Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

lunes, 8 de marzo de 2010

Biografía de Miguel Hernández

He leído este fin de semana una entrevista a Eutimio Martín, biógrafo de Miguel Hernández, que por su interés creo que merece la pena divulgar. Comienza aquí y acaba aquí.

3 comentarios:

Silvia dijo...

Leída la entrevista. Interesante.


Me llama la atención y es la caña que le mete a Josefina. No sería Einstein, pero vamos... Hay cartas que contradicen radicalmente el espíritu de las que pone como ejemplo.

En cuánto a su obsesión por un hijo, a no ser que dé más datos en el libro...
Lo de Mallo y otras mujeres, que seguro que las hubo, me parece más una adolescencia tardía. Un hombre joven, al que se le comienza a admirar, entusiasmado por la novedad...

Me da la sensación, y lo mío reconozco que es pura cábala e ignorancia, de que Josefina era la que más le acercaba a cierta estabilidad. Porque Hernández me transmite en muchas ocasiones que, no por su origen sino por carácter, nunca terminó por sentir que alcanzaba su "sitio". Y no hablo de fama, sino del reconocimiento íntimo de que encajas con algo o alguien.

Anónimo dijo...

Muy buena la entrevista ...

Marian dijo...

Hoy, en la librería de la que soy asidua, me fijé en que habían destinado un escaparate-altar con, al menos, media docena de libros sobre el poeta .Entre otros, el de Eutimio que da lugar a la entrevista que enlazas. No entiendo muy bien a qué se refiere al decir que es una biografía a la francesa. Con Miguel Hernández pasa que quizá le hayamos hecho preso de su propia biografía y lo que se necesita es una lectura limpia de su poesía. Como no he leído el libro, no puedo decirte si añade algo más a lo que ya intuíamos: que lo más eterno que nos legó, fueron sus versos, mucho más que ese angustioso manual de supervivencia física y literaria para escritores de provincias en el que, a conveniencia de unos y otros se ha encasillado su biografía. Me gusta, muchísimo, esa reivindicación del oficio... si algo tuvo Miguel Hernández claro fue esa vocación, esa voluntad que errada o no, se mimetiza con la vida en sus grandezas y en sus miserias.