Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

miércoles, 22 de marzo de 2006

Saber, sentir

"¡Fíjate!, tiene un cuadro de Epifanio Picatoste..; ¡lo que les habrá costado!". "¡Esto si que es pintura Sinforosa; tal parece una foto!". "¡No te jode; aún nos dirá que en ese manchurrón tenemos que ver una vaca!". "¡Cuatro rayas; eso lo hago yo con la...!". La masa valora lo que cuesta dineros..; es fácil. La masa aprecia a primera vista..; es rápido. La masa no interpreta..; es difícil. La masa valora sólo lo suyo..; es lógico. Me olvidaba.. Valora lo antiguo, pero lo confunde con lo viejo. !Elemental, querido..!. Para distinguir hay que pensar. ¿Cómo haceros comprender..?; quizá, sí... ¿Qué os parece sí escribo un poquito sobre Arte Románico?.

El término “Románico” fue acuñado originalmente por el arqueólogo Charles de Gerville, en 1820, para agrupar el arte europeo desarrollado desde el siglo V hasta el XIII, pero en la actualidad nos referimos con esa denominación a la corriente estilística predominante en buena parte de la Europa cristiana desde finales del siglo X hasta bien entrado el XIII. Desde la caída del Imperio Romano de Occidente hasta el siglo X Europa se sumerge en una de las épocas más oscuras de su historia. El ordenamiento social y político romano, junto al arte, la cultura y la ciencia se dañan gravemente. Los desplazamientos masivos de población, las grandes invasiones, .., sumen al continente, salvo momentos y lugares concretos, en una situación de precariedad social. Las plagas, la pobreza, el hambre y las guerras de la época parecen anunciar el fin del mundo, justificando el terror milenario que el hombre medieval siente durante las últimas décadas del siglo X.

Tras el cambio de milenio renace el optimismo. No sólo la vida continúa, sino que muestra una cara más amable al mejorar las técnicas productivas y agrícolas, como los enganches a las bestias de tiro. También se inventa la herradura, el arado con ruedas y vertederas, y se comienza a usar la fuerza hidráulica para mover los molinos. El empuje decisivo para el resurgir del continente lo constituye la unificación y exaltación espiritual de Europa bajo la bandera de la fe y el ideal de un imperio cristianos. La intensidad religiosa de la época permite unir, en lo moral, estados y territorios que en lo político y geográfico se encuentran muy alejados. Las peregrinaciones a Roma, Jerusalén y, principalmente, a Compostela, junto con el movimiento guerrero-religioso de las Cruzadas, impulsan el intercambio de conocimientos, culturas y formas de vida entre europeos, y entre éstos y el Islam.

Las formas que adopta el Románico se basan en una idea del arte desarrollado por y para la inteligencia humana. No pretende, como otros estilos, copiar la naturaleza circundante, sino trasladar el concepto de belleza de una manera abstracta. Algunos autores, basándose en criterios estéticos desarrollados a partir del Renacimiento, se empeñan en valorar la calidad artística de una obra románica (y gótica) en función de la fidelidad al modelo real, sin tener en cuenta que no se pretende reproducir la realidad física, sino comunicar su contenido intelectual y espiritual, que incluso puede llegar a ser distinto en función de quien lo contemple.

La “Ley del Marco” y la “Ley del Esquema Geométrico”, enunciadas por Focillon para la escultura románica, determinan que las figuras deben adoptar aquellas formas y proporciones que les permitan ajustarse a un orden geométrico racional. Por ello, en la escultura románica en portadas, cabeceras y ventanas podemos encontrar personajes o animales achaparrados o de altura excesiva, a menudo realizando escorzos imposibles y frecuentemente con perspectivas absurdas. Nada de esto invalida su belleza, sí somos capaces de despojarnos de nuestra manera de pensar positivista.

El carácter simbólico de este estilo es tan importante que, en su periodo clásico, la mayoría de los elementos artísticos se concebían y plasmaban en función de un significado y simbolismo propios. La mayoría de la población era analfabeta y fue la iconografía religiosa la que les transmitió los conocimientos e ideas que conformaban su sociedad y su mundo. Comienza, por tanto, la era del primer arte europeo y del primer arte verdaderamente cristiano. Un estilo que integra formas arquitectónicas, esculturales y pictóricas en un plano de trascendencia espiritual, en el que se emplea el lenguaje simbólico para comunicar sentimientos e ideas de elevada dimensión.

Veamos ahora una obra maestra de la pintura de este estilo. Proviene de la ermita de San Juan Bautista, conocida también como de San Juan de Maltray, que se encuentra a un kilómetro al norte de Ruesta, en la provincia de Huesca. Se trata de una pequeña ermita románica construida en el siglo XII, de planta rectangular, ábside semicircular y cubierta de madera a dos aguas. La entrada se realiza a través de una puerta bajo arco de medio punto situada en el lado de la Epístola.

Su única decoración estuvo constituida por un conjunto de pinturas murales con iconografía clásica de época románica, que fueron trasladadas al Museo Diocesano de Jaca en 1963 (Nota aclaratoria al final del artículo). Se encuentra junto al Camino de Santiago y, aunque hoy en día se nos presenta como un edificio aislado, formó parte, según la documentación medieval, de un monasterio que fue fundado a raíz de la conquista de Ruesta al "walí" de Huesca Al-Tawil por Sancho Garcés I en el 911.

Pantocrator de la ermita de San Juan Bautista de Ruesta
Maestro de Ruesta
Museo Diocesano de Arte Sacro Medieval de la catedral de Jaca
Primera mitad del siglo XII

En la actualidad, está considerada la pintura más significativa del estilo románico. El "Maestro de Ruesta" manifiesta un incipiente humanismo, tanto en la levísima sonrisa que aflora a los labios de Cristo, como en la dulce tristeza que emana de su mirada y que hace sentir la faz del Perdón. Como toda pintura románica, estaba integrada en la arquitectura de la ermita, formando parte de un conjunto realizado para ser comprendido en su totalidad. Hoy sólo vemos el rostro de un Cristo en Majestad (Pantocrátor), que solía representarse en la parte central del ábside mayor, dentro de la Mandorla o Almendra Mística y que apareció debajo de la figura central entre las que componían la decoración de dicho ábside cuando se procedió al traslado de los frescos. (Nota aclaratoria al final del artículo).

Es figurativa, didáctica y expresiva. La figura es plana, estilizada y uniforme. Su perfil es nítido, gracias al contraste entre áreas de color oscuro y otras de tonalidad clara. Su trazo es decidido, fuerte, de gruesas líneas negras y muestra un aumento del tamaño de los ojos, característico del estilo. Los colores empleados son planos, brillantes, fuertes (negro, ocre, azul en el fondo, siena), sin mezclas, "jugando" como mucho con dos tonalidades. La pintura carece de perspectiva. Es muy posible que las fuentes de inspiración del Maestro de Ruesta fuesen los mosaicos bizantinos y los Beatos mozárabes. Fue realizada "al fresco", técnica que consiste en aplicar los pigmentos, diluidos en agua de cal, cuando el enlucido (capa de yeso, estuco u otra mezcla dada en las paredes para alisar la superficie) del muro aún está húmedo. De esta manera, al secarse la pintura, la cal cristaliza, formando entre la pintura y el muro un conjunto muy sólido.

Una obra de incalculable valor, una antigüedad, huella con valor de civilización... ¡Una maravilla!, ¿verdad?. Bien. Pues fíjense lo que son las cosas... Resulta que un español, malagueño por más señas, que creció en Barcelona y maduró en París, pintó de manera muy parecida al comienzo del siglo XX, casi 800 años más tarde. Sí despreciamos su estilo, tendremos que despreciar el estilo del Maestro de Ruesta... Se denomina congruencia. ¡Ah!, el estilo ininteligible en el que realiza el cuadro ese pintor español se llama "Pre-Cubismo". ¿A qué les va sonando?.

Autorretrato
Picasso
1907
Narodni Gallery. Praga. República Checa
Expresionismo Pre-cubista

En el verano de 1906, durante la permanencia de Picasso en Gosol (Lérida), su trabajo entró en una nueva fase, marcada por la influencia del arte clásico, helénico, africano y primitivo, que se plasmará algo más tarde en una nueva concepción de la estructura pictórica: "el Cubismo".

Picasso siente una fuerte atracción por las formas arcaicas del arte. El artista pretende pintar con mayor libertad, ser más natural y darle un papel más importante a la imaginación. Quiere volver a los orígenes del arte y recobrar sus fuentes primigenias. Le impresiona el arte románico que ve en el norte de Cataluña y lo asume como fuente de inspiración. Comienza a pintar sin artificio alguno, pues le llama la atención la esencia del ser y de la materia plástica. "Descubre" las estatuas íberas del Louvre y llega a la conclusión de que el arte necesita simplificación y reducción de las formas. Siente que progresivamente hay que ir hacia una nueva expresión del arte moderno; la innovación pasa por la vuelta hacia lo primitivo.

En el retrato la cara se aproxima a la expresión de la máscara primitiva. Compone mediante grandes manchas de pintura. Lo que parece esencial en este autorretrato es la firme voluntad de poner en tela de juicio los valores académicos del Renacimiento y más precisamente el tratamiento de las perspectivas. Todo el rostro está tratado en un plano frontal, excepto la frente, el oído y el pelo, pintados de perfil. Reproduce el estilo del arte románico catalán, que representa así la figura humana.

Al comparar este autorretrato con el Pantocrátor de Ruesta, se aprecia la similitud, por no decir identidad, de los trazos que definen la nariz, los ojos y las cejas, del diseño del labio superior e, incluso, del lado de caída del cabello. Además, casi todo lo dicho sobre el color, la línea y el trazo del Pantocrator puede aplicarse a este autorretrato.

Llama la atención la escarificación del rostro -como sí la pintura hubiera sido rayada, dejando al descubierto la imprimación de la tela-, heredada de las máscaras africanas y que tendrá su apogeo en "Las señoritas de Aviñón". Destruye la profundidad espacial y la forma ideal, que reestructura en polígonos ásperos y angulares, fracturando la superficie pictórica. Este es el antecedente de un nuevo estilo que seguirían muchos otros artistas. La suavidad y delicadeza con que tradicionalmente se trataba la figura se transforma bruscamente en planos y ángulos de una dureza que no comprenden los críticos de la época. Es sin duda un punto de partida para Picasso y otros muchos creadores, que definiría el estilo cubista y lo llevaría a ser uno de los principales movimientos del arte del siglo XX.

¿Curioso antecedente, no?.

Nota: Los italianos suelen ser los mejores especialistas en las operaciones de arranque y traspaso de pinturas murales al fresco, ya que estas técnicas se llevan practicando en Italia desde hace siglos, por lo que tienen acumulada muchísima experiencia. El primer paso para el arranque de estas pinturas es aplicar sobre ellas, con cola orgánica, dos capas consecutivas de telas de algodón (telas de arranque) que quedan pegadas a la superficie del muro o de la bóveda. Cuando se ha asegurado la consistencia del pegado, se comienza con el arranque, aplicando una de las dos técnicas diferentes que se conocen, en función del estado de conservación de las pinturas.

La técnica del Strappo consiste en arrancar sólo la capa pictórica, impregnada en la tela de arranque, sin el mortero de preparación. La técnica del Stacco, a diferencia de la anterior, consiste en arrancar todo, tanto la capa pictórica como la capa de mortero de preparación. Una vez arrancadas las pinturas, éstas se traspasan a una tela con caseínato de cal, eliminando a continuación las telas de arranque. Por último, se colocan las pinturas sobre un bastidor plano o sobre un elemento arquitectónico, copiado del original e idéntico a aquel donde se encontraban inicialmente estas pinturas (ábsides, bóvedas, muros, arcos...).

9 comentarios:

Anónimo dijo...

El romanico se encuentra entre mis preferencias, por eso me ha guastado especialmente esta entrada del blog. Incluir la nota final sobre el traslado de frescos ha sido todo un detalle ¡gracias!

Anónimo dijo...

Agradecerte que hayas ampliado mis básicos conocimientos del románico con esta visión tan amplia de la pintura, quizás menos conocida que la arquitectura o escultura.
Me hace pensar que no hay nada nuevo bajo el sol, que volvemos a beber en las fuentes, que la única innovación es el tiempo en el que nos toca vivir nuestra necesidad de simplificar, sin renunciar a trascender.
Un abrazo

Luis Caboblanco dijo...

Hola Turu. Poco se del románico, al menos, en cuanto a su vertiente artística se refiere. Si que me interesa mucho la época: plagas, muerte, guerra, destrucción... Los entendidos calculan una bajada de la media de esperanza de vida de al menos 11 a 14 años respecto al Impeio Romano.

He de confesar que el parecido entre ambas pinturas me ha dejado helado; jamás hubiera imaginado relación alguna entre estas dos obras. Una cosa... pelín irreverente ¿No se asemeja, al poco al menos, la figura del pantocrator a cierto estilo de comic muy en boga ultimamente?

Tengo que dejar de beber...

Turulato dijo...

"Cabo" los japoneses dibujan los ojos de sus personajes de "comic" agrandados y ovalados, al igual que las dos imágenes mostradas. Afirman que transmite mayor emoción y sentimiento ¿Aún verías algún capitulo de "Marco", no?.
Sí a eso le unes que en el "comic" no se utiliza la perspectiva renacentista -que es la que el común entiende por perspectiva- sino que se trabaja por planos superpuestos y que los orientales, como otras muchas culturas, utilizan perspectivas circulares o lumínicas, además de emplear colores planos... Tienes mucha razón. Lo que demuestra que el mejor libro de arte son los ojos bien abiertos...

Turulato dijo...

"Consimidor" yo empecé interesándome por el románico. Me llamaba su intimidad. Y, por cierto, el románico no son sólo pequeñas iglesias...
"Dianora", "la imperfección de lo perfecto".. Es una expresión muy interesante.
Marian "apuntas" bien. El Hombre, en realidad, ha buscado siempre como materializar el espíritu a través de la materia... Fíjate; llevamos.., ¿miles de años?.. intentando aprender a decir a otro ser "Te quiero".

Leodegundia dijo...

En Italia, sobre todo en las regiones en contacto con el mundo bizantino, las pinturas se sustituían algunas veces por mosaicos que son bellísimos y si no estoy mal informada, en el románico también aparecen las primeras vidrieras de colores aunque destacan con toda su fuerza en el gótico.
Pero hay una expresión del románico que es quizás la que más me gusta que son las miniaturas que decoran los libros, lo mismo en las ilustraciones de los episodios narrados en el texto como en las letras iniciales de los capítulos y de algunos párrafos que son toda una verdadera obra de arte. ¿Sería mucho pedir que algún día nos hablaras de estas miniaturas? yo sólo puedo decir que me gustan, pero no podría dar una explicación tan detallada como la que acabas de hacer con la pintura.
Un saludo.

இலை Bohemia இலை dijo...

Yo iempre me he sentido seducida por la pintura impresionista pero me ha encantado conocer sobre la románica...Visitarte siempre es una experiencia enriquecedora...

Por cierto, me encantan los comentarios que me dejas....Gracias!!!

Besos y buen fin de semana!

aldara san lorenzo dijo...

Turuuuuuuu.... sólo un off-topic rápido (es que te lo quería decir desde hace mucho y siempre se me pasa): Hay un blog espectacular de alguien que, creo, te puede apasionar. Hazme caso (que soy gallega!!): http://vailima.blogia.com/

Disfrutarás como un enano.
Ya lo verás...

Un abrazo y el mejor de los fines de semana.

;-))

Turulato dijo...

"Leo", ¡faltaría más!. Tendrás tu artículo sobre los "Beatos"
"Bohemia" el impresionismo es fácil que guste, pues trabaja mucho los efectos cromáticos. Lo importante ante el Arte, y ante la ciencia, y ante las patatas fritas, y.., sobre todo, ante una persona, ante la vida, es tener los ojos bien abiertos. Comentar tu "blog" es, así, muy fácil y, en alguna ocasión, extremádamente difícil, como en un artículo que parece que has quitado..
Mostrabas la imagen de un anciano, que asociabas con la amarga tristeza que crea el conocimiento de lo no vivido. Miré y miré la imagen... Veía las articulaciones deformes.., la parálisis -tan dolorosa, tan conocida- del anciano artrósico..
No pude comentar, so pena de escribir en tu "blog", más que un comentario, un artículo. Y allí tú eres la única protagonista. Silencié el mudo grito de impotencia del anciano, su dolor que había matado el sentido, la soledad, la amarga soledad..
"Ia" ya he visitado el "blog" que recomiendas. Es bueno, muy bueno. Y me desconcierta; aún no sé muy bien porqué, pero allí me siento "perdido"...