Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

sábado, 7 de noviembre de 2020

COVID, pensamientos sin palabras



"No te inclines.Te estás doblando por la cintura. No puedo, no puedo, no soy capaz de erguirme. Te estás yendo a la izquierda, a la izquierda; estás cruzando la calle. No sé. Me doy cuenta, pero no soy capaz de que mi cuerpo me obedezca". "El banco, el banco, tengo que llegar...".

"Debo ser importante. Los astronautas que van delante hacen gestos y la gente se aparta. No son .., son enfermeras; van envueltas en batas y con cosas en la cabeza. Me llevan. Suben a una planta alta. Todos van con unas batas muy largas; no veo su piel, solo sus miradas. Estoy despierto, pero parece que floto".

"Me meten en una habitación. Solo. Me han dicho que estoy aislado. Que no puedo salir de allí ni nadie puede entrar. ¡Mi móvil, mi móvil!, debe estar casi descargado. ¡Tengo que hablar con mi familia!. El COVID me ha cazado cual conejo; nadie de mi familia sabe mis claves y eso les priva de casi toda la información necesaría si fallezco. No tengo otra cosa que la ropa que llevo. El cargador del móvil está en casa. Floto. No estoy perdido, pero me siento en el aire, lo vivo todo a gran velocidad, como algo ajeno a mí existencia. Me desnudan; no me doy cuenta. Mi ropa queda en el sofá. Solo me tapa un camisón corto. Me quedo descalzo".

"Me obsesiona desplegar la especie de sillón tumbona. No, no quiero estar en la cama. No puedo... Logro sacar el escabel, pero me caigo; quedo a cuatro patas, desnudo, pues el camisoncillo se ha abierto y se ha quedado colgando del cuello. Gateo .. Busco donde apoyarme; ¡en el sillón!. Mi peso lo vence, bascula, da un gran golpe al caer. Al cabo, arrastrándome, logro echarme en él. Agotado..."

"Entran. Son muchos. Me sacan sangre de ambos brazos a la vez. Me ponen en la frente una especie de pistola con luz para medir la fiebre; oigo: cuarenta y ... Vías en la mano izquierda y en ambos brazos. Me toman la tensión. En un dedo índice una pinza que ya sé que mide la saturación de oxígeno. Me ponen una máscara conectada a un tubo enchufado a una válvula de oxígeno que hay en la pared. De un portagoteros móvil cuelgan .. Dejan dos recipientes de plástico; uno para muestra de orina, otro para las de heces".

"Solo. Solo. Aislado. Las enfermeras solo entran a hacer lo que tienen que hacer conmigo y eso durante un tiempo tasado en segundos. Junto a la puerta han puesto un cubo de basura donde echan todo aquello que uso o entra en contacto conmigo. Me dicen que han avisado a mi familia, aunque la separación será total. El tiempo pasa. Las paredes ... Miro las ventanas, veo la fachada de enfrente".

"Llega la noche. Ganas de orinar. Me levanto del sillón. Al moverme me enredo con los tubos de oxígeno y de los goteros. No llego; será la próstata. Dejo un rastro de orina que voy pisando al ir descalzo. No hay otra. Debe de ser la enfermedad, porque siento una gran necesidad de orinar cada poco tiempo; cojo la botella de plástico que hay para ese fin. Será mi fiel compañera en el futuro; la transporto por el tubo de entrada, aun casi llena. Va conmigo. La vacío y lleno, la vacío y lleno".

"No soporto la cama. El cabecero tiene que estar bastante levantado para facilitar la actividad pulmonar. Así que duermo y dormiré sentado, tapado por una manta. Conectado las 24 horas al oxígeno. Ha desaparecido todo apetito; miro la comida y no siento nada. Se ha borrado cualquier preocupación e interés por lo que sucede en el mundo. Y el deseo o atracción por la mujer es cosa de marcianos. Comienzan las obsesiones... Mi mente comienza a funcionar por libre. Tengo un sueño intensísimo. Demoledor. Mi vida. Desgajamiento. Rotura. Me convierte en un zombi. Totalmente vencido comienza el desfile de las tropas de la Reina de Corazones de Alicia en el País de las Maravillas; no se detienen, agotan".

"Me duelen los ojos. Escozor. No me asean. Noto los días sin limpieza. Sigo descalzo. Da lo mismo, en garitas mucho peores he hecho guardia. Entra el médico... Ha llegado muy malito, me preocupa mucho. Creo que hay algo en su historia clínica que le sacará adelante:durante muchos años ha vivido mañana, tarde y noche en el monte, con una actividad física contínua. Y el control médico como piloto durante muchos años le ha mantenido".

"Los valores se disparan. Diabetes, más de 400 en el índice de glucemia; inyectan insulina de absorción rápida en un brazo y lenta en el otro. Temblores; me visita el neurólogo. Electromiografía. Vienen con un equipo portátil para sacarme radiografías de tórax. Me tratan mediante colchicina, corticoides, hidroclorotiazina, betabloqueantes, heparina y lo que contengan un montón de goteros, a tutiplén. Rico, rico, que diría Arguiñano".

Ya he salido de aislamiento. Vivo conectado a oxígeno durante las 24 horas del día. Sigo medicado. Saldré......

Contagio COVID 19
Neumonía en ambos pulmones
Trombosis
Diabetes
 
Y he perdido 5 tallas de ropa. En peso, 10 quilos

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