Me comentaban estos últimos día que hace ya tiempo que no publico un artículo sobre Arte. Es cierto. No es que no quiera, es que soy incapaz. Intentaré explicarlo, aunque va a ser muy difícil..
"¡Y yo que se!" soy yo mismo. No es sólo una serie de artículos que muestran mi opinión; es mucho más. Es un autorretrato. A semejanza de un cuadro, he ido pincelada a pincelada plasmando mi imagen, tal cual la veo cuando en silencio y soledad me doy la vuelta y contemplo a este ser pequeñito que soy yo.
En las primeras pinceladas el "artista" -¡perdón!- ansiaba pintar y exponer su obra. Digamos que vivía sobre un volcán interior, sintiendo como el magma de sus sentimientos pugnaba por romper la costra de su educación y derramarse sobre todo lo que abarcaba su mirada.
Aquellas pinceladas eran furiosas, pasión pura. Detened vuestra atención en los primeros artículos dedicados a comentar una obra de arte.. Comparadlos con el último dedicado a Tiziano. Nada que ver. En aquellos primaba la descripción de las sensaciones que me producía contemplar la obra; a veces, os hacía partícipes de una conversación íntima y otras os abría mi corazón para que leyeseis en él. No son artículos muy extensos; es más, alguno es breve, poco más que un suspiro.
Por contra, los últimos no sólo son más largos sino que el comentario es más técnico; siento que en lugar de caminar lentamente cogido de vuestro brazo por las salas de la vida, para detenernos ante algo que nos atrae, que nos hace abrir los ojos de par en par, y transmitiros el cúmulo de emociones que me invaden cuando eso sucede, me he convertido en un guía de "a tanto la hora", que se limita a desgranar un discurso aprendido.
No, no. Me rebelo. Ese no soy yo. Me alejo del caballete..; contemplo las últimas pinceladas.. No estoy a gusto. No estoy creando, como lo hace el artista, sino copiando la técnica de otros. Necesito encontrar de nuevo mi pasión creadora. Quizá vuelva, quizá no...
Y está viva. Ha revivido hace muy poco en dos ocasiones. Una cuando explicaba porque Miguel Ángel decía que sus esculturas estaban desde el comienzo de los tiempos dentro de los bloques de mármol de las canteras.. Yo "estaba" allí, a su lado, junto al niño que fue, en la cantera, mirando.. Y la otra hace muy, muy poquito. Cuando le susurraba a una mujer como bailar un vals.. Pero ambas ocasiones han sido íntimas y no pueden compartirse..
No se cuando estará completo este cuadro que estoy pintando en "¡Y yo que se!". Tiene su "tempo".. Hay veces que me faltan horas y el tiempo pasa volando; otras, contemplo el lienzo, en blanco, vacío, buscando una respuesta que no llega..
¡En fin!. Así soy, sí así os parece.. Un personaje minúsculo de la obra de la vida, que va en busca de que el autor le describa con calor, ya que no con precisión. En realidad, él, el pintor, no sabe bien por donde tirar.. A veces, es pura expresión lírica; la mayor parte del tiempo impresionista; y cuanto más mira a Cezanne, más geométrico.
Quizá todo se deba a que estoy vivo y no concluso, y la vida actúa, y se renueva, cada día sobre mí.. Ya lo dijo Martí :
"¡Y yo que se!" soy yo mismo. No es sólo una serie de artículos que muestran mi opinión; es mucho más. Es un autorretrato. A semejanza de un cuadro, he ido pincelada a pincelada plasmando mi imagen, tal cual la veo cuando en silencio y soledad me doy la vuelta y contemplo a este ser pequeñito que soy yo.
En las primeras pinceladas el "artista" -¡perdón!- ansiaba pintar y exponer su obra. Digamos que vivía sobre un volcán interior, sintiendo como el magma de sus sentimientos pugnaba por romper la costra de su educación y derramarse sobre todo lo que abarcaba su mirada.
Aquellas pinceladas eran furiosas, pasión pura. Detened vuestra atención en los primeros artículos dedicados a comentar una obra de arte.. Comparadlos con el último dedicado a Tiziano. Nada que ver. En aquellos primaba la descripción de las sensaciones que me producía contemplar la obra; a veces, os hacía partícipes de una conversación íntima y otras os abría mi corazón para que leyeseis en él. No son artículos muy extensos; es más, alguno es breve, poco más que un suspiro.
Por contra, los últimos no sólo son más largos sino que el comentario es más técnico; siento que en lugar de caminar lentamente cogido de vuestro brazo por las salas de la vida, para detenernos ante algo que nos atrae, que nos hace abrir los ojos de par en par, y transmitiros el cúmulo de emociones que me invaden cuando eso sucede, me he convertido en un guía de "a tanto la hora", que se limita a desgranar un discurso aprendido.
No, no. Me rebelo. Ese no soy yo. Me alejo del caballete..; contemplo las últimas pinceladas.. No estoy a gusto. No estoy creando, como lo hace el artista, sino copiando la técnica de otros. Necesito encontrar de nuevo mi pasión creadora. Quizá vuelva, quizá no...
Y está viva. Ha revivido hace muy poco en dos ocasiones. Una cuando explicaba porque Miguel Ángel decía que sus esculturas estaban desde el comienzo de los tiempos dentro de los bloques de mármol de las canteras.. Yo "estaba" allí, a su lado, junto al niño que fue, en la cantera, mirando.. Y la otra hace muy, muy poquito. Cuando le susurraba a una mujer como bailar un vals.. Pero ambas ocasiones han sido íntimas y no pueden compartirse..
No se cuando estará completo este cuadro que estoy pintando en "¡Y yo que se!". Tiene su "tempo".. Hay veces que me faltan horas y el tiempo pasa volando; otras, contemplo el lienzo, en blanco, vacío, buscando una respuesta que no llega..
¡En fin!. Así soy, sí así os parece.. Un personaje minúsculo de la obra de la vida, que va en busca de que el autor le describa con calor, ya que no con precisión. En realidad, él, el pintor, no sabe bien por donde tirar.. A veces, es pura expresión lírica; la mayor parte del tiempo impresionista; y cuanto más mira a Cezanne, más geométrico.
Quizá todo se deba a que estoy vivo y no concluso, y la vida actúa, y se renueva, cada día sobre mí.. Ya lo dijo Martí :
Todo va muriendo a mi alrededor.
Es que se muere todo,
es que me muero yo.
Es que se muere todo,
es que me muero yo.