Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

viernes, 29 de marzo de 2013

Sensaciones de marino

Mi abuelo vivió de la pesca desde principios del siglo XX; en 1910 se le hundió el Mª Isabel con 16 hombres y hasta el día de hoy no hemos sabido nada. Mi familia salió adelante gracias a la mar y desde que tengo memoria recuerdo artes y costeras.

El problema pesquero no es de hoy. Como en toda actividad humana, hay épocas de bonanza y otras.. Desde niño he visto echar la anchoa por la borda para cumplir la cuota; primero pescas todo lo que puedes y luego ajustas, despreciando parte. En la bahía de mi pueblo, cuando era niño, salías al amanecer en un bote aprovechando la marea y entre dos personas era posible volver al mediodía con unas 9 docenas de peces (breca, faneca, pancho, lubina pequeña, ..). Hoy es raro pescar algo; entre la traina y la contaminación no ha quedado bicho. Excepto los mubles, gordos como bueyes, que comen mierda de las alcantarillas.

En mi pueblo llegó a haber una flota de algo más de 300 barcos; se la cargó la legislación, como a los porteros y serenos. Muchos armadores eran marineros que se habían gastado lo que tenían en arranchar un barco: 100 quintales de nevera, alrededor de 15 hombres en la mar (incluido el propio armador que actuaba como patrón), un anciano en tierra y a vivir de la partija. Cuando en 1960 se promulgó la Ley General de la Seguridad Social, creando verdaderamente lo que conocemos como tal, el sistema ya no fue posible; con las partijas, primero se pescaba, luego se pagaban los gastos y el dinero limpio se partía entre los pescadores. Desde entonces y sin ingresar un cuarto, el armador tenía antes que pagar a fecha fija las cuotas de la Seguridad Social; y muchos no tenían más que deudas con los bancos, como Waldo, el patrón del "Negro Zumbón" (así lo llamábamos por llevar la obra muerta totalmente de negro). La quiebra y las tripulaciones a verlas venir, que paro no había. Gracias que fueron unos años buenos y creo que aún conserva la Venta el récord mundial de toneladas de anchoa desembarcadas.

Las fábricas emigraron. No todas, que algunas de fama tenían músculo comercial y financiero, y pudieron aguantar. Para paliarlo se recurrió primero a la Congeladora; es decir, que se vendía lo posible al precio que permitía ganar algo y el resto se enviaba a la planta congeladora del pueblo para ir dándole salida poco a poco. Tampoco era nuevo el asunto, que, en contra de lo que creen quienes no han visto más agua que la de la bañera, el pescado permanece en frío en el barco durante lo que dura la marea -y pueden ser semanas- hasta la llegada a puerto; piensen que en aquellos años un barco pequeño podía embarcar 5 toneladas de pescado como poco y procuraba entrar en puerto, el que fuese, cuando no cupiese un bonito tomatero.

Ni aun así... Hubo que montar máquinas de más caballos, timones compensados, mucha más electrónica y más moderna, .. Ya no era suficiente el Cantábrico y el Gran Sol, ni las costeras tradicionales: de febrero a mayo, anchoa; de finales de mayo a primeros de octubre -y es mucho decir- el bonito que venía detrás comiéndosela; y desde entonces a enero besugo y lo que fuese. Así que comenzamos a bajar a Dakar... Otros marcharon a Terranova.

España es una potencia pesquera. Pero la mar se ha sobreexplotado; hemos pescado en nuestros litorales hasta casi agotarlos, luego hemos ido más allá, luego hemos pescado no sé que y lo hemos comercializado, aunque no se comiese antes, luego hemos creado granjas marinas, luego hemos importado ... Y de pescar bonitos de uno en uno, primero a la cacea y luego a cebo vivo -que es lo mismo, excepto por el usar paja o parrocha- hemos pasado a las artes quilométricas flotando en la mar o a las técnicas de arrastre o..

Los franceses lo explicaban muy bien cuando los conflictos en el Cantábrico: cuando se planteó que los sistemas tradicionales de pesca, intensivos en manos de obra, iban siendo cada día menos rentables y la industria pesquera se asfixiaba, nuestro gobierno nos dijo que armásemos embarcaciones más modernas, capaces de practicar una pesca intensiva, y tuvimos que endeudarnos para seguir ese camino. Y ahora nos dicen que esquilmamos el mar. La típica reacción a corto de los gobiernos.. En fin; que la anchoa en veda y el resto, casi.

Cada vez más lejos... De niño conocía una merluza, blanca como el nácar que decía mi tía Gloria. Hoy leo en las etiquetas de la pescadería que la hay de no sé cuantos orígenes y contemplo sus colores... No, señora, no; no es problema de fresco, que le aseguro que la gigantesca cantidad de pescado que se ofrece no abandonó coleteando desesperado la mar ayer por la noche.
 
Sucede que la mar va muriendo y cada vez comemos más sucedáneos.

3 comentarios:

Oshidori dijo...

Pues como marino, ya sólo le queda encomendarse a su stella maris del Carmen y a Nuestra Señora de la Soledad.

Silvia dijo...

Sobramos humanos, pero yo no me veo iniciando un genocidio rápido (el lento, ya está iniciado).
A lo mejor lo que tenemos que empezar a plantearnos es el consumir menos y de forma más sostenible. E investigar en técnicas alimenticias, agrícolas y marítimas que permitan esa sostenibilidad sin darnos de comer mierda o cargarnos definitivamente el planeta.
Me apena lo que he leído de los marinos y la pérdida de artes tradicionales.

Anónimo dijo...

A mi abuelo también se lo llevó la mar, aunque nosotros tuvimos "la suerte" de que luego devolviera su cuerpo a una playa.