Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 10 de enero de 2005

Lee y verás que no es tan difícil


Desnudo bajando una escalera
Marcel Duchamp (Rose Sélavy)
1912 - Museo de Arte de Filadelfia

Los seres vivos estamos "conversando" entre nosotros durante toda nuestra vida, aunque no lo hacemos de una forma única. Cuando usamos el lenguaje utilizamos muchísimos idiomas. Pero no tenemos sólo la palabra y la escritura para transmitirnos algo...
Los gestos -un abrazo-.., los colores -de un semáforo, por ejemplo-.., los sonidos -el claxon de un vehículo-.., y muchos otros medios nos permiten intercambiar sensaciones, avisos, sentimientos, ... Gracias a ellos conseguimos comunicarnos y compartir la vida.
A la palabra, oral o escrita, estamos acostumbrados; mediante la educación aprendemos a usar otros medios como los que citaba antes. Pero existen "vías" de comunicación que requieren que reparemos en ellas, que les prestemos algo más de atención. La mayor parte de las artes son un ejemplo.
Sí nos ceñimos a la pintura, la "masa" no rechista sí la obra reproduce lo suficiente la realidad como para reconocer lo que ve, pero se agita inquieta cuando el artista "interpreta" el motivo y lo "filtra" a través de su sentido artístico. El hombre es cobarde.. Rechaza lo que le obliga a meditar, a sentir... Entre don Quijote y Sancho suele prevalecer el segundo..
Hay un momento en que los artistas, buscando nuevos caminos que les permitan expresar lo que sienten, reproducen no sólo lo que ven desde donde están sino lo que ven desde diferentes sitios..
Quizás el antecedente haya que buscarlo en Giorgione cuando siendo discípulo de Giovanni Bellini le dijeron que la escultura era superior a la pintura, ya que aquella representaba una figura en todo su contorno y la segunda debía limitarse al plano. Giorgione pintó a "San Jorge" delante de unos espejos de modo que se le veía a la vez de frente y, en los espejos, de espaldas...
Como os decía, se comienza a pintar una escena según se ve desde diferentes sitios y en diferentes momentos.. Fijaros en el detalle...; sí pintamos la misma figura en momentos sucesivos... ¡estamos pintando el tiempo!.
Abrir la página dedicada a Marcel Duchamp. Pinchar sobre "1912"; veréis la palabra "NEXT" en amarillo..; pincharla... A la derecha aparecerá una mujer desnuda descendiendo una escalera...; pinchando alternatívamente "PREVIOUS" y "NEXT" iréis del cuadro a la realidad....
¿Comprendéis ahora?. Quizás por eso, y por muchas cosas más, Duchamps es considerado el artista más influyente del siglo XX. Él fué el primero que expuso un urinario...; luego aclaró que no era que considerase el artilugio una obra de arte sino que quería transmitir un mensaje : El Arte debía, necesitaba, experimentar nuevos caminos y para ello era preciso romper la inercia de lo establecido, de lo convencional.

La obra combina pinceladas pequeñas -sucesivas, "cezannianas"- con otras largas, rectilíneas y nítidas, en que el autor deja que el trazo se extienda y pierda definición en sus límites. La textura corresponde a la de óleo sobre lienzo, manteniendo la misma sensación táctil en toda la superficie.
En el primer "golpe de vista" no tenemos una idea clara de lo que representa. Su trazado geométrico y el dinamismo propio de la utilización de diferentes puntos y sucesivos momentos visuales precisa de una observación atenta de la descomposición realizada por el autor.
En las áreas inferior izquierda y superior derecha de la obra se aprecian los peldaños de una escalera; existe una clara exposición descendente de la representación, desde la parte superior izquierda a la inferior derecha, que coadyuva a plasmar el movimiento.
La profusión de líneas rectas que permiten estructurar lo pintado y la modulación lograda a través de las curvas, que sirven de enlace entre las primeras, permite intuir la presencia de un desnudo humano –especiálmente sus piernas y brazos-; los trazos curvos aislados –tercio central inferior- refuerzan la sensación de movimiento y un semicírculo punteado –próximo al área central- nos alerta de la existencia de algo oculto a nuestra vista.
La estructura lograda mediante los trazos rectos que veíamos, el desdoblamiento en planos sucesivos del cuerpo humano –de clara representación geométrica- y las pinceladas curvas nos indican que estamos ante un cuerpo humano en movimiento. Esto sitúa a la obra fuera del movimiento cubista.
El autor juega con la perspectiva mediante planos logrados desde diferentes puntos de vista y en momentos sucesivos; su escalonamiento, dentro de aquella representación de un cuerpo humano descendiendo la escalera de la que hablábamos, proporciona profundidad a la obra, tanto espacial como temporal.
El color predominante es el ocre; presenta múltiples tonalidades, desde las más oscuras que ayudan a diferenciar planos hasta otras pálidas –prácticamente amarillas- que dan continuidad a la figura. Su tratamiento es magnífico.
La luz ayuda a realzar determinados planos desdoblándolos mediante espacios oscuros y permite enlazar otros mediante juegos de claroscuro que se suceden con facilidad.
La composición de la obra es rigurosa, cláramente geométrica; de sus áreas, límites, conexiones y movimiento ya hemos hablado al analizar las líneas.
El autor puede ser englobado en una tendencia Cubofuturista, aunque evolucionó hacia el Dadaismo.

1 comentario:

Mar dijo...

increible página la de Duchamp, viendo el cuadro se aprecia el movimiento, sí, pero no me emociona