Estoy ahora solo. La soledad es una amiga espléndida, siempre que no sea la única que tengamos. Conversar con ella es no solo interesantísimo sino imprescindible, pues nos permite ir conociendo pasito a paso los vericueros del alma y saber así quienes somos. Voy teniendo años y ya no corro como antes; ahora hasta pienso, aunque solo de vez en cuando. Además, callo ante muchas cosas de los míos; resulta que voy comprendiendo a mis padres y me doy cuenta de lo mucho que callaron ante las insensateces y desplantes de un infeliz como yo. Comprendo que nadie nace aprendido y que necesitamos tiempo para digerir el aire que respiramos, por lo que hay que dejar espacio a las oportunidades que, mediante el procedimiento de prueba y error, nos ofrecen la posibilidad de entender como funciona esto del vivir. ¡Lo triste es que desaprovechamos tantas oportunidades..! Vivir, como todo lo esencial, no se aprende en los libros. Vivir se aprende caminando por la existencia, equivocándose, reconociendo los errores y comprendiendo en lo posible la realidad.
Tranquilos que esto es solo para ambientarles. Dentro de unos cien folios creo que comenzaré a tratar lo que de verdad quiero contar.. Aunque mejor entro ya en harina, que sospecho que lo que estoy haciendo es ahuyentarles. El caso es que acabo de escuchar una gran verdad: Amar es un acto de valentía. Me he quedado muy quieto... Hace años me hicieron comprender que amar es entregarse y hacerlo exige ser valiente, pues somos poco dados a regalar nada; el Hombre es egoísta, quizá por aquello de la necesidad de sobrevivir, y hay que esforzarse para depositar lo nuestro en manos de otro sin obligación de que este nos dé cosa alguna.
Pero hay más. Porque lo que acabo de exponer viene después. Lo primero, lo esencial del amor es decidir. Te quiero.... Mejor callar si no sentimos que vamos a entregar alma, corazón y vida. Declarar amor es un acto de enorma valentía, siempre que no sea un brindis al sol, que suele ser lo normal y así nos va. Hay que ser valiente no para decir aquellas dos palabras sino para convertirlas en realidad y en consecuencia entregarlo todo sin esperar nada.
Alguno estará pensando que eso es cosa de santos y tiene razón. Solo el Amor parece que se entregó de verdad. De lo que hablo es de nuestro amor, del que buscamos todos los días, de ese que da pero reclama a la vez. En fin.. Amar es cosa de valientes. Y valiente no es Rambo, sino cualquiera que se decide a vivir de verdad y pagar lo que eso exige.
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