Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

martes, 11 de enero de 2011

Obsolescencia y consumo

Así vivimos, pues así somos. Salir es fácil. Solo se requiere personalidad. En lugar de adquirir productos tangibles que muchas veces no tienen mayor utilidad que calmar nuestra ansia de poseer, consumamos experiencia y conocimiento. Formarán parte de nuestros sueños y nos acompañarán eternamente. El coche lo usará cuando mueras....

3 comentarios:

Unknown dijo...

Las experiencias o el conocimiento no se consumen nunca.

Marian dijo...

En tiempos difíciles como los que se nos avecinan dejar de consumir no es una opción. Lo que habría que tirar a la basura es la mentalidad de la economía desechable. Los fraudes se pueden corregir con leyes,(… a lo mejor soy demasiado ingenua) pero poco se puede remediar cuando cada día somos infinitamente más pobres en experiencias, en nuestras relaciones…por más chismáticos tecnológicos y a la última que poseamos al contado o a crédito . Nos dejamos llevar hacia esa cosificación perenne. Nuestros antepasados sabían mejor que nosotros el valor de las cosas; distinguían las cosas de comer, las cosas de usar y las cosas de mirar. Ahora ya no hacemos distinciones. Todo es consumible y fagocitable. ..de usar y tirar. Si sólo vale lo nuevo ¿Por qué no, aparcar a los viejos donde no molesten?
Lo que me ha impresionado del documental es la terrible metáfora … han perdido la imagen de un río, la sabiduría del agua… para muchas generaciones irremediablemente se identificará con un vertedero . Siento vergüenza.

Luis Caboblanco dijo...

Somos sujetos susceptibles de consumir... No queda otra; y cualquier intento por salirse de esa masa amorfa a una tarjeta de crédito pegada, es primero reconducida al redil gracias a Navidades, días de San Valentin y demás javarandas... y si eso no sirve, el bombardeo mediático continua a través de redes sociales que prometen versiones mejoradas, siempre ese incomodo 2.0 detrás... amenazante...

No se si estoy preparado para dejar de pensar en si mi plancha tiene arreglo, en si sería mejor dejar de pasar las páginas con los dedos o en si quiero que me recuerde el cumpleaños una máquina... o una antigua amiga con su dulce voz...

Solo quiero sentir y discernir y creo que el mundo te prepara justo para lo contrario.

Saludos