Estoy satisfecho. ¡Me gusta tanto Italia!. Es como estar en casa; bueno como estar en la "casa" en la que viviré dentro de unos años... Lo único que ha fallado ha sido la T-4 de Barajas. ¡El organizador que la reorganice buen reorganizador será!. Gracias a Dios que ahora estamos en un país serio... ¡Coño!, ¿qué hace ese fulano recogiendo agua del charco?; ah, ya. No me había fijado; ya caigo. Es un albañil municipal preparando un "cacho" hormigón para arreglar la calle...
¡Artistas, este es un país de artistas!. ¡Nuestro modelo!. España puede ser en unos años tan deliciosa como esto... Cuando veníamos por la autopista desde el Leonardo da Vinci, los de una furgoneta se han puesto a pitar como locos al Alfa de los Carabinieri porque no se dejaba adelantar?. ¡Iban a 140!; los Carabinieri, porque los de la "fragoneta" ní se sabe... Lo mejor ha sido cuando después se han puesto todos a "sacarse" los cuernos...
Artistas. Son unos pedazos de artistas. Sólo así se comprende..
Necesito descansar un ratito. Eres una dama muy gentil Leo, pero en este viaje me estás dando un "palizón". Y este noble caballero está en plena juventud. ¡Si, ya sé, la vida del turista es dura...!. ¡Y en Roma más!. Me lo habéis dicho muchas veces. Aunque.., yo ejerzo de viajero, no de turista. ¿Por qué no subimos a la terraza?; es un lugar muy agradable y está en el mismo museo..
"Prego, ho bisogno di un marroquino"... El Arte es pasión, es vida, carnalidad, y hay que cuidarlo....
Arte. Sí las piedras hablasen... ¡Ay amigos!. ¿Quién contempla a quien?. Nosotros a ellas o las obras de arte a nosotros. Muchas veces pienso que estoy equivocado y soy el que es estudiado, analizado, criticado... ¡Qué no habrán visto pasar ante ellas en tantos siglos!.
Hablo demasiado, ¿verdad?. Pero, mirad, ya hemos llegado.. ¡La Sala dei Trionfi del Appartamento dei Conservatori, la III de este Museo del Capitolio!. Y allí está la obra que os quería enseñar... El busto, el retrato, de Lucio Juno Bruto.
Sí os parece, me gustaría ambientaros un poco antes de comentar esta obra. ¡Muy bien!. Las obras expuestas actualmente en los museos nos dan una visión parcial de lo que era la plástica romana, que estaba influenciada principalmente por la escultura helenística y la etrusca.
Como consecuencia del tiempo transcurrido y de los acontecimientos históricos, se conservan principalmente obras realizadas en mármol y en piedra, que son materiales más duraderos. Sin embargo, existían también esculturas de madera, yeso, terracota –técnica aprendida de los etruscos-, bronce, oro, plata y marfil. Al principio se hacían la mayor parte de las esculturas en cera y luego fueron realizándose con materiales más resistentes, hasta que, durante la época imperial, se sustituyeron por bronce y mármol.
Generalmente se pintaba el cabello, la barba, los labios, las cejas, las pestañas, el iris de los ojos y, también, el vestido. Las pupilas vacías, que vemos hoy, estaban destinadas también a ser pintadas.
Su estilo estuvo sujeto a modas y cambió a lo largo del tiempo, según se diera preferencia al neoclasicismo procedente de Grecia, que idealizaba la imagen en mayor medida, ya que no representaba ciertos defectos del modelo original, o a un realismo, crudo y popular, más arraigado en el mundo romano.
En tiempos de la República estaba vigente el "Ius Imaginum" que prohibía los retratos de personas que no hubiesen ejercido cargos importantes en la Administración (Cónsul, Tribuno, Pretor, ...). Creían que un retrato que no fuese de álguien de reconocida superioridad moral, como un magistrado incorruptible, podía producir un maleficio.
El retrato romano tiene un fortísimo componente familiar. Existía la costumbre de realizar mascarillas funerarias de los deudos, en las que se basaban luego para realizar bustos de los mismos. Dichas mascarillas figuraban en todos los actos importantes, llevadas casi siempre por un individuo que se parecía al difunto.
La costumbre recibía el nombre de “Maiorum Imagenes” y desempeñaba un papel trascendental, pues se guardaban en un área de la casa que se denominaba “Lararium”, dentro de armarios u hornacinas que adquirían el carácter sagrado de un altar, ya que cobijaban a los “Lares”, los dioses familiares. Junto a ellas se colocaba el “Titulus” -especie de “curriculum”-.
(En la foto podéis ver el "Lararium" de la Casa del Poeta Trágico, en Pompeya)
Tras morir el "Pater familiae", se cubría su rostro con un fino velo que se ajustaba a sus facciones. Sobre este se derramaba con gran cuidado una capa de cera de abeja líquida, que al solidificarse proporcionaba el “negativo” del rostro y a partir del cual era muy fácil obtener el positivo y realizar retratos y bustos, construyendo en material refractario un molde del rostro, que disponía de un orificio en su parte más alta y otro en la más baja. Dicho molde era el resultado de adosar uno "positivo" frente a otro "negativo", dejando cierto espacio entre ellos, pero sellando perfectamente la junta de unión.
Una vez relleno con cera líquida, con el orificio inferior cerrado, aquella se solidifica. Entonces, se abren ambos orificios y por el superior se vierte muy despacio bronce fundido; este irá derritiendo la cera, que irá saliendo por abajo, y ocupando todo el interior del molde, ajustándose "como un guante" a la superficie interna de este. Después, cuando toda la cera derretida haya salido, bastará tapar los orificios y dejar enfriar el bronce hasta que se solidifique. Separamos las partes del molde...¡"et voilà"!. Bastará algún retoque y el pulido para que el retrato de la persona esté ante nosotros.
La imagen obtenida tenía un gran realismo, pues lograba una reproducción casi exacta de los rasgos. Pero no olvidemos que era la fisonomía de un cuerpo agotado, por lo que suelen caracterizarse por una expresión correspondiente al "rigor mortis", de rasgos “consumidos” –facies hipocrática-, con pómulos salientes, nariz afilada, boca fruncida, piel rugosa, orejas en abanico, nuez prominente y mandíbulas descarnadas, aunque, por lo común, no se daban juntas todas ellas.
Para acabar esta introducción, debéis saber que en las ciudades se levantaban gran cantidad de estatuas. En las plazas y edificios públicos proliferaban las esculturas; de este modo el pueblo podía contemplar diariamente las representaciones de divinidades, héroes, emperadores y hombres ilustres. El papel de la plástica en el ámbito público no se limitaba sólo a ser la expresión de un sentido puramente estético, sino que debe interpretarse como un testimonio del orden político y social sobre el que se asentaba el Imperio Romano, con una clara función programática de representación.
¡Creo que ya estáis en disposición de mirarle a los ojos..! Este es Lucio Juno Bruto
Su busto es del primer cuarto del siglo III a.C. y está realizado en bronce, mediante el sistema de "la cera perdida”. Tiene incrustaciones de marfil y pasta vítrea, y mide 0,69 metros de altura. Forma parte de la colección que el cardenal de’Carpi donó a la ciudad en 1564.
Conocida desde el siglo XVI, esta obra se ha identificado con uno de los primeros cónsules de Roma y gran tribuno, que propició el advenimiento de la República. ¿Cabo por qué no nos explicas algo sobre ello?; así estaremos en mejores condiciones para comprender su mirada..
Seguramente formaba parte de una estatua ecuestre por la posición ligeramente inclinada de la cabeza. ¿Notáis que, a pocos centímetros de la base del cuello, presenta un borde irregular, a partir del cual el material del resto del busto es distinto?.
La explicación es muy sencilla; los romanos eran -y siguen siendo- un pueblo práctico "donde los haya". Aquel "testimonio del orden político y social" de la plástica, del que os hablé un poco antes, obligaba a frecuentes cambios de estatuas, dado lo proclives que eran los políticos de la época a "despanzurrarse", quitando al mandamás de turno para poner a otro. (¿Qué me recuerda...?; ¡no caigo..!).
¡Solución!; mantenían siempre la misma estatua, descabezada eso si, y se limitaban a sujetar encima la cabeza del eminente político del momento. Bueno, bonito y barato. El conjunto que contemplamos data del siglo XVI.
El rostro, de actitud grave y mirada perdida, tiene forma cúbica; los pómulos son óseos y los ojos, de gran realismo y realizados en marfil y cristal, están enmarcados por potentes arcos superciliares. Los cabellos están trabajados en mechas finas peinadas hacia la derecha. La barba y el bigote han sido recortados. El resultado es de un gran verismo.
El estilo de la obra tiene una gran influencia etrusca, como revela el rizo de la barba y el complicado peinado del cabello. Llama la atención el dominio de la línea.
El artista puede basarse en el juego de volúmenes o en el trazo de líneas; mediante uno de ellos, o combinando ambos, va recreando la realidad desde lo que al principio sólo era una masa amorfa.
"En vivo", el cuerpo humano es volumen. Un volumen, en el espacio, de una impresionante riqueza de matices. Y hay que recrearlo; sí es pintura, en sólo dos dimensiones, aunque el artista dispone de las sombras... Sí es escultura, en el espacio, si, pero mediante técnicas que permitan al ojo humano "creer" en su realidad.. ¿Recordáis el "trampantojo"?.
Todo lo que en este Bruto tiene valor expresivo es línea, desde el contorno, totalmente impasible y cerrado, hasta el engarce de las formas que articulan la arquitectura de la cabeza. Sí analizamos de cerca esta articulación descubrimos que el contenido plástico de las formas aisladas está reducido al mínimo en comparación con los retratos helenísticos. En estos, la cabellera está tratada mediante movimientos plásticos, llenos de volumen. Y es igualmente plástica la esfera creadora en la que la forma toma cuerpo. En lo helenístico, la línea queda reducida a la tarea secundaria de separar las diferentes formas, ya que está ahí únicamente para delimitarlas.
En el Bruto ocurre todo lo contrario. En él, la línea es el elemento constitutivo de la plástica, el elemento que nos hace sentir el relieve y diferenciar las zonas del cuerpo. La cabellera se amolda estrechamente a la forma del cráneo, los mechones parecen, más, tallados y cincelados que tratados plásticamente -lo contrario a un "cardado femenino"- y las restantes partes de la cabeza se desarrollan también de forma lineal y plana.
¿Es este Bruto una manifestación del arte romano?. T. Kraus afirma taxativamente que "no se puede hablar de arte romano y menos todavía de escultura romana antes del siglo II". El principal problema de esta obra es, pues, el de su filiación estilística. La mayoría de autores dudan entre relacionarla con el mundo etrusco (que había sido la actitud más seguida) o adscribirla al arte itálico prerromano, muy influenciado por etruscos y griegos.
¿Y vosotros?. ¿Qué os parece?. Yo me quedo con su mirada, prendado de su expresión lejana, cansada, de cierto desencanto... ¡Luchar tanto..!, ¿para qué?. Ahora que ya todo termina, siento que la ambición nunca me dió calor....
¡Artistas, este es un país de artistas!. ¡Nuestro modelo!. España puede ser en unos años tan deliciosa como esto... Cuando veníamos por la autopista desde el Leonardo da Vinci, los de una furgoneta se han puesto a pitar como locos al Alfa de los Carabinieri porque no se dejaba adelantar?. ¡Iban a 140!; los Carabinieri, porque los de la "fragoneta" ní se sabe... Lo mejor ha sido cuando después se han puesto todos a "sacarse" los cuernos...
Artistas. Son unos pedazos de artistas. Sólo así se comprende..
Necesito descansar un ratito. Eres una dama muy gentil Leo, pero en este viaje me estás dando un "palizón". Y este noble caballero está en plena juventud. ¡Si, ya sé, la vida del turista es dura...!. ¡Y en Roma más!. Me lo habéis dicho muchas veces. Aunque.., yo ejerzo de viajero, no de turista. ¿Por qué no subimos a la terraza?; es un lugar muy agradable y está en el mismo museo..
"Prego, ho bisogno di un marroquino"... El Arte es pasión, es vida, carnalidad, y hay que cuidarlo....
Arte. Sí las piedras hablasen... ¡Ay amigos!. ¿Quién contempla a quien?. Nosotros a ellas o las obras de arte a nosotros. Muchas veces pienso que estoy equivocado y soy el que es estudiado, analizado, criticado... ¡Qué no habrán visto pasar ante ellas en tantos siglos!.
Hablo demasiado, ¿verdad?. Pero, mirad, ya hemos llegado.. ¡La Sala dei Trionfi del Appartamento dei Conservatori, la III de este Museo del Capitolio!. Y allí está la obra que os quería enseñar... El busto, el retrato, de Lucio Juno Bruto.
Sí os parece, me gustaría ambientaros un poco antes de comentar esta obra. ¡Muy bien!. Las obras expuestas actualmente en los museos nos dan una visión parcial de lo que era la plástica romana, que estaba influenciada principalmente por la escultura helenística y la etrusca.
Como consecuencia del tiempo transcurrido y de los acontecimientos históricos, se conservan principalmente obras realizadas en mármol y en piedra, que son materiales más duraderos. Sin embargo, existían también esculturas de madera, yeso, terracota –técnica aprendida de los etruscos-, bronce, oro, plata y marfil. Al principio se hacían la mayor parte de las esculturas en cera y luego fueron realizándose con materiales más resistentes, hasta que, durante la época imperial, se sustituyeron por bronce y mármol.
Generalmente se pintaba el cabello, la barba, los labios, las cejas, las pestañas, el iris de los ojos y, también, el vestido. Las pupilas vacías, que vemos hoy, estaban destinadas también a ser pintadas.
Su estilo estuvo sujeto a modas y cambió a lo largo del tiempo, según se diera preferencia al neoclasicismo procedente de Grecia, que idealizaba la imagen en mayor medida, ya que no representaba ciertos defectos del modelo original, o a un realismo, crudo y popular, más arraigado en el mundo romano.
En tiempos de la República estaba vigente el "Ius Imaginum" que prohibía los retratos de personas que no hubiesen ejercido cargos importantes en la Administración (Cónsul, Tribuno, Pretor, ...). Creían que un retrato que no fuese de álguien de reconocida superioridad moral, como un magistrado incorruptible, podía producir un maleficio.
El retrato romano tiene un fortísimo componente familiar. Existía la costumbre de realizar mascarillas funerarias de los deudos, en las que se basaban luego para realizar bustos de los mismos. Dichas mascarillas figuraban en todos los actos importantes, llevadas casi siempre por un individuo que se parecía al difunto.
La costumbre recibía el nombre de “Maiorum Imagenes” y desempeñaba un papel trascendental, pues se guardaban en un área de la casa que se denominaba “Lararium”, dentro de armarios u hornacinas que adquirían el carácter sagrado de un altar, ya que cobijaban a los “Lares”, los dioses familiares. Junto a ellas se colocaba el “Titulus” -especie de “curriculum”-.
(En la foto podéis ver el "Lararium" de la Casa del Poeta Trágico, en Pompeya)
Tras morir el "Pater familiae", se cubría su rostro con un fino velo que se ajustaba a sus facciones. Sobre este se derramaba con gran cuidado una capa de cera de abeja líquida, que al solidificarse proporcionaba el “negativo” del rostro y a partir del cual era muy fácil obtener el positivo y realizar retratos y bustos, construyendo en material refractario un molde del rostro, que disponía de un orificio en su parte más alta y otro en la más baja. Dicho molde era el resultado de adosar uno "positivo" frente a otro "negativo", dejando cierto espacio entre ellos, pero sellando perfectamente la junta de unión.
Una vez relleno con cera líquida, con el orificio inferior cerrado, aquella se solidifica. Entonces, se abren ambos orificios y por el superior se vierte muy despacio bronce fundido; este irá derritiendo la cera, que irá saliendo por abajo, y ocupando todo el interior del molde, ajustándose "como un guante" a la superficie interna de este. Después, cuando toda la cera derretida haya salido, bastará tapar los orificios y dejar enfriar el bronce hasta que se solidifique. Separamos las partes del molde...¡"et voilà"!. Bastará algún retoque y el pulido para que el retrato de la persona esté ante nosotros.
La imagen obtenida tenía un gran realismo, pues lograba una reproducción casi exacta de los rasgos. Pero no olvidemos que era la fisonomía de un cuerpo agotado, por lo que suelen caracterizarse por una expresión correspondiente al "rigor mortis", de rasgos “consumidos” –facies hipocrática-, con pómulos salientes, nariz afilada, boca fruncida, piel rugosa, orejas en abanico, nuez prominente y mandíbulas descarnadas, aunque, por lo común, no se daban juntas todas ellas.
Para acabar esta introducción, debéis saber que en las ciudades se levantaban gran cantidad de estatuas. En las plazas y edificios públicos proliferaban las esculturas; de este modo el pueblo podía contemplar diariamente las representaciones de divinidades, héroes, emperadores y hombres ilustres. El papel de la plástica en el ámbito público no se limitaba sólo a ser la expresión de un sentido puramente estético, sino que debe interpretarse como un testimonio del orden político y social sobre el que se asentaba el Imperio Romano, con una clara función programática de representación.
¡Creo que ya estáis en disposición de mirarle a los ojos..! Este es Lucio Juno Bruto
Su busto es del primer cuarto del siglo III a.C. y está realizado en bronce, mediante el sistema de "la cera perdida”. Tiene incrustaciones de marfil y pasta vítrea, y mide 0,69 metros de altura. Forma parte de la colección que el cardenal de’Carpi donó a la ciudad en 1564.
Conocida desde el siglo XVI, esta obra se ha identificado con uno de los primeros cónsules de Roma y gran tribuno, que propició el advenimiento de la República. ¿Cabo por qué no nos explicas algo sobre ello?; así estaremos en mejores condiciones para comprender su mirada..
Seguramente formaba parte de una estatua ecuestre por la posición ligeramente inclinada de la cabeza. ¿Notáis que, a pocos centímetros de la base del cuello, presenta un borde irregular, a partir del cual el material del resto del busto es distinto?.
La explicación es muy sencilla; los romanos eran -y siguen siendo- un pueblo práctico "donde los haya". Aquel "testimonio del orden político y social" de la plástica, del que os hablé un poco antes, obligaba a frecuentes cambios de estatuas, dado lo proclives que eran los políticos de la época a "despanzurrarse", quitando al mandamás de turno para poner a otro. (¿Qué me recuerda...?; ¡no caigo..!).
¡Solución!; mantenían siempre la misma estatua, descabezada eso si, y se limitaban a sujetar encima la cabeza del eminente político del momento. Bueno, bonito y barato. El conjunto que contemplamos data del siglo XVI.
El rostro, de actitud grave y mirada perdida, tiene forma cúbica; los pómulos son óseos y los ojos, de gran realismo y realizados en marfil y cristal, están enmarcados por potentes arcos superciliares. Los cabellos están trabajados en mechas finas peinadas hacia la derecha. La barba y el bigote han sido recortados. El resultado es de un gran verismo.
El estilo de la obra tiene una gran influencia etrusca, como revela el rizo de la barba y el complicado peinado del cabello. Llama la atención el dominio de la línea.
El artista puede basarse en el juego de volúmenes o en el trazo de líneas; mediante uno de ellos, o combinando ambos, va recreando la realidad desde lo que al principio sólo era una masa amorfa.
"En vivo", el cuerpo humano es volumen. Un volumen, en el espacio, de una impresionante riqueza de matices. Y hay que recrearlo; sí es pintura, en sólo dos dimensiones, aunque el artista dispone de las sombras... Sí es escultura, en el espacio, si, pero mediante técnicas que permitan al ojo humano "creer" en su realidad.. ¿Recordáis el "trampantojo"?.
Todo lo que en este Bruto tiene valor expresivo es línea, desde el contorno, totalmente impasible y cerrado, hasta el engarce de las formas que articulan la arquitectura de la cabeza. Sí analizamos de cerca esta articulación descubrimos que el contenido plástico de las formas aisladas está reducido al mínimo en comparación con los retratos helenísticos. En estos, la cabellera está tratada mediante movimientos plásticos, llenos de volumen. Y es igualmente plástica la esfera creadora en la que la forma toma cuerpo. En lo helenístico, la línea queda reducida a la tarea secundaria de separar las diferentes formas, ya que está ahí únicamente para delimitarlas.
En el Bruto ocurre todo lo contrario. En él, la línea es el elemento constitutivo de la plástica, el elemento que nos hace sentir el relieve y diferenciar las zonas del cuerpo. La cabellera se amolda estrechamente a la forma del cráneo, los mechones parecen, más, tallados y cincelados que tratados plásticamente -lo contrario a un "cardado femenino"- y las restantes partes de la cabeza se desarrollan también de forma lineal y plana.
¿Es este Bruto una manifestación del arte romano?. T. Kraus afirma taxativamente que "no se puede hablar de arte romano y menos todavía de escultura romana antes del siglo II". El principal problema de esta obra es, pues, el de su filiación estilística. La mayoría de autores dudan entre relacionarla con el mundo etrusco (que había sido la actitud más seguida) o adscribirla al arte itálico prerromano, muy influenciado por etruscos y griegos.
¿Y vosotros?. ¿Qué os parece?. Yo me quedo con su mirada, prendado de su expresión lejana, cansada, de cierto desencanto... ¡Luchar tanto..!, ¿para qué?. Ahora que ya todo termina, siento que la ambición nunca me dió calor....
12 comentarios:
Curiosa mirada si señor; a medio camino entre una calculada indiferencia y el semi - pesimismo de aquel que no puede eludir su destino. Una mirada, sincera sobre todo. Y con todo por descubrir.
Que la figura tiene "algo" de etrusca está, si se me permite, más o menos claro; Creo Turulato, que entre un estilo artístico y otro, siempre ha habido creaciones "puente" que han servido para evolucionar y hacer el cambio menos radical. Puede que esta sea una de ellas.
Un abrazo.
Resignación y cansancio, eso es lo que veo en su rostro. Es un bonito busto en el que al contemplarlo, uno se siente atrido por sus ojos de mirada indiferente quizás porque vieron demasiado.
Gracias por tu explicación, así da gusto visitar los museos, enseñas a ver las obras de arte que muchas veces sólo logramos mirar.
Un abrazo
Esta colaboración de hoy nos vuelve a todos viajeros en el tiempo. (No sé en que barrio de la "cuidad eterna" nos veremos, pero espero que tardemos muchos años en mudarnos).
Respecto al busto de hoy,la técnica que explicas, lo convierte en un fiel documento del representado. Sin duda así fue Lucio,su fisonomía al natural, sin retoques ni alegorías...(¿Una fotografía de forense?). De no ser por esa mirada... que contrasta con la flacidez del rostro, que conserva algo de incisiva a pesar de la abssorción de la misma en un punto perdido. Que me disculpen los entendidos, pero tiene poco de arte y mucho de artesanía ese sistema de "prefebricado" para uso convencional.
Un abrazo y mis felicitaciones ,porque no es más sabio el que más sabe, sino el que goza acercando su sabiduría a los demás.
Cada dia se algo mas, es tan facil aprender con buenos maestros. Gracias a los tres.
Me hablaron de los blogs y empecé un recorrido y al llegar aquí me encuentro con la sorpresa de ver la foto de ese busto que recuerdo me llamó la atención debido a sus ojos, pero reconozco que no me paré mucho tiempo a contamplarla. Ahora después de leer lo que escribiste, será lo primero que visitaré en mi nuevo viaje a Roma.
Saludos
Me parece muy difícil distinguir en esta obra si es romana o etrusca. Siempre me pareció romana por la minuciosidad en el detalle del pelo y la barba, así que agradezco tu explicación.
Te mandé un pequeño comentario desde el trabajo, pero por lo que veo no llegó, así que intentaré repetirlo desde casa.
Decía que me quedé encantado con los post en los que hablas de arte, me gusta como describes las obras, como la que haces hoy con este busto.
Le he mirado a los ojos, me parecieron tristes y cansados enmarcados en una expresión inteligente y severa...
Ha sido un placer encontrarme con su blog, este viaje a Roma está siendo muy productivo.
Volveré, aquí se respira arte por los cuatro costados.
Me gusta.
Un beso.
La expresión de su cara, sobre todo la de la boca, es la de un muerto.
Llaman la atención sus ojos, quizás porque es en ellos donde el artista pudo poner su nota creativa e inculcarle vida...
Según nos cuentas parece que los romanos ya reciclaban bastante bien...
Bicos a los tres.
Una mirada bastante dura, no?
O sea, que estás en Italida, eh? Pues ale, a disfrutar muchísimo...
Un beso!!
Coincido con Mar en que es una mirada bastante dura. No creo que pudiera aguantarla mucho sin apartar finalmente mis ojos de ella.
Gracias a tí he desempolvado mis apuntes de Historia del Arte para darles un buen repaso.
Un saludo
Amigo Turulato:
Llego aquí desde el Rincon de Leodegundia, una buena amiga, para felicitaros a los tres por esa maravilosa colaboración que habeis hecho.
Procuraré visitarte en otras oacasiones ahora que conozco tu pasión por el arte.
Un saludo
José
PD: Pasate por mi diario y podrás participar en un concurso infántil, pero algo divertido.
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