Hace años que creé este blog para desahogarme. Y fue buena ayuda, pues su anonimato me permitió expresar la mayor parte de las emociones que me atenazaban entonces y eso me equilibró. Así que hubo un día en el que dejé de necesitar a este mudo compañero a quien contaba mis cuitas y como él ni sufre ni padece, decidí cerrarlo.
Ni sufre ni padece... Me equivoqué. Siempre que escribimos y alguien nos lee, establecemos una relación humana. Y aunque muchos de los que nos encuentran no van más allá de echarnos un vistazo, algunos participan de lo que contamos y se sienten nuestros compañeros. Y como tales se quedan a nuestro lado compartiendo el pan espiritual de la palabra.
Y el cierre del blog, el silencio de sus palabras, si hace sentir y padecer. No por la calidad de lo escrito, que no existe, sino por la ausencia de quien compartía a ratos pedacitos de vida con nosotros. Así que volví a los pocos días ...
Hace unos meses creé una cuenta en Caralibro -genial creación de Silvia para nominar a Facebook-, con la única intención de dejar una tarjeta de visita por si alguien que hubiese perdido el contacto intentase reencontrarse conmigo. A este efecto, es útil; para otros, como organizar reuniones con rapidez, establecer parámetros de trabajo o divulgar una noticia, me resulta más eficiente, confidencial e interesante Google Buzz.
Porque a lo que no logro encontrar su intríngulis es al uso que hacemos de Caralibro en ocasiones; por ejemplo, ayer me dio por hacer churros.. El resultado es mejor que no lo sepan, que uno tiene su corazoncito, pero, resumiendo, fue un churro. Y lo conté allí, exponiéndome a la vergüenza ajena (algo parecido a la que me produce escuchar lo que dice a gritos por el móvil el directivo estúpido que viaja en el AVE conmigo).
Y la falta de comprensión del medio, junto a lo poco que suelo tener que contar, me hicieron cerrar la cuenta que tenía abierta. Error..; olvidé de nuevo lo que expuse antes sobre las relaciones que establecemos. Así que la he vuelto a abrir; no tanto para escribir, que cada día tengo menos que decir y estoy más patidifuso, sino para que mis amigos sientan que estoy a su lado.
Quizá podría haberme ahorrado esta explicación que a nadie importa, pero pudiera ser que le viniese bien a algún viajero de la palabra que se pierda por estos lares y que, cansado de contemplar ante si el folio desnudo donde nada se le ocurre, tuviese intención de aislarse del mundanal bullicio.
Ni sufre ni padece... Me equivoqué. Siempre que escribimos y alguien nos lee, establecemos una relación humana. Y aunque muchos de los que nos encuentran no van más allá de echarnos un vistazo, algunos participan de lo que contamos y se sienten nuestros compañeros. Y como tales se quedan a nuestro lado compartiendo el pan espiritual de la palabra.
Y el cierre del blog, el silencio de sus palabras, si hace sentir y padecer. No por la calidad de lo escrito, que no existe, sino por la ausencia de quien compartía a ratos pedacitos de vida con nosotros. Así que volví a los pocos días ...
Hace unos meses creé una cuenta en Caralibro -genial creación de Silvia para nominar a Facebook-, con la única intención de dejar una tarjeta de visita por si alguien que hubiese perdido el contacto intentase reencontrarse conmigo. A este efecto, es útil; para otros, como organizar reuniones con rapidez, establecer parámetros de trabajo o divulgar una noticia, me resulta más eficiente, confidencial e interesante Google Buzz.
Porque a lo que no logro encontrar su intríngulis es al uso que hacemos de Caralibro en ocasiones; por ejemplo, ayer me dio por hacer churros.. El resultado es mejor que no lo sepan, que uno tiene su corazoncito, pero, resumiendo, fue un churro. Y lo conté allí, exponiéndome a la vergüenza ajena (algo parecido a la que me produce escuchar lo que dice a gritos por el móvil el directivo estúpido que viaja en el AVE conmigo).
Y la falta de comprensión del medio, junto a lo poco que suelo tener que contar, me hicieron cerrar la cuenta que tenía abierta. Error..; olvidé de nuevo lo que expuse antes sobre las relaciones que establecemos. Así que la he vuelto a abrir; no tanto para escribir, que cada día tengo menos que decir y estoy más patidifuso, sino para que mis amigos sientan que estoy a su lado.
Quizá podría haberme ahorrado esta explicación que a nadie importa, pero pudiera ser que le viniese bien a algún viajero de la palabra que se pierda por estos lares y que, cansado de contemplar ante si el folio desnudo donde nada se le ocurre, tuviese intención de aislarse del mundanal bullicio.
Y es que lo más bello de la vida son los demás. Aunque yo no sepa estar junto a ellos.
5 comentarios:
Me pasó esto que has explicado sobre el cierre del blog, Turulato. Pero no volví para que ellos me tuvieran a su lado sino para poder seguir teniéndolos junto a mí.
"Aunque yo no sepa estar junto a ellos". Creo que quedarse es le paso básico, y tal vez, con frecuencia, el más importante.
En realidad solo hacemos lo que queremos hacer, por mucho que nos lo pidan como si nos lo estuvieran dando.
Pero "los que piden como si regalaran" (nunca se habían dado cuenta de tal cosa hasta que la que habita en el bosque lo profetizara) agradecen profundamente a "los que dan como si estuvieran sorprendidos" sus regalos. Y así vamos creciendo juntos...
Si cerrases este blog, yo sí te echaría de menos.
Salud.
A mi me parece que hay dos partes en las redes sociales: una, el entrar el contacto con gente, otra la interacción social.
Para lo primero, las redes como Facebook son una buena cosa, pero para lo segundo creo que lo que va a pasar es que la gente vamos a ir a medios más privados.
El problema de usar sitios como Facebook, es que uno les da control de datos propios que a veces uno no querría ver difundidos e indexados por Google. Por ejemplo esto es lo que ha pasado con las normas nuevas de privacidad de Facebook.
Yo he cerrado mi cuenta de Facebook por esta razón, pero tengo todavía abierta la de Twitter, y tenemos un blog familiar privado con hosting propio.
Esto no es nada nuevo, ya se hacía en la época de las redes de charla de IRC con canales públicos y charla en el "bot" del canal totalmente privada.
Querido Sr Turulato, como ya le dije en FB, sinceramente me dio cosita el hecho que ya no iba a saber de usted, ya que x mi parte son los únicos medios que tengo la oportunidad de disfrutar de su "compañía"
Al igual me dio honestamente un gustazo el saber que había reflexionado de su decisión...es que esto de los blogs y el FB es agradable si se sabe manejar...
Que le puedo contar yo, que tengo en el mundo blogger mas de 6 añitos y vaya que si me la he pasado bien...
bss
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