Palabras, palabras, que cual trenes me llevan a conocer nuevos paisajes

viernes, 14 de diciembre de 2007

"Intuigción"

Una de mis amigas me intuye. La llamo la "intuigtiva". Cuando la conocí no me cayó del todo bien; o sea, que más que charlar echábamos unos "rounds". Poquito a poco hemos ido conociéndonos y limando asperezas.
Y como se que leerá esto más tarde o temprano.. Es una mujer guapa, con una belleza intemporal, natural, que no depende de modas. Y tiene carácter. Y es naturalmente sensual. Y muy intuitiva. Y es aragonesa; eso, también.
Pues bien. Me dijo hace poco que Turulato y yo éramos distintos. Y que le gustaba más Turulato. Y hoy, aprovechando que tenía delante una caja de polvorones, me ha dicho que tengo un carácter difícil y una manera de ser arrogante. Eso. Que tiene muchísima razón. Tanta que el asunto merece un artículo.

Ya he dicho con anterioridad que empecé este blog porque leí que un blog era un diario personal. Y necesitaba desahogar mi intimidad. Y eso -nadie me va a convencer de lo contrario- solo se hace completamente bien de forma anónima. Así que creé a Turulato.
Turulato soy yo en "pelota picada". Con mis sentires, ideas y pensamientos en cueros vivos. Pero.., ¡imagínense!; salir desnudo, para que te vean todos. ¡Qué horror!. Me moriría de vergüenza. Además, quien quisiese lastimarme lo tendría fácil; mucho.

Les contaré una anécdota.. Aunque no se.. Es que soy algo susceptible. ¡Bueno, va!.
Agosto. El pueblo era silencio; las aceras, sol de plomo. El niño caminaba su ilusión hacia el puerto; ellas volvían con su trabajo a las espaldas. Dos edades, dos mundos, dos aceras.
Sudor. El niño, buscando la mar, alejaba de si la ropa. Ellas, vestían ropas de hierro en el alma.
No se miran. No se entienden. Solo, como tantas otras vidas, se cruzan.
El niño ve volar una gaviota. Ella, al paso, ve al niño en bañador. Necesita reírse, que sus días son duros.
¡Míalo, qué tié tetas!.
Ellas siguen sin reparar. No tiene importancia. El niño, de golpe, siente la soledad de la calle. Y, dos pasos más, la inmensidad de la mar. Se siente desnudo; está indefenso. Le huye la palabra. El rostro grana. Quieto, en medio del sol de plomo. Sin fuerza.

Así que me dije: ¡Nunca más!. Otros tendrán desparpajo y no se andan con contemplaciones. Pues bien, se enterarán. Y aquel día puse en marcha mi cabeza. Y resolví, como desde entonces he resuelto siempre, en silencio hacia los demás, pero charlando sin parar conmigo mismo.
Años más tarde ingresé joven en una academia militar. Y la primera noche lloré a oscuras; "en cuanto se duerma esta manada de cabrones, me piro". No tuve valor; o que se yo..
Y me oculté con gran rapidez. Modelé, o modelaron -¡qué más da!- mi personalidad. Y cada día me hice más resistente. Más. Y luego, durante años, impuse mi voluntad. A veces, no siempre limpia. Y me fortalecí físicamente; mucho. Y desde entonces miro serio, desde lejos..
Y, sobre todo, descubrí el valor de la palabra. Es poderosísima, si se sabe utilizar. Y de la fuerza del carácter. Y de la ironía, cruel hasta la sangre. Y el poder supremo de la información. Y la importancia de la capacidad de decisión. Y que dirigir a otros es, en la mayoría de las ocasiones, mandarles con energía y rapidez antes de que reaccionen. Y que muchas de mis capacidades personales, generadas en la milicia, podían aplicarse socialmente con sutiles adaptaciones.

Así que mi preciosa "intuigtiva" me captó a las primeras. Muy fina. Y acertada. Si, soy altanero. Tengo un carácter muy difícil. Mi trato no es sencillo. Y no me muestro; hablo y hablo para que quienes me escuchan no tengan descanso ni ocasión de reparar en mis verdades. Me acorazo. Resumiendo: Inaguantable.
Pero también tengo suerte. Mucha. Hace unos años pasé a la reserva del Ejército; y me encontré mirando alelado los documentales de la televisión. Uno tras otro, hora tras hora.. Desde entonces, aunque con lentitud, el proceso ha sido inverso. Poquito a poco voy abriéndome. Cuesta, cuesta mucho, pero lo intento; fracaso a veces y meto la pata muchas otras.
Y han cruzado mi vida buenas gentes amigas, la mayoría mujeres. Me han ayudado y ayudan mucho, muchísimo. Estoy echando una carrera.. Se que voy, si no a ganarla, si a terminarla.
Algún día Turulato y yo seremos iguales.

17 comentarios:

Anónimo dijo...

Pues yo firmaba por aguantarle, señor "inaguantable".
Ánimo en su carrera. Disfrute del camino.

Anónimo dijo...

Pues yo creo que "turulato", en realidad no existe, porque, y haciendome poseedora de su cabeceo al leer ésto, pienso ( y, tal vez sea un esfuerzo grandioso), que él es sólo una forma de llamar la atención, una especie de niño que pide amparo, como el de la anécdota, muy bien contada por cierto en mi sencilla opinión...
Creo que de alguna manera busca usted construir otro camino paralelo, y se ha dado cuenta de que sus pasos van solos ...,¡acompáñelos por favor!, no sé si me entiende, porque quizás yo sea de la forma en que no debiera ser, pero hete aquí, que me siento bien conmigo y suelo dar paseos por mi alma, con sus tiendas y esas cosas...
Sigo diciendo que este maldito blog me fascina, lo reconozco, y no es mérito suyo, no se vaya a creer, es que y contrariamente a lo que usted dice y piensa, no es la palabra el mejor amigo, el arma más poderosa, es..., el alma que la trazó...
Buenos días y ...,buenos pasos...

Maitina

Oshidori dijo...

Su "avatar", querido Turu, ése pollo espelletao con aire perplejo y curiosón, ha sido siempre muy gráfico. Ese misterioso mecanismo que tiene la vida le ha modelado a usted con olas, nieve, nubes y cierzo, entre otros muchos "accidentes geofísicos". Así que yo levanto mi copa y brindo por sus dos Turulatos. Por cierto, que el orujo de la Tere está pistonudo, tiene usted que probarlo.
Un abrazo

aldara san lorenzo dijo...

¡Tontunas!
Son uno y el mismo, sólo hay que saber mirar.
¡Y Vive Diossssssssss, que como vaya yo por Zaragozaaaaaaa... le voy a hacer fotucas hasta en el carnet de identidad!

¿Habrá un ogro más viril y entrañable en toda la virtualidad??
¡Para comérselo a besos, señoras y señoritas!

Un beso, queridísimo amigo (espero que leerle con fruición sea un pecadillo venial....porque como se dieran cuenta de cómo se me enciende el alma..... uffffffff)

Anónimo dijo...

Supongo que no se puede colgar el uniforme en una percha, la toga en otra y exponer a la desnudez ante una mayoría de “relectoras resistentes” al niño tímido, de mirada incisiva y curiosa que ya apuntaba maneras de supervivencia emocional. Puede que esté equivocada pero la formación militar imprime carácter como el sacerdocio y cuando la justicia es un hábito no puede renunciarse a ella .De ahí que determinadas improntas castrenses resulten inevitables, revelen no sólo en el trato con los cercanos sino en la sintaxis y la estructura analítica de algunos de tus artículos, la experiencia de quien ha sido formado para tomar decisiones y que sabe que no se debe sacar conclusiones de razones emocionales. Supongo que a eso se refería tu amiga con el adjetivo altanero. Turulato no es un personaje en busca de autor. No hay una lectura doble de su Montalbana… hay una lectura cada vez más amplia, que conecta espacios y maneras. Y espero que al caballero que vive en Zaragoza, le siga compensando esa manera de compartir lo mejor de si mismo. Al fin y al cabo, creo que de eso se trata, en la vida y en muy pocos blogs, de ser lo más fiel posible a uno mismo.
Un abrazo
Marian

Unknown dijo...

¡Que sí! ¡Qué es el mismo! Al menos el que yo conozco. Por eso gusta a las mujeres, porque tras una apariencia bien viril y masculina de hombre grande, en cuanto le conocemos un poquito vemos en su mirada que ese pretendido ser de hielo que hasta puede parecer alguno rudo en ocasiones, es justo lo contrario, es un ogro bueno, un osito cariñoso y tan valiente que se atreve a descubrirse a sí mismo cada día. Y también te obliga a descubrirte con sus finas observaciones.

Anónimo dijo...

Caballero a mi me daba igual, echarle un polvo a Turu o a ti :).

Anónimo dijo...

Si Turu, eres resistente, inteligente (una barbaridad!) y en ocasiones una persona difícil (hasta sacar de quicio!, lo sabes, y cómo te gusta tocar las pelotas!). Pero por mucho que te acoraces no eres tan hermético como crees!. Esa técnica tuya para no dar tregua a los que te escuchan conmigo no te ha funcionado, o por lo menos no siempre. Y no me discutas que sabes que tengo razón!.
Yo no sé como serás en el trato diario, me falta ese contacto e información, pero precisamente por esa carencia he prestado más atención a lo que de ti he podido o me has dejado ver a través de tus palabras; es como agudizar el oído cuando te falta la vista, y algo algo he sacado en claro... tu sabrás si me equivoco o no!.
Lo has dicho, Turulato no es otra cosa q tu en pelotas, por lo tanto no creo q sea diferente excepto por que a él le permites licencias que tu no te has permitido. Poco a poco...

Resumiendo, que además de secundar lo que dice la loba cantarina de aquí arriba (uno o cientos), lo que tengo claro es que adoro a Turulato, al niño, al milico, al pollo... que me importa un pijo de lo que te disfraces o el nombre que te pongas, querido Mortadelo mío, que a mi me gustas así y te comería a besos, cosa que nunca nunca te había dicho, ¿verdad?.

Un besazo, precioso

Anónimo dijo...

¡¡¡Uauuuh!!!¡Cómo está el patiooo!

Turulato dijo...

¡¡Bienvenida Curri!!.
No te creas; son buenas chicas y quieren subirme la moral. En realidad, saben que soy inofensivo, un inocente.

Anónimo dijo...

S�s�entre santa y santo pared de cal y canto.Bueno en este caso virtual.

Anónimo dijo...

Usted tiene de inofensivo, lo que yo de santa. Y me da a mí en la nariz, que lo que quieren levantarle es otra cosa...

Anónimo dijo...

Que no cunda la calma!. A 325 kilómetros, que es la distancia mínima de separación, es inofesivo por narices!

Anónimo dijo...

¡A mí, Sabino, que los arrollo!

Turulato dijo...

Abuelita.., eso fue en la olimpiada de Amberes, en 1920, en que España ganó en fútbol la medalla de plata y se hizo famosa la frase de Belauste: "Sabino, a mí el pelotón que los arrollo", pronunciada en el accidentado encuentro contra Suecia, a la que se eliminó en las semifinales, y que originó la leyenda de la "furia española".
Prefiero la equitación -mi deporte-, donde, en la prueba de hípica de las olimpiadas de Amsterdam de 1928, ganamos el último día nuestra primera medalla de oro.
El equipo español estaba formado por los capitanes de Caballería José Navarro Morenés, Julio García Fernández (en familia, "El Pajarito") y José Álvarez de las Asturias -marqués de los Trujillos-, que hizo la machada, pues al finalizar su recorrido sacó, y mostró, las monedas que durante toda la prueba había mantenido sujetas contra el faldón a base de presión de rodillas.
¡Telaaa...!

Anónimo dijo...

¡Ay, nietuco! ¡Qué afición la tuya por cabalgar!

Anónimo dijo...

Aquí no hay "uno" u "otro", se coge tó junto o por lo menos lo que nos muestra a un lado u otro de realidades. Y con todo... aún nos faltará un mundo
Gracias por el despelote, de corazón ;)