Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 8 de enero de 2005

"La Catalaneta"

Es un apodo que comenzó a utilizar Teresa al poco tiempo de contactar conmigo. Es gracioso y amable. Me sorprendió.
Cuando te percatas como actúan las personas en Internet descubres que su comportamiento es bastante uniforme: Los hombres interpretan un personaje parecido al Dr. Jekyll-Mr. Hyde, en el que adulan a cuanta mujer se cruza en su camino o, alternatívamente, le indican lo que debe hacer para ser feliz.
Ellas despliegan toda una panoplia de sueños románticos, en los que no falta la luna, un paseo a la luz de las estrellas, roces de piel....
Y ambos insinúan soledades y fracasos por doquier.
Con todo siempre hay excepciones. Suficientes excepciones. Todas ellas responden a personas de clara personalidad e inteligencia; no, no confundais. No digo que sean premios Nobel sino que su mente produce un mínimo de sentido común y controlan suficiéntemente su manera de ser.
Teresa es una de ellas. Tiene una inteligencia fuera de lo común; no, no porque sepa resolver una ecuación sino porque entiende a las personas, lo que unido a su asimilación de lo vivido hace su trato enórmemente enriquecedor.
Es exigente -corolario natural de lo dicho-, cautivadora y una excelente tertuliana. Su trato permite a su interlocutor bucear dentro de si mismo e ir descubriendo la vida, tal cual es y no como nosotros queremos verla.
Es muy activa. Siento que está muy sola. Siento que se sintió sola desde su juventud; una especie de "patito feo" cuando reálmente era un cisne. Quizás por eso no eligió bien.., o no tuvo suerte.. ¡Vete a saber!.
Siento que no está contenta. Qué su esperanza está depositada en su hijo. Que el resto son frustraciones o.. acabarán siéndolo.
Es una persona que no admite vacilaciones. Con ella hay que ser claro; lo contrario, las "medias tintas", es inútil pues intuye muy rápido el comportamiento ajeno.
Dejé de escribirla. No podía mantener con ella el trato que exigía su personalidad.
Pero sí algún día tengo un amigo querría que fuese como ella.

2 comentarios:

Mónik dijo...

me encantó este post.

Turulato dijo...

Gracias. Difícilmente puede haber escritor sin lector.., ní desahogo del alma sin un hombro en el que apoyar la cabeza...