad como alguno de mis compañeros de "Al Filo ..", pero uno de los lugares más confortables es un buen iglú.. Quien lo dude, que lo compruebe...
8 comentarios:
Pues como dijo el sabio aquel: "A mí que me esperen..." ;).
Es que yo no estoy hecha pal frio ni el frio pa mí.
Qué le voy a hacer, soy sureña; me va lo cálido! :).
Lo que cuentas es precioso, admirable.
Al final, siempre lo mismo: límites, soledad, reencuentro con uno mismo. Debe de ser extremadamente hermoso hollar tierras jamás pisadas por hombre alguno. Es tarea de titanes. El deporte de la montaña, como todos los deportes al fin y al cabo, es relativamente reciente. Hace falta un medio en el que sobren energías para la supervivencia (el alimento de cada día). O sea, un lujo.
La capacidad de resistencia, de adaptación al medio, de colaboración con los demás en situaciones límite mide muchas de nuestras verdaderas cualidades. Pero a mí también me pasa un poco como a Cobre: tanta grandeza me asusta. Tal vez pueda ser porque nunca he podido emprender esas hazañas. Recuerdo, sin embargo, que en algunas épocas de mi vida en las que apenas podía caminar soñaba por las noches que recorría grandes distancias por montañas nevadas y solitarias.
Elegante el saloncito. Eso es civilización.
Debe ser algo especial… las imágenes ayudan a transmitir esos sentimientos, sensaciones y confidencias que se quedan allá, en el viento. Contemplar tanta grandeza y experimentar la perfección del silencio genera un estado particular de conquista sobre uno mismo. Alguna vez mi hermano, me ha hablado de sus encuentros con el rostro vivo de la montaña, empezó subiendo como un adicto al horizonte más pero cuando la montaña entra en ti …. Hace unos añitos que en lugar de escalar, “marotea” como las cabras, corredor de fondo en montaña… y aunque son disciplinas diferentes escalada y maratón, creo que la motivación es la misma, la montaña es un imán para despegarnos del suelo. Así que cuando le veo salir a los entrenamientos sé que regresará un hombre nuevo, con un lenguaje diferente incluso porque dolor y esfuerzo son atributos de esa pasión y que sintamos ya es una victoria honda y vivificadora.
Marian
Yo te leo y te releo, y te entiendo, entiendo lo q me dices y lo q sientes, y esa foto nocturna es preciosa, pero a mi me sigue produciendo esos sentimientos, miedo, pánico!, indefensión...
Insignificante me puedo sentir y me siento antes muchas otras cosas de las cuales no huyo, pq ni puedo ni tiene sentido hacerlo, pero tampoco creo q tenga mucho sentido ponerme a prueba intentando enfrentarme a algo q me despierta semejantes sentimientos.
Debe ser maravilloso poder disfrutar de todo esto q nos cuentas, de esos momentos, hasta estando al límite de tus capacidades y queriendo estar en el sitio más opuesto del mundo, pero de las muchas cosas con las q me tendré q enfrentar en la vida y q me dan pánico... espero q esta no sea una de ellas.
Pero te agradezco enormemente este post, de verdad q me ha parecido precioso.
De todo este mundo q nos has acercado no todo me produce esos sentimientos. Hay algo q me fascina y q siempre recordaré... "En los bordes laterales de un galciar, por donde va rozando con las paredes rocosas del valle por el que desciende, tanto el glaciar como al roca se desgarran y se forma como un despeñadero irregular, más o menos de la misma profundidad que grosor tiene la capa de hielo..."
Un besazo, Tururú precioso
La rimalla. En una zona parecida, bajo la Arista de los Murciélagos falleció uno de mis amigos.
Hace ya tiempo que te la describí...
;)
Y mí, la montaña nunca me ha transmitido sensaciones negativas... ¡todo lo contrario! y me ha devuelto tremendos minutos de calma, paz, seguridad, esperanza...
La montaña ha sido de las experiencias más fieles que he tenido en la vida.
Doy de fe de ello.
Será querido amigo, que me encuentro enamorada desde hace un buen, de una maravillosa montaña a la cual, por una u otra razón en su momento, no pude subir mucho...
Ahora siendo fumadora, pues ya verás, y mas que está prohibidisimo subirlo...
He estado en parajes donde se siente que se le puede tocar, y a alturas maravillosas, obvio nunca como las que tu me imagino has logrado...pero no por eso, no quita lo que tu describes...
Me recordaste la primera vez que pude estar lo mas cerca de él, y si te dijera que me pase mucho tiempo demasiado tal vez, embelezada con todo lo que tu dices...
En fin, pa´variar me extendí..sorry!!
Ojalá pudieras conocer mi mundo y así me entenderías mas...
X ser gente de altura, me fascina el frío y ahora me encuentro ligada a un friolento de lo peor...que horrorrr!!
besos cariñosos...
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