Se están exponiendo en Madrid una serie de obras de artistas de Ifé. Os aconsejo vivamente que vayáis a contemplarlas si tenéis ocasión, pues os vais a enfrentar, y digo bien -enfrentar-, a uno de los misterios conceptuales del Arte. Así lo creo. Mi opinión es modestísima, pero estoy convencido de ello.
En África, como en el resto del mundo, durante milenios, las personas han creado y utilizado el arte para representar sus creencias religiosas, sus ideas sobre el poder político, para dejar constancia de su historia, para describir acontecimientos importantes en sus vidas y las de sus comunidades, o para la decoración del entorno en que vivían, la ornamentación personal o el embellecimiento de los objetos cotidianos que utilizaban.
El Arte es un reflejo de los sistemas sociales, económicos y educativos. Por lo tanto, a través del estudio de las creaciones artísticas podemos entender mejor a las personas que las hicieron o encargaron que se hiciesen. El Arte es un documento de primer orden para entender a nuestros contemporáneos y antepasados. Es un valioso recurso para comprender por que las personas hicieron las cosas cuando y como las hicieron, como lo pueden ser los documentos escritos del pasado, casi inexistentes en África, lo que ha llevado a nuestros acomodaticios científicos -tan acostumbrados a trabajar basándose en los papeles- a ignorar la investigación del continente donde apareció la Humanidad.
Por otra parte, se nos suele presentar el arte africano como algo unitario en el tiempo y en el espacio. Es fácil apreciar la inexactitud de esta idea. Los milenios de creación artística en este continente muestran la constante evolución desde las pinturas en las rocas del Tassili argelino y Ennedi. El mercado del arte, en los países del Primer y Segundo Mundo, así como los artículos de arte africano creado para el turismo o para su venta “a tanto el quilo”, han transmitido la falsa idea de que el arte africano es un arte "primitivo".
A menudo, fuera de África, se tiene la idea de que el arte africano es exótico, extraño e incomprensible. Hay que asumir y comprender que los móviles, las situaciones vitales que dan origen a las creaciones artísticas en África no difieren de las motivaciones artísticas de otras sociedades. El Arte no es exclusivo de ninguna cultura; es un producto natural de todas ellas y si queremos captarlo sólo podremos hacerlo desde un sentimiento comprensivo global y no desde la exclusión de alguna de aquellas o desde la supremacía de otras.
La consideración primitivista del arte africano se basa en la importancia que da nuestra civilización a la supremacía tecnológica, al eurocentrismo de los colonizadores –que derivó con facilidad en racismo-, a las teorías evolucionistas del siglo XIX, al concepto idealizador de Jean Jacques Rousseau del “buen salvaje”, que generó el sentimiento de que las artes primitivas mantenían su pureza, y a las teorías antiburguesas y antiacadémicas de dicho siglo.
Vomitado -¡tenía tantas ganas!- lo anterior, confesaré que llevo unos días buscando la manera de explicar lo que dije al comienzo sobre un misterio. Y estaréis de acuerdo conmigo en que explicar un misterio es muy difícil. La Historia, en especial la de los descubrimientos científicos, muestra que solo los genios lo consiguen y eso, de cuando en cuando. Y yo, genio mucho, pero de genio, poco. Así que voy a intentarlo tal cual salga; el único camino posible cuando no se sabe hacer las cosas de otro modo.
¿Por qué, por qué ...?. Esas dos palabras han sido siempre mi obsesión. ¿Por qué un día de hace siglos un hombre esculpió esto?; ¿por qué muchos siglos después alguien igualmente famoso realizó esto otro?; ¿y por qué entre ambos, en la época de las obras de Ifé que mostraré luego, el resultado era este?. Y todos sus autores habían nacido en un pequeño territorio, absolutamente etnocéntrico, llamado Europa.
Alguno me responderá que las obras anteriores son la consecuencia natural del paso del tiempo por la vida humana. Y estoy totalmente de acuerdo. Pero entonces.. ¿el Arte .. avanza?; en roman paladino, ¿el paso del tiempo mejora el conocimiento artístico y sus técnicas?. O más bien.., ¿el Arte es la respuesta del alma humana al paso de la Historia?. ¿Pudiera ser que no sea ni mejor ni peor según los tiempos, sino solo un medio de contar la Vida?.
Esperando haberos originado cierta inquietud intelectual, podéis ver ahora un vídeo de Canal Patrimonio sobre escultura africana en el que se aprecia un concepto escultórico diferente al europeo. Como os daréis cuenta, las obras son distintas a las que han aparecido al abrir los enlaces existentes dos párrafos antes..
He procurado con las esculturas que habéis visto generar en vuestra mente una idea: el arte plástico europeo ha sido durante muchos siglos realista, naturalista y figurativo, mientras que el africano es más simbólico (no los entendáis como -ismos, pues pretendo adjetivar y no clasificar), como si las respuestas que se han dado en África a las preguntas que planteaba antes fuesen distintas a las dadas en Europa. Y es cierto...., pues la excepción confirma la regla: Ifé.
Y en esto consiste el misterio. ¿Por qué en Ifé se desarrolla en lo que corresponde a nuestra Edad Media un arte plástico que parece "sacado" de nuestros clásicos?. ¿Por qué en tierras tan alejadas unas de otras como sus culturas se llega a soluciones creativas parecidísimas?. ¿Cómo se desarrollaron las técnicas -en especial, las de fundición- que lo hicieron posible?. ¿Será que, aun sin contacto entre ellos, los Hombres tienen un espíritu común que les hace responder artísticamente de la misma manera en cualquier época?; ¿será tan fuerte ese espíritu que les lleva a imaginar y desarrollar las mismas soluciones técnicas, aun cuando no haya existido comunicación entre sus culturas?.
Oni Obalufon
Tercer rey de Ifé
Cobre - 29,5 centímetros de altura
Las obras en bronce y terracota de Ifé (del XII al XV d.C.) muestran tal habilidad técnica y están representadas de forma tan natural que en un principio, aunque erróneamente, se consideró que estaban inspiradas en las de la Grecia clásica. Si bien parece cierto que entre los grandes movimientos migratorios africanos, provocados por hambruna a consecuencia de enormes sequías, gentes del área del Nilo descendieron hacia el Cuerno de África en un periodo impreciso antes de nuestra era y desde allí, evitando el sur del Sahel, alcanzaron los territorios del Golfo de Guinea, no está demostrado que trasladasen ni las técnicas ni los conceptos artísticos clásicos.
Busto de Lajuwa
Terracota - XII al XIV a.D.
Lo que permanece oscuro, hoy por hoy, son ciertos detalles iconográficos... ¿Qué sentido tienen los surcos verticales que adornan la piel de muchas figuras?; ¿son escarificaciones rituales de una familia reinante?, ¿representan convencionalmente las cintas que, en los tocados regios yorubas, ocultan la cara del monarca a la vista de los súbditos?. ¿Para qué servían los agujeros que presentan en la cara ciertas cabezas?; ¿para colocar mechones de cabellos, o ciertos velos o adornos simbólicos, de manera que pareciesen más reales?.
Rostro en terracota
entre 1100 y 1500
Y, sobre todo, sigue siendo un misterio el objetivo de estas obras. Unas, son máscaras -llevan agujeros bajo los ojos para que el portador pudiera ver, de modo que pudiera llevarla en funerales o procesiones sin estozolarse, como hacían los romanos con las imágenes en cera de sus antepasados-. Otras, en cambio, serían objeto de adoración en los santuarios, puesto que los monarcas adquirían carácter divino a su muerte, y cabe la posibilidad de que muchas fuesen creadas pensando en los rituales de culto a la monarquía; algo así como maniquíes para sostener las coronas y otros objetos simbólicos del Oni. Pero ¿pasaron a menudo de un uso a otro, como sabemos que ocurrió en algún caso aislado?. No lo sabemos... Solo podemos suponer.
Cabeza de Oni
siglos XII al XV
Tantas dudas acarrean otras, acaso de mayor entidad, que afectan a la concepción del propio artista: las caras muestran una plástica blanda y orgánica, realista en apariencia, pero resultan tan ideales como las que esculpió Praxíteles y se basan, sin duda, en un prototipo mental perfecto; esto podría ponerse en duda en el caso de alguna terracota, pero no en el de los bronces. O el artista de Ife, como su contemporáneo románico cuando tallaba un sepulcro, quería idealizar a un jefe u Oni muerto para darle el aspecto intemporal del más allá, o se planteaba sólo la idea abstracta del monarca como hombre supremo, sin pensar en su identificación con una persona concreta.
Cabeza de reina
siglos XII al XV
Ifé rompe por completo con la estética africana tradicional. Sus superficies onduladas, con blandas musculaturas y mirada perdida, evocan ese curioso gusto por el naturalismo que a veces surge en las culturas más apartadas del planeta, desde la del Indo hasta la de Akkad, sin olvidar ciertas figuras olmecas de México: se trata de actitudes puntuales, aisladas, que no llegan a crear una tradición como en Egipto y Grecia, y que pronto se diluyen en los convencionalismos estilísticos del ambiente en que nacen.
De cualquier forma, pasado este momento genial y fugaz, que cabe calificar de "milagro de Ife", por analogía con el tan conocido "milagro griego", se advierte que, ya desde el siglo XIII, las formas onduladas, táctiles y suaves, van dejando paso a una progresiva esquematización, a la vez que decae el uso del bronce y la terracota recobra su práctico monopolio .
En este punto, diluido el arte "clásico" de Ifé, podemos volver a preguntarnos: ¿Por qué?; ¿por qué se dio ese estilo en aquel momento y territorio?. No lo se...
En África, como en el resto del mundo, durante milenios, las personas han creado y utilizado el arte para representar sus creencias religiosas, sus ideas sobre el poder político, para dejar constancia de su historia, para describir acontecimientos importantes en sus vidas y las de sus comunidades, o para la decoración del entorno en que vivían, la ornamentación personal o el embellecimiento de los objetos cotidianos que utilizaban.
El Arte es un reflejo de los sistemas sociales, económicos y educativos. Por lo tanto, a través del estudio de las creaciones artísticas podemos entender mejor a las personas que las hicieron o encargaron que se hiciesen. El Arte es un documento de primer orden para entender a nuestros contemporáneos y antepasados. Es un valioso recurso para comprender por que las personas hicieron las cosas cuando y como las hicieron, como lo pueden ser los documentos escritos del pasado, casi inexistentes en África, lo que ha llevado a nuestros acomodaticios científicos -tan acostumbrados a trabajar basándose en los papeles- a ignorar la investigación del continente donde apareció la Humanidad.
Por otra parte, se nos suele presentar el arte africano como algo unitario en el tiempo y en el espacio. Es fácil apreciar la inexactitud de esta idea. Los milenios de creación artística en este continente muestran la constante evolución desde las pinturas en las rocas del Tassili argelino y Ennedi. El mercado del arte, en los países del Primer y Segundo Mundo, así como los artículos de arte africano creado para el turismo o para su venta “a tanto el quilo”, han transmitido la falsa idea de que el arte africano es un arte "primitivo".
A menudo, fuera de África, se tiene la idea de que el arte africano es exótico, extraño e incomprensible. Hay que asumir y comprender que los móviles, las situaciones vitales que dan origen a las creaciones artísticas en África no difieren de las motivaciones artísticas de otras sociedades. El Arte no es exclusivo de ninguna cultura; es un producto natural de todas ellas y si queremos captarlo sólo podremos hacerlo desde un sentimiento comprensivo global y no desde la exclusión de alguna de aquellas o desde la supremacía de otras.
La consideración primitivista del arte africano se basa en la importancia que da nuestra civilización a la supremacía tecnológica, al eurocentrismo de los colonizadores –que derivó con facilidad en racismo-, a las teorías evolucionistas del siglo XIX, al concepto idealizador de Jean Jacques Rousseau del “buen salvaje”, que generó el sentimiento de que las artes primitivas mantenían su pureza, y a las teorías antiburguesas y antiacadémicas de dicho siglo.
Vomitado -¡tenía tantas ganas!- lo anterior, confesaré que llevo unos días buscando la manera de explicar lo que dije al comienzo sobre un misterio. Y estaréis de acuerdo conmigo en que explicar un misterio es muy difícil. La Historia, en especial la de los descubrimientos científicos, muestra que solo los genios lo consiguen y eso, de cuando en cuando. Y yo, genio mucho, pero de genio, poco. Así que voy a intentarlo tal cual salga; el único camino posible cuando no se sabe hacer las cosas de otro modo.
¿Por qué, por qué ...?. Esas dos palabras han sido siempre mi obsesión. ¿Por qué un día de hace siglos un hombre esculpió esto?; ¿por qué muchos siglos después alguien igualmente famoso realizó esto otro?; ¿y por qué entre ambos, en la época de las obras de Ifé que mostraré luego, el resultado era este?. Y todos sus autores habían nacido en un pequeño territorio, absolutamente etnocéntrico, llamado Europa.
Alguno me responderá que las obras anteriores son la consecuencia natural del paso del tiempo por la vida humana. Y estoy totalmente de acuerdo. Pero entonces.. ¿el Arte .. avanza?; en roman paladino, ¿el paso del tiempo mejora el conocimiento artístico y sus técnicas?. O más bien.., ¿el Arte es la respuesta del alma humana al paso de la Historia?. ¿Pudiera ser que no sea ni mejor ni peor según los tiempos, sino solo un medio de contar la Vida?.
Esperando haberos originado cierta inquietud intelectual, podéis ver ahora un vídeo de Canal Patrimonio sobre escultura africana en el que se aprecia un concepto escultórico diferente al europeo. Como os daréis cuenta, las obras son distintas a las que han aparecido al abrir los enlaces existentes dos párrafos antes..
He procurado con las esculturas que habéis visto generar en vuestra mente una idea: el arte plástico europeo ha sido durante muchos siglos realista, naturalista y figurativo, mientras que el africano es más simbólico (no los entendáis como -ismos, pues pretendo adjetivar y no clasificar), como si las respuestas que se han dado en África a las preguntas que planteaba antes fuesen distintas a las dadas en Europa. Y es cierto...., pues la excepción confirma la regla: Ifé.
Y en esto consiste el misterio. ¿Por qué en Ifé se desarrolla en lo que corresponde a nuestra Edad Media un arte plástico que parece "sacado" de nuestros clásicos?. ¿Por qué en tierras tan alejadas unas de otras como sus culturas se llega a soluciones creativas parecidísimas?. ¿Cómo se desarrollaron las técnicas -en especial, las de fundición- que lo hicieron posible?. ¿Será que, aun sin contacto entre ellos, los Hombres tienen un espíritu común que les hace responder artísticamente de la misma manera en cualquier época?; ¿será tan fuerte ese espíritu que les lleva a imaginar y desarrollar las mismas soluciones técnicas, aun cuando no haya existido comunicación entre sus culturas?.
Tercer rey de Ifé
Cobre - 29,5 centímetros de altura
Las obras en bronce y terracota de Ifé (del XII al XV d.C.) muestran tal habilidad técnica y están representadas de forma tan natural que en un principio, aunque erróneamente, se consideró que estaban inspiradas en las de la Grecia clásica. Si bien parece cierto que entre los grandes movimientos migratorios africanos, provocados por hambruna a consecuencia de enormes sequías, gentes del área del Nilo descendieron hacia el Cuerno de África en un periodo impreciso antes de nuestra era y desde allí, evitando el sur del Sahel, alcanzaron los territorios del Golfo de Guinea, no está demostrado que trasladasen ni las técnicas ni los conceptos artísticos clásicos.
Terracota - XII al XIV a.D.
Lo que permanece oscuro, hoy por hoy, son ciertos detalles iconográficos... ¿Qué sentido tienen los surcos verticales que adornan la piel de muchas figuras?; ¿son escarificaciones rituales de una familia reinante?, ¿representan convencionalmente las cintas que, en los tocados regios yorubas, ocultan la cara del monarca a la vista de los súbditos?. ¿Para qué servían los agujeros que presentan en la cara ciertas cabezas?; ¿para colocar mechones de cabellos, o ciertos velos o adornos simbólicos, de manera que pareciesen más reales?.
entre 1100 y 1500
Y, sobre todo, sigue siendo un misterio el objetivo de estas obras. Unas, son máscaras -llevan agujeros bajo los ojos para que el portador pudiera ver, de modo que pudiera llevarla en funerales o procesiones sin estozolarse, como hacían los romanos con las imágenes en cera de sus antepasados-. Otras, en cambio, serían objeto de adoración en los santuarios, puesto que los monarcas adquirían carácter divino a su muerte, y cabe la posibilidad de que muchas fuesen creadas pensando en los rituales de culto a la monarquía; algo así como maniquíes para sostener las coronas y otros objetos simbólicos del Oni. Pero ¿pasaron a menudo de un uso a otro, como sabemos que ocurrió en algún caso aislado?. No lo sabemos... Solo podemos suponer.
siglos XII al XV
Tantas dudas acarrean otras, acaso de mayor entidad, que afectan a la concepción del propio artista: las caras muestran una plástica blanda y orgánica, realista en apariencia, pero resultan tan ideales como las que esculpió Praxíteles y se basan, sin duda, en un prototipo mental perfecto; esto podría ponerse en duda en el caso de alguna terracota, pero no en el de los bronces. O el artista de Ife, como su contemporáneo románico cuando tallaba un sepulcro, quería idealizar a un jefe u Oni muerto para darle el aspecto intemporal del más allá, o se planteaba sólo la idea abstracta del monarca como hombre supremo, sin pensar en su identificación con una persona concreta.
siglos XII al XV
Ifé rompe por completo con la estética africana tradicional. Sus superficies onduladas, con blandas musculaturas y mirada perdida, evocan ese curioso gusto por el naturalismo que a veces surge en las culturas más apartadas del planeta, desde la del Indo hasta la de Akkad, sin olvidar ciertas figuras olmecas de México: se trata de actitudes puntuales, aisladas, que no llegan a crear una tradición como en Egipto y Grecia, y que pronto se diluyen en los convencionalismos estilísticos del ambiente en que nacen.
De cualquier forma, pasado este momento genial y fugaz, que cabe calificar de "milagro de Ife", por analogía con el tan conocido "milagro griego", se advierte que, ya desde el siglo XIII, las formas onduladas, táctiles y suaves, van dejando paso a una progresiva esquematización, a la vez que decae el uso del bronce y la terracota recobra su práctico monopolio .
En este punto, diluido el arte "clásico" de Ifé, podemos volver a preguntarnos: ¿Por qué?; ¿por qué se dio ese estilo en aquel momento y territorio?. No lo se...
6 comentarios:
Nada sabemos…excepto que fuimos la primera y única especie animal poseedora del conocimiento de su ignorancia, antes incluso de que Sócrates hiciera célebre aquello de “sólo sé que no se nada” . Eso nos hizo conscientes de nuestra vulnerabilidad y desde ese mismo momento comenzamos a crearnos a nosotros mismos, a crear herramientas para trascender.
¿No es el arte la únicajustificación de la vida humana?
Hay preguntas y respuestas que son un fracaso, tanto si las enunciamos como si creemos hallar una respuesta… pero entre ambas derrotas suele emerger algo que está más allá de los sometimientos.
¿el Arte .. avanza? Sospecho que no hay nada nuevo bajo el sol, que el arte tiene su historia, pero no una evolución.
Los mundos perdidos dejan en el arte su sombra, oscurecida por el tiempo, difusa la comprensión de las ideas que representa. La obra pierde su contenido fáctico y es reemplazado por la interpretación estética, que ya no está referida a la creencia, de la que era herramienta comunicante. Es este principio, el de la unidad de nuestra especie, el que nos permite usar la belleza de los objetos de los grupos elementales como paradigma del arte. En ellos se refleja la estructura de la sociedad a la que pertenece. En su momento, fue una herramienta de la comunicación y parte de un complejo sistema de ideas; actualmente, resto hermoso de un código perdido.
¿Nadie se da cuenta de lo que silencié a propósito?. Esos rasgos, esa nariz, esos ojos...; sobre todo esos ojos..
No sé nada de arte Africano, pero estas máscaras han sido un descubrimiento. Esos rostros vacíos, más idealistas que realistas, nos miran desde el fondo de la memoria y podrían hablarnos en un lenguaje universal, podrian recordarnos que no somos nada más que un recubrimiento. O también que el alma del quien fue dueño de ese rostro lo dibujó con cincel preciso, por lo que ahora queda la forma sola, como una piel vacía a la búsqueda de un dueño.
¿Digo una barbaridad si me atrevo a apuntar que los rasgos tienen mucho de oriental? Sobre todo los ojos, aunque algo más almendrados. Me parecen combinados con una boca carnosa que es claramente africana. Intrigante desde luego.
Vuelvo a mirar… No sé si existe un imaginario único, personal desde luego que sí. De niña invertía parte de mi “propina” (que no paga, como se estila ahora) en cromos. Cromos de arte. Los que más “repes” salían eran los del Pantocrator y los de Nefertiti.. ¡Esos ojos! ¿ Y por qué me recuerdan a los budas, a los guerreros de terracota de Xian o a las esculturas de la cultura Nubia? Quizá no sea tan descabellada la sincronía, ni tan inesperada .
Creo que en los años 50 del siglo pasado se formuló la hipótesis de que los yoruba, creadores del arte de Ifé, hubiesen emigrado hasta Nigeria desde las orillas del alto Nilo, en los inicios de la era cristiana; las emigraciones pudieron producirse en diferentes oleadas, de modo que Nigeria habría recibido el influjo de la cultura de Nubia, donde se conservaban tradiciones egipcias y prehelénicas.
Los rostros serenos subrayan la idea de tranquilidad interna y de intemporalidad… quizá pertenecen a un personaje importante y por ello se destaca la cabeza como sede de la inteligencia y las fuerzas espirituales; los ojos ¿semiabiertos? , almendrados pueden indicar ausencia en el espacio pero presencia espiritual eterna al lado del pueblo que fue y que es el suyo… La creación Yoruba nos habla, a través de su arte, de una iconografía autóctona que trasciende… revela el poder del espíritu, el poder de la creación y en, definitiva, el poder de la belleza.
A mí alguno de esas caras ,me han recordado a Nefertiti y otras más bien me han parecido máscaras mortuorias.Lo que parece claro es que tienen cosas en común con las de otros países .
Interesantísimo. No sabía de estas máscaras-figuras.
Puede que Marian acierte en su apreciación de posibles emigraciones, pero sí me recuerdan a los ojos de las figuras egipcias y de los guerreros de terracota.
Para mí los ojos, sobre todo en las dos primeras figuras, me transmiten vacío al exterior y permanencia en sí mismo. No sé cómo explicarlo, como si hubiese una ruptura entre que la mirada al mundo externo se ha cortado y permanece la figura en sí misma en el tiempo...
Una tontería, supongo.
Un saludo.
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