Este artículo de "Eloryn" y este otro de "Julia", me han hecho reflexionar. Las ideas que voy a exponer no son nuevas, pues hace años que pienso así, pero cada día que pasa cobran mayor fuerza y reclaman con mayor urgencia su puesta en práctica.
Parto de un axioma, de manera que quien no lo asuma como tal considerará el resto de mi artículo como una falacia; dicha proposición consiste en que la vida humana es social y el núcleo básico de la sociedad es la familia. Sin familia no existe sociedad, es inviable. ¿Y qué entiendo por familia?. Pues, en sentido lato, un conjunto de personas con vínculo de parentesco que mantienen una convivencia afectiva y gracias al cual se gesta, crece y comienza a madurar el ser humano, lo que posibilita su individualidad.
En la familia existe un núcleo básico -al que desde ahora llamaré familia, sin más-, que no puede simplificarse sin que aquella deje de existir como tal; algo así como su molécula, el conjunto de personas imprescindible para que mantenga sus propiedades. A lo largo de la Historia, su composición ha devenido en una constante: Hombre, mujer e hijos.
¿Sin hijos no existe familia?. Pues creo que no. Existen parejas pero no familia en sentido estricto. ¿Y por qué?. Pues en razón de dos principios: El de supervivencia y el de eficiencia.
Todas las especies vivas que han existido, existen y existirán, se orientan hacia la consecución de un fin primario: No desaparecer. La vida es generadora de vida. Estamos programados para sobrevivir. Lo contrario sería tanto como ir contra nuestro propio interés, contra nosotros mismos, pues implicaría creer que nuestro interés vital busca la inexistencia y eso es un contrasentido absoluto, un absurdo.
"Ergo" sí el núcleo vital básico es la familia, no cabe otra posibilidad que la familia sea generadora y mantenedora de vida humana.
En ingeniería se distingue entre eficacia y eficiencia. Un proceso es eficaz sí consigue plenamente su objetivo, pero sólo es eficiente sí, además, lo hace de la manera más simple posible, lo que en economía se calificaría como al menor coste.
La Historia es la mejor depuradora de imperfecciones posible. A lo largo de los siglos, la Humanidad ha ido depurándose, perfeccionando su manera de hacer las cosas; unas veces para bien y otras..
Pues cuando después de tantos siglos, tantas sociedades han coincidido en la institución de la familia, será porque es eficiente. Y recuerdo que Institución es el conjunto de personas y medios dispuestos a la consecución de un mismo fin.
¿Y para que es eficiente?. Para generar vida, permitir que los seres vivos se desarrollen y lleguen a estar en condiciones de repetir el proceso por si mismos.
Mantenía al principio que ".. mantienen una convivencia afectiva y gracias al cual se gesta, crece y comienza a madurar el ser humano, lo que posibilita su individualidad". Y me refería a personas; pero las personas ejercemos nuestras funciones, vivimos, en espacios concretos. ¿Cual es el espacio concreto de la familia?. Convivencia.., afecto.., madurez.., humanidad.. Un hogar, vamos.
¿Y cómo está constituido el hogar tradicional en nuestra sociedad?. Sin duda, mediante un hombre-padre que aporta los recursos materiales, una mujer-madre que gestiona el hogar y unos hijos que lo utilizan como marsupio.
Esta configuración tradicional, que no es la única posible del modelo, ha implicado varias consecuencias que me atrevo a calificar de perniciosas. El hombre se ha orientado, y así se le ha educado, hacia el exterior, hacia el ámbito ajeno al hogar, como álguien que cumplirá tanto mejor su rol familiar cuanto más competitivo sea, pues los recursos que debe aportar son los mismos que precisan otros hombres, por lo que tiene que conseguirlos antes que otros lo hagan. Es un luchador, en suma.
La educación masculina busca así endurecer, enseña a valorar según la regla "tanto tienes tanto vales" y orienta al individuo hacia el endiosamiento de lo material, de lo físico. E, inevitablemente, lo aleja del hogar, excepto cuando busca "el reposo del guerrero".
Esta educación da muy poca importancia a la esfera afectiva e, incluso, procura anularla en ciertos casos. El hombre ve reducida así una parte esencial de su personalidad, la emocional, aquella que precisa en mayor medida para ser y convivir.
El resultado, en esquema -como todo lo que estoy exponiendo-, es una pésima educación. Necesitamos ser competitivos, pues toda la naturaleza lo es y en ella vivimos, pero no depredar, saquear con violencia y destrozo. Nos cuesta convivir, competimos de manera desmesurada por pequeñeces y carecemos de habilidad para paladear el universo sensual de las cosas pequeñas, de los detalles, de las emociones -tan maravillosas-.
¿Y a ellas, cómo se las educa?. Una de mis tías, ya fallecida, dijo un día con total convencimiento: "Sabe coser, es limpia, guisa bien y no sale; ¿qué más puede pedir un hombre?". Creo que la única manera de saber bien algo es desde dentro, por lo que dudo que un hombre -parece que lo soy- pueda pontificar sobre educación femenina.
A pesar de ello, creo que a la mujer se la ha orientado hacia su función matrimonial, que nada tiene que ver con la boda sino con la acepción iurisprudente romana: "Mater munere", hacer o convertir en madre (difícil es pues calificar de matrimonio a una pareja de igual sexo, aunque cualquier día la progresía elabora una ley por la que 2 y 2 son 5).
En los últimos tiempos observo que las cosas varían. En los hombres, poco; sí acaso percibo que están acoquinados. No pierden su agresividad, trasunto de su manera de ser competitiva, y siguen con su minusvalía emocional, pero aquel rol en que se les educa ya no les da respuesta a muchas de las situaciones que viven. Esto les hace más inseguros y la inseguridad genera siempre miedo; y el miedo es el "padre" de toda violencia.
Debería enseñársele al hombre a disfrutar de sus emociones y a vivir basándose en menudencias.
Ellas parece que se han desligado del matrimonio, sí no emocional si materialmente, y van desarrollando una vida autónoma. Viven sin el sostén material del hombre y no ocurre tanto que pasan de ser "hijas de" a "esposas de". Bien es cierto que mientras lo expuesto para el hombre puede considerarse cierto en la mayoría de los casos, el ámbito social de la mujer abarca un sector muy amplio en el que existen todo tipo de situaciones.
¿Pero qué me preocupa?. Pues que nos estamos cargando el hogar; y sí nos cargamos el hogar, dinamitamos la familia. Y si la familia "revienta", nos vamos todos a "tomar vientos a la farola", según dicen en mi pueblo.
A pesar de las carencias del modelo, hasta hoy hemos tenido hogar gracias al sacrificio de las posibilidades de la mujer. Que muchas de ellas entreguen toda su vida, aunque sea con todo cariño, a ser exclusivamente esposas y madres, no debe impedir que nos demos cuenta de que esas mismas personas no han ejercido otras muchas actividades ajenas al hogar para las que estaban plenamente capacitadas.
A la vez, el hombre también ha perdido. Tanto más cuanto más ha permanecido fuera de su hogar sin que fuese necesario para cumplir su tarea de aporta-recursos. En tanto en cuanto una persona evita cualquier vivencia por el mero hecho de que está basada en el ejercicio del afecto, de la relación y cuidado de otros, de las muestras de ternura, .. se capitidisminuye como ser humano.
¿Qué hay que hacer?. Creo que educar de manera distinta; a los hombres para que, sin perder lo bueno que tienen, ganen en fortaleza emocional. ¿Se han dado cuenta de que la mayoría de las viudas son capaces de reorientar su vida por si mismas -aunque les cueste-, mientras los viudos andan "desesperadicos como perro sin amo" buscando una mujer que los reequilibre?. El hombre tiene que aprender con urgencia a vivir emocionalmente.
A las mujeres hay que educarlas para que no necesiten a nadie, más allá de lo necesario. Todos necesitamos a los demás y a álguien concreto más, pero eso no debe significar dependencia. Toda persona necesita un ámbito, o parcela sí lo prefieren, propio y privativo, en el que sea la única que decide su destino; nadie tiene derecho, ni debe, inmiscuirse en ella.
Nos tenemos que convencer de que podemos hacer muchas más cosas que las que hacemos. Recurriendo a lo más elemental, un hombre puede ser tan tierno y estar tan pendiente del amor como la mujer más sensible; y una mujer puede ser tan buen ingeniero o sacerdote como un hombre. ¿Álguien me quiere diferenciar a Santa Teresa de San Juan de la Cruz?.
Luego hay que "mandar a paseo" la memez de que en la vida hay que triunfar materialmente. ¡El éxito!; sí crees en él, sí crees que sirve para algo, te califico de "mamón gilipollas". Sí te has "comprao" un "haiga" (¿qué coche quiere el señor?.. ¡El mejorcico qu'haiga!), no dudes que hay mucha gente que tiene "haigas" mejores que tú. Nunca, nunca podrás ganar esa carrera. No compitas, es una idiotez.
En la vida hay que tener las necesidades cubiertas -y necesario no quiere decir mínimo imprescindible, que no sólo de pan vive el hombre- y procurar entregar el cuerpo al enterrador totalmente desgastado. ¡Gozar de la vida, órdiga! (Lo de órdiga va por tí, Chus), que es alegre y bonita...
Mirad; en economía el dinero se define como un medio general de pago y un depósito de valor. No caben más posibilidades por más que os empeñéis. Pues bien, lo del pago creo que es fácil de entender... ¿A cuanto los percebes?. Pero hay mucha gente que no termina de entender lo de depósito de valor; sí tengo dinero en depósito estoy guardando algo por encargo de otro, como bien define la R.A.E.
Significa que el papelito ese de colores, que te reblandece los higadillos, no vale nada en si mismo, sino que lo valioso está "por ahi" y que sí quieres tenerlo tendrás que entregar el depósito dinerario a cambio de lo que realmente merece la pena.
Sí lo único que te satisface es ver el color de los dineros, no "dés palo al agua"; trinca un billete de cada, "prestao" por un rato, y pásalo por una buena "tostadora" -copiadora-. "Quiero veinte quilos de cada importe"; te los llevas a casa en unos sacos y duermes con ellos.. Te puedes correr de gusto....
¡Ah!, ¿qué tu éxito es la fama?. Ya.. Dime de carrerilla los nombres de los actuales ministros del gobierno y de los participantes de "Gran hermano"..... ¿Qué, nada verdad?.
Es más sencillo. Interesate profundamente por tus amigos, vuélcate con tu mujer o con tu marido, entrégate a tus hijos... Serás feliz.
Y he dejado para el final los horarios.. España es un pais de servicios y, en consecuencia, quien los recibe quiere ser atendido a cualquier hora. Para no extenderme más de lo mucho que ya lo he hecho, les hablaré de mi familia.
Uno de mis hijos trabaja y está casado en Suiza. Su empresa es una enorme multinacional no española; la de su mujer, la sede siuza de un gran banco español.
Él tiene horario flexible, con un promedio de 8 horas y 9 minutos diarios, ya que la semana del 24 al 31 de Diciembre cierran y esas jornadas se prorratean entre el resto del año -de ahí los 9 minutos-. Desde que entra y hasta que sale, sólo dispone de un brevísimo tiempo de descanso para tomar un tentempié y comer. Apliquen a esto la eficiencia de los ferrocarriles y del transporte público suizo y el resultado es que tiene tiempo libre cada día para salir, hacer deporte, leer,..
Ella. ¡Pobriña!. Jornada partida, pero, según nuestra costumbre, dando ejemplo.. Hay que dejarse ver media hora antes del comienzo y es de mal gusto salir a la hora. ¡Pais de pobres, aquel que necesita de la apariencia!.
Reuniones interminables.. Comidas de trabajo (que digo yo.., o se come o se trabaja)... El resultado es que está, que no trabaja, casi tres horas más que su marido.
Mientras los horarios laborales no permitan que los hombres y mujeres tengan tiempo suficiente para si mismos, la familia y el hogar estarán en peligro. Las personas se ven obligadas a elegir entre trabajar y tener vida propia (que dicho sea de paso, no es tomar una copa los sábados por la noche) y muchas de ellas, con todo, intentan desarrollar una familia.
Sus hijos son los que llegan solos a un piso vacío...
Parto de un axioma, de manera que quien no lo asuma como tal considerará el resto de mi artículo como una falacia; dicha proposición consiste en que la vida humana es social y el núcleo básico de la sociedad es la familia. Sin familia no existe sociedad, es inviable. ¿Y qué entiendo por familia?. Pues, en sentido lato, un conjunto de personas con vínculo de parentesco que mantienen una convivencia afectiva y gracias al cual se gesta, crece y comienza a madurar el ser humano, lo que posibilita su individualidad.
En la familia existe un núcleo básico -al que desde ahora llamaré familia, sin más-, que no puede simplificarse sin que aquella deje de existir como tal; algo así como su molécula, el conjunto de personas imprescindible para que mantenga sus propiedades. A lo largo de la Historia, su composición ha devenido en una constante: Hombre, mujer e hijos.
¿Sin hijos no existe familia?. Pues creo que no. Existen parejas pero no familia en sentido estricto. ¿Y por qué?. Pues en razón de dos principios: El de supervivencia y el de eficiencia.
Todas las especies vivas que han existido, existen y existirán, se orientan hacia la consecución de un fin primario: No desaparecer. La vida es generadora de vida. Estamos programados para sobrevivir. Lo contrario sería tanto como ir contra nuestro propio interés, contra nosotros mismos, pues implicaría creer que nuestro interés vital busca la inexistencia y eso es un contrasentido absoluto, un absurdo.
"Ergo" sí el núcleo vital básico es la familia, no cabe otra posibilidad que la familia sea generadora y mantenedora de vida humana.
En ingeniería se distingue entre eficacia y eficiencia. Un proceso es eficaz sí consigue plenamente su objetivo, pero sólo es eficiente sí, además, lo hace de la manera más simple posible, lo que en economía se calificaría como al menor coste.
La Historia es la mejor depuradora de imperfecciones posible. A lo largo de los siglos, la Humanidad ha ido depurándose, perfeccionando su manera de hacer las cosas; unas veces para bien y otras..
Pues cuando después de tantos siglos, tantas sociedades han coincidido en la institución de la familia, será porque es eficiente. Y recuerdo que Institución es el conjunto de personas y medios dispuestos a la consecución de un mismo fin.
¿Y para que es eficiente?. Para generar vida, permitir que los seres vivos se desarrollen y lleguen a estar en condiciones de repetir el proceso por si mismos.
Mantenía al principio que ".. mantienen una convivencia afectiva y gracias al cual se gesta, crece y comienza a madurar el ser humano, lo que posibilita su individualidad". Y me refería a personas; pero las personas ejercemos nuestras funciones, vivimos, en espacios concretos. ¿Cual es el espacio concreto de la familia?. Convivencia.., afecto.., madurez.., humanidad.. Un hogar, vamos.
¿Y cómo está constituido el hogar tradicional en nuestra sociedad?. Sin duda, mediante un hombre-padre que aporta los recursos materiales, una mujer-madre que gestiona el hogar y unos hijos que lo utilizan como marsupio.
Esta configuración tradicional, que no es la única posible del modelo, ha implicado varias consecuencias que me atrevo a calificar de perniciosas. El hombre se ha orientado, y así se le ha educado, hacia el exterior, hacia el ámbito ajeno al hogar, como álguien que cumplirá tanto mejor su rol familiar cuanto más competitivo sea, pues los recursos que debe aportar son los mismos que precisan otros hombres, por lo que tiene que conseguirlos antes que otros lo hagan. Es un luchador, en suma.
La educación masculina busca así endurecer, enseña a valorar según la regla "tanto tienes tanto vales" y orienta al individuo hacia el endiosamiento de lo material, de lo físico. E, inevitablemente, lo aleja del hogar, excepto cuando busca "el reposo del guerrero".
Esta educación da muy poca importancia a la esfera afectiva e, incluso, procura anularla en ciertos casos. El hombre ve reducida así una parte esencial de su personalidad, la emocional, aquella que precisa en mayor medida para ser y convivir.
El resultado, en esquema -como todo lo que estoy exponiendo-, es una pésima educación. Necesitamos ser competitivos, pues toda la naturaleza lo es y en ella vivimos, pero no depredar, saquear con violencia y destrozo. Nos cuesta convivir, competimos de manera desmesurada por pequeñeces y carecemos de habilidad para paladear el universo sensual de las cosas pequeñas, de los detalles, de las emociones -tan maravillosas-.
¿Y a ellas, cómo se las educa?. Una de mis tías, ya fallecida, dijo un día con total convencimiento: "Sabe coser, es limpia, guisa bien y no sale; ¿qué más puede pedir un hombre?". Creo que la única manera de saber bien algo es desde dentro, por lo que dudo que un hombre -parece que lo soy- pueda pontificar sobre educación femenina.
A pesar de ello, creo que a la mujer se la ha orientado hacia su función matrimonial, que nada tiene que ver con la boda sino con la acepción iurisprudente romana: "Mater munere", hacer o convertir en madre (difícil es pues calificar de matrimonio a una pareja de igual sexo, aunque cualquier día la progresía elabora una ley por la que 2 y 2 son 5).
En los últimos tiempos observo que las cosas varían. En los hombres, poco; sí acaso percibo que están acoquinados. No pierden su agresividad, trasunto de su manera de ser competitiva, y siguen con su minusvalía emocional, pero aquel rol en que se les educa ya no les da respuesta a muchas de las situaciones que viven. Esto les hace más inseguros y la inseguridad genera siempre miedo; y el miedo es el "padre" de toda violencia.
Debería enseñársele al hombre a disfrutar de sus emociones y a vivir basándose en menudencias.
Ellas parece que se han desligado del matrimonio, sí no emocional si materialmente, y van desarrollando una vida autónoma. Viven sin el sostén material del hombre y no ocurre tanto que pasan de ser "hijas de" a "esposas de". Bien es cierto que mientras lo expuesto para el hombre puede considerarse cierto en la mayoría de los casos, el ámbito social de la mujer abarca un sector muy amplio en el que existen todo tipo de situaciones.
¿Pero qué me preocupa?. Pues que nos estamos cargando el hogar; y sí nos cargamos el hogar, dinamitamos la familia. Y si la familia "revienta", nos vamos todos a "tomar vientos a la farola", según dicen en mi pueblo.
A pesar de las carencias del modelo, hasta hoy hemos tenido hogar gracias al sacrificio de las posibilidades de la mujer. Que muchas de ellas entreguen toda su vida, aunque sea con todo cariño, a ser exclusivamente esposas y madres, no debe impedir que nos demos cuenta de que esas mismas personas no han ejercido otras muchas actividades ajenas al hogar para las que estaban plenamente capacitadas.
A la vez, el hombre también ha perdido. Tanto más cuanto más ha permanecido fuera de su hogar sin que fuese necesario para cumplir su tarea de aporta-recursos. En tanto en cuanto una persona evita cualquier vivencia por el mero hecho de que está basada en el ejercicio del afecto, de la relación y cuidado de otros, de las muestras de ternura, .. se capitidisminuye como ser humano.
¿Qué hay que hacer?. Creo que educar de manera distinta; a los hombres para que, sin perder lo bueno que tienen, ganen en fortaleza emocional. ¿Se han dado cuenta de que la mayoría de las viudas son capaces de reorientar su vida por si mismas -aunque les cueste-, mientras los viudos andan "desesperadicos como perro sin amo" buscando una mujer que los reequilibre?. El hombre tiene que aprender con urgencia a vivir emocionalmente.
A las mujeres hay que educarlas para que no necesiten a nadie, más allá de lo necesario. Todos necesitamos a los demás y a álguien concreto más, pero eso no debe significar dependencia. Toda persona necesita un ámbito, o parcela sí lo prefieren, propio y privativo, en el que sea la única que decide su destino; nadie tiene derecho, ni debe, inmiscuirse en ella.
Nos tenemos que convencer de que podemos hacer muchas más cosas que las que hacemos. Recurriendo a lo más elemental, un hombre puede ser tan tierno y estar tan pendiente del amor como la mujer más sensible; y una mujer puede ser tan buen ingeniero o sacerdote como un hombre. ¿Álguien me quiere diferenciar a Santa Teresa de San Juan de la Cruz?.
Luego hay que "mandar a paseo" la memez de que en la vida hay que triunfar materialmente. ¡El éxito!; sí crees en él, sí crees que sirve para algo, te califico de "mamón gilipollas". Sí te has "comprao" un "haiga" (¿qué coche quiere el señor?.. ¡El mejorcico qu'haiga!), no dudes que hay mucha gente que tiene "haigas" mejores que tú. Nunca, nunca podrás ganar esa carrera. No compitas, es una idiotez.
En la vida hay que tener las necesidades cubiertas -y necesario no quiere decir mínimo imprescindible, que no sólo de pan vive el hombre- y procurar entregar el cuerpo al enterrador totalmente desgastado. ¡Gozar de la vida, órdiga! (Lo de órdiga va por tí, Chus), que es alegre y bonita...
Mirad; en economía el dinero se define como un medio general de pago y un depósito de valor. No caben más posibilidades por más que os empeñéis. Pues bien, lo del pago creo que es fácil de entender... ¿A cuanto los percebes?. Pero hay mucha gente que no termina de entender lo de depósito de valor; sí tengo dinero en depósito estoy guardando algo por encargo de otro, como bien define la R.A.E.
Significa que el papelito ese de colores, que te reblandece los higadillos, no vale nada en si mismo, sino que lo valioso está "por ahi" y que sí quieres tenerlo tendrás que entregar el depósito dinerario a cambio de lo que realmente merece la pena.
Sí lo único que te satisface es ver el color de los dineros, no "dés palo al agua"; trinca un billete de cada, "prestao" por un rato, y pásalo por una buena "tostadora" -copiadora-. "Quiero veinte quilos de cada importe"; te los llevas a casa en unos sacos y duermes con ellos.. Te puedes correr de gusto....
¡Ah!, ¿qué tu éxito es la fama?. Ya.. Dime de carrerilla los nombres de los actuales ministros del gobierno y de los participantes de "Gran hermano"..... ¿Qué, nada verdad?.
Es más sencillo. Interesate profundamente por tus amigos, vuélcate con tu mujer o con tu marido, entrégate a tus hijos... Serás feliz.
Y he dejado para el final los horarios.. España es un pais de servicios y, en consecuencia, quien los recibe quiere ser atendido a cualquier hora. Para no extenderme más de lo mucho que ya lo he hecho, les hablaré de mi familia.
Uno de mis hijos trabaja y está casado en Suiza. Su empresa es una enorme multinacional no española; la de su mujer, la sede siuza de un gran banco español.
Él tiene horario flexible, con un promedio de 8 horas y 9 minutos diarios, ya que la semana del 24 al 31 de Diciembre cierran y esas jornadas se prorratean entre el resto del año -de ahí los 9 minutos-. Desde que entra y hasta que sale, sólo dispone de un brevísimo tiempo de descanso para tomar un tentempié y comer. Apliquen a esto la eficiencia de los ferrocarriles y del transporte público suizo y el resultado es que tiene tiempo libre cada día para salir, hacer deporte, leer,..
Ella. ¡Pobriña!. Jornada partida, pero, según nuestra costumbre, dando ejemplo.. Hay que dejarse ver media hora antes del comienzo y es de mal gusto salir a la hora. ¡Pais de pobres, aquel que necesita de la apariencia!.
Reuniones interminables.. Comidas de trabajo (que digo yo.., o se come o se trabaja)... El resultado es que está, que no trabaja, casi tres horas más que su marido.
Mientras los horarios laborales no permitan que los hombres y mujeres tengan tiempo suficiente para si mismos, la familia y el hogar estarán en peligro. Las personas se ven obligadas a elegir entre trabajar y tener vida propia (que dicho sea de paso, no es tomar una copa los sábados por la noche) y muchas de ellas, con todo, intentan desarrollar una familia.
Sus hijos son los que llegan solos a un piso vacío...